Noah y Cath

Sus ojos sonrieron si eso era posible, le gustaba la expresión en su rostro-Alto allí hijo de Odín.-Sonrió de lado, odiaba a los bersekers... jamás perdonaría su falta con su precioso ángel. Levantó una mano y lo hizo flotar en el aire.-Dime, ¿porque estas tan enojado?-Sus ojos lo examinaron, frunció el ceño.-Me desagrada tanto saber lo que le has hecho a mi hija. ¿Quien te has creido niño?

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Cathleen caminaba entre los pasillos del enorme templo, todo era blanco, tallado en un marmol antiguo de una sola piedra. Magnifico, elegante, obscuro, apenas y podía ver, debía prende una vela o algo pero ella no había... abrió su mochila ¡bingo! una linterna, sus ojos podían ver mejor, estaban de todas maneras acostumbrados a la sombra.

-¡Suéltame!- alzo la voz con molestia ¿Quien se creía esa mujer? Como no lo soltara iba a perder los estribos. Ella sabía porque estaba enojado, ella se había entrometido en su conversación, el un mensaje que su Kone necesitaba escuchar y ahora no estaba seguro del peligro en el que se encontraban sus más queridos. Mostro una media sonrisa, sensual, tan a la Berseker, salvaje.- Su Man, eso es lo que me creo. Ahora suéltame, si tanto quieres que este junto a MI kone.

La diosa rió.-¿Que dices?-Se acercó a él.-Niño, no veo que ella te haya reconocido ni siquiera, como su compañero de batalla.-Sonrió de lado acercándose hasta tocar literalmente nariz con nariz.-Estas muy lejos de ser su Man.-Frunció el ceño.-Mi guerrera fue creada con propositos que tu jamás entenderías. Ella no vino a la tierra a amarte.-Sus ojos altivos le zorrearon.-No eres más que un berseker que tuvo la dicha de probar la dulzura de mi doncella.

Un golpe bajo. Muy bajo. Le gruño deseándole hacer un daño pero era imposible. Quiso liberarse, estaba perdiendo el jodido tiempo. Bufó una risa.- Te equivocas, tu no decidirás sobre lo que ella quiere. Me desea tanto como yo la deseo y me necesitará tanto como yo ahora la necesito. Es que ¿Envidias a tu dulce doncella por permitirse disfrutar de los placeres de un verdadero hombre? Ahora suéltame porque ella te odiara si no sabe lo que tengo que decirle.- Si, se trataba sobre Vico y Julius, Cath no iba a tomarlo bien.-

-Oh que niño tonto. Los dioses griegos no somos tan vicerales como tus dioses Nordicos, ¿Papi Odín no te enseñó a controlar tus instintos?-Frunció el ceño y luego lo dejo caer.-Mi ángel ha experimentado un placer mundano... es normal que desee volver a sentir el placer...-Negó para volver a materializarse al lado de él-La guerra es su único amente, la justicia su único Man.-Dijo para desaparecer.

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Cathleen sintió un escalofrió recorrer su cuerpo antes de que el suelo temblará y se abriera, succionandola y haciendola caer en una especie de laguna subterranea, un manto de aguas dulces.

Se levantó con cuidado, se había raspado un poco pero como siempre había cicatrizado al instante, la linterna apenas y funcionaba.

-¿Quien esta allí?-Frunció su ceño, invocando a Eros y apuntando a la nada.-¡Sal ahora!-Gritó y disparó una dos, tres veces antes de sentir como una aguja rozaba su mejilla y ella... se paralizaba. Mierda.

¡JODER! Gruño muy molesto pero ya no dijo más. Bajo la mirada. Podía creerlo, porque Cathleen no se interesaba en los más mínimo por él. Suspiro y entonces ya estaba contra el piso. Soltó una suave risa.- ¿Estas satisfecha, zorra?- comentó cuando desapareció y se puso de pie, ya no importaba, tenían que regresar y mandar todo a la mierda. Tomo sus cosas y salió de aquella habitación, iría en busca de la Kone más desgraciada del mundo.

Lo intentaba esquivar, pero no respondía correctamente, sus pasos eran lentos y torpez, Cathleen tenía miedo, estaba asustada.

-Me desepciones Cathleen...-La voz la hizo girar, pero en su descuido las afiladas dagas se clavaron en sus piernas, haciendola tropezar.-Eres una guerrera y te has atrevido a romper tu castidad... con un hijo de Odín.

-...-El ángel apretó los labios, tenía miedo, mucho miedo de lo que estaba pasando.

-Es así...-La diosa levantó una mano y Cathleen miró para su horror la figura de Vico, atrapada entre las terribles garras de su padre, siendo torturada, llorando.

-¡No!-Cathleen gritó, un aullido de dolor.

-Este es tu castigo.-Atena estaba impacible.-Despues de esto puedes hacer lo que quieras.

-Dejame... ¡Demaje!-Se levantó, sacando las dagas con fuerza y aventandoselas. Vico, Vico...

Comenzó a correr a toda velocidad, intentaba seguir el aroma de Cathleen. Granada, deliciosa, amarga y rojiza granada. Si, podía aun percibirlo, pero llego a un punto en el que el olor se esparcía. Miraba a todas partes, su instinto lo dejaba en ese punto muerto ¿Donde diablos? ¿Cómo? Gruño. Estaba muy molesto, muy molesto!

Atenea dejo suspendidas las dagas y luego miró a la pelirroja.-No estas lista para portar nada.

-¡Dejame!-Cathleen gritó.-Tu no eres mi madre ¡Tu me abandonaste!

Atenea miraba seria la situación, había sentido al berseker hijo de Odín. Ese hombre sentía una gran fascinación y amor por su ángel, tal vez.. podría ayudarla en lo que ella jamás había podido. "Es hora de que veas a que te enfrentas, muchacho" susurró en la cabeza de él y con magia, abrio el suelo, succionandolo a donde Cathleen estaba. Solo que no lo vería... Cathleen no sentiría su presencia. Era mejor así, que supiera como era el ángel en realidad. "Fue tu desición ser su Man, no te arrepientas, porque de ser así y mencionarlo frente a ella, si en verdad te ama, en ese momento la mataras"

-Me dejaste sola.-La pelirroja frunció su ceño, con las heridas.-¡Todos esos sueños!¡me mandaste a la boca del infierno Atena!

-Es verdad, pero mirate ahora, eres fuerte...

-¡No me importa ser fuerte!-Cayó de rodillas.-He perdido a tanta gente... me quitaste a Esther, Abel murió, Amelie se fue odiandome.. ¡que más vas a quitarme para ser tu guerrera!

Noah seguía en su intento de encontrarla pero no podía más que dar vueltas en un mismo punto. La perdía- ¡CATHLEEN!- gruño, esperando que ella lograra escucharla pero aquel susurró lo sorprendió.- ¡Maldita bruja ¿Donde le has...!.- Y no termino la frase cuando la tierra lo succionaba literalmente. Maldijo y de repente estaba donde ella.
-¡Cath! ¡CATHLEEN!.- Grito una y otra vez porque quería ir con ella, pero no, ella al parecer no lo escuchaba, ni lo percibía ni nada. Apretó los puños ¿De qué se trataba todo eso?

-Guarda silencio Berseker.-Dijo Atena levantando una mano, sonando en la cabeza de él.-Observa con atención y recuerda mis palabras. Porque había colocado a Cathleen ante una prueba. Si en algun momento el beseker la rechazaba, Cathleen moriría instantáneamente. Suspiró, el melodrama era de Afrodita, ella le había indicado hacerlo, no había pensando en ello pero su hija lo necesitaba... era su madre, como saberlo.

-¡Dejame ya!-La pelirroja apuntó a Tanathos contra ella, disparando.

-¡Que estas haciendo!-Atena se levantó, lanzando a Cath por lo aires.-Tonta...

-No...-Hipó.- Mirame... ¡Mirame! Cada parte de mi piel esta marcada por cicatrices que nadie puede ver pero que duele... día con día.-¡Refrescate la memoria!....-Disparó una tras otra tras otra vez... estaba tan dolida, tan enferma, ¿guerrera?-Soy tu maldita arma... no me diste opción.-Se dejo caer derrotada.-Soy...-Atena levantó lasmanos y Cathleen azotó en el techo, clavada con cientos de dagas sin atravesar su corazÓN-Tienes un don tan impresionante y aun así lo rechazas.-La dejo caer, totalmente incociente, liberando a Noah al instante.-Mira como se borrar...-Susurró fascinada, adorando a su pequeño angel, mirando como las heridas con sangre se regeraban al instante.-Donde hubo daño... ahora hay piel nueva, mas tersa que antes.-Sonrió.

¿Qué se callara? ¿Estaba de coña? ¿Cómo se atrevía hacerle daño delante de él? Su cuerpo reaccionaba ¡Cath! ¡Cath! ¡CATH! Y fue en reacción a una gran impotencia que se transformo en el gran Berseker que era. Poderoso.

-Déjala... por favor, déjala- ¡Joder! era la peor de las torturas que vivía y viviría en toda su eterna vida. Apreto los puños. Sentía su piel arder, todo cuanto dolor ella sentía, deseaba ser él quien lo percibiera para que ella no sufriera pero era imposible, porque esa Diosa estaba haciendo de las suyas.

En cuanto le libero se apresuro y fue hasta ella. Trago ¿Qué tenía eso de impresionante? Lo sabía ¿Por qué quería mostrarle aquello? ¡¿POR QUÉ?!
-¿Para qué? ¡¿Para qué?!... Atena ¡¿Qué pretendes?!- E intento cargarla ¿Qué odiaría de ella? No entedía, eso le estaba preocupando.

-Observa con atención Noah-Susurró y luego, iluminó el lugar, mostrando las vivencias de la Cathleen inconciente. -Esta niña nacio con un objetivo, fue un ser perfecto creado por el Olimpo, creado por mi-Susurró y le enseñó el cuerpo de una mujer perfecta, el cuerpo de Cathleen llenado magicamente con dones, con vida, con aliento y luego, siendo materializada y nacida en una niña que fue entregada al Vaticano, a Abel.

La diosa le enseñó las lagrimas, la falta de amor, los maltratos y la primera vez que descubrieron que ella nunca moriría, que nunca sería lastimada.

-La convirtieron en un arma poderosa. Ningun magico podía destruirla, ningun humano podía contaminarla.- Atenea miraba todo con pesar, miraba a la Cathleen monja, la que lloraba en silencio, la que estaba encadenada, su primer amiga Esther, la que había muerto frente a ella. Miró como todos la odiaba cuando pasaba por los pasillos del vaticano, miró como la desnudaba y la trataban como un ser sin alma, sin corazón.

-Y despues viajo a tu mundo, este que conoces ahora... y encontro la razón de su vivir.-Las escenas pasaban rápido, Kellen, la aldea, la niña, Amelie, Cathleen llorando, lastimada, en medio de la lluvia en un pueblo en ruinas, con el cadaver de Abel a su lado, intentando dispararse y no pudiendo morir...-Pero llegó su luz, llegó Stone y llegó Vico... -La primera sonrisa sincera de Cathleen, sus miedos, su todo...-hasta ti.-Atenea cerró sus puños, desapareciendo las imagenes.-Ahora conoces toda la verdad de ella.-Sonrió de lado.-Si aun quieres a esta mujer, demuestrame que puedes curar las heridas qeu yo no supe curar. -Se acercó.-Mi ángel... ha sufrido tanto.

Comenzó a ver a todas partes. Cada una de las experiencias de Cathleen. Duras, poco cuidadosos, desagradables. terribles, traumaticas. Era una mierda ¡Todo lo era! Miro a Atena con odio ¿Cómo se atrevió? ¿Cómo pudo permitir que ella, su "perfecta" creación viviera tanto dolor? No... no era nadie para juzgar el destino que Cathleen tuvo que vivir. Era más bien, entender o... no, no lo entendía, ya lo sabía. Siempre entendió su actuar, sabía que ella ocultaba un dolor muy grande, pero ahora comprendía a que se debía. Su vida era dura y terrible hasta cierto punto. Suspiro y se acerco a ella. La tomo con cuidado y la abrazó.- No la toques, ya no más. Yo me are cargo de ella y le demostrare que puede amar y ser amada de la forma que ambos necesitamos.

Atena lo miró.-No seas ingenuo.-Le dijo mientras seguía avanzando a ellos.-No me has demostrado que eres lo suficiente bueno para mi hija. ¿Tomandola con pocesión? cualquiera de sus hermanos podría hacerlo -se refería a todos los ángeles de Atena- ¿siendo paciente?-Sonrió.-no es nada nuevo.

Y le mostró los colmillos molesto. ¿Ella qué sabía del amor que podían profesarse los berseker? Un clic encendió en él cuando ella menciono la palabra "paciencia". Dejo con cuidado a Cath recostada en el piso. Se puso de pie y enfrento a la Diosa.- ¿Paciencia? ¡¿Paciencia?!.- Le gruño furioso por eso ¡Carajo!.- La tuve y aun la tengo. Tu no entiendes y dudo que puedas comprenderlo.- Noah estaba frustrado ¿Es qué de donde sacaba que él no la tenía? Negó con la cabeza.

Atenea levantó una mano y al instante el resintó se lleno de agua, cubriendolos completamente, sin dejarlos respirar.-Oh Noah Wayne, jamás retes a un Dios...-Le sonrió para luego mirar al ángel hundirse poco a poco.-Tu peleas tanto por ella, ¿ella peleara por ti?-Sonrió.-Berseker apasionado y tonto, una guerra se acerca, no es tiempo para pensar en el amor.-Levantó un dedo.-A diferencia de mi hermana Artemisa, creo que tu también deberías sufrir, el terrible dolor de un ángel al ser rota.-Sonrió y entonces dejo que el bonito muchachito sintiera como le había dolido a su ángel de fuego, el haber sido penetrada por una bestia como él.

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Cathleen no supo cuando ni como, solo supo que depronto no podía respirar. Sus ojos se abrieron rojos como las llamas, mirando para todos lados, intentando subir a la superficie, pero no podia, había algo en su cuello, algo que la hundía ¿que era? Sentía su piel quemarle, justo en la espalda, en el área de sus alas. Gritó y al hacerlo el poco aire que tenía se escapó de sus labios.

Y no pudo responder a la Diosa cuando su cuerpo fue cubierto por fresca y cristalina agua. Maldijo para sus adentros ¡CATH! Necesitaba ir a por ella, necesitaba protegerla pero fue imposible. Su cuerpo vibro en completo y un dolor inimaginable lo torturo por completo. Soltó el aire y se retorció en el agua. Maldiciendo, se había quedado sin aire y Cath, su querida Cath lo necesitaba.

Aleteó en el agua, intentando contener la respiración, sentía su cuerpo pesado, hasta que lo miró. Sus ojos se fijaron en Noah, ¿que hacía el allí? ¿QUe estaba pasando? Cathleen intentó nadar, intentó acercarse a él.

"Noah" Pensó, estirando la mano, intentando con la otra quitarse aquel collar del cuello, avanzando lentamente a él, necesitaba tocarlo. "Noah no puedo más!" Avanzó otro poco y apenas y rozó su brazo, su cuerpo le fallaba, no tenía oxígeno y las heridas de las dagas que Atenea le había hecho, volvían a abrirse... no había cerrado.

Maldijo en su interior una y otra vez. Necesitaba respirar, necesitaba acercarse a Cath, sabia que si estaba cerca de ella, lograría algo, estarían mejor, pero el dolor lo estaba matando prácticamente ¿era enserio? Le parecía una exageración, seguro que la diosa hija de puta lo hacia a propósito por su pequeña angelito.

Intento hacer algo y lo sintió, abrió los ojos para verla, aun con el jodido dolor extendió su mano ¡era un guerreros! Un Berseker y no cualquiera, era el Leder ¡EL LEDER! Y fue a por ella. Se estiro ta to como pudo y logró tomar la muñeca de su mano "Cath..." Pensó y con lo poco de fuerza que le quedaba la atrajo hacia él.

Abrió y cerró sus ojos, por extraño que pareciera, ver a Noah le había hecho sentirse segura... Podía sentir sus poderosos brazos rodearla y eso era... cálido. Estaba cansada, agotada, con un cumulo de emociones en su garganta. Aveces pensaba que tal vez lo mejor era simplemente alejarse de todo cuanto le hiciera dolor. Ya no quería perder a nadie, ni sufrir ni llorar... estaba cansada. Terriblemente agotada.

La diosa que observaba todo, miraba con pena a Cathleen. Noah tenía razón en mucho de lo que decía, pero todo había sido por algo. Atenea jamás hacía cosas sin pensar en las consecuencias, era una diosa justa después de todo. La mujer se desvaneció y en su lugar dejo un monticulo, unas rocas que los sacarían a la superficie de aquel manantial que la propia Atena había formado.

"Confió en ti, hijo de Odín"

Susurró, antes de desaparecer por completo, Cathleen ya tenía la armadura de Atenea en aquel collar, también el poder de una sombra del inframundo que Hades le había otorgado y aun más... dos espadas que saldrian de su cuerpo a voluntad, representado a Eros y Tanathos... ella tendría que aprender a manejarlas.

¿Fuerzas? Bueno, no supo como, ni cuando, pero apenas ella estuvo entre sus brazos, algo extraño e intenso le impulso para abrir sus ojos. ¿Ella confiaba en él? ¡Hija de puta! Pero ¿Qué esperar de una Diosa? Comenzaba a dudar que Frejya fuera la más zorra de todas.

Abrazó con firmeza a la pelirroja y nadó como pudo donde aquellas rocas que al parecer les harían salir o algo así. "Estaremos bien, resiste Cath, resiste" Le pedía, aunque sabía que no iba a escucharle, pero esperaba transmitirle algo.

Cathleen sintió sus pulmones arder, no podía morir así ¿iba a morir? No sabía que hacer. Abrió sus ojos en un último esfuerzo y sintió poco a poco el aire en su rostro. Habían salido y ella no hizo más que jadear con fuerza, escupir agua, le dolían sus pulmones, le dolía el estomago, el cuerpo entero.

-¡Ahhhh...-Intentó inhalar más aire, más! sus ojos parpadearon, se giró.-¡N-Noah!-Intentó mirar desesperada el agua, ¿Noah estaba allí? ¿Donde estaba? -Noah!

¿Qué fue lo que sucedió? No estaba del todo seguro. Ella logro salir ¿Por qué él no? ¡Mierda! ¡Mierda! Aire, necesitaba aire. Quería salir, quería salir y verla a ella ¿Estaría bien? "¡Cathleen! ¡Cathleen!" Y su visión se perdía ¡No! no iba a perder contra nada, iba a por ella ¡Iba a por su flor de fuego!

Inspiró y Cathleen entró al agua rodeandolo con sus brazos y entonces, besandolo en la boca para darle un poco de respiración. Sus ojos se fijaron en sus orbes, hipnoticas, llamativas. La pelirroja subió a ese hermos Berseker rubio (?) hasta la superficie, dejandolo sobre las rocas, para que empezara a reponerse. Dioses, se sentía tan agotada...-¿Noah?-Se acercó, intentando levantar ligeramente su cabeza para que no se ahogara.