Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

-Quizá tienes razón...- dijo en broma dejando que ella se moviera al gusto. Inhalaba, si, ella olía delicioso, olía a recuerdos hermosos, esos que el Orendain celaba como celaba a Let. Entrecerró los ojos unos segundos ¿Qué pretendía su prometida? Sus poro y asintió.- Vale...- le respondió y los cerro.- are todo lo posible por no hacer trampa.- hablaba en serio. Era el peor de todos, ella lo sabia.

-he aprendido a hacer algo nuevo.- le habló suavesito, -me ha costado mucho trabajo, no puedo mantenerlo aun pero esperaba que tu lo miraras, tal vez puedas ayudarme..- le explicó mientras ella tambien cerraba los ojos, respiró y una ligera brisa empezo a mecer las cortinas y las sabanas dela habitación. La bruja junto sus manos a la altura de su pecho, dedo con dedo, yema con yema y luego los invirtio, como si sus manos fueran una llave que podía abrir algo. En ese momento una luz entre el blanco y el azul empezó a emergir del centro de sus yemas, pasando como si fuese agua por su brazo hacia su cabello que lentamente comenzó a cambiar de tono, las hebras entre rojizas y castañas perdieron su color, iluminandose y adquiriendo una tonalidad albina, tan blanca y con un destello identico al de la luna. La luz azulina que seguía avanzando la cubrió toda y luego solo se apagó, dejando  el destello ambiguo en su cuerpo, una luz divina llena de pureza.-ya puedes abrirlos.- le dijo con suavidad, abriendo sus ojos ella tambien y mirandolo con una media sonrisa.-No puedo mantenerlo por mucho tiempo.- le dijo mirando sus manos, se sentía mas fuerte, mas poderosa, incluso algunos objetos se habian levantado y levitaban, al igual que algunas enredaderas habian cuvierto algunos trozos de pared de la habitación.- Adras me dijo, que soy igual que la primer Artemisa.- Sonrió a la nada, sus ojos tambien habian cambiado de tono, eran mas brillantes, con tonalidades azules, doradas y verdes, un color dificil de descifrar.- dice que soy hermosa...- se sonrojo.- t-tu... tu que piensas?

-Me alegra saber que te ha costado aprenderlo.- Dijo con calma porque eso significaba que era importante y que por ellos ella sería mucho más fuerte, aprender tecnicas que costaban meses o incluso años era increíble, lo decía él que aun tenía que buscar la manera de controlar la oscuridad que su cuerpo contenía pero ahí estaba ella que era quien controlaba en mayoría su persona y maldad, su Letizia. Mantuvo los ojos cerrados en todo momento, ella le daría la indicación, supuso.

Inhalo y exhalo, ella se preparo y comenzaba. No necesitaba verla para percibir sus movimientos. Sonrió porque pudo sentir en su cuerpo pánico, un deseo intenso que amenazaba con apagar la luz que podía aniquilarlo, pero era lo normal, después de todo ella era una diosa y él... bueno, él era un monstruo. Por otro lado en el momento que abrió los ojos algo más se removió. Ella estimulaba su todo, desde la oscuridad hasta la bestia. Gruño y rió intentando contenerse. Sus colmillos y garras añoraban salir y adorar a la diosa, su luna ¡Joder! Ella lo hacía trizas y tenía que admitir que le gustaba creer que ella sólo podía eliminarlo.

-Es... increíble...- Estaba orgulloso, ella lo hacía bien y en realidad, para el poco entrenamiento que tenía, ella había avanzado bastante. Levanto una de sus manos y la dejo frente al rostro de ella, iba a hacerle un aprueba pero cerro el puño cuando ella menciono al dragón, arqueó una ceja y suspiro. Puso una expresión pensativa, intentando recordar a esa Artemisa. Por supuesto que estaba en sus memorias, después de todo ¿No era él parte del hombre que alguna vez esa mujer amo? Bufó una risa.- Tú dragón se equivoca.- La miro fijamente a esos ojos de colores y tomo con ambas manos las mejillas de Letizia. Ignoro el dolor, tendría que buscar la manera de no hacerle daño a ella y ella a él, porque por mucho que quisieran ignorarlo, él podía manchar la pureza de la Diosa con su miomasa y lo evitaría en todo sentido, no dejaría que su instinto lo arruinara. No tendrían el mismo destino del pasado.- Tu eres más hermosa, más poderosa y, por supuesto, más sexy.- Le guiño un ojo y suspiro.- Estoy orgullosos de tu avance. Estoy ansioso por que tengamos un pequeño enfrentamiento. Se que esto no es todo tu poder y quiero sentirlo todo, Let. Tu verdadera prueba es vencerme a mi y después... bueno, a quien sea.- Bromeo por eso, pero sabía que si entrenaba con ella la prepararía para enfrentarse a su maestra, Nerys.- De verdad que eres hermosa...- Y comenzó a verla por completo, de arriba abajo. Se relamió los labios... Ella era suya.- Aunque he de admitir que me gustan más las castañas. Las albinas...- Negó con la cabeza, no eran para nada de su gusto.- Te amo Letizia Copobianco Valenti, prometida de Orendain.- Se inclino para besarla, quería hacerlo, lo deseaba.

-¿Lo crees?-Rió un poco y luego enarcó una ceja, las albinas tampoco eran su fuerte pero tenía que admitirse que su forma de "diosa" era un tanto llamativa, más que blanco parecía brillar, era algo extraño, ni siquiera ella podía explicarlo ni tampoco pensó mucho en ello pues Branko se inclinaba a ella y Letizia, como si se tratase de un imán, se inclinó lentamente hasta que sus bocas se tocaron. El solo contacto dolió, pero no importaba ¿ese había sido el dolor de la primer Artemisa? Continuó ese contacto, el dolor poco a poco fue cambiando, como si las energías se mezclaran, dejando un choque electrico por toda su piel, como pequeñas descargas que la erizaban. Se separó de él solo un poco, alejando sus labios con un suspiro suave, exhaló y entonces ella volvió a la normalidad, cayendo en sus brazos, agotada, muy agitada.-M-Me quita mucha energía, aun no puedo controlarlo del todo.

Rió un poco y la miro fijamente.- Te amo Let, como sea, veas como te veas, yo no puedo resistirme a ti.- Dijo muy honesto y se besaron. Ciertamente fue doloroso. Era natural, eran opuestos totales pero eso mimo los hacía unirse, amarse con la locura con la que se amaban.

La sujeto justo cuando se quedo con pocas energías. La abrazó y la atrajo con él para recostarse con ella, mirándose frente a frente, abrazándola. Uniendo su frente con la de ella.- Yo te ayudare. Lo controlaras a la perfección, ya lo veras. Ahora no te sobre esfuerces.

-Confió en ti Branko.-Le miró y acarició su pecho, mimandolo con ternura y besando su clavicula.-Siento que no hay nada que no pueda hacer si tu estas conmigo.-Tal vez era demasiado cursi, demasiado idealista pero era lo que sentía, le daba fuerzas, le daba vida. Rió un poco.-Se que aun falta mucho..-le dijo.-pero quiero que la boda sea en la noche.-Levantó la mirada con una sonrisa.-no quiero que esten muchas personas, por lo menos no en nuestro lazo ante los dioses.-Se acomodó más, acurrucandose e imaginandose las cosas.-Solos tu y yo... ¿te gustaría?

-.... Lo sé Letizia.- Dijo sincero porque no haría anda que lo hiciera perder su confianza, no de nuevo. Sonrió y la acurruco entre sus brazos. La mimo acariciándole un poco, haciendo círculos en su espalda, escuchándola sin interrumpirla, recordando que tendrían que planear su boda. Sonrió, ella era encantadora, no se cansaría de pensarlo.- Por mi mejor, me gusta más la noche.- Dijo con sinceridad.- Y si somos sólo nosotros dos... y nuestros hijos...- Dijo girando los ojos porque estaba muy seguro de que ella los iba a querer ahí.- mejor.- Si, era algo intimo, sólo de él y ella.- Después aremos la grandisima fiesta que se que deseas también. Con todos tus amigos y de más.- Porque Branko ¿A quién invitaría? Se rió de él, no tenía amigos.

Nuestros amigos.-levanto la cabeza a él.-si son mios tambien son tuyos.-tomo su mano entrelazandola.-porque ahora somos uno, recuerdas? lo que es mio tambien es tuyo Branko.-la besó, aquellos dedos entrelazados, los nudillos sobretodo, uno a uno.-porque todos los que me quieran a mi, te tendran que aceptar a ti también. Porque eres lo queyo he elegido, lo que me hace feliz.-sonrió.

-...- Se le quedo viendo en silencio mientras ella decía esas palabras ¿Así que eran sus amigos también? No, por mucho que ella lo dijera, jamas daría la vida por alguno de ellos ¿No hacían eso los amigos? Además ¿Confiar en ellos? No, Branko no era idiota, jamas dejaría si vida en manos de alguien más, sólo en las de Letizia. Branko suspiro y sólo asintió con la cabeza.

- Si tu lo dices, es cierto.

No imagino que en esos días más de un ser se convertiría en un buen amigo y que el chico al que consideraba un gran enemigo, no sólo se convertiría en su aliado, también en su rival y ¿Por qué no? en su mejor amigo.

-Tienes suerte que el único ser al que considero especial, aparte de ti, ya te quiere. Sólo hay que recuperarle.- Y si, se refería a su hermano, sonreía de su broma pero en su mirar podía notarse lo molesto que estaba con él mismo por haberlo perdido de vista, porque pese a todo lo sucedido, siempre estuvo al pendiente de su hermano menor.

Asintió, era cierto. Sentía que él se abriría poco a poco a los demás, lo más dificil habís sido abrir su corazón a ella, lo demás fluiría, existirían rocas en el camino pero lograrían sortearlas, que Branko hubiese querido ayudar a Cys, incluso aunque obtuviese otro beneficio a cambio, era un gran avance para el hombre que años atrás era un mercenario cuya vida era solitaria y llena de sangre y masacre. Branko estaba cambiando, le gustaba creer que era por ella sin embargo existían sucesos y experiencias que no tenían relación con ella y que habían hecho que Branko empezara a formarse como el lider que ella sabía sería en un futuro.

-Recuperaremos a Khato.-Hizo que la mirara, tomando su mentón.-Aunque tu yo sabemos, que mientras Creta y él no vuelvan a unir su lazo, no podremos hacer mucho más.-Sus ojos se volvieron serios. Creta había sido su primer entrenadora, le había ayudado a invocar a Excalibur y también a afilar sus poderes de bruja, ella era la única que podría seguir enseñandole, la única Copobianco de sangre pura pues aunque Letizia era la reina legitima, su sangre esta tintada tambien con sangre Valenti.

Asintió con seriedad. Se trataba de su hermano, no podía bromear al respecto, no hasta que lo tuviera en sus manos, aunque su encuentro significaría una inevitable pelea. Sería interesante después de todo ¿cuándo fue la última vez que peleó con su hermano? Sonrió, lo había hecho por una patética crayola.

Gruño y frunció el ceño, sólo escuchar el nombre de esa bruja le cabreaba porque por culpa de ella su hermano se había tirado a la perdición. Se las pagaría, le haría sufrir, el día que la encontrara. Eesperaba hacerlo antes de que su hermano apareciera, así podría gozarlo sin remordimiento alguno. Se quedo un poco sorprendido ¿remordimiento? Gruño ¿desde cuando le importaba eso?

-Me molesta. No la menciones. Ella no se lo merece.- Hermano celoso, algo que no había dejado ver cuando se trataba de su hermano. Si, Branko frente a Letizia no ocultaba lo que era o al menos los aspectos más "secretos"- Sólo quiero recuperarlo y el decidirá si la busca o no.- Carraspeo y la abrazo con fuerza, enterrando su nariz en la larga melena de su prometida.- Ya no quiero hablar de ellos... Es nuestra noche... Por fin estamos juntos de nuevo.- Le dijo sin apartarse sin recordar que había sido él quien mencionó a su hermano.

Letizia suspiró y tan solo sonrió a sus palabras, Creta era su prima y ella le debía mucho, no podía justificarla pero tampoco juzgarla.-Todos merecen una segunda oportunidad.-Le dijo besando su pecho y acariciándolo con sus delgados dedos, recorría cada una de sus cicatrices, aun en su perfecto cuerpo, Let recordaba la primera vez que él le había permitido verlas, ella había besado y mimado cada una de ellas, pero había sido doloroso, todo lo que él había pasado.-Entonces hablemos de otra cosa.-Estiró su mano para acomodarle alguno de sus cabellos.-Crecen muy rapido.-Le aseguró, lo tenía más largo, se veía hermoso con el cabello largo, aunque corto también le gustaba.-Lo tenías más corto la primera vez que te vi.

Carraspeó cuando menciono lo de la segunda oportunidad porque ella se la había dado a él, porque lo había perdonado por sus incoherencias pero no era lo mismo, Creta no era su imprimación, por eso no merecía otra oportunidad o así pensaba. La miro acariciar sus cicatrices.- ¿De qué quieres hablar?- Cuestiono a su amada y ya sujetaba su cabello.- ¿Lo crees?...- Sonrió y dejo que continuara.- ¿Quieres cortarlo? Han pasado muchas cosas como para que le ponga atención a mi cabello Let.

-¿Te gustaría que yo lo cortara?-Recordó que ella también le había pedido a él que le cortara su cabello. Sonrió.-Esta bien, yo estoy aquí para poner atención a todo lo que tu hayas descuidado.-Beso su mentón y se levantó un poco, para quedar semisentada, recargando su cabeza en un hombro mientras se apoyaba en uno de sus codos. Branko había cambiado mucho, había dejado a su cabello en un segundo plan lo cual significaba que en la vida de Branko Orendain, ahora existían más cosas importantes.

-Nadie más.- Aclaro, pues él jamas dejo que alguien más lo cortara ¿O si? No lo recordaba y no era como que le interesara, ahora todo su mundo era Letizia, no había razón ara recordar nombres o cuerpos que alguna vez utilizo. Cerro los ojos y sonrió con más naturalidad cuando le beso el mentón. Le gustaba que lo hiciera.- No, tu estas aquí para que yo te satisfaga en todos los sentidos mi amor.- Le beso la frente y se mantuvo recostado, disfrutándola sobre él(?).- ¿De qué manera quieres cortarlo?- Cuestiono- Dejare que hagas lo que quieras.

(ya ni se como estan, ellos se mueven mucho XDD ewe)

-Como lo tenías antes.-Acarició su pelo, tomando un mechón y besandolo con ternura.-Que te parece hasta aquí..-sus dedos se posaron por debajo del mentón. Frunció sus labios recordando como lo tenía antes.-Era más corto de aquí...-Sus manos subieron a su coronilla y empezaron a separar mechones negros. Se sentó sobre él por completo, sus senos estaban semi cubiertos por sus largos mechones castaños, se rizaban en armonía con sus curvas, ella también necesitaba un corte. Rió, había hecho un desastre con el cabello de Branko, había pasado mechones y acomodado hebras de tal manera que parecía haber hecho cadenas con ellas. Rio de nuevo, sosteniendo su vientre por ello, ¡dioses no era para nada buena haciendo peinados!-Oh Branko.-Se llevó una mano a la boca, su risa sonaba por toda la habitación, una risa armonica y pura, no había malicia más que sola diversión.-No importa como...-soltó una risa más suave.- de cualquier forma sigues siendo atractivo para mi...-Aguantó la risa de nuevo y se inclinó contra el hombro de él, no pudiendo resistir y riendo contra su piel. Estaba feliz, como nunca, se sentía tan plena a su lado, reir era pura magia cuando estaba con Branko.

( xDDDD ¿Verdad? Pinchis lombrices de agua puerca)

-¿Cómo lo tenía antes?- ¿A qué tiempo se refería? Alguna vez lo tuvo hasta sus hombros, otro tiempo un poco más corto, en otro momento ya no había tanto cabello, lo había perdido en su mayoría pero bueno, ella elegiría a fin de cuentas ¿Qué Branko le había gustado mucho más?

LA dejo hacer u deshacer con su cabello mientars la miraba. Toda, desde sus ojos hasta sus pechos ocultos tras las hebras de su larga cabellera. Si, definitivamente ella necesitaba un corte pero. Levanto sus manos para tocar el cabello castaño de su chica y sonrió hasta que lo llamo y la miro de nuevo a los ojos. Arqueó una ceja, ella se reía... frunció un poco el ceño. No iba a mirarse en un espejo y la sujeto de las mejillas.- A veces olvido que eres algo torpe en estas cosas...- Le sonrió de lado, la soltó y justo cuando se pegó a su hombro la abrazó.- Sólo tú dirías algo cómo eso, cariño.-

Se sentía completa, si, esa era la palabra correcta, "completa". Letizia levanto la mirada, sonriendole de oreja a oreja, él aun tenia las "trenzas" en su cabello, bufo una risa mas suave y junto sus narices, moviendola tiernamente.-pero es divertido...- fruncio su entrecejo.- y tu estas tan serio...- lo imitó. Amaba la risa de Branko, ella podria qudarse despierta toda la noche solo para escucharla y verla, hasta ese punto estaba tan enamorada asi que lo haría sonreir y reir todo el tiempo, después de todo habia logrado que el gritara "te amo Letizia" a los cuatro vientos,.-vamos, te permito peinarme como te venga en gana.-le retó.

Branko cerro los ojos por unos segundos, mientras ella le daba ese beso de esquimal. Sólo ella podía ser tan cursi. Noto en su mirada algo especial, como si pudiera leer sus pensamientos, que si quería hacerlo podía pero eso implicaba dejarle las puertas abiertas a la Diosa. Aun no era tiempo. Ella no debía saber que ambos podían ver más allá de lo que imaginaba, al menos en la cabeza de él, no hasta el dia de su boda.

-Pareces muy feliz. Eso me gusta.- lo dijo con seriedad, aunque en su mirada se podía ver que realmente era feliz junto a ella. Solo con ella lo seria. Se encogió de hombros, asi era él ¿Que le iba a hacer?

Arque una ceja.- vale.- respondió enseguida, aceptando el reto. Se acomodo de tal manera que quedo sentado correctamente con ella sobre sus piernas a horcajadas, sus rodillas a cada lado de sus piernas. Levanto sus manos para sujetar su cabello.- Es demasiado largo también, pero igual me gusta.- Beso un mechón, no haría de las suyas y ninera.como que supiera hacer peinados, simplemente sujetaba el cabello o hacia chongos y por ultimo, un trenza, alguna vez las necesito para su cabello y el cabrón de Santiago.

Si-Asintió, necesitaba un corte, demaciado largo le impedía pelear, le llegaba casi hasta los tobillos si no se lo amarraba.-Soy tu rapunzel particular.-Sonrió divertida y luego pensó que él era muy sexy, si, lo era.-¿Que estas haciendo?-Rió mientras se dejaba hacer ¿ya había acabado?-¿Me veo graciosa?-Movió su cabeza, quería hacerlo reir ¡ella podría! ¡Quería hacerlo reir!-Tal vez así... -Puso un dedo en su nariz, intentando hacer una nariz de "puerco", frunció su ceño y le miró, ¿le haría reir así?

Las manos del moreno se movían con delicadeza, dándole la atención que se merecía a esa gran melena de cabello. Le gustaba sentirlo en sus manos y sería lamentable cortarlo pero ella lo necesitaba si no quería sufrir durante la batalla, sería un punto débil bastante obvio. Se había perdido en ello, en recuerdos de ella sonriendo, llorando, comiendo dulces, su primer encuentro, la primera vez que la toco y todas esas majestuosas primeras veces con ella, viendo en esos recuerdos como había cambiado incluso él. No había respondido a la primer pregunta y no espero que actuara de esa forma. Se le quedo viendo y sólo sonrió negando con la cabeza.- ¿Qué es lo que estas haciendo, Letizia?

-¿No es gracioso?-Preguntó un tanto desepcionada, parpadeando y luego pensandolo un poco, mirandolo directamente.-Entonces, usaré mi arma secreta Branko.-Sus ojos se afilaron.-¡Cosquillas!-Se lanzó sobre él, empezando a hacer cosquillas en sus costados, en su abdomen duro... dios mio, estaba tan marcado que ¡NO! No se debía desviar de su objetivo.-cosquillas, cosquillas, cosquillas...-Su boca se pego a su cuello y sopló, haciendo aire para que aquello le provocara gracia. A pesar de todo, había ciertas cosas que Letizia no podía cambiar, era su esencia al fin y al cabo, una esencia que sin saberlo la pasaría a su pequeño Franko, el único de todos que tendría más de ella que cualquier otro, el único que la haría sentirse herida y traicionada.

-....-Branko inclino la cabeza. ¿Ella quería hacerlo reír? ¿Era eso? Lo lamentaba por ella porque él no se reía con facilidad, aun... no, eso sería cruel para su linda mujercita, era una diosa después de todos, lo contrario a él, aunque fuesen casi lo mismo. Frunció el ceño cuando menciono su arma secreta.- Ni se te ocurra Let...- No termino la frase cuando ella se lanzó sobre de él y comenzó a hacerle cosquillas. Apretó los ojos en un principio ¿Cosquillas? No estaba seguro si era esa la sensación que debía sentir, la había olvidado, al menos cuando se trataba de ese juego, había una culpable y esa, era innombrable frente a Letizia. Se estremeció un poco y apretó los labios. - Le.... Letizia...- Soltó un bufido... ¡¿Iba a reírse por eso?! Oculto su mirada bajo su flequillo... Si no se detenía ella iba a ganar.

Ella no paro, estaba sobre él, haciendo cosquillas en sus costados, en sus axilas y luego otra vez en sus costados y su estómago y también en su cuello con su boca. Jamás pararía si se trataba de hacerlo feliz, Branko había sufrido mucho. No recordaba del todo pero en ocasiones tenía pequeñas visiones de ella con Branko ¿Como habría sido Branko de pequeño? Seguramente su madre los adoraba a él y a Khato, les mimaba y les hacia cosquillas y eran felices y se divertían a su manera.-¡El ataque incrementa!-Por eso Letizia también haría lo posible por devolverle un poco de lo que había perdido. Ella no era su mamá y ella tampoco podría regresar el tiempo y devolverle lo que había perdido, tal vez antes había llegado a pensar que podría hacerlo pero ahora, más madura y conciente de la realidad sabía que no podría jamás... -cosquillas, cosquillas...-sin embargo lo que si podía hacer era darle nuevos recuerdos a Branko, decirle con hechos que aunque había perdido mucho, tendría más... él volvería a ganar y también a ser feliz.

Branko no lo soportaba. Apretó los ojos intentando contenerlo ¡Joder! tensó la quijada. Ni siquiera podía . Sus manos sobre su cuerpo, la forma en la que le tocaba. Era diferente, muy diferente. Ciertamente algunas veces sentía esa sensación de cosquillas en su piel cuando estaba con ella en contacto pero nunca tan intensa como en esa ocasión.- Basta...- Susurro y gruño, sujeto las manos de Letizia deteniéndola.- Dije basta....-No le grito, no podía en realidad, apenas la sujeto con fuerza de las muñecas y aparto sus manos porque estaba agitado. Oculto su rostro en el cuello de la castaña. Joder... ya no aguantaba, su cuerpo temblo, era extraño como podía sentir aun sus dedos sobre su piel, como aun esas manos tocaban sus puntos más sensibles y entonces, parecía un idiota, sexy pero igual idiota porque entonces comenzó a reír, primero bajo después a carcajadas.- Letizia...- Decía entre risas. no podía parar porque ella seguía tocándolo ¿O no? Ya ni siquiera sabía que era lo que pasaba, sólo no podía parar porque por mucho que se resistió, el encanto de su chica lo atrapaba, sonreía y reía para ella, sólo para su Letizia.