Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

Asintió con la cabeza. Dos días... sólo dos días y... Miro de reojo a su sobrino. Esto no iba a terminar bien, no cuando Cys los encontrara y su hijos... Suspiro y miro hacía aquel vidrio pero puso su mano sobre el hombro de la hermosa joven.- No Judith, no es necesario. No gastes tu energía en insultos que no valen la pena.- Dijo con una seriedad, con una promesa en su mirada. Todos los que estuvieran detrás de ese cristal iban a morir y deseaba que William estuviera ahí porque de verdad ella iba a vengar la muerte de su esposo. Era el momento de honrar a su amado Wilhelm. Miro a Hana y le sonrió.- ¿Sólo conoces a los Yasikov, cariño? Existimos los Jager, los Orendain, los Romanov y otros muchos más... Conocerás a muchos futura señora de Yasikov.- Si, Lea sólo quería distraerla porque la miraba mal, parecía cansada.- Chicas, quizá no sea el mejor momento pero quiero conocerlas, formemos un fuerte equipo ¿Si?- Era lo mejor, ganarse la confianza de ambas, en especial de la pelirroja.

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Gruño molesto ¡AH! maldijo para sus adentros y con el ceño fruncido se aparto de ella. Le miro furioso. Claro, tenía que esperas ¡Más! Negó con la cabeza y dio media vuelta- Trae a tu estúpido hermano, y a tu mascota- Refiriéndose a Adras. Estaba molesto.- Terminemos con esto rápido...- Y comenzó a caminar, los esperaría donde el gran comedor.

Hana apretó los labios, estaba mirando al frente, no bajaba la mirada pero estaba tensa.-¿Eh?-Preguntó y asintió. Sonrió un poco y pensó en Vladimir, ¿que haría él en ese momento?-Inue... Hana Inue.-Les dijo con una sonrisa.

Judith sonrió y asintió.-¿Eres de Japón Hana?-La castaña casi pelinegra sonrió a Lea, Hana era todo un reto.
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Sonrió al escucharlo y no perdió más tiempo, se acomodó la ropa y avanzó hacia donde Cys.

Adras por su parte había entrado al enorme salón, miraba a Cys al frente y bueno, no tenía nada en contra de ese lobo.

-Lider Jaeger.-Inclinó un tanto su cabeza, pero aun así, ese ego y porte de ser un dragón, su orgullo, nada lo subajaba.- Si planeas un golpe de estado.-Adras le miró de reojo, con los brazos cruzados, tronó su cuello.-Estaré con gusto en la primera fila.-Claro,derrocar a Branko era lo que más quería. Romper cada uno de sus huesos.

-Cys... Adras...-Sonrió.-¿Y-Ya se conocen?-El dragón frunció el ceño, Letizia olía a Branko.

-Oh~ Nunca he viajado a Japón. Hace mucho tiempo, mi esposo y yo pretendíamos viajar a Japón. Dicen que es un lugar precioso pero nuestro viaje no puedo ser...- Sonrió encantada.- Descubrí que estaba embarazada.- Si, hablaba como si se encontraran en un bonito café y pasaran una tarde de chicas. No suplicaría ni dejaría que las chicas se humillaran frente a esa bola de perversos

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Cys miro al enorme dragón. También le saludo con una ligera inclinación, porque líder o no, existía algo que se llamaba educación. Cys sonrió, entendía lo que decía. Tenía un aliado, al menos contra el Orendain. Una señal fue más que suficiente, Cys aceptaría su propuesta pero bueno, Letizia hacía acto de presencia.

-Alguna vez escuche de él, pero hasta hoy tengo el honor de conocerlo.- Dijo muy sincero pues había sido de esa manera . Percibió el olor de Branko en ella pero no le importo, eran prometidos a fin de cuentas.-...-Sólo esperaba las indicaciones de la diosa.

Judith se quitó una chaqueta y se la dio a Lea.

-Tal vez sea incluso innecesario-Dijo porque todas estaban expuestas.-Pero usalo porfavor, hace frio.-Sonrió ymiró a Lea, no sabía que había pasado esa hermosa y madura mujer pero fuera lo que fuera, era algo que muy probablemente estarían a punto de experimentar.

-Es un lugar hermoso.-Sus labios temblaron, era una humana a fin de cuentas. Respiró-me gusta la primavera, las flores brotan y todo es hermoso.

-Tendremos mucho tiempo para platicar.-Dijo Letizia mientras empezaba a avanzar, indicandoles que le siguieran.-¿Como te sientes?-Preguntó a Cys, sabía que había algunas cosas que solo su imprimación podría arreglar. Entraron al gran comedor, Letizia pese a todo iba seria, tranquila, era algo importante lo que sucedería allí mismo.- Por favor.-Dijo mientras les pedía que tomaran asiento.

-...-Le sonrió a la Vaniria.- Muchas gracias.- Tomo la chaqueta y se la puso. Lea no estaba avergonzada, años atrás estuvo acostumbrada y bueno, no era algo que se olvidara tan fácil. No estaba avergonzada de su paso, porque gracias a él, pudo conocer a un hombre maravilloso, pero aun así, ahí estaba su sobrino y no dejaría que el viera algo que no necesitaba conocer.- Ah~ Hana, tendrás que acompañarme para conocer ese hermoso lugar en primavera ¿Esta bien? Prometelo hermosa.- Lea intentaba ganarselas y bueno, lo hacía porque quería protegerlas.- Tu también Judith, iremos las tres juntas. - Sonrió encantada y tomo asiento. Se sentía adolorida. Cerro sus ojos. Quería ubicarse... pero no podía ver más que oscuridad.

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-...-La miro de reojo.- Molesto, Impotente, desesperado Letizia. Mi hijo... Joder, voy a tener un hijo.- Dijo aun impresionado por ese hecho, porque ¿Cuándo iba a imaginar que eso iba a suceder?.- Dimitri, Let. Su nombre es Dimitri...- Suspiro y bajo la mirada. Entro a aquel lugar. Miro a Branko sentado en una gran silla central. Esperaba enojado, pero para Cys era lo de menos. Quería respuestas.

Branko sonrió. Entraban, Cys Jaeger. Miro de reojo a su costado... contó regresivamente y Cys ya percibía el olor de otra Jaeger. Ah~ Que interesante reunión.- Se lo que quieres Jaeger.- Dijo mientras se ponía de pie. Vestía ropa limpia y elegante, ante todo oscura y camino al rededor de la gran mesa, apenas acarició la mesa y un tablero apareció. No, no rebelaba la posición de todos, sólo era un mapa de un juego muy divertido al que muchos de los aliados entrarían, al menos Alemanes y Franceses estarían en el centro, los demás estarían desde el exterior.- Y lo que piensas. Es verdad, se donde puedes encontrarlos.- Trono los dedos y una figura dimensional de su hijo y su tía apareció en la mesa. Cys le mostró los colmillos y no se lanzó cuando el licantropo italiano extendió su mano para detenerlo.- Pero te equivocas, no he sido yo quien los ha secuestrado...

-¡Mientes! ¿Por qué sabes todo?

-Por que Soy Branko Orendain ¿Es suficiente para ti ea razón? Escucha Jaeger ¿Los quieres con vida?

El Jaeger gruño molesto. Tomo asiento.- ¿Qué es lo que quieres, Branko Orendain?

-Es simple Jaeger...-Miro a Letizia y le sonrió. Sería su aliado y estaría bajo sus ordenes, por mucho que le desagradara, Branko iría a la cabeza.

Miró al frente y sonrió con suavidad, aun no entendiendo de que iba eso.-Claro.-Le dijo con una voz un poco más fuerte, esa mujer le daba confianza, ¿era una lycan en verdad? Hana se abrazo más a sí misma y luego miró a Dimitri-¿Cuantos años tiene?-Susurró, tal vez no era mayor que ella, ¿era menor?

Judith le dio la espalda al vidrio y se acercó a Hana-Será mejor que descanses.-Le dijo y luego afiló su mirada, alguien se acercaba. Abrieron la puerta de golpe y uno de los hombres lanzó un dardo, Judith se desplomó al instante y luego tomaron a Hana.

-¡No!-Hana mordió su boca e intento quitarse al hombre negro de encima quien la estaba jaloneando.-¡Dejame!

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Letizia tan solo miraba, sus ojos lo observaban todo, sonrió, había sentido el aroma de la Jaeger desde el primer momento que lanzó aquella flecha que separó a Branko y Cys, alguien había tocado a su hombre y eso no se lo perdonaría...

Adras se había tensado un poco, Branko era inteligente y eso no se lo iba a negar, pero él que jugara de esa manera no era astuto para nada, además, él si percibía la esencia divina en él. ¿Porque? A diferencia de Artemisa, Adras se había mantenido siempre en contacto con los dioses y, sabía que la esencia de Branko no era del todo mortal, sin embargo no diría nada, no hasta qeu fuera oportuno para todos, además era la mejor opción, Nerys y Leone se habían convertido ya en el menor de sus problemas.

-Branko...-Susurró Letizia quien tenía una mano abrazando su estomago y la otra, descansando bajo su barbilla, en una posición de mero analisis, no le gustaba que jugaran con su hermano de esa manera pero el Orendain tenía razón en mucho, además eran sus intenciones las que contaban y Letizia sonrió al saber o inferir en lo que se trataba. Se acercó a su lobo, caminando como la reina que era, hasta quedar a su lado, ligeramente frente a él, como si lo estuviera respaldando y a la vez protegiendo de cualquier cosa que Cys objetara. Amaba a su hermano, pero amaba más a Branko, en toda extensión y en toda norma.

-Es difícil de explicar cariño. Dimitri...- No termino la frase cuando abrieron la puerta de golpe y atacaron a la Vaniria de esa forma. Lea se alarmó y ver como intentaban llevarse a Hana la molesto, frunció el ceño.

-¡Déjala en paz!- Gritó la mujer madura y ya iba a ir contra aquel hombre oscuro pero le sorprendió la velocidad con la que sobrino se puso de pie, arrebató a Hana y la lanzo a los brazos de Hana. La mirada de Dimitri era... Fría. Había odio en ella y desquito un tanto de lo que sentía contra aquel hombre lanzándolo contra la pared. Le habían hecho daño a Judith... Él se había dejado hacer cuanto quisieran hacerle porque no hicieran daño a Judith además, ahí estaba su tía ¡y otra chica! Tomo del pescuezo al hombre y apretaba con fuerza. No hablo, no necesitaba hacerlo porque su garganta estaba irritada...

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Branko miro de reojo a Adras. Sabia que el Dragón sabia mas de lo que aparentaba pero no era algo que le importara en realidad, ese dragón estaría a sus pies, era un hecho, porque su poder así lo ordenaba, su jerarquía lo indicaba y eso ¡joder! Le daba un placer exquisito. Miro a Letizia que ya estaba cerca de él y de nuevo se centró solo en el lycan.

-Tú y tus Jaeger estarán bajo mi mando..

-Me rehuso.- Dijo enseguida el azabache menor, no, no estaba dispuesto a doblegarse ante el italiano. Branko sonrio encantado por esa esperada respuesta.

-Tú poder es de vital importancia Jaeger. Necesitas explotarlo al máximo ¡No seas un cobarde!- y entonces trono sus dedos. Iba a demostrarle la fuerza que ocultaba porque en todo lo que venia sus queridos abuelos estaban en juego y por supuesto, trono sus dedos, la linda ninfa que había atrapado su corazón. - ¿o es que quieres perderla?- y una sonrisa peligrosa apareció en su rostro. Ahí venia él, el verdadero Cys Jaeger Ritter.

Las esposas temblaron. Cys había enfurecido una gran ráfaga de furia recorrió todo su cuerpo, deseo matarlo, deseaba descuartizarlo, olvidando que ese lobo era el hombre de su hermana, su prometido, la luz de su jodida vida. Con sólo una mirada, ambos Lycan se conectaron y por este medio una gran explicación se dio al alemán. La guerra comenzaba y no solo los necesitaba a él y sus seguidores, aun había aliados a los cuales unir.

Hana apenas y pudo gritar, sus pies se tropezaron cayendo donde Lea, sus ojos se abrieron de par en par y entonces negó.-No..-Le dijo, le pidió.-No lo hagas, porfavor no lo mates!-Hana intentó, por instinto, alejarse de Lea e ir a donde Dimitri, si pudiera evitar las muertes lo haría. No había podido evitar que asesinaran a unos hombres que la habían tocado, esta vez ella quería impedir una muerte más...-No... nosotros no somos como ellos...-Le dijo con sus labios temblando-No somos como ellos...-

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Letizia quiso suspirar pero no era... lo adecuado. Miró a Adras quien asintió y entonces ella caminó al centro, mirando la imagen de Frejya. Era una hada hermosa, había magia y vida en su mirar.

-Lo sabes ahora.-Dijo a Cys.-Ya no es solo una cuestión de honor ni de recuperar lo perdido Cys.-Pues ya no era Nerys ni Leone, ya no era solo salvar los 3 imperios obscuros y volver al trono como reina y lider de las brujas.-Estan en juego muchas vidas, vidas que amamos y que no queremos perder ahora que las hemos encontrado.-Dibujo con una mano en el aire la representación de las razas de lobos que debían ayudar.-Los necesito ahora como los necesite hace más de dos mil años atrás, trabajemos en equipo.-miró a Branko, que en ese momento a pesar de ser el hombre que amaba, era también un lycan que ella respetaba y tomaba en consideración.-La legión de dragones también nos ayudará, pero debemos actuar con cautela, el enemigo es poderoso y aun no tiene rostro.

Lea detuvo a la joven pelirroja y negó con la cabeza, abrazándole con cierta fuerza, sin querer asustarla.- Jamas, cariño. Jamas te metas cuando un lycan esta tan furioso. Ellos pierden la noción del todo y olvidan el rostro de sus más cercanos.... Dimitri no lo soportará... Han lastimado a Judith, ella es importante para él... Se que lo entiendes, linda. Además, tienes alguien a quien proteger- Y supuso que la pelirroja lo entendería, a fin de cuentas, su prometido era un lobo muy poderoso.

Dimitri continuo apretando el cuello del extraño. Quería arrancarle la cabeza, pero sus manos comenzaron a temblar. Sus ojos lagrimaron. No quería que las tocaran, no quería que les hicieran daño Apretó más su quijada y para cuando estuvo apunto de matar al hombre, la puerta se abrió con agresividad. Era un hombre alto, de un aspecto bastante elegante, era apuesto y sobre todo, de origen japones.

-Basta Dimitri, suéltalo- Ordeno mientras se acercaba al azabache. Dimitri quería negarse pero cuando menos se lo espero, Seishiro ya lo tomaba del mentón y lo acercaba a sus labios, aunque apenas si rozaron.- ¿Qué sucede? ¿Estas molesto?- Sonrió encantado de aquella reacción porque Dim no lo atacaba a él, de ninguna manera.- Dime ¿También tomarás el lugar de esa extraña?- el castaño oscuro abrió su boca, pretendiendo morder los labios de aquel delicioso joven.

-¡Basta!- Grito Lea mientras se acercaba y arrebato a su sobrino de los brazos de ese extraño.- Yo iré en su lugar.- Dijo con la frente en alto. Lea no iba a dejar que hicieran más daño a su sobrino, ni mucho menos que toquen a esa linda jovencita enamorada.

Seishiro bufó una risa y con una señal, dos hombres más entraron a por Lea. Dimitri quiso evitarlo ¡No, su tía no! pero Lea hizo una señal y lo miro a los ojos <<Protegela Dimitri... ella lo necesita más, yo estaré bien>>

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Branko sonrió y tomo la mano de Letizia para ver a el híbrido enfurecido. Controlado del todo con aquellas malditas e hijas de puta esposas, sabía lo que era tenerlas y recordarlo lo enfurecía, pero no era el momento.
-Escúchame Jaeger, te propongo una tregua. Mi mujer nos necesita y yo...- Carraspeó molesto por lo que iba a decir pero era la verdad, sus hijos estaban completamente perdidos y no contaba con sus poderes, además, él no tenía a ningún aliado, no tenía ningún seguidor. No existían más Orendains.- También. Es el momento...-Y le extendió la mano al alemán después de caminar hasta quedar frente a él.- Protejamos lo que amamos y lo que ellos amen.- Branko estaba hablando enserio, aunque no parecieran sus palabras pero él quería proteger lo que crearía con Letizia en algunos años y sabía que Cys también querría proteger lo que crearía dentro de algunos años con aquella ninfa.

Cys se le quedo viendo aun enojado, sus ojos eran intensamente dorados pero las palabras del Orendain le sorprendieron un tanto. Estaba hablando enserio y ¡¿Él le pedía una tregua?! eso era de sorprender. Cerro sus ojos un segundo y después lo miro a él y ella.-... Letizia...-Necesitaba que ella le confirmara y sólo una expresión de esa diosa le hizo aceptar.... si... Cys no podía dudar en el peor de los momentos.

Hana sintió que las lagrimas corrían por sus ojos de nuevo. Negó y bajo la mirada.-¿Que es lo que quieren?-Dijo mientras lo miraban.-¿Que quieren de mi? P-Por favor... solo...-Hipó y se llevó una mano a la boca mientras el hombre negro se levantaba a duras penas, Dimitri casi lo matadaba.

-Ella sera... l-la siguiente y tu no... v-vas a evitarlo.-El hombre sonrió y tronó su cuello saliendo de allí.

-Lea... ¡No, sueltenla, no lo hagan!-Hana quería ir a por ella.. quería pero no podía. ¿Que haría cuando fuera el turno de ella? -Perdoname...-Le pidió a Dimitri.-No es a ella a quien querían, lo siento... d-de verdad.

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Miró al lobo negro y su cuerpo entro en calor y orgullo. ¿Branko decía todo eso?, sonrió por dentro, él era lo que siempre había soñado, un ser que pese a todo, amaba la creacion que tendrían juntos, que la amaba a ella y a sus sueños.-Te prometo...-Le dijo mirando a su hermano, levantando el mentón como la lider uqe era, su mirada era firme y segura, jamás se retractaría de lo que iba a decir.- que no dejaré que nada lastime a tu familia.-Tragó lento.-las perdidas nos deben unir.-Porque ella había perdido a Clarisse y ya no sentía Franko y Kellen... su bebé estaba tan mal también.-Usaré todo mi poder lider Jaeger, para traerlos de vuelta.-Confía en mi, trabaja conmigo y con la raza Orendain.

Dimitri protegía a Hana mientras miraba con molestia a el japones que sonreía encantado de la situación más no dijo nada, a él no le importaba a quien se llevaran, porque él siempre iría tras su presa, su lindo Dimitri.

Lea fue salvaje, dejo salir parte de un enojo que llevaba con ella por años, no permitiendo que él otro chico saliera de aquella habitación, terminando lo que su sobrino había comenzado. Recibió un fuerte castigo, una bofetada de los otros hombres y se la llevaron con agresividad del lugar. Dimitri quiso ir por ella pero las ordenes de su tía era firmes. Ella estaría bien. Apenas se quedaron solos se apresuro para ayudar a Judith. La cargo y la llevo hasta donde la camilla.

-Estarás bien...-Dijo apenas con una voz empobrecida, una voz de un chico de espíritu muerto.- Tú también Hana... No dejaremos que les hagan daño... a ninguna de las dos.- Y Dim acarició la mejilla de Judith.

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Para Cys aun era extraño ser llamado líder, pero lo había aceptado, desde el momento en que no sólo los quintillizos y su tía estaban dispuestos a seguirlo, más de un Jaeger y Ritter también. Cerro sus ojos y asintió con al cabeza. Necesitaba procesar lo que sucedería del todo, pero tampoco quería perder tiempo.

-¿Qué es lo que hay que hacer?- Cuestiono pero para eso, Branko había desaparecido absolutamente todo y negó con la cabeza.

- Necesitas enfriarte y descansar, has venido desde muy lejos y muy alterado. No pretendo decirte todo dos veces, ahora largo y descansa, continuaremos esta conversación mañana.- Dicho eso se aparto, dando la espalda a todos los que estaba ahí, porque podían hacer lo que quisieran, él sólo quería a su Letizia ara él... Adras y Cys salían sobrando.

El hombre negro caminaba detrás de la Jaeger. Sonrió, tenía un buen culo, follable, delicioso, quería hundir su lengua en su rajita obscura justo como quería hundirla en la de esa pelirroja de grandes tetas.

-La llevaremos a la cámara de demostración.-Dijo y le aventó una jeringa al japones, era una droga para que ella fuera más facil de domar, una especie de pooper.-Nosotros también pensamos en ti mi amor.-Sonrió de lado, sin dejar de caminar.

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Letizia se cruzó de brazos y se recargó a uno de los pilares de aquel recinto. Miró a Cys y Adras y sonrió.-Cys... me gustaría... bueno, es una propuesta.-Se acercó a él y tomó su mano.-Me gustaría que pensaras en traer a Frejya aquí, mientras todo esto sucede, será más facil protegerla.-Negó.-pero es tu desición y la de ella, es tu pareja y necesita saberlo, no le ocultes nada... es... es un consejo de hermana.-Se encogió de hombros y sonrió un poco, ella odiaba las mentiras y no le gustaba que Branko le ocultara cosas, habían tenido muchos problemas por ello pero ahora al fin, estaban bien.

-Yo te llevaré a tu habitación.-Adras caminó hacia el pelinegro y al instante se convirtió en un pequeño dragón, grande como un lycan pero pequeño para el tamaño original de uno.

-Te buscaré para saber tu respuesta.-Le dijo y lo abrazó con fuerza.-Gracias por todo esto, te he extrañado mucho Cys.-Le acarició las mejillas con cariño y luego sonrió de oreja oreja.-Pese a ser una diosa, soy y seré una bruja antes que nada, no lo olvides.

Lea miro de reojo al hombre que iba detrás de ella. Sabía como le miraba. Eran peores que aquellos hombres en su juventud. Recordó como su "madre" la protegía, porque ella era mercancía especial. Noto la jeringa y miro al que hablaba una vez más. LE sonrió y meneo su trasero, provoco al hombre porque ella no necesitaba resistirse, era un perfecta actriz, pero por mucho que lo actuara, seguro que aquella droga... era fuerte, no dejaría que la prometida del Yasikov cayera en manos equivocadas.

Dimitri miro a Hana y se acerco a ella, no tanto, se quedo a por lo menos dos pasos de ella.-... Hana...-sonrió un poco y bajo la mirada.- Tu presencia... si logras calmarte.... podrás ayudarnos a todos... Eres una Senka... la senka...

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Cys miro a Letizia y trataba de mantenerse cuerdo ¿Ella iba a quitarle esas esposas? Esperaba que si... de verdad. Su propuesta le pareció una muy buena y no sólo a ella, Anke también tenía que estar protegida, él y los quintis las protegerían y estarían cumpliendo los pedidos de esa diosa.

Branko negó con la cabeza. Letizia le ponía demasiada atención a ese perro chupa sangre. Gruño. No le gustaba que ella abrazará a otros... si, era posesivo ¡Mucho!

Cys agradeció a Adras y abrazó también a Letizia sin importarle la reacción del Orendain.- Gracias... te veré mañana.- Dijo mientras se alejaba de ella e iba junto con él dragón al que miraba ya como un aliado .

El moreno se endureció, frunció su ceño y pese a todo no tuvo ninguna erección.-Las niñas buenas se mantienen quietas.-Le dijo jalandole el cabello ligeramente y dandole un azote, dejando roja su nalga derecha. Tronó su cuello y pasó de largo. Tenían a muchas personas que encontrar, sobretodo a la reina de las arañas ¿donde estaba? había escapaado y debía volver a su lugar, antes de que fuera tarde.

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Letizia había asentido y los había visto partir. Fue en ese momento cuando se giró para vera su prometido. Ella llevaba el anillo rojo en su dedo, brillaba ligeramente, era una joya valiosa, tanto en valor material como emocional, más que cualquier cosa.

-¿Que es lo que planeas Branko?-Le dijo caminando hacia él. Había cosas que aun no tenía claras y no quería usar sus poderes para adivinar sus intenciones.-¿Que has hecho todo este tiempo?-Ladeo su cabeza y cruzó sus brazos.

Lo maldijo para sus adentros cuando le azoto de esa forma. Era lo peor. Esa clase de hombres era desagradables al doble. Golpes... los odiaba pero mantuvo la "calma". Tenía que aprovechar esos viajes, Encontraría la salida, aun si tenía que ofrecer su cuerpo lo haría por aquellos tres jóvenes que aun tenían mucho que vivir.

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La miro de reojo y se giro para poder verla por completo. Le sonrió y le extendió la mano.- Eres hermosa, Letizia.- Dijo, pero no por eso evitaría sus preguntas.- Atraparlos Letizia. A Nerys y a Leone y alguno que otro ser "malvado"- Dijo con burla aquello, pues sus aliados, o al menos los que se unirían, podrían terminar con sus nemesis.- He hecho planes y he contactado con cuantos sea necesario para lograr tus sueños.- Que también eran los de él.- Ah~ y tuve una visita muy interesante...- Se acerco a ella y la tomo de la cintura para pegarla a él.- Resulta que una Jaeger dice ser mi prometida...- No se lo iba a ocultar. Quería ver su reacción y lo que más deseaba era ver que Let matara a esa Jaeger.

Hana negó-No... no sé como hacerlo.-Sus labios temblaron.-Es la primera vez que... Dimitri y-yo no se que se supone que debe hacer una senka, soy... solo soy una humana.-Apretó sus puños del miedo y la frustración, del abandono, de las ganas de llorar. Quería a Vladimir, quería salir de allí, ¿que le harían a Lea? Joder ¿Era su culpa?

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Su mirada verde se afiló ligeramente mientras él la pegaba a su cuerpo.-Me alejo unos instantes de ti y tus admiradoras corren a recoger las migajas.-Delineó su boca.-No es gracioso, apestas a ella.-Su boca se acercó a la del pelinegro y sus manos subieron a su nuca.-Voy a tener que quitarlo...-Jaló su labio inferior y cerró sus ojos.-de ti, de los castillos, de toda Italia.-Porque eso significaba que esa Jaeger tenía el tiempo contado, su horrible olor, no estaría en sus tierras,en su prometido, en nada. Se alejó.-Quítate la ropa Branko.-Sus ojos destilaban clara amenaza.-voy a tener que limpiar cada parte de ti.-Sus ojos lo miraron, con una ternura y a la vez con un deseo palpable.

-....-Iba a acercarse a ella pero se detuvo. Dimitri la miro y sabía como era que ella se sentía pero no tenía las palabras correctas para consolarla, en ese momento estaba repleto de sentimientos negativos hacía esos hombres, dolorosos por no cumplir su promesa a Judith, porque su tía estaba ahí... se sentía mal y débil.- ¿Eres una futura Yasikov, verdad?- Cuestiono.- ¿Puedo acercarme a ti?...

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-...-Arqueó una ceja pero sonrió por ese comentario. Era encantadora cuando se molestaba. Hmmm lo excitaba que actuara de esa forma.- Eso me agrada... quiero que lo hagas....- Dejo que ella se acercara y después que se alejara. Sonrió y lado y negó con la cabeza.- Quitamela tu, Letizia

-S-Si...-Le dijo sin saber realmente la intención de Dimitri, sin embargo sabía que no le haría nada, porque él había pedido permiso, porque la había defendido.-Lamento no ser de ayuda... ni siquiera sé... no se que debería hacer.-Dejo derramar una lagrima.
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-No.-Dijo caminando a él, colocando una mano en su hombro y rodeandolo poco a poco. Estaba molesta, porque todas las perras iban tras él apenas estuviera solo. Dioses ¿ella había pensado eso?-Hazlo tu.-Se alejó de nuevo y se encogió de hombros.-Quiero verte haciéndolo cariño.-Se recargó a uno de los pilares y sus orbes verdes lo incitaron.

Dimitri se sentó junto a ella, aun respetando un espacio. Él la conocía, sabía que era esposa de Vladimir Yasikov y madre de una hermosa niña con la que se llevaba muy bien, porque su padre y Oleg Yasikov habían hecho un trato cuando Ashran era un mocoso y bueno... había otras mil cosas que los unían y los seguirían uniendo.- Lo eres Hana.... lo seras. Tienes que confiar en ti... ¿Si?...-Dimitri intento sonreír pero le costaba, porque cuando lo hacía, Seishiro aparecía y siempre intentaba borrarla... quería arruinarlo.

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-....-Arqueó una ceja y soltó una carcajada.- Eres tú quien quiere quitarme este "terrible olor" ¿Qué no?- Cuestiono sin moverse, la estaba provocando, pero en realidad no quería perder tiempo. Suspiro y comenzó a quitarse una la camisa. Vestía todo de negro, cómo de costumbre, nada formal, más bien casual, lo hizo con calma mientras continuaba y comenzaba a desabrocharse el pantalón.

Hana entreabrió sus labios y asintió.- Lo siento.-Susurró y le miró a los ojos, subiendo una mano a su mejilla.-Estoy asustada y... no sé que hacer pero ... lo intentaré, hasta que nos encuentre.

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Levantó una ceja.-¿Acaso tu no quieres que te lo quite?-Sonrió por ello.-Hazlo más lento Branko.-Quería verlo, disfrutar como se desvestía para ella, además tenía que ver cuanto tiempo podría resistirse a él "Tu mayor debilidad, Letizia. Siempre fue y será Branko Orendain" Le había dicho Adras un día en que ambos estudiaban los reinos obscuros, él le había contado la manera en que Artemisa había muerto. Letizia admiró a Branko, era hermoso y se superaba día con día. Estaba orgullosa de él. El tiempo en que habían estado lejos había sido agonizante, tanto que dolía, pero le habían servido para mucho. Se desabrochó un botón y luego sonrió.-Hagamos esto más divertido mi amor.-Se acercó a él y comenzó a quitarse la camisa de botones que usaba.-Tu marcaras el ritmo...-una prenda y una prenda, al mismo tiempo, lento y suave, tentandose.

-No te disculpes... Las protegeremos...-Aclaro, porque no iba a convencer a su tía, sabía que ella lo haría todo por ellos tres, él lo hará todo por ellas dos.- Nos encontraran... mi padre, tu prometido... el hermano de Jud... todos ellos nos...-Se mareo, se sentía aun débil, su cuerpo estaba exhausto y su garganta aun ardía.

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-Hmmm~-Expreso encantado. Letizia daba ordenes, eso lo ponía cachondo, una mujer decidida a no dar su brazo a torcer, una con la que podría jugar mucho, su deliciosa prometida estaba madurando mucho pero aun así, le faltaba mucho por experimentar. Fijo sus ojos donde sus espectaculares pechos y entonces aparto sus manos del pantalón, apenas se había desabrochado el mismo, esperaría a que ella se desprendiera de esa linda blusilla.- ¿Pretendes que sea paciente, amor?- Le pregunto mientras deslizaba su mano sobre su enorme erección aun cubierta por la tela... joder, enserio la extrañaba y no sólo por el jodido sexo, anhelaba su compañía, su voz, su esencia, su dulce aroma a pastel de vainilla y chocolate... simplemente la necesitaba...

-Dimitri...-Susurró y le tomó una mano, sosteniendolo. Los labios de Hana temblaron, si ella era la senka, cuya esencia era tranquilizadora y brindaba fuerza y salud, porfavor, que ayudara a ese chico, que lo ayudara si ella no podía hacerlo. Quería ser fuerte, de verdad, quería serlo.

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-Lo serás-Dijo soltando botón por botón, dejando que sus pechos, apretados por la blusa botaran ligeramente. Sonrió mientras dejaba entre ver un sexy sosten azul marino liso, con una tira transparente separando sus pechos, levantandolos grandes y suaves. La blusa resvalo por sus hombros blancos y cayó al suelo, se llevó ambas manos a la cola de caballo trenzada y usando ambas, se soltó el pelo, resaltando su sensualidad. Mirando con deseo los labios del pelinegro.

Cuando ella tomó su mano, apretó con fuerza lamentándose. Podía escucharla. Eran crueles con su tía. Sacudió la cabeza. No quería verlo ¡joder! No quería ver nada en su cabeza. Se inclinó hacia Hana, apoyando su frente en su hombro.- Las voy a proteger. Te lo prometo Hana, no dejare que esos malditos desgraciados...- No estaba dispuesto a dejar que ella y Jud vivieran los abusos que él había vivido y los que su tía vivía en ese momento. Levantó su mano libre y la puso sobre la frente de la Senka. Ya había hecho eso con Judith. Era una clase de escudo que sólo el podía eliminar, con él, su pureza estaría a salvo. Dimitri era como su madre, la magia era su aliada y la naturaleza su mejor amiga, sin embargo, en ese lugar sombrío no había nada verde, era aún más difícil controlar su magia pero no importaba, se esforzó por Jud, también lo haría por Hana porque su padre se lo había enseñado, debía proteger a las chicas pensando que ellas podrían ser su hermana, su adorada hermana.

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-Alguien ha cambiado a mi prometida...- Dijo riendo mientras disfrutaba de de ese par de pechos firmes y encantadores.- ¿Donde ha quedado mi pequeña y tierna Letizia?-Cuestionó mientras que apartaba las vendas que cubrían las marcas que habían déjalo Leone y Nerys sobre sus palmas, las cuales ya no tenían un efecto en él, pero eran el recuerdo que lo motivaban a ser lo que era, un verdadero hijo de puta. Se inclinó cuando los hombros de su sensual Diosa estaban descubiertos..-...- Beso uno de ellos y lo lamió.- Te has vuelto más fuerte... ¿Que has estado haciendo en mi ausencia?- Cuestionó mientras que bajaba la bragueta de su pantalón y esperaba que ella continuara.

-Shhh.-Lo abrazó sin detenerse a pensar y asintió.-Lo siento, lo siento yo tam-también... Dimitri ¿t-te llamas así verdad? Soy debil y no conozco mi fuerza, p-pero haré todo lo posible por mantenerme a salvo y no n-necesitar de tu ayuda. Eres un buen, buen chico.-Le sonrió, porque estaba asustada y porqeu tenía miedo, porque sentía de pronto ganas de vomitar y no estaba segura del porque.

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Letizia lo miró con suavidad, observó sus marcas y endureció la mirada por un instante, aun le enojaba saber todo el daño que le habían hecho.-Sigue aquí...-le dijo con una sonrisa para luego reir.-He aprendido uno o tal vez dos truquitos en tu ausencia.-Colocó sus manos en su cuello pero sin rodearlo completamente. Su pantalón resbalaba mientras ella mecia sus caderas de manera circular.-Los practique día y noche.-Se acercó a su oido.- cada instante pensando en ti mi amor-No era un secreto que ella se tocaba pensando en él, aunque claro no había sido lo mismo, era de alguna forma... una necesidad, necesitaba sentir a Branko todos los días, por lo menos dos veces al día. Él era su mayor debilidad.-¿Me extrañaste?-Susurró.

-No Hana.- Dijo sin apartarla de él, al contrario, respondió apenas su abrazo, sin la energía con al que usalmente respondía a todo en general.- Esto no se trata de ser fuerte o no... Necesitamos ser un equipo... Necesitamos ser honestos y dejar a cada quien lo que le es posible. Yo las protegeré... A todas y todos... Somos miles... ¡Miles!- dijo y sintió como algo oscuro rodeaba su cuello y lo alejaba de ella. Dim se quejó y termino en el piso. Si, Seishiro no quería compartir.

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Sonríe encantado de lo que miraba ¡joder! Si, le encantaba esa mujer y la había extrañado como jamás extraño a nadie. Mantuvo sus manos a sus costados mientras la imaginaba pensando en él. Branko sonrio de lado.- ¿extrañarte? Como un loco...- Susurro él, que estuvo bastante ocupado no sólo creando un ingenioso plan, también buscando lo que ya tenía en sus manos, un poder inmenso, el lugar de un poderoso y oscuro Dios. Levanto sus manos y rozo un poco de la piel de su prometida pero termino por guardas a su pantalón para despojarse de ellos, lento, deseando el cuerpo de su mujer.