Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

Branko puso los ojos en blanco cuando ella decía que ese Jaeger era su hermano. No iba a pelear con ella, porque por mucho que no lo quisiera cerca de ella, estaba en la puta lista. Sonrió.

-Lo más seguro, pero no tienes porque preocuparte, estoy preparado para cualquier cosa. Eso si, nos acusaran de haber perdido algo preciado.- Le guiño el ojo y bueno, la verdad es que lo sabía todo, lo que lo hacía cómplice de lo que estaba sucediendo.- Como sea, Cys buscara a Khato y lo encontrara si quiere ver de nuevo a su hijo y a su tía. Se que lo hará en poco tiempo, aunque no lo creas...-Bufó.- Se que su habilidad es impresionante, es un híbrido a fin de cuentas.- Odiaba admitirlo pero gracias a Letizia había aprendido a hacer eso, a aceptar al resto.

-Es el plan cariño. Creeran lo peor de nosotros pero Oleg Yasikov no es tan imbécil, dudo de Woolfgand pero estaremos bien. No podrán vencerme.- Presumido, como siempre. Le tomo la mano.- Lo que me importa es recuperar a Khato... no debí apartar mis ojos de él..- Si, eso lo lamentaba pero sonrió. Algo le decía que cuando se encontraran, tendrían el enfrentamiento que tanto deseo su pequeño hermano.

Con su otra mano tomo la mejilla de él y se acercó.

-Se que lo encontraremos Branko, no te preocupes por lo que pasó, ahora solo tenemos que mirar al frente.-Pegó sus frentes y suspiró.-no deberías menospreciar a la raza más antigua de todo el continente europeo, los Woolfang son muy recelosos.-Rió y se acercó a darle un piquito en la boca.-Has hechos muchas cosas, estoy celosa.-Le dijo con una sonrisa, aunque claro no estaba celosa de lo que había hecho,más bien del tiempo que había invertido en eso y no en ella.-Tenemos que hablar con Cys y tambien darle protección a su familia, Adras esta localizando a Myer...-Se separó un poco y bajo la mirada.-Quiero a mis hijos a mi lado Branko... quiero a mis bebé de nuevo, n-no los siento.-Se refería claro a Clarisse y Franko.-Y Kellen... no estoy allí para ayudarlos.

-Lo se, el volverá a nuestro lado y...- Frunció el ceño.- Esa estúpida muñequita le dará cuentas.- Refiriéndose a la prima de su prometida porque aunque no lo pareciera, sabía bastante de lo que había sucedido entre su hermano y esa pequeñita. La hubiera matado con gusto pero hacerlo significaba también matar a su hermano ¡Maldita imprimación!.- Me importa muy poco si son o no la raza más antigua Letizia.- Porque en su pensar, los Orendain serian la raza más poderosa y así lo sería, sus futuros hijos no sólo serían lobos, serían dioses.- Tenía que prepararnos mi amor, no podía quedarme sin hacer nada.- respondió al piquito y después se puso de pie.-...-Negó con la cabeza.- No te preocupes por eso. La familia de Cys estará bien, es parte de todo lo que viene.- Sonrió con cierta malicia pero al escuchar a sus hijos suspiro y negó con la cabeza.- Lo mejor es que no te involucres con ellos... por ahora. Déjamelo a mi. Tu tienes algo más importante en que concentrarte. Además.- Giro para verla a los ojos.- Aun no es tiempo de que actúes como la madre sobreprotectora que seras hasta que tengamos a Kellen.- Y no hablo más. Sabía que Kellen estaba perdido en su totalidad y era por su culpa. Clarisse, su niña tenía otra prueba que superar y ese Vanirio estaba con ella. Franko... bueno, de él si no sabía absolutamente nada, ya lo buscaría después y.. bueno, ella tambipen parecía estar de lo mejor.

Judith tenía los ojos bien abiertos. Miraba todo con una seriedad helada que dejaba a muchos deseosos de que aquella nueva "sumisa" fuera sometida publicamente. Sin embargo Creta no estaría dispuesta a que los humanos se diviertieran a costa de los magicos, sin saber su destino.

-Vengo a llevarla.-Dijo bajando del enorme hombre negro que la cargaba,.-Ella es mia ahora.-SUsurró al carcelero quien la había dejado salir, muchos de los amos que iban a ver a las nuevas "sumisas"fruncieron el ceño, Judith era una carnada tentadora para muchos.-Camina.-Ordenó la rubia quien tomó la cadena del cuello de la vaniria.

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Letizia no dijo nada respecto a Creta. Creta le había salvado la vida cuando más lo necesitaba, pero ella estaba tan llena de rencor que no lo había podido soportar, negando un lado malo que no pudo soportar, por ello le había hecho tanto daño a Khato, tanto daño a todos los que amaba.

-Es difícil que me pidas eso cuando ya los conozco, cuando se que son nuestros.-Apretó sus puños, debía ser una reina, debía meterse en cosas más importantes pero desafortunadamente, para Letizia pocas cosas eran más importantes que su familia.-Protegelos.-Fue lo único que le dijo, debía centrarse en el presente, si ella no podía salvar el momento en el que estaban, sería seguramente muy difícil que sus hijos nacieran sanos y salvos en un futuro.-Tenemos que hablar con Cys.-Repitió.-Tiene que ponerse en marcha, no podemos esperar más tiempo.-Mordió su boca.-Adras tiene que saberlo, es también uno de mis guardianes.

-No Letizia, tu prioridad ahora no son nuestros hijos. Ellos no deberían estar aquí y si lo están, tendrán que ser responsables de su destino.- Le respondió, aunque por supuesto que los cuidaba, era su forma de criarlos o algo a´si, no podía ignorarles del todo, eran tan suyos como de Letizia.

Sobre Cys, sabía que ella tenía razón, incluso sobre Adras.- Lo se, pero hablare con él hasta mañana por la mañana, ahora déjalo descansar y aclarar su cabeza. No sabía que ese chico era su hijo y bueno, incluso apenas comenzaba una relación con su imprimación. Le daba coraje darse cuenta de esos detalles y tener que ayudarle... lo hacía por su beneficio, definitivamente.

-Lo sabrán mañana por la mañana. Cys Actuara al instante y ya veremos cuando tengamos aquí a nuestras próximas visitas. Debemos estar presentables y darles una muy cálida bienvenida.- Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro y se acerco más a su mujer.- Dame esta noche, cariño porque no se hasta cuando podre tomarte y mimarte tanto como me gusta hacerlo...-Dijo con ese toque perverso, repleto de deseo por su mujer.

-(-)-

Seishiro estaba sentado en un gran sofá, mientras mantenía a Dimitri entre sus brazos. Acariciaba su cabello y murmuraba palabras que, aunque magia negra, sanaban las heridas del cuerpo de su presa. No lo iba a dejar morir tan fácilmente y sabía que él no estaba dispuesto a morir, luchaba aun cuando había y seguía siendo humillado de tal manera.

-Tienes un corazón poderoso, Dim. Muéstrame tu verdadero poder... Anhelo verlo antes de verte morir.

La castaña levantó la mirada a él de nuevo y entreabrió sus labios. Ella no podía ser dura con sus hijos pero suponía que aprendería, aun era joven y ni siquiera estaba embarazada.
-Esta bien.-Le dijo respecto a sus prioridades, ella tenía otras, supervisar a Adras, seguir fortaleciéndose... -¿Que?-Se sorprendió al escucharlo y luego rió un poco.-Mimarme como a mi me gusta?-Ronroneo suavemente acercandose a él en aquel sofá, gateando hasta estar a su lado, casi sentada sobre él.-¿Quieres mimarme Branko?-Susurro.-quiero mimarte yo también.

Sonrió cuando la tenía casi sobre de él, no, de hecho, la acomodo de tal manera que quedara a horcajadas sobre su regazo, mirándose a los ojos, mientras sus manos se posaban en su cintura.- Si... quiero saborearte.- Sonrió y se inclino para besarle el cuello.- Quiero que me mimes.- Se rió por eso.- Quiero que juguemos Letizia.- La lamió.- Tengo algo interesante en esos cajones ¿Te gustaría hacerlo de este modo? Los humanos tienen artilugios bastante divertidos- Había conseguido un par de dados, de esos con los que los chicos se divertían y que ¿Por que no? Ellos también podían jugar un rato, ampliar su intimidad.

La ojiverde cerró los ojos al sentirlo, lanzando un ligero suspiró por la lamida. Sonrió. ¿Artilugios? Seguramente que sí, los humanos eran predecibles y simples, pero hacian siempre cosas interesantes, cosas para que diosas como ella, pudieran disfrutarlas.-Suena interesante.-Afirmó mientras respiraba el aroma de su lycan, olía a menta, olía delicioso, también sabia a eso, quería probarlo, morderlo como no había podido hacer hacia unos momentos atrás.

-Bien, comencemos con estos.

Y apareció en la palma de su mano un par de dados que tenían en cada cara una palabra, el en primero, venían las partes del cuerpo, tales como: Labios, Oreja, Culo, pechos/pezones, pierna, Pene/Vulva y en el segundo la acción a realizar: Besar, Lamer, Soplar, Morder, pellizcar , Acariciar.

- La regla es simple: Lanzas y realizas ¿Fácil verdad?.

Y se acerco para rozar sus labios pues por regla del juego, no podían tocarse aun, hasta que los dados fueran lanzados.

-¿Comenzamos?

Mordió su labio inferior y sonrió al escucharlo. ¿Así que esas cositas le dirían a ella que hacer? Se sentó correctamente y por un instante sus labios siguieron los de Branko, hasta que se dió cuenta de lo que hacia.

-Esto va a ser interesante.-Ladeo su cabeza y cruzó una pierna.-¿Que pasa si no puedo detenerme?-Lo miro, quedaba claro que había cosas que ella tendría que aguantar y él también.-¿castigos, recompenzas? -Se encogió de hombros.-¿quien tira primero?

-La recompenza es realizar la acción cariño. Un castigo lo hará mucho mas divertido. Si no te detienes, habrá un castigo, seamos creativos ¿Si? y, pongamos un tiempo limite ¿Qué te parece 60 segundos? Quien logre hacer que el otro se corra ganará. El premio, bueno, se lo llevara en la cama por supuesto o donde lo desee.- Le gustaba esas reglas esperaba la probación de su preciosa prometida.- ¿quieres que inicie yo, amor?-Estaba ansioso por comenzar.

Ella también estaba ansiosa, más bien curiosa, quería jugar, ella adoraba los juegos así que aquello parecía de lo más divertido.

-No.-Dijo ella tomando los dados rápidamente y pegándolos a su pecho por instinto, como si Branko fuese a quitárselos.-Inicio yo.-Rió mientras los agitaba y entonces los lanzaba. Los dados giraron y giraron haciendo que el corazón de la castaña latiera rápidamente por la emoción. Letizia se levantó ligeramente para verlos hasta que ambos dados se detuvieron.

"Pecho/pezones"

"Lamer"

Sonrió divertida y luego levantó la mirada a él levantando una ceja para acercarse y tomarlo del cuello.

-Seran los 60 segundos más divertidos de todos.-Metió una mano por debajo de su camisa y suavemente empezó a subir, quería arrancar la ropa y besarlo por todas partes pero eso no era parte del juego. Así que empezó a quitar hasta tenerlo solo para ella.

El lobo tan sólo se le quedo viendo por esa reacción tan encantadora de ella, protegiendo un par de dados somplones. Esa era su reina ¡Joder! Ya quería tima rala sobre la cama y comenzar a poseerla como un loco... Por un segundo odio haber propuesto ese juego, sólo por un segundo. Le sonrió y asintió.

-Bien, entonces comienza.

Y no dijo más. Vio los dados lazados y también observo como giraban y giraban hasta que dos de de las caras quedaban en lo alto. La miro enseguida y esa risita lo excito aún más, suspiro, ya la tenía dura de solo imaginarla lamiéndole. Levanto la mirada exponiendo su cuello para ella cuando le sujeto. Sonrío de la misma manera.

-¿De verdad?- Cuestionó. -Veamos que es lo que sucede porque sólo se que voy a disfrutarlo como nunca.

Branko levanto sus manos para facilitarle a su prometida el que le desvistiera y se esforzó por mantener sus manos abajo porque seguía con las ganas de poseerla.

Sus pupilas se dilataron, por un instante sus ojos verdes se habían vuelto de un colo azul electrico debido a la excitación que eso le provocaba. Ahogó un gemido y dejo que solo el latido rapido de su corazón la envolviera, sus dedos le picaban por tocarlo y no pudo aguantarse más tiempo, subió sus manos lentamente, palpando cada musculo hasta que practicamente estuvo sobre él, acercando su boca sus pectorales, joder, Branko le gustaba tanto.

-Me gusta...-Susurró y se lamió los labios y dejo que su lengua humeda y rosa dejara un rastro de su saliva, como una paleta de helado, experimentando el sabor de Branko en su boca, lamió su pecho de arriba a bajo y entonces sus labios atraparon sus pezones. Letizia sintió como en su lengua se erizaban, como temblaba ¡joder! Su esencia floreció, era poder, poder sobre el cuerpo de él... y que bien se sentía.

Sonrío al ver ese cambio en las pupilas de su prometida. Su verga se hincho más. Quería arrancarse el pantalón y que surgiera la puta magia pero no, ella tenía el mando por tan solo 60 segundos. Suspiro cuando sus manos comenzaron a tocarle. Deslizarse desde abajo hasta donde ella lo deseara. Trago y el solo contacto de su húmeda lengua hizo que los pezones se le endurecieran. Río y jadeo cuando sus labios estaban sobre uno de ellos.

-A mi me encanta..- Dijo con cierta dificultad sintiendo su piel estremecer ¿desde cuando solo esa acción lo ponía tan cachondo? Se trataba de !etizia, le había extrañado tanto, la necesitaba como nunca. Si, tenerla con él era lo mejor, independientemente del sexo intenso que tendrían día con día, su sola compañía, una conversación, el tomarse de las manos, una simple sonrisa. Si, la quería ya a su lado pero aun faltaba tenían que prepararse y disfrutar esa noche porque no habría otra igual hasta que la guerra terminara o... Bueno, quizá... Gimió. Tan solo le quedaban 10 segundos y seria su turno. Ya lo deseaba.

Pasó su lengua al otro pezón y lo lamió con la misma ansia torturadora que el anterior.

-3...-Lamió.-2...-Lamió de nuevo y lo miró a los ojos con una sonrisa pilla, la sonrisa de una niña que hubiera roto el jarrón pero que jamás sería descubierta.-Listo.-Dijo volviendo a incorporarse, respirando un tanto agitada, excitada. Haber podido tocar a Branko sin que él se interpusiera la había hecho sentirse poderosa, afrodisíaca y eso le gustaba demasiado, saber que era ella quien lo sometía, quien lo ponía a sus pies una y otra vez.

Branko seguía jadeando. LA sensación de mantener las manos abajo, ser sometido por su diosa fue bastante agradable. Le gustaba esa Letizia, dominante, exigente pero le estaba costando horrores mantenerse quito. Gruño, su verga palpitaba. Gimió para su prometida y disfruto de lo que podía observar. Esa sonrisa casi lo hizo correrse pero ella se detuvo justo a tiempo. Suspiro y se mantuvo recostado unos segundos. Llevo su mano a su miembro y lo acarició un poco, algo así como sobarlo.

-Por poco ganas en esta ronda...- Se reincorporo y con sus dedos toco sus pezones, estaban húmedos, sensibles y aun erectos.- Me ha gustado bastante... -Tomo los dados y jugo con ellos en su mano.- Mi turno.- Iba a hacer de las suyas y no lo pensó dos veces, lanzó los dados. Su resultado:

"Lamer"
"Pierna"

Lamió sus labios al ver la erección de Branko, quería lanzarse sobre ella y sentirlo lo más dentro que pudiera, quería montarlo y buscar su boca mientras la penetraba. Dioses, empezaba a mojar sus bragas.

-¿Tendré que quitarme el pantalón?-Sonrió y se desabrochó el primer botón. Estaba emocionada, caliente... A partir de ese momento la palabra "Lamer" sería su favorita.-¿Ni siquiera puedo besarte?-Se acercó a él y mordió sus labios.-¿Algo chiquito?-preguntó.

Él asintió con la cabeza cuando ella hizo esa pregunta mientras se acercaba para prepararse y disfrutar de sus sensuales, largas y encantadoras piernas ¡Si! iba a gozarlas por 60 segundos. La haría volverse loca. Cuando ella se inclino, psuo entre sus bocas su mano.

-Si tienes suerte, los dados te dejaran besar mis labios o, me dejaran besar los tuyos, cariño.- Dijo con malicia porque no le permitió continuar. Sabía que Letizia había disfrutado de tener el control, pero ahora era su turno. La recostó y comenzó a deslizar los pantalones para dejar desnuda la parte que tendría que lamer.

Se acomodo entre las piernas de su prometida.- Que comience...-Dijo u comenzó a lamer la parte interior de su pierna derecha. Lo hacía lento, disfrutando, guiándose hacía su sexo, aunque, sin llegar a este.

¿Si tenía suerte? Enarcó una ceja y dejó que él empezara a bajar sus pantalones, sus piernas se liberaron una a una, largas y firmes. No llevaba bragas, Branko las había roto en el comedor y ella no había reparado en ese pequeño detalle cuando se había puesto los pantalones de nuevo.

-Ah~...-Suspiró cuando empezó a lamer, sus muslos estaban calientes y su sexo brillaba por la crema que empezaba a escurrir.-Quiero manipular los dados.-Admitió sintiendo como la boca de su prometido hacia de las suyas.-ah... -jadeó y apretó sus dedos al sofa, él la estaba sobrestimulando.-B-Branko...-Sus pezones se endurecieron, ese juego iba a acabar con ella.

Continuo lamiendo la pierna derecha. Sus jadeos, la forma en la que su cuerpo disfrutaba de sus mimos le encantaba ¡Si! Su chica era bastante honesta y eso lo ponía aun más caliente. La miro sin apartar su lengua de su piel.- ¿Tus dedos?- Cuestiono sin apartar su lengua de la piel de su hermosa Diosa.- ¿Que pretendes...-Aparto su boca de la piel para ir sobre la otra pero, hizo de las suyas.- ... Hacer con tus dedos?- Dijo eso ultimo, sobre su sexo, dejando que su aliento le acariciara, para después comenzar a lamer su muslo izquierdo, quería morderlo pero no, la regla era sólo lamer.

-Sabes tan bien... Deseo tu crema, LEtizia.- Dijo sin tocar esa zona, no estaba permitido, no aun ¡Maldita sea! No aun!

Meció su pelvis, el solo aliento de su boca la erizaba, su vagina por dentro se contrajo.

-Ah~....-Quería terminar ya con eso, no dijo nada tan solo se llevó una mano a uno de sus pechos, lo apretó y luego lo soltó.-E-Es un martirio...-Jadeó.-No sé... -rió un poco y mordió sus labios, estaba tan cerca de su entrada y él solo lamía sus muslos.-c-como pueden tor.. ah... torturarse así...-Quería meserse, quería sentirlo tan adentro pero aun no podía, era tan injusto.

(D: segun yo ya te había contestado u-u )

Rió sobre su piel mientras lamía justo el punto donde pierna y pelvis se unían. Toda la extensión, hasta que se aparto. Quería lamer su centro, no desperdiciar la miel que ya estaba lista ara él, pero había reglas que, aunque no le gustaba respetar, en ese momento lo estaba gozando del todo.- Esto es, lo que lo hace divertido, Letizia... Darte cuenta de cuanto es que me necesitas y yo, a ti...- Le quedaban a penas un par de segundos y Los disfruto dando un par de lamidas lentas, suaves y bastante húmedas. YA era tiempo. Se aparto y suspiro. Le dolía la entrepierna. La tenía hinchada, dura y húmeda. Quería estar en lo más profundo del interior de su mujer.

-Listo. Sabes deliciosa.

(Oooow asdasd Don´t Worry)

Bastardo-Le sonrió de lado porque solo había hecho que le doliera y se sintiera sensible, demaciado caliente. Letizia levantó los dados con magia y los tiro sin dejar de ver a Branko. Los dados giraron y al final cayeron: Pierna / Morder.

-Revancha.-Le sonrió mientras se levantaba con las piernas un poco temblorosas, cada roce que hacia al caminar frotaba su intimidad y eso la provocaba demaciado. Se acercó a Branko de nuevo y abrió su bragueta.-Uh...-Fingió sentirse sorprendida.-Alguien necesita ser mimado urgentemente,-Susurró.-es una pena...-le dijo mientras bajaba sus pantalones mientras hablaba.-Que aun no sea su turno.-Mordió uno de sus muslos mientras bajaba y bajaba, así hasta que libero por completo a su prometido de esa estorbosa tela.

Bufó una risa por aquel insulto. Jadeo, ciertamente necesitaba atención en aquella zona pero no iba a perder con su prometida, quería que el juego durara. Divertirse con ella y no sólo hacerlo, que aunque siempre era diferente, esto le estaba dando un toque mucho más especial.

Arqueó una ceja cuando noto el resultado ¿En verdad era una revancha. Se dejo, se puso de pie junto con ella para que le quitará los pantalones y bien, por fin su erección estaba libre, era la gloría o al menos una parte de ella. Llevo una de sus manos para acariciarla un poco.

-Joder...-Exclamo y se soltó, para darle paso libre a su chica. Tragó, el liquido pre-seminal estaba ahí, goteando desde la punta de su verga... No iba a perder, tenía que disfrutarlo al máximo. Era sólo la segunda ronda.