-Vlad y Hana - La princesa y el sirviente(?)
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-Vlad y Hana - La princesa y el sirviente(?)
No conocía la historia exactamente, sólo recordaba que había llegado a ese reino cuando apenas tenía ocho años. Su padre había ofrecido su familia por su misma seguridad y desde muy pequeños sirvieron a la Familia Wolfgang. Ellos habían escapado de una monarquía peligrosa, Rusia estaba sufriendo una crisis terrible, tanto así que aquellos que reinaban estaban por desaparecer, su padre, Oleg Yasikov prefirió escapar y llevarse a su familia a un mejor lugar.
Pasaron los años, en un comienzo fueron tratados como lo que eran, unos simples plebeyos , eran rusos después de todo, los discriminaban como a cualquiera, pero con tan sólo dos años al servicio de la poderosa familia, lograron ganarse su confianza, tanto así que Oleg se convirtió en el concejero principal del Rey, Svetlana en la ama de llaves, la que conocía a la perfección cada rincón de aquel castillo, Nikolay se encargaba de los meceros y Narkissa aun era menor por lo que se le dio la oportunidad de estudiar y convertirse en una dama verdadera ama para él, con tan sólo 10 años le dieron la más importante obligaciones, acompañar y educar de alguna manera a la hija del primogénito del rey, la princesa Hana.
El castaño no dudo en aceptar aquella responsabilidad, porque con tan sólo verla una vez, supo que quería protegerla de cualquier cosa. Y así fue durante los siguientes veinte años. La enseño a andar, incluso a hablar, le enseñaba algo de etiqueta y sobre todo a convivir con sus compañero y su familia porque así como lo había ordenado el Rey, él seguiría junto a ella hasta que encontrara al mejor partido.
Esa mañana se había despertado bastante temprano, ella saldría a tomar el té con su padre por la mañana en los grandes jardines por lo que su deber era preparar el lugar, hacer del kiosco del jardín algo bastante agradable, su hermano no podría ayudarlo y bueno, no era como que no pudiera hacerlo sólo, estaba preparado para ello, se había ejercitado cada día sólo para ser tan fuerte como para soportar cualquier cosa por esa niña de pelaje pelirroja que ya no era una niña, no, ya era toda una mujer de tan sólo 20 años.
Suspiro mientras caminaba por la tierra descalzo, había terminado de barrer las hojas que habían caído del árbol junto al kiosco, ahora regaría porque era primavera y las flores se abrirían justo cuando el sol saliera. Detuvo sus pasos para levantar la vista, ahí estaba el enorme balcón que guiaba a la habitación de su protegida, ella al parecer continuaba durmiendo, eso significaba que aun tenía tiempo. Sonrió de lado y continuo caminando, faltaba poco para que les separaran y aunque no quería que pasará, tenía que aceptarlo y dejarla ir.
-Eres bastante obvio, Vlad- dijo el hermano menor del Yasikov mientras lo ayudaba a cargar una de las enormes cubetas con las que regaría el jardín.- ¡¿Qué diablos?! ponte algo, puedes sacarle un ojo a alguien.- bromeó
-¿Qué haces aquí? Pensé que estarías ocupado.- dijo divertido por las palabras de su hermano
-Me apresure, hace mucho que no hablamos hermano y, al parecer no estas cómodo al saber el tema del que conversará nuestra majestad con su hija.
-No es algo que nos concierna Nikolay, además, ella es una princesa y nosotros sólo unos sirvientes.
Y así ambos hermanos continuaron, Vladimir prefería evitar ese tema, en verdad no le agradaba.
Pasaron los años, en un comienzo fueron tratados como lo que eran, unos simples plebeyos , eran rusos después de todo, los discriminaban como a cualquiera, pero con tan sólo dos años al servicio de la poderosa familia, lograron ganarse su confianza, tanto así que Oleg se convirtió en el concejero principal del Rey, Svetlana en la ama de llaves, la que conocía a la perfección cada rincón de aquel castillo, Nikolay se encargaba de los meceros y Narkissa aun era menor por lo que se le dio la oportunidad de estudiar y convertirse en una dama verdadera ama para él, con tan sólo 10 años le dieron la más importante obligaciones, acompañar y educar de alguna manera a la hija del primogénito del rey, la princesa Hana.
El castaño no dudo en aceptar aquella responsabilidad, porque con tan sólo verla una vez, supo que quería protegerla de cualquier cosa. Y así fue durante los siguientes veinte años. La enseño a andar, incluso a hablar, le enseñaba algo de etiqueta y sobre todo a convivir con sus compañero y su familia porque así como lo había ordenado el Rey, él seguiría junto a ella hasta que encontrara al mejor partido.
Esa mañana se había despertado bastante temprano, ella saldría a tomar el té con su padre por la mañana en los grandes jardines por lo que su deber era preparar el lugar, hacer del kiosco del jardín algo bastante agradable, su hermano no podría ayudarlo y bueno, no era como que no pudiera hacerlo sólo, estaba preparado para ello, se había ejercitado cada día sólo para ser tan fuerte como para soportar cualquier cosa por esa niña de pelaje pelirroja que ya no era una niña, no, ya era toda una mujer de tan sólo 20 años.
Suspiro mientras caminaba por la tierra descalzo, había terminado de barrer las hojas que habían caído del árbol junto al kiosco, ahora regaría porque era primavera y las flores se abrirían justo cuando el sol saliera. Detuvo sus pasos para levantar la vista, ahí estaba el enorme balcón que guiaba a la habitación de su protegida, ella al parecer continuaba durmiendo, eso significaba que aun tenía tiempo. Sonrió de lado y continuo caminando, faltaba poco para que les separaran y aunque no quería que pasará, tenía que aceptarlo y dejarla ir.
-Eres bastante obvio, Vlad- dijo el hermano menor del Yasikov mientras lo ayudaba a cargar una de las enormes cubetas con las que regaría el jardín.- ¡¿Qué diablos?! ponte algo, puedes sacarle un ojo a alguien.- bromeó
-¿Qué haces aquí? Pensé que estarías ocupado.- dijo divertido por las palabras de su hermano
-Me apresure, hace mucho que no hablamos hermano y, al parecer no estas cómodo al saber el tema del que conversará nuestra majestad con su hija.
-No es algo que nos concierna Nikolay, además, ella es una princesa y nosotros sólo unos sirvientes.
Y así ambos hermanos continuaron, Vladimir prefería evitar ese tema, en verdad no le agradaba.
MisakiCys- Mensajes : 1824
Fecha de inscripción : 30/01/2015
Edad : 31
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Re: -Vlad y Hana - La princesa y el sirviente(?)
Adélaïde Hana Wolfgang Chessiere I, segunda princesa a la corona de Francia. Un nombre muy largo para una pequeña bebé de cabellos naranjas. El día en que Adélaïde nació fue un día de invierno en los castillos de Francia, todo el lugar estaba apurado, las sirvientas, los mayordomos, los mozos, los cocineros, los campesinos, el rey, el principe a la corona, los médicos, las nodrizas e incluso la guerra en otros estados. Había sido tanto el caos de la llegada de la primogenita de Luke III Wolfgang que desafortunadamente la madre de la pequeña había fallecido.
Nada debasto más al principe que aquella noticia, si embargo y para su fortuna, había sido bendecido con una hermosa bebé regordeta de ojos amielados y escasos mechones de pelo naranja. Luke no había tardado más de dos segundos en enamorarse de su pequeña bebé que pese a la muerte de su esposa lo miraba con toda la ilusión de una nueva vida.
Y nadie, ni siquiera su abuelo estaba preparado para lo que la princesa Adélaïde Hana Wolfgang Chessiere I iba a crear en la vida del rey, del principe y el castillo. Hana crecía tan rápido que a su padre le costaba seguirle el paso, era una niña muy creativa y curiosa por naturaleza, le gustaba observar todo lo que pasaba a su alrededor en cuanto pudo dar sus primeros pasos y cuando por fin pudo hablar, cuestionaba el porque de todo lo que los demás le decían.
-¿Porque es que tengo que dormir la siesta abuelito?-Había preguntado timidamente la niña una ocasión.
-Porque mañana tendremos una visita muy especial mi pequeña florecilla.
-¿Porque tendremos esa visita especial abuelito?
-Porque queremos ayudar a las personas mi pequeña Hana.
-¿Y quienes son esas personas?-Björn la observó con cuidado, Adélaïde Hana Wolfgang Chessiere I o Hana, para él y para casi todo el mundo que la conocía, llevaba una piyama rosada que le cubría el cuello y llegaba hasta sus tobillos.-¿Abuelito porque estas riendo?-Hana parpadeó confundida, acomodando su cabello rizado y muy naranja tras su espalda, empezaba a creer que su abuelito no la tomaba enserio.
-Por nada cariño.-Björ, el rey de la corona de Francia la cargó entre sus brazos mientras le decía que los conocería mañana y que tenía que ser muy respetuosa y cariñosa con ellos.-Son de la familia Hana y tu les enseñaras lo que haga falta.
-Ce grand-père bien [Esta bien abuelito]-Le había respondido ella, descansando su cabeza en el hombro del rey y quedandose profundamente dormida.
Al día siguiente Hana se había levantado muy temprano, le emocionaba tener visita, a los 3 años le gustaba curiosear y mirar y tener compañia de otros niños, porque esperaba que hubiera niños. Cuando ella salió de su habitación y se encaminó con cuidado a los salones principales, su sorpresa había sido verlo a "él". Por instinto Hana había retrocedido, el niño era más grande que ella, tenía el cabello café y unos enormes ojos del mismo tono, parecía muy serio y no usaba la ropa de invierno que debería estar usando. Además, también había chocado con su espalda
-J-Je suis désolé...-Había susurrado, aferrando sus manos a su piyama.
-Hana...-La voz de una de las mucamas la alertó.-Mi princesa, ¿que hace a esta hora despierta?-La mujer la tomó entre sus brazos para alejarla de allí. Hana no había podido evitar observar a ese niño tan serio, tal vez se había enojado. Fuese como fuese esa no iba a ser la unica vez que ella lo vería.
Había descubierto que su nombre era Vladimir Yasikov e iba a cuidarla, sería algo así como su... "Criado personal" aunque ella pese a sus 3 años no quería llamarlo así.
-Me casaré con mi amigo cuando se mayor abuelito-Le había dicho ella sentada entre sus piernas cuando tenía 4 años.
-¿Qué?-El rey no puedo evitar sorprenderse.-¿Que estas diciendo Hana? ¿Te gusta Vladimir?
-¡Si abuelito! Es mi amigo ¿a ti no te gustan tus amigos?
-Bueno si, pero no para casarme con ellos-Hana no podía comprenderlo del todo, Svetlana le había dicho que las personas que se querían se casaban y ella quería a Vladimir, él siempre la escuchaba y también le cuidaba mucho ¿acaso no era lógico? -¿Es que acaso le quieres romper el corazón a tu abuelo?
-¡No!
-Pensé que solo te querías casar conmigo, mi pequeña florecilla.
-Oh...-Dijo ella con una risilla, tocando las mejillas del hombre con la ternura de su edad-Pero también me casaré con el abuelo y con papá también y el señor Pikis.
-¿Y con el señor Oleg?-Hana rió al escucharlo.
-No seas loco abuelo..-Hana sonrió.-La señora Svetlana ya esta casada.
Con el paso del tiempo Hana creció, supo entonces que no podía casarse con 3 personas a la vez. Que el querer y el amar no eran la misma cosa. Que aunque quisiera mucho Vladimir, él no podría ayudarla a bañarse ni tampoco a cambiarse de ropa, para eso estaba Lulú, su otra criada particular. La que le había enseñado que era la menstruación, que eran los senos y las nalgas y los encantos que una mujer, sobretodo ella, debían cuidar.
´Porque Hana poco a poco se convertía en una mujer hermosa, ya no era esa niña angelical que había encantado a todo el castillo. Ahora era una hermosa princesa que se había ganado el cariño de su pueblo, porque Hana tenia la peculiaridad de salir a enseñar a los niños, de bajar del carruaje a expensas de que Vladimir le dijera algo, porque al final siempre la acompañaba a curiosear por allí, repartir manzanas a quienes parecían tener hambre y comprar cosas para rogarle a Svetlana de que le dejara cocinar.
Hana ya tenía el cuerpo de una bella mujer, el cabello largo y naranja con la piel color leche y los ojos verde amielado de su difunta madre.
-Señorita Hana...
Hana apretó los ojos.
-Señorita Hana, es hora de que baje a desayunar.-Hana abrió un ojo, miró de reojo a Lulú y sonrió.
-Buenos días Lulú.-Hana se acurrucó un poco en las cobijas y luego se levantó poco a poco, era obediente pese a todo.-¿Que hora es?
-Son las 8 de la mañana señorita Hana.
-¿Y Melo?-El sonido de un perro se escuchó, el can había entrado corriendo a saludar a su dueña, lanzandose a lamer su cara.-Oh por dios.-Rió.-QUe cariñoso ¿ya has comido Melo?
-Señorita Hana, permitame recitar su itinerario. -Lulú carraspeó.-Desayuno a las 9:30, baño a las 10:00, visita de su modista a las 10:30, clase de piano a las 12:00, cabalgata a la 1:30, visita de su padre a las 2:30, comida con su padre a las 3:30, visita de su modista a las 5:00 y cena con el principe de Dinamarca a las 7:00.-Hana suspiró, Lulú continuó.-A las 8:30 tiene cena y luego...
-Lulú...-Hana se levantó con cuidado de las cobijas, estirandose un poco y sintiendo como revivía.-Yo... bueno mm ¿donde esta Vladimir?
-Señorita Hana-Hana se sonrojo.-Eso no es algo que sea del interes de la princesa, es solo un..
-Lulú...-Apretó los labios.-yo... mmmm había prometido que le ayudaría con los caballos.
-¡Señorita!
-Lulú por favor...-Hana se apresuro, con su paso delicado hasta llegar a ella.-Baja la voz, le hice prometer que yo le ayudaría, no fue su culpa, yo insisti.-Bajo la mirada avergonzada por eso, ¿que tenía de malo pasar tiempo con Vladimir? -Antes pasabamos más tiempo juntos.
-Oh mi señorita, ¿que no ve?-Lulú tomó sus manos y bajo la mirada para ver los ojos de Hana.-Usted va a casarse, no debe relacionarse con otros hombres. Además es una princesa, solo mirese.-Le levantó el mentón con cariño, Hana era muy hermosa, tenía un cabello tan sedoso que enmacarcaba sus bonitas facciones, ella no necesitaba maquillaje para resaltar, lo hacia sola, con su propia luz.-Son de clases diferentes.
Nada debasto más al principe que aquella noticia, si embargo y para su fortuna, había sido bendecido con una hermosa bebé regordeta de ojos amielados y escasos mechones de pelo naranja. Luke no había tardado más de dos segundos en enamorarse de su pequeña bebé que pese a la muerte de su esposa lo miraba con toda la ilusión de una nueva vida.
Y nadie, ni siquiera su abuelo estaba preparado para lo que la princesa Adélaïde Hana Wolfgang Chessiere I iba a crear en la vida del rey, del principe y el castillo. Hana crecía tan rápido que a su padre le costaba seguirle el paso, era una niña muy creativa y curiosa por naturaleza, le gustaba observar todo lo que pasaba a su alrededor en cuanto pudo dar sus primeros pasos y cuando por fin pudo hablar, cuestionaba el porque de todo lo que los demás le decían.
-¿Porque es que tengo que dormir la siesta abuelito?-Había preguntado timidamente la niña una ocasión.
-Porque mañana tendremos una visita muy especial mi pequeña florecilla.
-¿Porque tendremos esa visita especial abuelito?
-Porque queremos ayudar a las personas mi pequeña Hana.
-¿Y quienes son esas personas?-Björn la observó con cuidado, Adélaïde Hana Wolfgang Chessiere I o Hana, para él y para casi todo el mundo que la conocía, llevaba una piyama rosada que le cubría el cuello y llegaba hasta sus tobillos.-¿Abuelito porque estas riendo?-Hana parpadeó confundida, acomodando su cabello rizado y muy naranja tras su espalda, empezaba a creer que su abuelito no la tomaba enserio.
-Por nada cariño.-Björ, el rey de la corona de Francia la cargó entre sus brazos mientras le decía que los conocería mañana y que tenía que ser muy respetuosa y cariñosa con ellos.-Son de la familia Hana y tu les enseñaras lo que haga falta.
-Ce grand-père bien [Esta bien abuelito]-Le había respondido ella, descansando su cabeza en el hombro del rey y quedandose profundamente dormida.
Al día siguiente Hana se había levantado muy temprano, le emocionaba tener visita, a los 3 años le gustaba curiosear y mirar y tener compañia de otros niños, porque esperaba que hubiera niños. Cuando ella salió de su habitación y se encaminó con cuidado a los salones principales, su sorpresa había sido verlo a "él". Por instinto Hana había retrocedido, el niño era más grande que ella, tenía el cabello café y unos enormes ojos del mismo tono, parecía muy serio y no usaba la ropa de invierno que debería estar usando. Además, también había chocado con su espalda
-J-Je suis désolé...-Había susurrado, aferrando sus manos a su piyama.
-Hana...-La voz de una de las mucamas la alertó.-Mi princesa, ¿que hace a esta hora despierta?-La mujer la tomó entre sus brazos para alejarla de allí. Hana no había podido evitar observar a ese niño tan serio, tal vez se había enojado. Fuese como fuese esa no iba a ser la unica vez que ella lo vería.
Había descubierto que su nombre era Vladimir Yasikov e iba a cuidarla, sería algo así como su... "Criado personal" aunque ella pese a sus 3 años no quería llamarlo así.
-Me casaré con mi amigo cuando se mayor abuelito-Le había dicho ella sentada entre sus piernas cuando tenía 4 años.
-¿Qué?-El rey no puedo evitar sorprenderse.-¿Que estas diciendo Hana? ¿Te gusta Vladimir?
-¡Si abuelito! Es mi amigo ¿a ti no te gustan tus amigos?
-Bueno si, pero no para casarme con ellos-Hana no podía comprenderlo del todo, Svetlana le había dicho que las personas que se querían se casaban y ella quería a Vladimir, él siempre la escuchaba y también le cuidaba mucho ¿acaso no era lógico? -¿Es que acaso le quieres romper el corazón a tu abuelo?
-¡No!
-Pensé que solo te querías casar conmigo, mi pequeña florecilla.
-Oh...-Dijo ella con una risilla, tocando las mejillas del hombre con la ternura de su edad-Pero también me casaré con el abuelo y con papá también y el señor Pikis.
-¿Y con el señor Oleg?-Hana rió al escucharlo.
-No seas loco abuelo..-Hana sonrió.-La señora Svetlana ya esta casada.
Con el paso del tiempo Hana creció, supo entonces que no podía casarse con 3 personas a la vez. Que el querer y el amar no eran la misma cosa. Que aunque quisiera mucho Vladimir, él no podría ayudarla a bañarse ni tampoco a cambiarse de ropa, para eso estaba Lulú, su otra criada particular. La que le había enseñado que era la menstruación, que eran los senos y las nalgas y los encantos que una mujer, sobretodo ella, debían cuidar.
´Porque Hana poco a poco se convertía en una mujer hermosa, ya no era esa niña angelical que había encantado a todo el castillo. Ahora era una hermosa princesa que se había ganado el cariño de su pueblo, porque Hana tenia la peculiaridad de salir a enseñar a los niños, de bajar del carruaje a expensas de que Vladimir le dijera algo, porque al final siempre la acompañaba a curiosear por allí, repartir manzanas a quienes parecían tener hambre y comprar cosas para rogarle a Svetlana de que le dejara cocinar.
Hana ya tenía el cuerpo de una bella mujer, el cabello largo y naranja con la piel color leche y los ojos verde amielado de su difunta madre.
-Señorita Hana...
Hana apretó los ojos.
-Señorita Hana, es hora de que baje a desayunar.-Hana abrió un ojo, miró de reojo a Lulú y sonrió.
-Buenos días Lulú.-Hana se acurrucó un poco en las cobijas y luego se levantó poco a poco, era obediente pese a todo.-¿Que hora es?
-Son las 8 de la mañana señorita Hana.
-¿Y Melo?-El sonido de un perro se escuchó, el can había entrado corriendo a saludar a su dueña, lanzandose a lamer su cara.-Oh por dios.-Rió.-QUe cariñoso ¿ya has comido Melo?
-Señorita Hana, permitame recitar su itinerario. -Lulú carraspeó.-Desayuno a las 9:30, baño a las 10:00, visita de su modista a las 10:30, clase de piano a las 12:00, cabalgata a la 1:30, visita de su padre a las 2:30, comida con su padre a las 3:30, visita de su modista a las 5:00 y cena con el principe de Dinamarca a las 7:00.-Hana suspiró, Lulú continuó.-A las 8:30 tiene cena y luego...
-Lulú...-Hana se levantó con cuidado de las cobijas, estirandose un poco y sintiendo como revivía.-Yo... bueno mm ¿donde esta Vladimir?
-Señorita Hana-Hana se sonrojo.-Eso no es algo que sea del interes de la princesa, es solo un..
-Lulú...-Apretó los labios.-yo... mmmm había prometido que le ayudaría con los caballos.
-¡Señorita!
-Lulú por favor...-Hana se apresuro, con su paso delicado hasta llegar a ella.-Baja la voz, le hice prometer que yo le ayudaría, no fue su culpa, yo insisti.-Bajo la mirada avergonzada por eso, ¿que tenía de malo pasar tiempo con Vladimir? -Antes pasabamos más tiempo juntos.
-Oh mi señorita, ¿que no ve?-Lulú tomó sus manos y bajo la mirada para ver los ojos de Hana.-Usted va a casarse, no debe relacionarse con otros hombres. Además es una princesa, solo mirese.-Le levantó el mentón con cariño, Hana era muy hermosa, tenía un cabello tan sedoso que enmacarcaba sus bonitas facciones, ella no necesitaba maquillaje para resaltar, lo hacia sola, con su propia luz.-Son de clases diferentes.
Fionna- Mensajes : 1829
Fecha de inscripción : 30/01/2015
Re: -Vlad y Hana - La princesa y el sirviente(?)
La risa de los dos rusos podía escucharse a lo largo del jardín real, hablaban en ruso, un lujo del que gozaban pues absolutamente nadie, a excepción de la familia real, hablaba ese idioma, era una forma de sentirse únicos, de vivir en su propia esfera, expresar sentimientos, experiencias y de más, porque no eran lo que muchos creían, pese a su nacionalidad no eran tan fríos o al menos, no lo eran con las personas que no lo merecían porque al que más temían era al padre de ellos, un hombre de gran presencia, de apariencia poderos y apuesto de sobre manera, no era normal pero bueno, era más el temor hacia la esposa de ese hombre que protegía a su familia con uñas y dientes.
-"Entonces ¿Te quedarás aquí?"- Cuestionó el mediano de los Yasikov mientras recogían algunos objetos, miraba a su hermano con detenimiento porque Vladimir jamás le ocultaba nada a él o eso creía.
-"Regresare a Rusia."
-"¿Qué?"- Cuestionó el pelirrojo muy sorprendido deteniéndose, dejando a un lado lo que hacía.- "¿Estás loco o qué? Ir ahí es matarte ¡imbecil!"- le gritó, no estando de acuerdo con él, porque Rusia era un lugar peligroso, aún siendo su tierra, sabían que regresar era la peor decisión.
El castaño solo sonrió y tomó una de las cubetas para comenzar a regar las flores y de más, siendo cuidadoso, sabía que su madre se molestaría si arruinaba aquel hermoso jardín que habían preparado especialmente para el disfrute de la princesa.
-"Sería lo mismo estar aquí sin ella o estar aquí, viendo como es feliz con otro. Estaré bien, estoy listo para cualquier cosa".
-"Eres un total mentiroso ¿le has dicho esto a nuestros padres?"
-"Aún no es tiempo, tú eres el primero a quien se lo digo."
-"Narkissa se molestara contigo."
Vladimir abrió la boca pero no dijo nada cuando notó que ahí, justo delante de los dos estaba su padre escuchando Roda su conversación. No lo lamento, simplemente quería decírselo a solas, junto a su madre para darle más razones que solo el hecho de que la princesa se iría con otro.
-"Buenos días"- Dijo el moreno mientras comenzaba a ayudar a sus hijos, no juzgaría a su hijo mayor porque sabía lo que hacía o lo que pretendía hacer.- "Esta noche es nuestra noche, no lo olviden"- Les recordó porque una vez al mes, la familia salía a pasear por las noches, una forma de mantener la unión entre ellos, Oleg quería mantenerlos unidos por siempre.
-"Entonces ¿Te quedarás aquí?"- Cuestionó el mediano de los Yasikov mientras recogían algunos objetos, miraba a su hermano con detenimiento porque Vladimir jamás le ocultaba nada a él o eso creía.
-"Regresare a Rusia."
-"¿Qué?"- Cuestionó el pelirrojo muy sorprendido deteniéndose, dejando a un lado lo que hacía.- "¿Estás loco o qué? Ir ahí es matarte ¡imbecil!"- le gritó, no estando de acuerdo con él, porque Rusia era un lugar peligroso, aún siendo su tierra, sabían que regresar era la peor decisión.
El castaño solo sonrió y tomó una de las cubetas para comenzar a regar las flores y de más, siendo cuidadoso, sabía que su madre se molestaría si arruinaba aquel hermoso jardín que habían preparado especialmente para el disfrute de la princesa.
-"Sería lo mismo estar aquí sin ella o estar aquí, viendo como es feliz con otro. Estaré bien, estoy listo para cualquier cosa".
-"Eres un total mentiroso ¿le has dicho esto a nuestros padres?"
-"Aún no es tiempo, tú eres el primero a quien se lo digo."
-"Narkissa se molestara contigo."
Vladimir abrió la boca pero no dijo nada cuando notó que ahí, justo delante de los dos estaba su padre escuchando Roda su conversación. No lo lamento, simplemente quería decírselo a solas, junto a su madre para darle más razones que solo el hecho de que la princesa se iría con otro.
-"Buenos días"- Dijo el moreno mientras comenzaba a ayudar a sus hijos, no juzgaría a su hijo mayor porque sabía lo que hacía o lo que pretendía hacer.- "Esta noche es nuestra noche, no lo olviden"- Les recordó porque una vez al mes, la familia salía a pasear por las noches, una forma de mantener la unión entre ellos, Oleg quería mantenerlos unidos por siempre.
MisakiCys- Mensajes : 1824
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