Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

Sus ojos brillaron en su lujuria divina, Letizia estaba tan fascinada como la primera vez que había visto el cuerpo de Branko. Sonrió... era diferente, se notaba cada vez más el resultado de su entrenamiento, sus musculos eran más duros y más poderosos, su pecho estaba más marcado y se veía más fuerte. Letizia no pudo más y empezó a morder la piel del hombre, desde la pantorilla hasta llegar a los muslos, podía sentir el calor que emitía su polla, casi podía sentir su peso también y la textura que tendría dentro de ella. "Quiero probarla" pensó pero continuó con la otra pierna, Branko sabía tan bien, quería morder más.. clavar sus dientes en su carne, enterrarse hasta el fondo.-...-Se levantó con cuidado, agitada y con los ojos dilatados, era tan injusto y excitante ese juego.

Branko se doblego un poco. Sus mordidas, la cercanía a su miembro. Él quería que ella atendiera otra parte de su cuerpo y no sólo sus piernas. Sonrió y dejo escapar un gruñid. gimió para su diosa y su verga cada vez estaba más húmeda. Estaba tentado a tomar su polla y presionar por debajo de su glande, no quería venirse, no aun. Se arqueó un poco, era imposible, iba a perder ¡Joder! iba a perder.

-Le... Letizia... Mierda... Voy...- Gruño de nuevo, no aguanto más, sujeto su verga y presiono bajo su glande. No iba a correrse. Jadeó con fuerza y cerro los ojos. Si soltaba su pene, iba a derramarlo todo... tenía que aceptar que había perdido ante su mujer, o al menos, en unos momentos más.

Letizia sonrió y lentamente se quitó la ropa de la parte superior. Sus senos aun tenían marcas de las garras de él, le dolían y le cosquilleaban.

-No debes tocarte.-Le dijo acercandose, quedando frente a él totalmente desnuda, sin tocarlo siquiera.-Eso es hacer trampa.-Se inclinó hasta su miembro y sopló con suavidad, aire tibio de su boca golpeando el sensible prepucio de su lobo.

Branko frunció el ceño porque ella se desvestía y eso no era justo, él tenía que desvestirle pero él... bueno, él se había tocado... rompió sus propias reglas. Gruño cuando ella le soplo y sonrió jadeante. Bien, ella lo quería, se libero y justo cuando se soltó no lo resistió, se corrió dejando escapar un placentero estremecer... si, había perdido frente a ella una vez más.

Letizia sonrió satisfecha y agitada por lo que había hecho. Solo un soplido bastaba para descontrolarlo, para hacer que él terminara por correrse, soltó un ligera risita, Branko la había mojado con su leche, parte de sus senos y su vientre, estaba caliente y sus pupilas se dilataron.-Gane...-Levantó la mirada y su lengua se pasó por sus labios saboreando lo que había salpicado allí, Branko era suyo en su totalidad, todo él, cada milimetro de piel era suyo y de nadie más, era fantastico ser su diosa.-Quiero mi premio, he sido una buena chica.-Susurró subiendo lentamente hasta quedar cara a cara, tan cerca que su piel sentía el calor de la otra aun sin tocarla.

Le estaba costando mantenerse en pie. Su cuerpo se estremecía, su ingle se contraía, todo su cuerpo vibraba mientras ella sonreía y gozaba de su victoria, Branko apenas podía percatarse de las reacciones de su prometida pero bueno, tuvo más consciencia justo cuando estuvieron cara a cara. Le sonrió y la sujeto de la cintura, aunque sin acercarla. Le sonrió y la miro de pies a cabeza ¡Que vista! Ella con su leche... se le puso dura de nuevo ¿Era eso posible? Si, al parecer si. Ella en verdad lo estimulaba.- ¿Y... qué... qué es lo que... lo que querrá esta buena niña?- Cuestiono, pues su premio era hacer cuanto ella quisiera sobre él.

Letizia sonrió cuando la tomó de la cintura, su pecho subía y bajaba agitado por él. Branko Orendain era su perdición, era como una droga, como un elixir que la ataba a él sin importar que pasara ¿aprendería algun día a dejar de sentirse tan seducida por él? Era peligroso, él era peligroso para ella. Su rostro se suavizó pero a la vez adquirió un semblante más inocente, anhelando algo de él. Todo de él.

-Te quiero a ti.-Le tomó el rostro con las yemas de sus dedos, rozandolo apenas, sintiendolo con una ternura divina.-Branko...-La punta de su nariz empezó a oler su mentón, sus mejillas y su cuello, olía delicioso.-Eres mio, nadie te puede alejar de mi lado porque eres mio.-Susurró.-Branko Orendain...-Le miró a los ojos pegandose por completo, caminando y empujandolo en el acto hasta toparse contra una pared, acorralandolo en ella.-Eres mi locura..-Besó su cuello y su mentón bajando a su clavicula y luego a sus hombros.-no tienes idea Branko-Sonrió aplastando su verga contra su vientre suave.- eres tu, lobo el que no tiene una idea de cuanto te amo... T-te quiero más que mi vida.-Oh si, él era su mar, era su tierra y era su sol, el cielo completo... Branko era su todo.

Le tomo con firmeza mientras se miraban y justo cuando comenzaban a retroceder. En ningún momento aparto sus ojos de ella porque le gustaba lo que transmitían. Cuando su cuerpo topo con pared sonrió y levanto el mentón para ella. Si, le gustaba escuchar como le llamaba, era increíble la forma en la que esa mujer le amaba, aun pese a su pasado e incluso su futuro ella le daba todo a él, se entregaba por completo.

Cerro sus ojos. Ella lo olfateaba. Rió, era cierto ¿Quién se atrevería a arrebatarlo de las manos de esa poderosa Diosa? Gruño cuando presiono su verga con su vientre.- Si... Io appartengo solo a voi , Letizia Copobianco [Sólo te pertenezco a ti, Letizia Copobianco]- La pego entonces en un abrazó y busco su boca porque era imposible que no tuviera idea... sentía lo mismo que ella, vivía los mismos sentimientos que ella... por supuesto que la entendía a la perfección. Su encantadora y pequeña Letizia.

Gimió entre sus labios respondiendo a ese beso y amoldandose al cuerpo del lycantropo, sus dedos se enterraron en su cabello mientras levantaba su rostro para no dejar el contacto, sus labios, su lengua, su saliva y su sabor la envolvían. No podía explicar en palabras todo lo que sentía por Branko por eso su boca lo devoraba, cada vez más y mas fuerte y apasionada entregandose por completo.-Te amo...-Se despegó tan solo un poco con sus labios rojos, jaló el labio de él y volvió a besarlo enredando su lengua y subiendo una pierna por sus caderas, bajando y subiendo como si acariciara.-Branko estoy tan enamorada de ti...-Habló agitada tomando su cabeza para que la mirara.-ah~ tengo que decirtelo...-lo besó otra vez, apenas dandose tiempo de respirar y volver a besarlo.-Porque no quiero que lo olvides ah~ n-nunca. Que tu eres mi hogar.

De un momento a otro invirtió los papeles. Ya no era él quien estaba contra la pared, era ella, sus manos estaban sujetadas por una hermosa cuerda roja la cual colgaba desde el techo. Sus piernas eran prisioneras de dos grilletes que habían aparecido en la pared por arte de magia. Estaba cerca de ella acariciando con suavidad su piel.

-Te amo Letizia... Escucha bien mis palabras.- Beso su cuello, froto su verga contra el cuerpo de ella y sonrió.- Lo supe desde el primer momento en que te vi. Se que lo sabes...- Jadeó y deslizo sus manos por detrás de su espalda para tocar su tentador y encantador trasero.- Escape, intente buscar lo que faltaba en mi vida... era un idiota porque...- Beso su cuello y comenzó a bajar, beso a beso, hasta llegar a su vientre.- Porque no me di cuenta que... siempre lo tuve junto a mi...-Estaba de rodillas frente a ella.- Lo único que podía, puede y podrá hacerme sentir vivo, completo, limpió y necesario eres tú... porque sin darme cuenta, te busque todo este tiempo...- Estaba excitado, mirando fijamente el sexo de su amada, su humedad, toda esa crema... gruño y lamió.- Yo también... estoy perdidamente enamorado...- Bufó una risa y de nuevo lamió su sexo, dejando que su lengua profundizará un tanto más.- Porque sólo tú me haces decir todo esto... bruja...- Y su boca comenzó a estimular lo que era de él, lamiendo, mordiendo y succionando todo su húmedo y delicioso sexo.

Sus labios temblaron cuando sintió todo aquello aprisionandola, lo escuchó con atención, su cuerpo temblaba, quería besarlo y abrazarlo pero lejos de eso... gimió.

-¡Ahh-Ahh~ ah...~!-Se arqueó,movió su cuerpo , toda ella se estremecía ¡dioses! Branko se la estaba comiendo, la succionaba y ella solo gemía y jadeaba.-B-Branko!~ Ahh... ah... t-tu.. ahh~...-Empezó a moverse por instinto, su pelvis quería más, más profundo, quería agarrarlo y precionarlo con más fuerza.-Y-Yo... ahh~ ah... ¡M-Me voy a... ahh~ Branko!.-Cerró sus ojos y se agarró con fuerza de la cuerda, estaba casi a punto de correrse.-Te amo..-Gimió.-T-Te amo, taahh~ tanto Branko~!!

Y no paro, ni tampoco respondió a sus palabras. Esa mujer era... Ah~ suya. Gozo de su cama, de sus movimientos y de sus gemidos pero, justo cuando ella estuvo apunto de correrse se detuvo y se apartó de ella. La miro de pies a cabeza. No la iba dejar correrse, no aun.

Retrocedió hasta que llego a la cama donde se sentó y abrió sus piernas lo suficiente como para que ella pudiera ver su verga dura, sólo para ella. Sonrió con malicia y su mano derecha iba con lentitud hacia su falo.

-¿Recuerdas cuando me ataste y no me dejaste correrme?- Cuestionó y su mano ya había llegado a su pene y comenzó a estimularlo lento, suave mientras la miraba, suspiro.- Imaginar que es tu mano me prende aún más...- Dijo en una risita y comenzó a mover su mano más rápido.- Aunque, no hay nada mejor que la realidad...-Gimió, detuvo su mano sobre su grande donde comenzó a estimular. Suspiro y movió un poco sus caderas.- Cuando tu boca... La..lame esta parte...- Se detuvo un poco, sentía como se contraía, su mirada, toda ella sobre su falo era increíble.- Pierdo.. Ah~ toda mi cordura... Letizia.. Letizia...- Y de nuevo comenzó a estimularlo todo.- Cuando lo metes todo a tu boca...- Apretó la puntas contuvo el aliento... Necesitaba calmarse si no se correría de nuevo. Sonrió. -Ahora... Será mejor que los dos lo disfrutemos...- Trago y comenzó a estimular de nuevo con su mano, desde la punta hasta la empuñadura, lo hizo con fuerza porque ella lo sentiría todo aunque estando tan lejos el uno del otro, porque Branko estaba utilizando magia para que la vagina de su amada sintiera lo que su mano mientras se masturbaba.

-Ahh~-Gimió sin poder evitarlo, le había dejado escociendo su sexo, le ardía y sentía una presión insatisfecha en su centro.-B-Bra...-Formó un circulo con su boca, estaba agitada, jadeaba por el abandono y lo deseaba o como lo deseaba en ese momento, morderlo, lamer cada centimetro de esa piel y esos musculos, quería frotarse contra su torax musculado y empapar de su esencia su miembro duro, lo quería amandola cada centimetro de la piel de ella, lo quería besandola y diciendole lo hermosa que era.-¡Ahhh~!-Las esposas se movieron al igual que la cuerda, Letizia se estaba perdiendo en sensaciones.-B-Bra... ahh~ ah~ ah~-Se arqueó, apretó sus puños y lanzó su cabeza atrás.-

Branko lo hacía con más fuerza, se masturbaba mucho más rápido para que ella lo sintiera y para que gozara de esa forma tan interesante de hacerle el amor, aunque no sería todo, o no, ese era sólo el comienzo de su larga noche de "amor" porque tenía que disfrutarla ya que no gozaría de su prometida en un largo tiempo, hasta que el "Problema" se solucionar. Aun había visitas que debía recibir, así cómo personas a las que recuperar.

Gruño y se detuvo dejando su falo dentro de ella o al menos podía sentirlo.- Vamos... Let... mueve...- Ordeno con las pupilas dilatadas, repletas de deseo, quería sentirá, moviéndose sobre él... si, imaginarla, dejándose llevar por la fantasía para explotar de nuevo y así, continuar con su romántica velada.

Lo sentía, Letizia lo miró con los ojos entrecerrados.
-¡Ah~!-Gimoteó retorciendose, sentía su miembro dentro de ella, palpitando y penetrando dentro de ella.-Q-Que... ahh~ ah~ a-ahh~mmah!-Mordió sus labios y levanto su cuello al techo, las esposas en los pies tintinearon y sus manos se aferraron con fuerza a la cuerda.-Ahh~ Branko...-Sus pezones estaban tan duros y sensibles que el solo roce del aire le dolía, ¡Por Artemis! ese hombre estaba simulando una penetración con su mano.-B-Ba... basta...-Gimoteó y entonces empezó a mecerse, empezó a mover sus pelvis en circulos lentos y cortos, gimiendo por cada uno.-B-Bra...Branko!- La diosa estaba a punto de correrse, sentía su clitoris hinchado y caliente, sentía como sus paredes empapadas empezaban a escurrir, como se apretaban contra aquella sensación que el lycan le brindaba. Eso estaba por derrotarla, si el seguía así ella...-ah... ah.... es... ¡ahhh~!

Los jadeos del lobo era intensos, tanto que una poderosa esencia emanaba de él. Se retorció sobre la cama disfrutando de esos suaves y circulares. Leticia sabia como disfrutarlo. Apretó con un tanto de fuerza su falo para sentirla aún más en su cálido interior. Era difícil hablar cuando ella lo montaña de esa forma, o al menos... Bueno, si, ella lo estaba montando con magia, magnífica magia.

Levantó su pelvis un par de veces. No iba a resistirlo más, se movió con fuerza porque quería que ella llegara, quería que explotara con él y... Sería así, aúllo excitado dejándose llevar una vez más por las maravillas que hacía su prometida, disparo sus fluidos y estos no estaban en su mano, claro que no, estarían dentro de ella así como los de ella sobre su falo.

-¡Ahh~ Bran... Brankoo~~!!-Gritó al sentir el orgasmo azotar su cuerpo, sintió el calor de él dentro de sí, ¿era real? ¿realmente todo lo que estaba pasando era real? Jadeó, abriendo su boca en un hermoso ovalo, arqueándose y sujetándose con fuerza de las cuerdas hasta que estas se rompieron y Letizia cayó al suelo, ni siquiera tuvo tiempo de nada. Su cuerpo estaba lleno de Branko, pedía a gritos Branko toda la noche, toda su vida.

-...-Su cabello estaba pegado a su piel, cubría su rostro y en medio de toda esa maraña castaña, Letizia sonrió, sonrió satisfecha, sudorosa y aun con espasmos recorriendo su piel. -¿D-Donde has aprendido eso?-Susurró, apenas y podía hablar.-p-pense.. q-que solo podías sentir p-por la conexión que nos une...- levantó la mirada hacia él.

Su cuerpo experimento una estremecer inigualable ¡Por el puto de Zeus! Si, había sido maravilloso. Se perdió unos segundos en esas sensaciones, en las contracciones del sexo de su amada sobre su falo, hasta que la escucho caer. Aparto su mano de su verga y la acercó a su boca. Olía a ella, era exquisito, dulce, pastel... ¿Cuanto hacia que no comía de ese delicio pastel? Dio un par de lamidas... Joder, delicioso. Levantó un poco la mirada para verla... Letizia no era solo una diosa, era una jodida bruja que hechizaba y ponía a todos a su merced. Bufo una risa y se sentó en la cama y le sonrió perverso.- Tenía que encontrar la manera de sentirme a mi lado , amor. Te extraño demasiado... Me cuesta no ir por ti.- soltó una risa y se puso de pie para ayudarla a ponerse de pie. Aun había algo de noche que disfrutar.

Se apoyó de él cuando se acercó y entonces rodeó su cuello, colgandose ligeramente.-Yo también te eh... -se estremeció, sentirlo tan cerca era mágico.-extrañado.-Susurró, pegandose tanto como pudo, su respiración aun no estaba regulada del todo pero no importaba, ella olía a menta, toda la habitación, casi podía saborearlo en su boca.-Me ha gustado mucho.-Le dijo con una sonrisa pilla.-Sigue buscando más cosas para sentirme siempre a tu lado.-Le guiñó un ojo en forma de complicidad, ella también buscaría la manera, porque también las buscaba.-Aunque yo siempre lo voy a estar, no importa donde... soy tuya.

Fue hasta donde la cama para sentarse de nuevo y sentarla a ella sobre su regazo. La abrazaba porque si, incluso él la quería muy cerca, darle un poco de tiempo para que se recuperada, incluso él.- Y yo tuyo Let, sólo tuyo.- Le beso la coronilla y luego miro al tejado.- ¿Cómo te sientes? ¿Aun puedes con un par de "Rounds" más?- Cuestiono con una risa, aunque sólo quería quedarse así a su lado, sintiéndola, escuchándola, quería saber que tal le iba con el dragón y que tanto le faltaba... quería enfrentarse a ella y saber la magnitud de su poder, quería comprar.

Letizia asintió.-Puedo.-Le dijo como si fuese una cría a la que le pusieran un reto. Pero entonces tan solo levanto la mirada y lo observó. A veces él era tan fácil de leer y otras veces eran tan dificil que le costaba lagrimas de llanto, pero no podía si no amarlo, solamente eso porque, después de todo ¿que era ese palpitar acelerado? ¿Esa sensación de querer estar con él todo el tiempo? O querer hacerlo feliz el resto de su vida, verlo sonrerir y verlo llenarse de amor. Sonrió con ternura en sus brazos y besó su manzana de adán despacio, una y otra vez, para terminar pegando sus labios contra su piel y olerlo.-Hey...-Le habló aun sin moverse de esa posición-Vamos a estar juntos para siempre ¿No es así? Nunca vas a dejar de estar enamorado de mi.-Sus ojos verdes le buscaron, quería verlo y sentirse en casa como siempre pasaba cuando se perdía en él.

-¿Dudas de mí, Letizia?- Cuestiono cuando ella le hizo aquella pregunta. No le molestaba en lo absoluto, sabía que en realidad no era una duda, ella sólo quería escuchar que le amaba porque él ya se lo había dejado claro, no la iba a perder, no de nuevo y ella ya no podía retractarse, era su prometida, en un futuro su esposa porque ya era su mujer. La miro a los ojos fijamente, rojos carmín vrs. verdes. Branko sonrió galante.- No tengo ojos para otra que no seas tú. Y supongo que no podría amar a nadie más ni se me antoja. Contigo me siento bien, me siento... diferente... me llenas Let... ¿De que otra forma y cuantas veces quieres que te lo diga? Ti amo.

Sonrió al escucharlo, era sincero, podía olerlo, sentirlo ¡dioses! estaba toda perdida, él podía hacer de ella lo que quisiera, ella estaba a su merced.-De todas las formas que se te ocurran, nunca me cansare de oirtelo decir.-Beso su mentó y se recargó mientras levantaba la mirada.-Fue una buena idea jamás rendirme-Le sonrió, ladeando su cabeza y dejando que su maraña de cabellos largos y cafes cayera tras su espalda. -Mi madre tenía razón...-Le miró y acarició su mejilla con ternura, Letizia estaba llena de ternura también, llena de un amor puro como el agua, lleno de magia y esperanza.-Tengo que aferrarme a ti. A lo que amo, tu también me has cambiado.-Admitió.-a pesar de todas las cosas malas que han pasado, me he vuelto fuerte gracias a ti.

Branko sonrió un poco, más natural, con ella podía serlo, simplemente dejaba fluir todas esas emociones que ella le brindaba, que le hacía sentir intensamente. Esa bruja era culpable de muchas cosas pero también era quien lograba que él fuera otro por completo, un ser más que poderoso, uno con ganas de vivir junto a ella para toda la vida.

-...- No supo que decir en realidad. Ella mencionaba a su madre y como todo lo malo le había hecho más fuerte. Incluso todo eso malo les había unido más. Era el destino, así de simple.- Tu también me vuelves más fuerte cada día y...- Sonrió inclinándose para besarle la coronilla.- Más perverso...- Rió, era una suave y estúpida broma.

Rió divertida por eso.

-Tu ya eras perverso desde antes...-Le sonrió abiertamente.-Aunque siempre fuiste tierno conmigo.-Pensó en el Branko de antes, era muy diferente al de ahora. Mantuvo esa hermosa sonrisa enamorada y se giró a verlo, acomodandose para quedar a horcajadas, Letizia lo observó detenidamente.-Cierra los ojos y no hagas trampa.-Entrecerró sus orbes verdes advirtiéndole, ella sabría si miraba o no.