Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

Abrió los ojos de par en par cuando él le sujeto las manos, sus ojos verdes se clavaron en él sorprendidos y felices, sonrió abiertamente y luego lo miró ¿Donde estaba una camara en ese momento? "¡Clarisse, Clarisse! ¿Vez a tu hijo reir? ¿Puedes ver como él es feliz ahora? Clarisse, dime que estoy cuidado bien de él" pensó y movió sus dedos, como si fuera un pulpo peligroso-¡No me detendré!-Siguió haciendole cosquillas, cosquillas que poco a poco fueron disminuyendo su intensidad, porque empezó a reir con él, porque lo miraba, porque Branko era feliz. Porque ella no se había equivocado, Branko tenía pureza, tal vez cubierta por cientos y cientos de capas de vanidad, maldad, egocentrismo y rudeza, pero aun así allí había luz, esa luz que siempre la había enamorado, esa maldad que la había atrapado. Su mano acarició una mejilla de él con suavidad y ternura, no decía nada, solo lo miraba, lucharía por ese hombre. Era una promesa.

Y Branko no paro de reír. Simplemente se dejo llevar por las mil sensaciones, por el momento y porque Letizia era la única mujer, el único ser que lograría hacerlo sentirse de esa manera, tan pleno, tan aliviado, lejos de lo que estaba acostumbrado, lejos de la oscuridad a la que se aferraba.

La cosa sería detenerlo en ese momento, no podía para de sentirla, comenzaba a dolerle el estomago, le faltaba el aire, quería parar ¡Joder! quería que eso se detuviera pero no, no podía para de reir, pensar en ella y sentirse feliz.

Letizia rió aun sosteniendolo para luego levantar sus brazos y aprisionarlos contra el colchón sobre su cabeza, mirando como reia.-Te has reído.-Le afirmó triunfante, volvería hacerle cosquillas, sería una lucha constante. Rió de nuevo y le abrazo con fuerza, rondando por toda la cama hasta colocarse de nuevo sobre él. Lo miraba, esperaba sus reacciones luego de aquello ¿se enojaría? ¿Le reclamaría? ¿se haría el enfadado? ¿o reiría más?

Después de todos esos movimientos y de que Letizia le informara su derrota, Branko ya estaba relajándose, porque sus músculos, todo le dolía. Suspiro con los ojos cerrados y levanto una de sus manos temblorosa para sujetarle la mejilla.-...- Abrió la boca pero no pudo decir nada, abrirla significaba bufar una risa más y más... si, se puso sensible.

La castaña ladeó una sonrisa, inclinándose a su cuello de nuevo, aunque a diferencia de momentos atrás no hizo cosquillas, más bien empezó a besar y mordisquear aquella área que guardaba tanto de su aroma. Su cuerpo estaba sobre él, con cada pierna al lado de sus caderas y con sus manos al lado de su cabeza. Besó su cuello hasta su hombro y de allí a su clavicula, bajando lentamente en una hilera de besos, mordiscos y chupetes.-....-Había visto muchas fascetas de Branko y ella no podía saber cual le gustaba más. Besó de nuevo.-Te...-besó-has..-mordisqueó.-¿divertido?-chupó hasta llegar a su pecho, acariciando con una mano su duro vientre y volviendo a descender con sus labios, más y más, mordiendo cada musculo trabajado.

Suspiro mientras ella lo besaban dejaba marcas sobre su cuerpo. Se estaba aprovechando, estaba seguro de ello pero ¡Joder! que ella se aprovechara todo cuanto quisiera. Jadeo, trago y se estremeció con esos besos, con los mordiscos de su mujer. Le gustaba que le mordiera, lo excitaba y mucho.

Ya no pudo reir pero no respondió a la pregunta de Letizia, era obvio y aunque no lo quería admitis, lo disfruto bastante, fue un momento que no querría olvidar o más bien no olvidaría porque Letizia siempre se esforzaba por él.... lo haría por ella, todo lo que tenía planeado era para ella más que para él.

-Te amo.

Levantó su mirada al escucharla y sonrió con dulzura, mirándolo como la mujer enamorada que era, como la Letizia que había sido siempre.-Yo también.-Le dijo volviéndose hacia arriba, quedando frente a frente con ella semi acostada sobre él. Los labios de la menor se abrieron con sensualidad y atraparon los de él en un beso profundo, saboreando su lengua, enredándola sin ser agresiva mientras que su mano ya sostenía su miembro, empezando a acariciarlo de arriba hacia abajo, hasta sentirlo duro y listo entre su palma.

La miro de reojo mientras se acostaba sobre de él. No sonrió mucho, simplemente respondió a ese beso. No levanto sus manos ni más, sólo se quedo ahí recostado mientras era besado y después, suspiro cortando el beso mientras las sensaciones invadían su cuerpo endureciéndolo.

-Letizia....-susurro, le gustaba que ella lo tocara, como sea, donde sea, pero que lo tocara. Sonrió y entonces la miro fijamente mientras deslizo sus manos por sus costados... Amaba a esa mujer que con sólo un par de caricia, lo preparaba sólo para ella.

Apenas el susurró su nombre ella volvió a besarlo. Besarlo era mejor que cualquier cosa, podría pasarse todo el día besando a Branko, a Letizia le gustaba besar. Le gustaba sentirlo dentro de ella pero más que nada... amaba besarlo, era como vitamina par su sistema. Sus dedos frotaron el prepucio del mayor, lo acariciaron y luego bajo por toda su longitud, cerrando su palma por su enorme anchura. Era curioso como todo eso cabía dentro de ella, como la ensanchaba y le daba tanto placer.-Te amo...-Soltó su boca hasta que se canso y volvió a besar su mentón y su cuello, su clavicula y su cuello otra vez, sin dejar de subir y bajar.

Respondió a sus besos entre jadeos, incluso fue difícil hacerlo con la pasión de siempre por esas caricias lo estremecían, se perdía en la sensación de su mano sobre su falo, de su cuerpo debajo de él de ella, de sus labios sobre los propios, su cuello, su clavícula, hombro... Toda ella invadía su mundo, ella completa era su magnifico mundo.

Gruño y sus manos sujetaron con fuerza las cinturas de la Diosa. Suspiro y tomo la mano de Letizia, incorporándose un poco, deteniendo las caricias en su pene. Si, ella lo hacia correrse demasiado rápido y eso le jodia pero ¿Quién aguantaría tanto cuando una diosa lo masturbaba y no solo eso, lo mimaba? Él no era cualquier ser pero aun asi, en ese aspecto de su vida ella siempre llevaba las de ganar.

-Y yo a ti Letizia...- le respondió muy agitado ¿Que diablos? Branko se sentía demasiado caliente. Si, ella era la culpable, sólo una Diosa podía poner cachondo a un Dios como él. La luz sobre la oscuridad, la oscuridad sobre la luz. Ellos tenían un perfecto equilibrio.

-Dame un respiro. Ven aquí.- Dijo mientras se revista a. Branko estaba salivando mucho, el olor a pastel de vainilla y chocolate de había intensificado, quería comerla. Se recostó, quería el sexo de Leto sobre su boca, ella a horcajadas sobre su cara, si, quería lamerla mientras la miraba disfrutarlo desde abajo.

Cuando el se acostó ella lo miró. Y negó.

-No.-Se reveló casi casi a su orden.-Esta vez...- Volvió a bajar a su pecho y las sabanas de la cama lo sujetaron firmemente al colchón.-No pienso distraerme.-Porque si él la besaba allí, ella se perdería y en ese momento, con su duro miembro erecto y grueso frente a ella, no quería perder la concentración.-Es mio...-acercó su boca y beso su longitud, lamiendo de arriba hacia abajo.-Solo mio ahora.-Se pasó el cabello trás de ella y empezó a besar la punta y succionar las gotitas que caían. Su boca lo tomó con algo de fuerza, lamiendo y succionando como una paleta de menta, él sabía tan bien, sabía a Branko y eso la excitaba, la volvía otra, una diosa malvada que lo llevaría al placer una y otra y otra vez.

Branko Frunció el ceño cuando ella se negó a su orden ¿En verdad le había dicho que no? Gruño un poco y no por el enojo, fue por esa mirada, por la forma en la que se deslizaba y se atrevía a retarlo, por lo dispuesta y posesiva que se comportaba.

Sonrió y suspiro cuando lo beso. Era cierto, todo eso y más era de ella ¿Cómo negarle tal cosa? La situación era que él también quería lo que era suyo pero aguardaría, se esforzaría por hacerlo... lo intentaría. Joder. Jadeo con fuerza, su cuerpo se estremeció por la fuerza que utilizaba.- Dientes...-Dijo al sentirlos sobre su piel. Sonrió, ella estaba haciendo travesuras con su pene... que excitante. Llevo su cabeza hacía atrás movimiento un poco su pelvis, respiraba suave aunque con la agitación porque iba a disfrutarlo. Había abierto más sus piernas para darle acceso, más a su sexo.

-Letizia....- Susurro su nombre mientras llevaba su mano sobre la cabeza de su amada, la acariciaba mientras ella lamía. Bien, dejaría que lo mimará de esa firma y quizá más seguido.

Cuando él dijo "Dientes" Letizia no había podido resistirse a jalar la pielecita de su pene con ellos, estirandola un poco y luego envolviendo su lengua alrededor, mimandolo y succionandolo, sentía como crecía, sentía su calor, su textura. La castaña succionó la punta, mamó adentrandolo todo a su boca mientras sus manos acariciaban sus bolas pesadas y calientes. Cerró los ojos, sonriendo por dentro, su interior lleno de lujuría la estaban domando, Branko la desataba, era como el mal que habitaba en ella, solo el lycan tenía la llave para dejarlo salir y controlarlo, ella nunca había sido mala, jamás, pero sabía que en algun lugar dentro de ella también existía cierta obscuridad, todos la tenían, ella lo había entendido y aprendía a vivir con ellos.-B-Branko...-Soltó su pene y lamió desde la base hasta la punta de nuevo, lo envolvió, tiró de él.-sabes tan bien...-Jadeó-

No podía mas que volverse loco. Esa forma de lamer, morder, succionar y sobre todo, la manera en que le miraba eran espectaculares. Cerro sus ojos,jadeo de nuevo. No aparto su mano del cabello de su diosa pero era imposible mirarlo todo, levanto la mirada, la cerro y se dejo llevar por las sensaciones.
Gruño excitado y tomo con su puño algo de cabello de Let. Justo cuando hablo le impidió regresar a su falo.

-Cambiemos...- Dijo refiriéndose a la posición. Quería estar de pie o sentado, estar recostado no le daba muchas oportunidades, además,el solo estar recostado de frustraba, quería moverse, quería tocarla, tomarla una... No, mil veces mas y ¿Por que no hacer otro juego?

Lamió sus labios despegandose de su miembro en una ultima succión, le miró con un deseo palpable en su mirada y un calor insoportable entre sus piernas. Su miembro estaba duro, se hinco en el colchón y espero a que él se levantara o se sentara o tomara la posición que quisiera.-Aun no he...-sonrió.-terminado...-Pasó sus dedos por entre sus redondo senos y se deslizó por entre sus piernas, dandose circulos en su monte de venus, queriendo provocarlo con esa acción.

Branko se puedo de pie. Pudo sentir que las piernas le temblaban un poco. La miro un poco sorprendido, sólo ella lograba eso en su persona, solo ella podía reducirlo a cenizas y regresarlo a la vida.

La miro, era el cuerpo que ya conocía pero que sin duda, jamas dejaba de sorprenderlo, era la mirada que siempre lo hacia perder la razón, la boca que lo llevaba al mismísimo cielo, los movimientos que le daban la razón para buscar algo que por primera vez quería compartir con alguien, con la mujer que nunca imagino que lo haría el hombre más feliz del puto mundo.

-Y... No quiero... Que termine- dijo jadeante mirándola, sintiendo que su verga palpitaba por inmenso deseo de estar entre sus manos, en su boca, entre sus senos, en su interior, en todas partes de su cuerpo. Se inclino y tomo esa mano con la que ella se acariciaba el monte de venus y lamio sus dedos.- No toques... Lo que es mío, Letizia.- La jalo hacia él, déjalo justo en frente de su duro pene.- Y... Encárgate de lo tuyo.- la tomo de la nuca y pego su falo a los labios de su amada. Si, en esa posición se sentía mejor, podía hacer más y no solo estar recostado y recibiendo.

Miro como se lamia los dedos, sus labios se entre abrieron, era una boca del pecado. Suspiro, y sonrió con deseo,abriendo su boca cuando la pego contra su falo.La diosa lo tomó entre sus dedos y lo engullo como un caramelo, lamiendolo y mamandolo con los ojos cerrados, acariciando sus bolas, su enorme falo duro.-mmnh~…- jadeo y lamio su longitud para despues tomara sus senos y colocar el miembro de el entre ellos. Sus pechos grandes y suaves lo acobijaron, subiendo y bajando mientras su centro se derramaba por sus muslos, la intimidad sñde aquella diosa lloraba porque el estuviera alli, igual de grande y peasado y caliente, enloquesiendola de arriba hacia abajo.

Abrió la boca dejando escapar un suave y sensual suspiro. Letizia disfrutaba de su hombría como su fuera un caramelo, sonrió y bajo la mirada para observar tan perversa acción. Sintió su cuerpo vibrar y con sus manos acarició un poco el rostro de su amada que ahora estimulaba su falo con sus precioso pechos.

-Letizia... son tan suaves...- Susurro tocando un poco mientras aun la miraba, podía percibir lo mojada que estaba, gruño y movió sus caderas... quería, de verdad desea estar sobre ella, lamiendo, penetrando, mordiendo... joder... ¿Paciente? No lo era pero... Tragó.... Si, ella lo volvía loco. Gruño por lo bajo...

-Te gustan? - sus labios se entreabrieron, y su rostro se inclinó un poco mas, succionando la punta.-mhn~- hacia esos ruiditos eroticos, lo estaba disfrutando, el placer de Branko era palpable, casi solido, no podia creerlom cuando habia pensando hacer eso antes? Letizia habia cambiado mucho, se dejaba llevar, liberaba esa naturaleza posesiva y orgullosa que la diosa Artemisa tenía, Branko era suyo, Branko solo podria experimentar el placer con ella, nadie mas podría ama4lo como ella lo hacia, nadie podría satisfacerlo asi...Sus manos subieron y bajaron sus senos suaves y bien proporcionados por el falo de él, lomsentia duro, grueso y húmedo, se correría, se correría en ella...

Gruño, lo hizo con fuerza, porque su real naturaleza, ese precioso y oscuro lobo añoraba salir y poseer sin piedad alguna el cuerpo de esa bruja. Quería morder su carne, saborearla, lamer hasta la ultima gita de su sangre y por supuesto, de su dulce y adictiva crema sabor a pastel de vainilla y chocolate pero no lo hizo. No le haría el daño que ya le había hecho alguna vez. Era demasiado grande para ese cuerpecito y sabia que su mujer no disfrutaba del todo con su yo bestial, o eso creía, de todos modos, no era momento para pensar en ello. Movió sus caderas en un vaivén un tanto descontrolado. Tomo con fuerza el menton de su prometida e hizo que levantara la mirada. Branko sudaba, era erótico, su cabello estaba algo alborotado, pero aun asi sus facciones resaltaban, no solo si belleza, su salvaje sensualidad, cada músculo y curva de su cuerpo detonaban lo salvaje, fue y entregado que era el lobo porque ya había encontrado al único ser al que le había entregado su corazón.

-Son mías...- Dijo jadeante, empujando a Letizia con cierta fuerza contra el piso. Las piernas le temblaron un poco, pero a la mierda, él quería más. Podía percibirse esa esencia, la naturaleza salvaje de un lobo que proclamaba algo como suyo, cualquier ser a la redonda lo sabría, no podían verla ni mucho menos disfrutar de lo que en ese momento ambos desprendían porque morirán al instante, Branko aun entrenaba para tener el control completo del poder que aquel Dios del inframundo había "cedido" a él.

-Ya es mi turno.- Gruño y se fue contra aquellos enormes, suaves y espectaculares senos. Su polla vibraba, sensible, deseosa de más caricias, sea esa atención tan exquisita. Necesitaba correrse, pero no lo haría, no hasta asegurarse de estar dentro de ella para llenarla de su esencia.


-Deliciosas-. Dijo entre lamidas sobre esos duros y rozados pezones. No pudo resistirse, mordió von tanta fuerza uno de los pezones que lo hizo sangrar, pero no dejo de lamerlo, porque lo sanaría mientras seguía disfrutando.

Rebotó contra el colchón (DX creo que estaban en una cama XD) Sus senos se mecieron con pesadez y su cuerpo blando se amoldó a él. Eran como fuego y gasolina, eran una llama que crecía y se ensendía y también quemaba hasta los huesos.

-aHH~ ¡ahhmmn~! Gimió arqueando su cuerpo contra él, sosteniendo su cabeza contra su pecho, estaba abierta y perceptiva a él, lo sentía, la sangre y la adrenalina lamerle la piel.-B-Branko ~! ahh... d-duele..-Gimoteó con placer, sus senos se sentían tan bien, como cabían en su boca, como sus pezones estaban dentro de la boca de Branko, era salvaje y también era dulce. Sus dedos se aferraron a su melena, ambas manos a su hermosa cabellera negra, sentía su verga golpear sus nalgas, su peso sobre su cuerpo, su piel dura y caliente sobre la de ella.-Ahh~.-Era la gloria.-B-Branko e-estan... muy sensi ah~-Siseó.

Gruño como el lobo salvaje que era, perdido en los encantos de la maravillosa Diosa. Fue inevitable, aquella esencia oscura se desbordaba reclamando la luz que sólo el podía apagar, aquella luz que sólo el podía manchar, porque lo había elegido aun cuando lo mejor era alejarse. La miro con algo diferente, sus ojos ya no era solamente los ojos de un lycan o un brujo, había un poder inmenso oculto en ellos, un poder tan grande que con sólo tronar sus dedos podía hacer de ese mundo el mismo inframundo.

Actuaba por el impulso, el deseo de tomarla, de hacerla mil veces suya ¡Joder! toda suya. Se acomodo entre sus piernas, no aviso, ni siquiera pensó en lo doloroso que podía ser para ella, simplemente lo hizo. La penetro hasta el fondo, con fuerza, golpeando sus bolas en su firme y redondeado culo. Jadeo salvaje y comenzó a moverse, penetrando duro y hasta el fondo, agitado, mirándola fijamente con esa sonrisa peligrosa, la del dios que, sin ninguna duda, arrebataba las almas de aquellos que ya no eran necesarios en el mundo...

-¡Ahhggk!-Letizia cogió aire, esa estocada se lo había arrebatado todo.-B-Branko! Ahh~ ah..~ ahhh~ A-Ahhmmn~-Gimió, sus ojos se abrían y se cerraban, su cuerpo se amoldaba, abrió sus piernas, una de ellas se enroscó, la otra se flexionó, era tan grande, lo sentía, ella rebotaba contra él. La iba a romper.-B-Branko... ahh.. ahh... e-espera agghh~ ahh... -Sus uuñas se clavaron en el colchón, necesitaba de donde sujetarse, no podía dejar de gritar ni gemir, ni jadear. El aire se le iba cada vez que él golpeaba en su interior, apenas y podía respirar cuando él volvía a entrar con fuerza-Branko~ ahh... ahh~ Es... v-vas a... ahh~

Y gruño, dando una ultima estocada, quedándose dentro, tan profundo, llenándola con su esencia, estremeciéndose contra su piel ¡Joder! Se había sentido también ¡Se sentía muy bien!- Letizia...Le...ti...zi... ah~- Y se movió un poco, sólo lo necesario para derrumbarse sobre ella, estaba agotado, había sido demasiado, la más intensa de las ocasiones hasta ese momento.

-Ahh~ghk....-Gimió y sus brazos quedaro laxos a sus lados. Respiraba agitada, con el cuerpo de Branko sobre ella, aplastando sus senos, sintiendo su calor y su sudor.-...-Cerró los ojos unos instantes y con lentitud llevó sus manos al cabello de su amado, peinandolo hacia atrás, esas hebras negras semihumedas por la actividad que habían tenido. Lo abrazó, no importaba el peso de su cuerpo, de hecho le gustaba sentirlo.