Vlad y Hana: A las afueras de la hermosa Rusia *O*

Vladimir continuaba pensando en ella sin imaginar la tragedia que viviría en tres, dos... uno. Todo su mundo se vino abajo en cuestión de segundos. Todo fue rápido. No lo noto, lo peor, eso lo haría sentir culpable. No hasta que el anillo hizo eco en sus oídos junto con aquel suave llamado. Su nombre... le llamaba por su nombre y todo daba fin. Se levanto como alma que lleva el diablo y la llamo. Joder, ella no respondía y cuando llego, lo único que sus ojos vieron en el piso fue aquella hermosa pieza de oro blanco. Su respiración estaba agitada y el lobo que ya hacía observando la argolla corrió en busca de la mujer a la que al parecer pretendía robarle.

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Le ayudo a sujetarse porque noto que sus piernas le temblaban. Sonrió, tenía que ser más cuidadoso.- Confió en Vladimir, Madeline.- Fue la respuesta del moreno porque... Hana por muy prometida que fuera de su próximo líder, no podía confiar en ella del todo, no hasta que pasara las pruebas que sólo él y el Sr. Oleg sabían. Salió con ella, dirigiéndose a la habitación para vestirse.

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Respondió a sus besos. Le gustaba que fuera tan mimosa con él.- hmmm Pues tendrá que soportarlo y sentirse orgulloso de tener a este fuerte lycan como novio de su hermanita.- Dijo y la tomo de las manos.- Toda mía.

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En Alemanía las cosas no iban del todo bien. Los Jaeger habían tenido una perdida. Aquel chico de gran sonrisa, de hermosos ojos y belleza poco usual no estaba más con ellos y las sospechas iban contra otra gran raza.
Cys necesitaba de las noticias ¿Qué había pasado exactamente? Günter no había dado del todo buena información pues el impacto y aquel veneno le habían hecho daño. Veneno que sólo uno de miles podía utilizar. Gruño furioso.

-Branko Orendain.

Lea por su parte había salido de casa aquella tarde-noche. Le pidió a Frejya que se encargara de la cena mientras iba a por un pequeño encargo. Tenía que recoger algo especial para su sobrino, algo que pertenecía a sus padres y sabía que le ayudarían a darse cuenta de lo que todos ya sabían sobre lo que sentía por la bonita ninfa.
-Oh Cys, entiendo lo asustado que estas cariño, pero no puedo permitir que no disfrutes de tu linda noviecita como es debido.- Rió encantadora, hasta que la piel se le erizo por escuchar su voz.

-Ya ha pasado mucho tiempo, preciosa.

Lea sintió que todo su ser se derrumbaba porque la voz de ese hombre sólo le traía los peores de los recuerdos. Se giro y para su sorpresa el lobo ya estaba sobre ella.

-¡William!- Dijo alarmada mientras el muy cabrón la acorralaba contra la pared más cercana. La disfruto, saboreo el cuerpo de la mujer que deseaba más que nada en el mundo.

-Sh, sh, sh, sh.- Dijo acercándose a los labios de la Jaeger.- Todo estará bien cariño.- Cubrió la boca de la hermosa Jaeger y son pensarlo dos veces clavo en su cuello una filosa jeringa.- Todo... estará bien.- La loba no pudo luchar por ella porque la dosis que entro a su cuerpo era mucho más intensa... si, ella no era una humana o al menos dejo de serlo hace muchos, muchos años.

Se habían esperado, la verdad no era más cierta que esa. Hana ya no estaba para el olfato de nadie.

-Es hermosa...-Susurró la voz que la había tomado, sus manos acariciaron su cuerpo cubierto por la bata y dejaron al descubierto un inocente y desnudo pezon.-Podría mamar de ella hasta artarme.

-Callate, si la tocas te mataran.-Rio otro hombre que miraba fijamente las piernas de la mujer.-Aunque estas muerto si ellos te encuentran.-Rió.

-Mas vale morir habiendose clavado en ella.-Dijo el ser que ya acariciaba ese pecho.

-No la toques y es mejor que nos larguemos, el efecto dura poco tiempo y tenemos que ir por Will, tiene a la otra esclava.-El auto arranco sigiloso y se alejo de allí con el mismo silencio con el cual había llegado. Hana por dentro sentía cada cosa, no podía abrir los ojos pero lo sentía, los escuchaba.

¡Dejenme!-pensó pero sus pensamientos no salían, su cuerpo se sentía caliente, odiaba sentirse así, porque tenía miedo ¡no era ella! Sintió una mano acariciar entre sus muslos y lloró, las manos eran duras, frias y no tenían miedo de dañarla, más aun, disfrutaban dañandola, manos grasosas y sucias, invadiendo sus muslos, queriendo entrar en ese templo que solo le pertenecía a Vladimir.

-P-Por... ...-Hipó.

-Esta despierta-Frunció el ceño aquel hombre e inmediatamente quito su mano de allí.

-Estamos lejos, es imposible que nos encuentren.

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Se quedo en silencio los instantes hasta que llegaron a su habitación de nuevo.-Mi ropa...-Sonrió, estaba algo rota, ¿donde estaban sus bragas? ¿Esa era su camisa? estaba segura que tenia todos los botones. Enarcó una ceja.

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Silencio. Lulú se quedo callada, sin responder a lo que Sergey le decía. Se alejo lentamente y entonces empezó a caminar hacia la ventana, más y más hasta quedarse frente a ella y tocar el cristal, estaba nevando, una tormenta se avecinaba-No la siento.-Su pecho se agitó, tenía un instinto que había nacido con Sergey, la primera vez que él la hizo suya, ella pudo enteder y percibir las esencias de sus seres más cercanos.-Algo ha pasado Sergey.

Sentía su pecho latir con fuerza. Estaba impaciente. Dimitri.

Dimitri...

Dimitri...


-¿A donde vas?-Se llevó una mano a la boca, sentía que iba algo mal, algo que no sabía.-Voy contigo...-Se apresuró para tomarle la mano.-Llevame contigo Cys.-Frejya mordió sus labios, ¿Era por ese chico verdad? Ese chico por el que ella quería llorar, ¿porque quería llorar? Por su pureza, por el sentimiento qeu despertaba en ella. No pudo protegerlo, no quería perderlo...

Todos los movimientos de aquel enorme y fino lobo había sido en vano. Su olor no estaba cerca... habían desaparecido su olor ¡Maldita, sea su olor! Vladimir estaba fuera de sus cabales, había destruido medio hotel buscando en cada rincón, hasta que salió de enorme edificio sin encontrar absolutamente nada, ninguna huella, ninguna marca. Se sintió vació, débil, como un idiota ¡¿Cómo la había dejado ir sola al jodido baño?! El lobo aulló con lamento, con dolor y una promesa. Rusia se mancharía de rojo si su prometida no aparecía. A su alrededor mil y un lobos se acercaban, porque una vez más uno de los Yasikov experimentaba la perdida de su adorada mujer.

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Vasilliy reía con las expresiones de su linda mujercita. Le ayudo a buscar la ropa... poca ropa que había dejado intacta para ella. Suspiro.- Lo mejor es que te preste algo mio y regresemos a la gran mansión, ahí podrás vestirte correctamente.- Si, porque sus cosas estaban en aquella enorme mansión... Ya no sería de esa forma, al menos, hasta que ella pensara que ya era momento de vivir a solas con él, aunque aun no era tiempo, la casa aun no estaba lista del todo. Ya sacaba algo de ropa para Madeline cuando su sentido del oído lo percibió. Abrió los ojos con fuerza y giro para ver a Madeline.- Tenemos que irnos.- Dijo y se acerco a ella para ayudarle a vestirse y después vestirse él. Tenían que irse ¡Ya! algo malo había pasado.

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Sergey ya no estaba con Lulú cuando ella decía esas palabras. No necesito escucharlo, él incluso lo había sentido. La forma en la que aquella extraña perla en el pecho de su mejor amigo había tomado parte de él en un dolor indescriptible. Sergey se había transformado en un precioso Lycan y había salido a toda velocidad por aquel hombre que estaba bajo su responsabilidad, su mejor amigo, su familia...

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Cys no respondió a la pregunta de la ninfa. Ella no iba a acompañarle, mucho menos a ver a ese lobo peligroso. Negó con la cabeza.- No iras, te quedaras aquí junto a Lea y los quitillizos, Necesito que cuiden de Günter y de Lea.- Se giro para verla a los ojos.... Suspiro y se inclino lo suficiente para quedar a su altura.- Por favor, no insistas no te llevare...

Cuando abrió los ojos no podía ver nada, sentía partes de su cuerpo mojadas, se tocó y en un intento desesperado, se arrastró hasta un rincón de lo que parecía una pared.

-Esta despierta.

-Bien.-Dijo una voz que ella no pudo reconocer, sentía la piel escocerle en su vientre, sentía algo en su boca, escupió mientras poco a poco empezaba a acostumbrarse a la luz rojiza de aquel lugar.

-¿Que pasa mi amor? ¿No te gusta mi sabor?-Hana quiso vomitar, su cuerpo tembló y no pudo evitarlo.-¡Que asco!-Gritó un hombre y la pateo, haciendole levantar su mandíbula, rompiéndole la mitad del labio inferior.

-¡No seas hijo de puta!-Hana empezó a llorar al ver como otro hombre tomaba del cuello a quien le había pateado, lanzandolo contra la pared y enseñándole sus colmillos.-Ella es una mercancía que no se toca, no aun, hasta recibir ordenes.-Los hombres guardaron silencio.-Ven...

-No... ¡No!-Hana gritó, no lo quería, no lo quería cerca.

-No podemos dejarte en medio de esto, vaquita.-Rió sarcástico.-Aquel estúpido te trató tan mal, pero yo me encargaré ti.-La levantó de golpe y ante sus intentos por huir, el hombre la empotró.-Escúchame bien, puedo hacerte mamar como la perra que eres pero tu tienes algo que nuestro jefe quiere. Sométete criatura o nada te será sencillo, si estas a salvos es por tu puto coño y tus putas tetas, primor.

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Madeline no tardó el arreglarse, se arropo con la ropa de él y la poca de ella, se colocó una chamarra de Vasilliy y agradeció lo grande que era, la cubría del frio.-Vamos.-Lo tomó de la mano, era urgente, algo malo pasaba.

Mientras tanto Lulú empezaba a contarle lo que había sentido a Olenka y los demás sirvientes de la casa. Las cosas no pintaban bien.

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-¿Se trata de Dimitri verdad? ¿Él esta bien? Cys... -No quería dejarlo ir, simplemente ¿porque no quería llevarla? Era fuerte a su manera, ella ayudaría a Dimitri, lo sentía, sentía que debía y podía. Apretó los labios y bajo la mirada.-Tienes que volver...-susurró, ¿no era otra idea suicida de él?-Si no vuelves iremos a buscarte.

~Rusia~

Al llegar Sergey donde su mejor amigo lo supo todo. Vio en su mirar todo cuanto necesito saber. Se acerco en dos pies, intentando tranquilizarle. No tuvo mucho éxito. Sergey se llevo más de un golpe al cuerpo, la cara. Su sangre manchaba la pureza de la nieve pero en ningún momento se alejo de él hasta lograr ubicarlo, hasta tener toda su atención en su mirar.

-Vladimir, basta... amigo reacciona, no puedes perder el control así...

el castaño lo tomo del cuello y con una gran velocidad lo pegó a un enorme árbol, hiriéndole aun más sin ser consciente de ello.

-La quiero a mi lado Sergey... ¡Maldita sea, la quiero de vuelta!- Bramo, dando la orden. Eso era lo que quería y no era necesario decir más. Sabían el destino de quien se atrevió a traicionar o retar de un Yasikov. Los ojos del albino entonces se dejaron ver, hermosos, casi tan alvinos como los de su hermano, sin embargo, sin ningún don especial como los del moreno.

-La encontraremos...- Y le sonrió a su mejor amigo, aun con la sangre en la comisura de sus labios. Rusia recordaría con miedo el final de los Romanov, sin embargo, ahora serian los Yasikov quienes darían fin a mas de mil hombres.

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~Rusia~

Vasilliy salió junto con MAde en cuestión de minutos y llego a la gran mansión. Manejo como todo un experto en pista. Lo dejo todo, fue en busca de su hermano y lo único que encontró fue a su quería novia, Olenka y el resto.- Madeline, sera mejor que se queden aquí... Por favor, esperen aquí.- La tomo de los brazos, miro a Olenka, al resto y después a Lulú. Le sonrió.- É um prazer , Lulu. Por favor, cuide de tudo ...- Le pidió en ese bonito portugués que cuidara a todos porque el lo sabia, sólo con mirarla, sólo con ver un poco de su cuerpo, ella era fuerte y una grandiosa... "japonesa". Salió a toda prisa, tenía que encontrarse con su hermano y su protegido, el joven Vladimir.

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Lea aun estaba inconsciente. La dosis que ya hacía en su cuerpo era tan intensa que no sentía lo que aquel hombre ya hacía sobre su cuerpo. La reclamo y pretendió marcarla de la forma más baja y despiadada. Si, era glorioso para aquel Lycan poseer el cuerpo de la muejr que alguna vez perteneció a su rival, al hombre al que más envidió y al que termino por matar.
-T-Te lo dije Wilhelm...-Dijo entre jadeos mientras abusaba del cuerpo de la mujer que utilizaría en aquel juego perverso.- Esta puta sería sólo mía.- Jadeo y gruño, porque tenían un largo viaje que hacer y un sin fin de noches que disfrutar. La vería, deseaba ver como su naturaleza humana volvía, como regresaba a ser esa pequeña prostituta y como disfrutaba del falo de otros hombres más, hasta que suplicara por el suyo... si, William quería que ella se humillara ante él...

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~Alemania~

Cys se inclino y no, no beso los labios de aquella ninfa, porque hacerlo sería perder ante ella, estar a sus pies y hacer lo que ella deseara. CErro los ojos y disfruto de su cercanía y su olor.- Regresare...-Levanto sus manos hats acasi tomar sus mejillas. No respondió a su pregunta, no lo haría. Ella le había observado con aquel chico. Como le sonreía, como le daba un cariño que sólo...- Feejya yo...

-¡CYS!

Justo cuando pretendía decirle algo más a esa ninfa la entrada de Anke a la casa y la forma en la que un retrato de Lea se cuarteo lo dijo todo. Las pupilas del azabache temblaron... todo un mundo se vino abajo y entonces se aparto de Frejya. Ver a Anke llorar con desesperación mientras hablaba y hablaba de lo sucedido, Alaric entrando en un shock azotador. Raynar y Claus intentando calmarles y Günter... él aun estaba inconsciente. De nuevo les hacía daño. Se aparto de la ninfa, no dejo que le retuviera, simplemente desapareció de aquel lugar, porque buscaría al hijo de puta que no sólo había dañado el corazón de su amada... también el de sus primos ¿Es qué pretendía destruirlo de esa forma?... lo arreglaría todo de una puta vez.

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~Italia, territorio Orendain~

Branko ya hacía sentado sobre su enorme trono. Aquel que perteneció alguna vez a su padre. Todo a su alrededor eran sólo ruinas, porque aquel enorme y precioso castillo aun no tenía la vida que alguna vez tuvo. Branko no la necesitaba, no aun.

Tenía ya mucho tiempo de su adorada prometida, pero esa había sido su condición. No estarían juntos hasta que fueran esposos. Por mucho que le jodiera, tenía que aprovechar ese tiempo a "solas". Miraba sobre una gran mesón un enorme tablero. Todas las piezas estaban en movimiento, tal cual necesitaba que fueran las cosas. Su amada estaba junto a su fuerte guardián. Sus hijos... bueno, Clarisse seguía bajo las influencias del hijo de puta de Apolo. Kellen estaba en su puesto, un perfecto villano, lo lamentaría pero tanta maldad tenía que utilizarse de alguna manera y Franko... a ese chico sólo lo estaba poniendo aprueba. Necesitaba que él le demostrara su verdadero poder. Necesitaba conocerlo, el potencial de su tercer hijo... ella... bueno, ella tenía que estar donde tenía que estar. Italia ya cumplía su proposito. Era turno de Alemania, Rusia y Francia. Los Yasikov encontraban sus destinos y el alemán... bueno, pronto llegaría a su lado.

-¿No te cansas, Orendain?- Cuestiono una aterciopelada voz femenina que pretendía acercarse al lycan oscuro.

-¿Sigues aquí?... creí haberte echado.- Dijo sin siquiera verle. Branko estaba atento no sólo a su prometida, también a los Berseker y los Vanirios. Todos ellos serían parte de esa gran guerra.

-¿Irme? No cariño, no hasta obtener lo que me pertenece.- Y ella se acerco a él, tocando parte de la espalda del apuesto italiano. Esa alemana deseaba con locura las caricias de aquel lobo pero jamas obtuvo nada, sólo su desprecio y un golpe que la lanzó contra una de las enormes paredes. El Orendain desapareció aquel tablero y se giro a ver a la intrusa.

-Vete, no te agradará ver en persona lo que tanto odian tú y tu clan.- Sonrió con Malicia. Así era, el poderoso Híbrido Jaeger iba a su encuentro.

Hana tenía un nudo en la garganta, no podía hablar, sentía que el mundo se le caía a pedazos ¿donde estaba?

-V-Vladimir..-Susurró abrazando sus rodillas, tenía los pies atados en cadenas de metal heladas, no usaba más que la bata con la que le habían secuestrado, temblaba, tenía frio y estaba asustada.

-Hola.-Hana dio un brinquito, la habían llevado a una enorme habitación que tenía una cama en medio y varios artilugios que por un momento le parecieron de tortura, sin embargo, en medio de todo eso había una fragil voz, era un poco grave, pero tenía la dulce tonada de voz de mujer.-¿Estas bien?-Hana no habló, simplemente intentó cubrir su cuerpo, los liquidos de semen se habían secado y ahora solo formaban manchas de mugre pegajosas.-Mi nombre es Judith, no te haré daño, también me han traido aquí.

La pelirroja dejo caer unas cuantas lagrimas más antes de voltears ligeramente y ver a la mujer, su otra compañera.

-Hana

-Mucho gusto Hana.-Aquella mujer era hermosa. Tenía el cabello negro y unos expresivos ojos gris-azulado o por lo menos eso parecía, un horrible morete violeta cubría parte de su mejilla y su ojo izquierdo.-No te preocupes, no me duele. ¿Te duele a ti?

-Si.-Hana sonrió y llevó su mano a su boca, la misma boca que Vladimir había besado, miró su mano y notó que el anillo no estaba en su dedo.-L-Lo siento...-Dijo aguantando el llanto que estaba quebrandola.-Lo siento, lo siento...-Hana se refugió en su misma de nuevo, ante los ojos de Justith, quien mordía su boca para que esta dejara de temblar.

-...-Judith quería transmitirle algo a Hana, decirle que pronto saldrían de allí pero no podía asegurarlo, no podía.

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-Lo esta haciendo muy bien.-Adras sonrió, tenía el cabello atado en una cola de caballo algo larga, respiraba agitado, sus musculos estaban tensos y tenía un hilo de sangre escurriendo de su boca, un hilo violeta.

-Es suficiente por hoy.-El dragón obedeció a la mujer y la miró alejarse para beber un poco de agua, el cuerpo humano de Atemisa lo necesitaba.

-Entonces hasta su boda.-La castaña se giró y rió casí divertida.

-He estado bien...-Bueno, lo suficiente. No era como Afrodita que necesitaba el sexo para vivir, pero si necesitaba la compañía de Branko, sentir sus manos, su cuerpo, abrazandola, diciendo su nombre. Negó.-Cada vez alta más po...-Sus ojos se giraron en dirección a los palacios Orendain. Frunció su ceño pero a la misma vez una esencia la enternecio.-Mi hermano.-Dijo mientras Adras se convertía en un dragón y ella subía a su lomo, algo malo estaba pasando y ella lo sentía, adios a los días de paz.

Cuando el moreno llego donde el castaño y su hermano lo entendió todo. Dejo que Sergey se encargara de todo cuanto movimiento fuera necesario para buscar a la prometida de Vladimir. El entonces llevaba de regreso a el Yasikov. No, no lo llevaría a la mansión, porque sabia que no seria lo mejor para es resto ni para él. Las,preguntas en ese momento no serian buenas. Tenían que avisar al padre del chico y lo haría, porque Oleg tenía que enterarse enseguida.

Vladimir quería matar. Le dolía el pecho. Su preciosa Hana estaba en peligro. Joder, joder, joder. Las cosas no iban a salir bien.

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El cuerpo de Lea iba sobre un sillón mientras iban directo donde el resto de los participantes. En realidad, Lea era mercancía muy importante, pues solo pocos tendrían el lujo de elegirla. Por supuesto, una hermosa Lycan al servicio de hombres perversos y con dinero... Como cuando una niña de solo 15 años.

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Por otra parte, aquel joven y puro Jaeger era quebrantado una vez más. Tenía espectadores. 6 niños, 4 hombre y 5 mujer. Todos temían, temblaban y rogaban piedad. Todos sufrirían una terrible paliza, pero fue Dimitri quien se interpuso y con gusto no solo le daban una paliza más, abusaban en todos los sentidos frente aquellos seres para transmitir miedo. Para que entendieran que sufrirían lo mismo de no obedecer las órdenes que se les daban. Después de disfrutar del moreno, todos fueron regresados a sus celdas y él, golpeado y de más, sin ningún tratamiento, fue hechando aquella habitación sin un cuidado. Tan solo abrieron la puerta de aquella habitación donde estaban aquellas chicas y lo lazaron como si de una bolsa de basura se tratara. Dimitri no podía moverse en ese momento, pero en ningún momento quito de cabeza la imagen de aquel hombre que día con día disfrutaba hacerlo sufrió y decir su nombre: Seishiro Azakura.

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Branko continuaba esperando, ya había alejado a aquella Jaeger que estaba seguro volvería, pero no importaba, tendría el mismo resultado ¿por qué no la mataba? Simple, porque sería divertido ver como otro la mataba. Si, ella no valía tanto la pena como para manchar sus manos.

-Cys Jaeger Ritter... Eres veloz cuando te lo propones...-Dijo con cierta burla, porque Cys estaba a escasos unos minutos de Italia... Oh si, anhelaba tener esa pelea con ese Alemán.

Cys corría a toda velocidad. Iba solo. Primero Dimitri, después Lea ¿qué era lo que quería ese Orendain? ¡joder, ¿que?!

Judith cubrió a Hana y luego miró a ese chico. Olía terrible, estaba tan herido y lastimado.

-Por Nerthus...-Frunció el ceño y llegó a donde él.-D-Dim..-Susurró, lo había conocido junto con Vico, parecía un cliente, le había dicho su nombre y la habia protegido mientras todo aquello ocurría. Judith se acercó a él, estaba herido, semidesnudo, lo cual significaba una cosa.-Hana, ¿Podrías ayudarme a levantarlo? Porfavor... esta muy lastimado.-La vaniria tomó a Dimitri del rostro y le acarició con suavidad.-Eres muy valiente...-Lloró mientras lo abrazaba.-N-No te haré daño, soy Judith, Tanquilo Dim, shhh...

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-¿A que te refieres con hermano?

-Cuando era solo una bruja, conocía a Cys, no sabía que era pero estaba muy herido, lo ayudé por un tiempo y nos hicimos muy buenos amigos. Él fue lo más cercano a un hermano en toda mi vida Adras, trato de ayudarlo pero él aun no siente que nada valga en este mundo. Es un obscuro.-Adras asintió, sabía a que se refería ella con "Obscuro" los Obscuros eran seres que vivían en la sombras por propia voluntad. Cys era uno de ellos, porque la vida lo había llevado a ese punto. Letizia solo anhelaba que llegase el día en que encontrase la luz que tanto buscaba.

-Branko también lo fue.-Letizia sonrió ante las palabras de Adras.

-Él lo sigue siendo, porque él es la misma obscuridad, solo que ha podido dominarla.

Vladimir no estaba anda bien. Basilio no podía hacer mucho por él, porque el castaño estaba que quería matar a cualquiera que intentará meterse en su camino. Sabia que solo un ser iba a lograr controlarle por completo y le iba hacer entrar en razón. No quería molestar a su señor. Maldecía para sus adentros. No detenía el auto. Era mejor mantenerlo así hasta que el padre del chico llegara a con él. Tomo su teléfono sin quitar la vista de enfrente y marco. Necesitaba de Oleg Yasikov para poner un orden en el castaño, futuro Líder Yasikov.

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Dimitri estaba a dolorido. Terriblemente humillado. Su cuerpo temblaba. Estaba cansado de tanto abuso. Apenas eran unos días, pero no necesitaba más para saber cual era el verdadero infierno.

Miro a la Vaniria. Apenas podía distinguirla. Tenía un ojo hinchado y muy morado. Una mejilla molida y apenas reconoció a la hermosa chica a la que protegía o al menos hacia todo lo que podía para hacerlo derramo lagrimas. Dimitri ya no sentía mucho, respecto a sus sentimientos, estaban muriendo con él en ese lugar, pero solo esa chica de cabello oscuro le daba una esperanza más. Sollozo con dolor, trago y se dejo abrazar, aunque el contacto comenzaba a desagradarle... Estaba sucio, cada vez más sucio...- E.. ¿E-esta... B-bien?- Cuestionó a Judith aun entre sollozos esperando que no le hubieran hecho ningún daño. Trato de mirar a la nueva chica. Joder... Ella olía... No solo a orina o semen de hombre, su olor era mucho más fuerte. Un lobo la había tomado y por lo poco que percibía, sabia que ella anhelaba a ese hombre. Dimitri no tenía fuerza para levantarse. Las piernas le dolían... Demasiado. Negó con la cabeza. -A-Aquí... D-déjame aquí.... E-Ella t-te nece...- Gimoteo de dolor... No se dejaría vencer. Pensó en su madre. En su padre y en todos los involucrados en las torturas. Vanirios y bersekers... Iba a protegerlos.

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Un avión esperaba a William. Lea estaría en el mismo grupo que el resto o bueno, de aquello que eran "especiales". Llegaron, subieron al avión y William dejo que todos cuantos le acompañaban vieran y ¿por qué no? No aran un poco. Lea seguía en un sueño profundo ¿cuándo terminaría el efecto? Cuando menos se lo esperar. William sabia que la dosis para esa Jaeger debía ser mucha porque ella jamás, por muy grave que fuera el problema, ella jamás actuaba sin pensar.

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No supo cuando, pero Italia se volvió un lugar completamente desagradable para el Jaeger ¡oh! Era para el Dinter. Todo por culpa de ese ser oscuro sin sentimientos... Debía reírse de él mismo por ese pensamiento. No pensó en Letizia y no porque no le quisiera, fue porque el moreno alemán solo pensaba en aquel chico... En su... Hijo... ¡Su hijo! Y su tía. Guiño furioso. Iba a matarlo, no sin antes encontrar a su familia.

La oscuridad protegía aquel reinado. Olía muerte, pero para Cys ese no era problema. Gruño furioso notando aquel par de ojos rojizos mirándole fijamente. Dos enormes lobos mirándose fijamente. Uno de pelaje completamente escudo, gruñendo, sin temor a mostrar sus colmillos y otro bicolor, con un par de ojos brillando en un dorado. Dos segundos y ambos se lanzaron uno contra otro. Una gran pelea comenzaba.

-¿Desde cuando ha estado así?-Una hermosa mujer se encogió de hombros ante la pregunta de Ivan, uno de los más fieles del hombre.-¿Que es lo que llevas allí?

-No ha querido beber nada ni siquiera comer, esta buscando a Felix, pero no hay noticias de él ni de su hermana.-Margaret continuó caminando hasta entrar al enorme corredor con cortinas rojas cubriendo las enormes ventanas.-Señor Wolfgang, le he traido su desayuno.

-Pasa Margaret.-La vampireza asintió y entró al estudio. De frente se topo con el escritorio de su amo y señor, estaba sentado en su ya tan tipico sofá color negro, mirando el cuadro de una hermosa mujer pelinegra.-¿Has encontrado a mi hijo?

-El jovén Elliot viene en camino, mi señor.

-Bien, preparen el avión.-Margaret asintió.

-Estará listo en 10 minutos.

-Espera...-Björn se giró y se levantó, su cabello plateado estaba peinado hacia atrás, usaba una gabardina café obscuro y una bufanda que colgaba en su cuello, dándole un aire superior, más del que ya tenía.- quiero saber su nombre completo, recuerdamelo Margaret.

-Hana Orihime.

-Hana... Hana...-Sonrió y respiró el olor de un pañuelo que le había arrebatado a Felix. Ese bastardo traidor estaba muerto, lo supo en el momento en que le dijo que quería algo más con la casi prometida del hijo de Oleg. ¿Como era que se llamaba ese muchacho? Vladimir, ya recoraba.-Es un nombre precioso ¿no crees querida?

-Lo es mi señor, sin duda alguna. ¿Quiere algo más?

-Oh no, no, solo prepara el avión y dile a mi hijo que lo veré dentro.-El hombre sonrió y la puerta de su estudio se cerró con cautela.

Hacía más de 100 años que no se sentía tan vivo, Elliot estaría feliz de saberlo. Sin duda alguna.

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-Detente.-Adras se detuvo, estaba volando en lo alto, miraba a los dos lobos pelearse, oculto entre el espeso montaje del cielo nublado.

Letizia no los iba a detener hasta que no fuera necesario, por ahora descargaban su ego, su orgullo, ambos eran poderosos y ambos eran sus lobos. Ella era su diosa y antes de que pudieran hacer nada, ella los detendría.

-Ahora.-Adras bajo en picada y entonces una flecha cayó en medio de los dos, mientras que a su lado, la diosa caía elegantemente, con los ojos fijos en Cys Jaeger Dinter.-Ninguno de mis lobos se matan entre sí.-Sus ojos volvieron a ser verdes, caminó un poco hacia Cys y lo detuvo con magia.-Mucho menos mi hermano.-Miró de reojo a Brako y levantó una ceja en modo de advertencia, eso no tenía ni un pelo de divertido.

Aquel avión había aterrizado. Los poderes de aquellos seres se involucraron en la llegada de la nueva rehén, pues era justo y necesario que todos estuvieran juntos. Al menos esos 4. La humana convertida en loba. Una hermosa Vaniria. El hijo del híbrido mejor conocido como la traición en vida y por ultimo: la mujer de un ser poderoso. ¿Para que todos ellos? Bueno, se esperaba lo peor de todos cuantos rodeaban a los involucrados.

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La pelea de ambos lobos fue intensa. YA había sangre derramada. Las mordidas de ambos lobos, sus rasguños y de más iban con todo contra el otro. Cys en verdad quería hacerle daño por su familia, no por nada más. Branko por su parte, sólo quería satisfacer una necesidad que antes no pudo: matarlo por querer matarlo. La lucha continua. Se apartaron apenas un poco. Cys cojeaba un poco y Branko sangraba del hocico y el lomo, porque si, estaba herido y había herido. Dos segundos más y una vez morderían hasta no poder más, pero justo entre los dos una flecha se interpuso en su camino. Branko se detuvo y Cys... no pretendía hacerlo, de no ser porque ella había aparecido y lo detenía del todo. Mostraba sus colmillos, hasta que le miro a los ojos *Letizia* dijo, sorprendiéndose un poco porque ella se miraba completamente diferente a la ultima vez que se permitió verle.

Branko por su parte se quedo sentado unos segundos. Miro con recelo a la Castaña y se levanto en cuatro patas. Resistió el dolor, porque no cojearía frente a nadie, mucho menos frente a ese Alemán. *Bienvenida, mía Diosa. Has llegado justo a tiempo* Y a medida que avanzó se convirtió en ese precioso humano. Su cuerpo con marcas, mordidas terribles y casi fracturas. Giro para verles.
-Bienvenidos a mi reino. Adelante. Hay mucho de que hablar y poco tiempo ¿Verdad, Jaeger? Seguro querrás recuperarlos pronto- Y bufó una risa. Si, se divertía culpándose de cosas que en verdad no hizo.

El tiempo junto a él había sido lo más hermoso que había imaginado, aun les faltaba tanto por hacer, tanto que decirse. Ella no podía estar así. Ella se lo había prometido, que no iba a dejar que nadie la apartara de su lado. ¿Entonces que pasaba con ella? Ella no era así, no era una chica quese rindiera con facilidad, ella cuidaba de los demás, ¿porque no se comportaba como la verdadera Hana? Tenía que seguir luchando.

-No lo muevas.-Dijo aun con una voz aguada pero más firme que antes, sus piernas recuperaron un poco de fuerza y se levantó, tomando unos cojines de la enorme cama y acercandose a él. Amarró bien su bata, la bata de Vladimir y pensó que ese secuestro podría ser para poner en apuros a su prometido, lo extorcionarían, ella no les brindaría información. Prefería morir antes de poner en riesgo al amor de su vida.-Soy Hana, esta bien Dim... es...-tragó.-estamos juntos en esto.

Judith por su parte miró a Hana y lo que percibió en ella le hizo albergar esperanzas. Era la senka. Ella como vanir conocía leyendas, historias, era una médico, no como el druida que aun era un cachorro cuando fue dado a otro vanirio, pero aun así era buena, ella había nacido con el don de la sanación y la medicina, con ayuda de Noah había logrado progresar mucho y ahor apodía percibir las esencias y aromas, los poderes de otros seres. Hana, esa chica que aun era humana, necesitaba solo un poco de fuerza en su alma para ser invencible. Ella debía protegerla, lo supo en ese momento.

-Así es..-Sonrió Judith, mirando a Hana y luego tomando la mano de Dim, besando su frente, aguantando las lagrimas para no sentir lastima por él, jamás lo haría, Dimitri era un guerrero, lo sabía, lo menos que necesitaba era la lastima y la pena.-Lucharemos.

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Letizia frunció su ceño y miró de reojo a Branko. Esos dos niños, no podían evitar hechar leña a su fuego, a pesar de estar heridos. Negó por dentro y algo dentro de ella le hizo querer lucirse frente a su prometido, demostrarle que no la apantallaba tanto y también quería que Cys no fuera el tema principal de su conversación, si no ella. Pero no era el momento y ella ya no era una cría, los tiempos estaban a punto de guerra y debía ser en ese momento, más diosa que nunca.

Letizia bajo a su hermano y se acercó a él con cuidado.

-Cys, tal vez sea difícil.-Le dijo, mientras sonreía con ternura, su hermano, su amado hermano Cys estaba diferente, lleno de algo que a ella le hincho el pecho de orgullo, había encontrado su luz, lo sentía, la esencia de un lider, el poder de un vampiro y un lobo. Cys estaba renaciendo.-pero te agradecería mucho que no cedieras a las provocaciones de mi prometido.-Se giró y empezó a avanzar, Adras se había convertido otra vez en un ser humano y pese a estar lejos, estaba pendiente de su diosa.-Antes de su interesante y salvaje charla...-Dijo levantando una ceja, resaltando lo obvio.- necesito que se quiten esa ropa.-Sonrió. Esperaba que no lo tomaran a mal, pero ella odiaba que hubiera sangre en sus cuerpos, además debía curarlos. Tragó lento, por un breve instante miró a Branko de reojo, había algo diferente en él, frunció el ceño sin un ápice de gracia, pero al instante relajo el rostro y suavizó su mirada, volviendo su vista al frente.-Por favor, déjenme curar sus heridas.

Dimitri apenas y podía moverse. No quería que le tocaran, no quería que ellas se mancharan, no quería arruinar sus hermosas esencias con la suya repleta de putrefacto olor pero no tenía más voz para pedírselos ni fuerza para empujarles. Se lamento en su interior, derramando lagrimas en su interior porque Judith jamas lo hizo sentir mal, al contrario, ella estuvo y seguía junto a él aun después de todo. Si, ella le recordaba de alguna forma a su hermana y sólo imaginar que querían hacerle daño... joder, no podía dejarlas solas. Continuaría y lo daría todo por ellas... por el bien de todos.

Por otro lado William iba en dirección al interior de aquel lugar estrategicamente escondido. Llevaba en brazos a la loba. Admiraba su bonito rostro. Era tan hermosa como el primer día que la vio. Era su momento, esta vez ella se enamoraría de él, porque él la salvaría de aquel infierno, tal como tuvo que ser años atrás.

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Cys regreso a su forma humanoide y abrazo a Letizia. Que gusto le había dado verla. Estaba molesta porque les había detenido en esa pelea pero ¡Joder! a no importaba. Sólo quería recuperar lo que era suyo y su preciosa ninfa. Se aparto y la escucho. Supo que el lycan italiano deseo matarlo por tocar a su mujer pero poco le importaba, estaba listo para enfrentarlo, cuando quisiera.

-No Letizia, esto no es una simple provocación. Ataco a los míos, me ha declarado al guerra.- Y gruño mirando al lobo oscuro que le miraba con una sonrisa, porque Branko en realidad no sentía culpas y estaba bastante despreocupado. Esperaba que ambos se acercaran pero eran lentos. Se cruzo de brazos ¡Mierda! le dolía el cuerpo, Cys era un ser poderoso y lo era aun más ahora que había encontrado a su linda noviecita. Patético. Se burlaría de él porque sabía que con un simple abrir y cerrar de ojos podía matarlo, porque ya no era lo que alguna vez fue. El Orendain sonrió y comenzó a desvestirse, dejando su bien formado y cuidado torso, sin ningún problema y comenzando a desabrochar su pantalón o lo que quedaba de él. Miro a Letizia mientras desabrochaba su pantalón y una mirada insinuante la invito a muchas cosas, muchas cosas que ella le prohibido por sus ideas de los prometidos y todo eso.

Cys entonces se le quedo viendo a ella y luego miro de reojo al otro imbécil que ya se desvestía. Suspiro y pensó en Frejya. Sonrió un poco, seguro se molestaría si lo viera hacer lo que hacía, desvestirse para Letizia porque iba a ayudarlo.

Björn subió a su jet privado y se sirvió un poco de wisky. Sonrió y bebió lentamente disfrutando su delicioso sabor.

-He venido en cuanto has llamado.-La voz de su hijo le hizo girarse, sonrió al verlo. Su heredero, su maldito hijo heredero.

-Eres tan afortunado de tener un padre como yo.-Sonrió y el otro hombre levantó una ceja.

-No vengo a jugar padre, ¿que quieres de mi?-El hombre tomó una copa de vino y la bebió, con la elegancia que su padre y madre le habian heredado-Si quieres hablar de la última bebé que...

-No, no quiero hablar de chicas.-Björn sonrió guazonamente y movió su vaso de wisy.-Acaso no quieres saber de... ¿tu hija?-La copa de vino se quebró y el hombre miró como su hijo afilaba la mirada y sus ojos se volvían de un verde brillante, miró también como sus colmillos intentaban azomarse y como él, intentaba controlarse.

-¿Donde esta?

-Eso es lo que quiero saber... al parecer, uno de mis lacayos la ha encontrado.

-Donde la tienen ¡donde esta!-Gritó-Esa hija de puta...-Frunció el ceño, la mujer que lo había engañado, una maldita humana. Apretó sus puños, aun recordaba la risa de su hermosa bebé, su preciosa Dhannah...

-Tranquilo Luke...-Björn tomó el hombro de su hijo y sonrió un poco.-La encontraremos, creo saber... donde esta. Ah... y su nombre no es Dhannah... es Hanna.-Luke se giró a verlo y asintió. Iría por la única mujer que le importaba.

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La castaña observó con sus ojos verdes cada movimiento del lycan. Sin embargo había algo que aun no terminaba de convencerla, sentía un cambio en Branko y no podía descubrir cual era. Ella sostuvo la mirada de Branko y su lengua acarició su labio superior, en un movimiento sutil y premeditado mordió el inferior, sonrió y luego se giró a Cys.

-No es momento de guerrear entre nosotros.-Dijo acercandose a su hermano, levanto un poco sus manos y dejando que una delicada luz formara agua a su alrededor, como una especie de plasma.-Estoy segura que debe existir una razón.-Le miró con ternura y con una de sus manos, le levantó un poco el cabello.-has cambiado tanto...-dioses, Cys estaba allí, quería llorar, debía ser fuerte, no debía flaquear.

Dimitri no aguanto más, quería mantenerse consciente pero estaba demasiado cansado. Habían agotado todas sus fuerzas e incluso habían bebido de él. Suficiente, termino por quedarse inconsciente en los brazos de Judith, si, confiaba en ella y sabía que, aunque no conocía a esa hermosa chica, podía confiar en ella.

Los pasos de William llegaron hasta donde la habitación, encontrándose un par de "guardias". Les sonrió, era una señal, una presa más.
-¿Apetitosa, chicos?
Dijo dejando que vieran a la hermosa Jaeger. Si, Los hombres quisieron acercarse, tocar y de más pero William no lo permitió, No era el momento, la necesitaba en sus cinco sentidos. Sin mediar palabras abrieron la puerta y arrojaron a la lycan. Lea no despertaría, no hasta después de unas horas.

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Y tan sólo se dejo desabrochado el pantalón porque termino por adentrarse al enorme castillo. No, no disfrutaba de ninguna manera que ella estuviera cerca de otro. Adras ya era algo que entendía, le había costado pero ¿Cys Jaeger? Quería matarlo... odiaba la lista que ella creo y de las prohibiciones que le imponía... era una... joder, sensual Diosa que quería follar, mimar y de más... esperaría su turno.

-¿Una razón?- Cuestiono molesto mientras ella le ayudaba a sanar sus heridas.- No Letizia, el secuestro a mi hi... mi hijo.- Si, con ella no tenía porque mentir, Letizia era... su hermana, así de simple. Una mujer admirable. Le sonrió y levanto una de sus manos para acariciar la mejilla de la Diosa.- Sigo siendo el mismo Letizia.- El no notaba los cambios que había logrado Frejya al mantenerse a su lado... al acostumbrarse a su cercanía y sobre todo, necesitarla con demasía.

Hana suspiró y abrazó sus piernas.

-¿Donde estamos?-Preguntó.

-No lo sé.-Contestó Judith, sin dejar de cuidar a Dimitri.-Pero no estamos cerca de una ciudad.-Hana asintió, intentó tragar pero no pudo, se sentía sin fuerzas, quería derrumbarse y llorar.-No dejaré que te hagan daño Hana.

-Lucharé con todas mis fuer...-Se sobresaltó, alguien había abierto la puerta y había dejado caer algo.-Oh no!-Dijo levantandose y ayudando a aquella mujer, estaba casi desnuda a no ser por una ligera sabana.-...-Hana con ayuda de Judith la levantaron y acostaron en la cama. ¿Que era exactamente lo que querían con ellos?

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Letizia abrió los ojos de par en par, incluso cuando él le había acariciado su mejilla.-Q-Quien...-Se llevó una mano a la boca.-Por... estoy tan feliz por ti.-Dijo mientras lo abrazaba. Sentía algo en su pecho, Cys al fin... él... un momento.-¿Quien es?-Dijo y luego negó, ya le diría después.-Cys...-El agua terminó por cubrirlo todo pero no lo ahogo, al instante se deshizo y Cys ya no tenía heridas en su cuerpo. Había unas que tendrían que sanar pero eso solo sucedería cuando volviera a estar cerca de su imprimación. Levantó una mano y su ropa apareció en sus brazos, estaba limpia y no tenía ni una sola pizca de sangre, era ropa nueva.-Debe existir una explicación para esto.-Le dijo y mientras tando continuó avanzando-Podrías por favor...-Le pidió mirándolo a los ojos, tenía que curar antes a Branko.-solo dame un momento con él y... Cys...-Dijo al pie de la hermosa y enorme recepción de los castillos Orendain. Pegó su frente a la de él y le hizo una promesa.-Te prometo que usaré todo mi poder para encontrarlo, no te dejare solo en esto hermano.- Se separó de él y luego se dirigió donde sentía aquella esencia. Aquel poder, un poder diferente al del Branko normal.-Branko.-Lo llamó, sin dejar de caminar, colocándose frente a una ventana que cerró, giró su rostro ligeramente pero no se movió.- Es mi hermano.-Bajo la vista y luego se giró, para verlo.- Y tu nunca actuas sin una razón de por medio.

Lea no tardo mas de 10 minutos cuando comenzó a reaccionar. Se quejó y abrió sus ojos lentamente ¿donde estaba? ¿Cómo es que había llegado? Se sentó en aquella cama y son su mano derecha sobo un poco su cabeza. Tenso la quijada.
-William...- Dijo con molestia. Si lo recordaba, como el hijo de puta la había ataco y después ya no recordaba nada. Maldijo al hombre y el extraño dolor en su entrepierna. Abrió los ojos mirando con más claridad, enfocándose en las hermosas jóvenes que estaban ahí, cerca de ella. Vaya, eran monas...
-Hola...- Les dijo y miro a todas partes. Lea era muy tranquila, era una mujer inteligente y sabia que la desesperación no era una buena amiga, menos cuando William estaba cerca. Era un enfermo. Hizo puño sus manos. Como deseaba que Wilhelm estuviera con ella para que le diera la lección de su vida pero... Ya no era posible.- Mis niñas...- Dijo cariñosa, si, así era esa mujer.- ¿Están bien? ¿Él les ha hecho daño?- Si, suponía que William estaba detrás de todo esto ¿qué pretendía con las jovencitas y el... Abrió los ojos enormes. Inhalo.- ¿Dimitri?- Dijo con preocupación.- ¡Por Dios, Dimitri!- se sobresalto, ese bulto era su sobrino ¡Su sobrino!

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El híbrido se sorprendió un poco por las reacciones del Letizia. No supo cómo responder a esas preguntas, no eran muy claras y su abrazo... Bueno, ella siempre había sido muy impulsiva y cariñosa con él. Pese a sus grandes intentos de haber o intentar que ella le despreciase, logró todo lo contrario? Le sonrió, con eso le prometía una conversación extensa, justo cuando se aclararan las cosas y el cabrón italiano le devolviera a su sobrino y a su tía. Cerro sus ojos cuando ella unió sus frentes y suspiro. Confiaba en ella pero no en el Lycan. No entendía como ella podía estar con... Abrió los ojos un segundo. Exacto ¿por qué ella cuidaba tanto de él si eran lo mismo? Dos monstruos. Asintió con la cabeza y la dejo ir mientras se vestía. Esperaría.

Branko por su parte esperaba a su diosa. Estaba en la completa oscuridad. Había escuchado un tanto de la conversación de su prometida. Bufo risa, él híbrido ya había encontrado una razón para mantenerse en vida y lo entendía porque él sin Letizia seria lo mismo que ese sucio mestizo, nada. Espero a que llegara a la habitación y justo en el momento en que ella giro, estaba a su frente. Le miraba intensamente. Joder, que gusto era tenerla cerca. Se miraba diferente. Se esforzaba casada por ser más fuerte. Si, su diosa, su prometida ya era muy poderosa ¿estaría lista para tomarla enserio en un combate. Seguro que. Eso lo excitaba.- no es tu hermano.- Le aclaro, porque la sangre no les unía y tardaría un tiempo en aceptar la cercanía de otro hombre hacia ella.- ¿Estas segura de eso, Copobianco?.-Dijo dando un paso o al menos intentando darlo, porque había cojeado. Le dolía y pese a su gran poder, debía fingir ser tan común como un licántropo cualquiera. Si, ella aun no los sabría o al menos, no lo entendería del todo aun. Dio dos pasos para estar muy cerca de ella.- Te hecho de menos, mi amor.- Dijo con esa sonrisa tan suya, levantando sus manos. Ella tenía razón. En los últimos tiempos el actuaba por razones, al menos cuando se trataba de un ser cercano a su prometido, los demás eran sólo basura con la cual podría divertirse. Levantó su mano y le acaricio la mejilla.- ¿Ya es el momento, verdad?- Le sonrió y se inclinó hacia el rostro de su Diosa.- Los Lycan proclamamos a nuestra diosa... La Paz termina, el dolor y la pena comienza...- Lo decía con gusto, porque si, anhelaba el dolor de todos, porque él lo controlaría. La oscuridad le pertenecía a él, no aun patético que pretendía dominar a una raza tan patética como los humanos. Branko comenzaba a sanar con más rapidez. Era el efecto por tener tan cerca a su mujer... Su tan deseada mujer.

Hana examinó a la mujer y dió un paso atrás al escucharla. Ella parecía tan tranquila, tan...

-Soy Judith y ella es...

-Hana.-La pelinaranja sonrió a Judith, diciendole con ello que era suficiente, Hana lucharía por ella misma.-No sabemos a quien te refieres...-Susurró y luego se giró al pelinegro. Hana estaba enojada, a ese chico le habían hecho daño y.. probablemente se lo harían a ella también. Tembló por dentro... era horrible.

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Luke miró el teléfono. Una llamada de esa manera era imprevista pero él no podía contenerse.

-Espera.-Dijo mientras detenía a su hijo de cometer una tontería.-No estamos seguros de que sea ella y no podemos arriesgarnos, no queremos que piensen que pretendemos a Hana.

-¡Mi hija! ¡Se va a casar con un lycantropo de Rusia!-Luke frunció su ceño.-Ella podría estar cometiendo el peor...

-Con esa actitud, los Yasikov te mataran Luke.-Björn esperó noticias.-Me han hablado, los Yasikov han cancelado citas, es dificil contactar directamente con Oleg, pese a lo bien que te lleves con él, ese hombre es poderoso, temible y para llegar a él... bueno, será difícil. Sin embargo... Felix podría ayudarnos.-Björn intuía algo contra Felix y su encantadora y sensual hermana Felicia, esos mellizos eran de temer, pero los utilizaría para su fin.

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Letizia lo sintió, su aroma era delicioso, cerró los ojos por unos instantes, disfrutandolo para luego abrirlos y verle. Estaba herido y como siempre, no delataba ningun rastro de sufrimiento.-Estoy segura-Le susurró mientras tomaba sus mejillas también y entreabría la boca, quería consumir todo de él, su aroma, su esencia, su sabor.-Yo también...-le dijo para mirarlo fijamente y asentir.-Es el día...-Le dijo mientras bajaba la mirada y apretaba sus puños en las mejillas de él, para bajarlos de igual manera.-Le hiciste mucho daño.-Le contestó y luego sus manos pasaron por sus fuertes brazos.-y te hizo daño a ti también.-Negó.-Te esta acusando de algo muy grave y sea lo que sea que hayas estado haciendo, espero que sea convincente no podemos darnos el lujo de pelear entre clanes.-Ella como diosa y reina, sabía que no debía interferir en una disputa de lycantropos, sobretodo cuando había una falta, por eso era la advertencia, si se peleaban por algo así ella no podría interferir. Bueno, confiaba en Branko despues de todo, él siempre tenía un doble plan. Sonrió.-A ti no voy a curarte con plasma.-Susurró tomando su nuca y aplastando sus labios contra los de él, besándolo con un anhelo increíble, joder! lo extrañaba tanto, necesitaba sentir su contacto, su calor. Además, solo así podría curarle con mayor facilidad.

Lea se puso de pie. Poco le importo que su cuerpo estuviera desnudo. Se apresuro, camino torpemente pero necesitaba estar segura de que fuera él. Que terrible era encontrarlo de esa manera pero... al menos sabía que aun estaba con vida.
-Mi niño... ¿Qué te han hecho?- Dijo mientras le acariciaba la cabeza. Le dolía más ese hecho que saber que William la tenía en sus manos. Miro a las chicas.- Hana, Judith ¿Les han hecho esto a ustedes?- Cubrió a Dimitri y se acerco a ellas. Lea quería llorar, pero... no era el momento para eso.- Una disculpa, Mi nombre es Lea, soy tía de Dimitri... - Que manera más lamentable de conocer a tan dulces jovencitas.

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El moreno mantuvo las manos a sus costados mientras ella le tocaba. Si, estaba herido pero no era nada en realidad, ella estaba ahí para él, eso era mejor que cualquier cosa. Si, la necesitaba a ella, nada más.- Tranquilízate Letizia, aquí no habrá una guerra, más bien, comenzaran las alianzas, primero, los alemanes.- Dijo divertido mientras le tomaba de la cintura. Sabía que ella confiaba en él, y que no le haría cuestionamientos. Miraba gozoso sus ojos y con una sonrisa juguetona anhelaba que ella lo curara. Lo sabía, ella no usaría el mismo método. La abrazó pegandola a él respondiendo a ese beso con tanta ansiendad. Devoro lo que por un largo tiempo no pudo tocar.

Hana negó y Judith se mantuvo seria hasta que al final sonrió.

-Él me ayudó.-Le dijo a Lea, dejando derramar una lagrima para limpiarla al instante.-No te disculpes, estamos juntos en esto... supongo que es por algo especial.

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Era vida a chorros, la boca de Branko la devolvía a la vida, la llenaba de fuerza. Dioses, ¿cuanto tiempo había pasado? ¿Una semana? ¿Dos, un mes? No sabía, se apretó más a él y sus manos bajaron por su espalda desnuda, curando las heridas que tenía allí, subieron por sus brazos poderosos y sus hombros hasta volver a su nuca.-¿Estas mejor?-Preguntó separandose ligeramente y sonriendole, juntando su nariz con la de él.-Cys nos espera.-Susurró, alejandose de él un poco más.

-....-Sonrió y asintió con la cabeza. Se acerco a la azabache y le acarició las mejillas.- No esperaría menos de Dim. Es un chico muy dulce. -Soltó a la morena y se giro para ver a la pelirroja.- ¿Quien eres?...-Se acerco y le sonrió.- Tu prometido es un ser poderoso... Un Yasikov ¿Verdad?...- Comentó porque podía olerlo en ella, pese al abuso que intentaron darle.- Y tú... Eres un ser maravilloso- Le extendió la mano.- Una Vaniria y una senka...- Se quedo pensativa ¿Qué era lo que William quería? ¿Para que las quería a todas? ¿Por qué a Dimitri?... no, él no había planeado nada de lo que estaba pasando, era demasiado para un hombre tan estúpido.

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Oh no. Ella no se iba a ir así como así. Se relamió los labios y la sujeto, girandola para tenerla de frente nuevamente.- Que siga esperando.- Gruño, porque no, no iba a perder esa oportunidad. La beso de nuevo y esta vez si dejo que sus manos hicieran de las suyas, porque el híbrido sólo estaba vistiendose e intentaba mantenerse calmado... Su hijo ¡Joder! Su hijo.

Hana mordió su labio inferior no dejo que ella le tocara, se sintió rara, no... jamás había pensado que algo así pasaría. No quería llorar de nuevo, más bien se mantuvo en silencio.-"¿Como sabes algo así?"-Pensó y terminó por decirlo, se sintió recelosa de saber que Lea podría conocer a Vladimir, ¿y que si le hacia daño?

Soy Judith, lo siento.-Dijo mirandola y asintiendo, para ese entonces Judith ya había liberado su esencia. Tanto tiempo ocultandose de su hermano. Era tan dificil, más porque su mejor amigo le estaba ayudando, Noah no se daba por vencido. Lo extrañaba, extrañaba sus sesiones en el consultorio, sus escaparates y la manera en como se reía cuando su hermano y él peleaban. Extrañaba a Anthony... lo extrañaba tanto.-Es un cuarto de BDSM-Dijo, Judith había seguido muy de cerca esos juegos.

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-Espera...-Dijo pero él ya le besaba de nuevo. Sintió sus manos por su cuerpo y se estremeció. No debía.-mm~...-Lo separó de nuevo.-No vamos a parar.-Le susurró contra su boca y le besó de nuevo, pero un beso que finalizaba al instante. Le estaba provocando, pero era lo mejor de la provocación, cuando al fin lograba ceder, el premio era exquisito.-Mi hermano esta aquí.-Le dijo de nuevo porque para ella, él era su hermano, se liberó al fin y empezó a caminar de regreso.

-Cariño, tranquila. No te are ningún daño. Lo se porque hueles a él. Hueles a un poderoso líder... Lo se porque yo soy una de ellos, una loba.- Dijo para darle calma. Lea no era su enemiga y no lo sería nunca. Se giro para ver a la Vaniria y agradeció la explicación. Camino a los alrededores, quería conocer bien el cuarto en el que estaban ¿Sería siempre de ese modo? .- Judith ¿Cuanto tiempo tienes aquí?...-Si, supuso que ella era la que tenía más tiempo.

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Gruño y espero, justo cuando ella llego a la puerta de la habitación en la que estaban, la acorralo prohibiéndole salir de ahí. Se pego completamente a ella. Hizo a un lado su cabello y beso su cuello.- Me importa una mierda que él este aquí... Te deseo Letizia y estas muy equivocada si crees que....-Y sus manos ya iban por sobre su cuerpo, quería despojarla de su ropa.- Voy a dejarte ir tan fácilmente.- Y la mordió. Quería tomarla, porque no sabía hasta cuando volvería a estar de ese modo con ella.

Dos días.-Judith miró a Dimitri.-Igual que tu sobrino.-No hizo más preguntas, miró a un lado y sonrió.-Nos estan mirando.-Le dijo a Lea-Esos hijos de puta.-Judith apretó sus puños y caminó a la enorme pared.-¡Hijos de puta!-Gritó, pateando el enorme vidrio.

Hana por su parte miraba todo en silencio. Se sintió mareada por un momento, pero lejos de eso no se movió.-No sabía... que había tantos.-Le respondió a Lea.

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Ahg~-Mordió su boca para no gemir, tal vez tanto tiempo en abstinencia le había hecho daño... bueno, a ella también, lo deseaba.Cerró sus ojos y ladeando su cuello, tomó sus manos y los llevó a su cintura, estando de espaldas y pegada a la pared, era dificil tener el control.-No podemos... no aquí, no en este momento Branko-Se giró, estaba agitada.-Terminemos esto cuanto antes...-Se refería a las alianzas. Acercó su boca a su mentón y luego a su cuello.-solos tu yo después de esto... lo prometo.