Noah y Cath

Ya había pasado año nuevo. No fue una celebración muy animada. En realidad, no celebraron nada. Fue una noche tan normal como todas después de aquel encuentro entre él y su flor de fuego.
Intento un par de veces halar sobre él tema con Cathleen pero, era prácticamente imposible. Continuaban aún en aquel pequeño motel el cual habían encontrado después del atentado. Era un pueblo cerca del bosque y el bosque tenía un sin fin de historias, así como ruinas protegidas por el estado y de más. Propiedades de la nación que aun no se habia dedicado a investigar.

Aquellos días se había contactado con Emmanuel, con triton y con algunos de sus socios, entre ellos el más importante, Julius. No lo engañaba de ninguna manera, notaba en el viejo algo extraño, por lo que había encargado a Tony, a Emmanuel y Vico que se aseguraran que tomara su medicamento, era importante. Necesitaba notar los cambios porque ese medicamento salvaría la vida no sólo del Julius, también la de muchos otros que eran parte de los suyos.

Esa mañana estaba, como de costumbre, sentado en el piso, mirando la pantalla de la portatil. Necesitaba las pruebas. Necesitaba los datos. Su mini-laboratorio estaba funcionando. Algunas de sus creaciones estaban en proceso. Pastillas, spray, inyecciones. Si, porque eso aun lo necesitaban y habían perdido la mayoría en el agua.
El berseker vestía algo bastante sencillo, un pantalón de vestir gris oscuro, una camisa negra y nada más. Llevaba su mano hasta su nuca, porque comenzaba a dolerle. Estaba un poco estresado y no era exactamente porque los datos que necesitaba estaban tardando demasiado. Suspiro de nuevo.

-Creo que un descanso no estaría mal....-Se dijo a él mismo, porque por mucho que quisiera invitar a Cath a andar por las calles de ese bonito pueblito, ella seguramente diría "No" sin siquiera pensarlo.

Había pasado tiempo desde que había soñado con aquel lugar. Era... era como un enorme castillo con pilares de mármol tallados a mano en una sola piedra, era hermoso y grande y tenía antorchas clavadas en las paredes para iluminar el camino e inscripciones de oro que recitaban poesías y cantos, y enseñanzas e historias. No había podido dejar de pensar en eso, significaba algo pero aun no sabía como.

Esa mañana, como siempre se había levantado, había tomado café y salido a caminar antes de que él pudiera levantarse. Aunque sabía que siempre se daba cuenta de a donde iría ella. Su respiración y su aroma, su sola precensencia le hacía mal, ¿porque? ´¿Porque no podía quitarselo de la cabeza? estaba allí pegado a ella como si no quisiera irse de su memoria, su piel aun lo recordaba, sus labios y su aliento, el calor de su saliva y la potencia de su hombría, alabandola completamente como si su cuerpo fuese un templo o el altar de una diosa.

Era insoportable no poder tener la cabeza fría y sentir como su nuca, sus senos y todas aquellas partes que él había mordido, le escocían cada vez que recordaba su primer encuentro sexual o cuando salía de bañarse sin camisa, cuando ella no se daba cuenta...

Abrió la puerta y lo miró sentado en el suelo, hacia algo de frío, ¿es que no lo notaba? Miró el lugar, él había instalado sus cosas, cosas que al parecer no dejaba que nadie más que él las tocara, bien, ella tampoco preguntaba, no quería oir su voz, la ponía nerviosa. Cerró los ojos, no debía pensar en eso, era su compañero pero...

-...-Abrió su boca pero no dijo nada, más bien negó y preparó un té de manzanilla, lo endulzó ligeramente con miel y caminó hacia él para dejarle el té en una mesita al lado de él, en completo silencio, tragando saliva lentamente para despues, dirigirse a la ducha, apestaba seguramente.

Justo cuando ella entraba a la habitación se giro para encontrársela, porque sabía que venía, su olor era tan intenso ¡INTENSO! incluso la percibía cuando caminaba por las calles de pueblo en el que por momento se mantenían seguros. Disfruto de ella unos segundos y después regreso la mirada a la portátil.

-Julius te ha mandado saludos...-Dijo entonces, aunque ella estuviera en silencio y sólo se acercara y le dejara aquel Té.- Muchas gracias, Cath.- Tomo la taza y se sentó de tal manera que podía verla.- Vico también, dijo que esperaba con ansias la hora de tu llamada.- Si, eran los mensajes que debía dejarle.- Y... ¿Qué tal ha estado el paseo?- Si, quería escucharla.

La pelirroja tomó una toalla y soltó su cabello, girando ligeramente su tronco para verlo y asentir.-Gracias por el aviso-miró hacia abajo y luego, sus ojos cyan lo miraron a él por un breve instante.-Estuvo bien.-Fue lo único que dijo antes de entrar, cerrando con seguro, se sentía solo un poco protegida así, porque la idea de que él entrara de golpe para acorralarla en el baño era... peligrosa.

Vale, no le sorprendía que esa mujer tan sólo le respondiera con un total de 6 palabras a todas las preguntas que le hizo. Rió un por eso y entonces miro el Té por unos segundos.
-Si tan sólo fueras más honesta, Cathleen.
Dijo y bebió con calma el té que le ayudo a relajarse... no mucho, nada en realidad. Quizá si ella estuviera a su lado bebiendo un Té, sería mucho más relajante, más efectivo, porque su cercanía le haría sentir con energías de más. Se puso de pie apenas termino el Té y se estiro un poco. Dejo las cosas donde estaban y fue hasta el baño para tocar a la puerta.
-¿Has comido algo? ¿Quieres que te prepare algo?
Vale, siempre intentaba poder tener una conversación más amena con ella, incluso antes de que pasara su intimo encuentro.

Se sobresaltó un poco mientras enjuagaba su pelo, por lo que algo de jabón entró en sus ojos.-No... mm...-Negó.-Yo puedo hacerlo, gracias.-Abrió la regadera y terminó de lavarse para secarse y envolverse en una toalla.-Come, come tu primero Noah.-Abrió la puerta de la regadera y se miró al espejo de piesa completa. Cathleen era un ángel sexy y provocativo, con sus mechones rojos enfatizando su rostro atractivo y etereo, sus piernas eran largas y aunque ciertamente no media el 1.90 de las modelos, ella era ligeramente alta y con un cuerpo digno de una diosa. De la diosa que la había creado, porque cada ser del olimpo le había otorgado un "don" el don de la musica, la belleza, la fertilidad, la justicia, la guerra, la temeridad, la inmortalidad y sobretodo, la sabiduria. Aunque era claro que la sabiduria aun no se ponía en practica, porque no era sabio desear de esa manera Noah Wayne... y ella lo estaba deseando.

Suspiro y giro los ojos cuando ella se negaba a su propuesta. Era solo un desayuno, no más. No dijo nada, se apartó de la puerta y se fue directamente a la cocina donde busco algunos ingredientes para preparar algo sumamente sencillo, un par de Omelettes. Si ella no la quería, podía comercela él, era un hombre con un gran, gran apetito. Intento no mirarla porque le estaba dando un espacio que en verdad no quería darle... Joder, era irritante.

Dejo su cabello suelto y se colocó el sosten deportivo blanco con unos boxer femeninos, un pescador de algodón y una musculosa de color verde olivo.-...-Salió en sandalias y miró de reojo, buscando la taza de té que.. no miró, él se la había tomado de inmediato, sonrió por ello, de alguna manera saber que Noah la buscaba le hacia sentir diferente, le hacia sentir especial? Negó de inmediato, ella no podía estar sintiendo eso, no aun.... no mientras fuese un ángel de justicia y para su desgracia, lo sería toda su eterna vida.

El preparaba las omellette con toda la calma del mundo. Bastante sencillas, huevo, queso para quesadilla, un poco de tomate, cebolla y jamón, todo dentro del huevo perfectamente cocinado. Al terminarlos, sirvió cada uno en platos diferentes y después busco algo de jugo de naranja para servirlos en bonitos vasos de cristal. Lo llevo hasta la mesa, los acomodo, busco tenedor y un pequeño cuchillo y después se sentó. Le miro unos segundos y le regalo una sonrisa.
-El desayuno esta listo.
Dicho eso, comenzó a comer con calma, porque tenía mucho trabajo por delante.

Cathleen miró a Noah sin decir palabra alguna.-No tenias porque hacerlo.-Le dijo mirando la comida, ¿sabía cocinar? no esperaba eso. Noah la sorprendia constantemente, era... se aclaró la garganta. No podía pensar en cosas como parejas o vinculos... menos en sexo, menos en su piel acariciando la suya, con una pasión animal, gimiendo, sudando... moviendose.-Gracias.-Dijo sentandose en la silla, empezando a comer, levantandose el cabello en una liga.-¿Has... encontrado algo interesante?-Preguntó intentando parecer normal, pero Noah... Noah la hacia sentir tan rara. Descontrol.

Eso no le gustaba.

Noah no paro de comer, no lo hacía rápido, al contrario, lo hacía de la manera más sana, era médico a fin de cuentas.- Lo se, pero quise hacerlo.- le respondió mientras tomaba el vaso y bebía del jugo de naranja. No se le quedo viendo, miraba de reojo su improvisado laboratorio, estaba al tanto de los resultados que no, no eran del todo impresionantes.- Por nada Cath... Cathleen.- Se hecho otro bocado a la boca, mastico y trago. Negó con la cabeza.- No del todo. El ADN que he logrado obtener es sólo de purs, lobeznos o vampiros. Espero tener algo más y crear algo bueno de ellos para Julius y para ti.- Dijo y terminaba su comida. Se puso de pie, tomando su plato y baso para llevarlo hasta el lavamanos.- ¿Y tú, qué has descubierto en el pueblo?

Sus ojos lo observaron. Él no la había visto absolutamente y... ¿Cathleen? Ese era su nombre, ¿porque se sentía tan incomoda al escucharlo de él?-mm si, hay algunas cosas interesantes, pero nada que sea realmente importante.-Le dijo y empezó a comer de nuevo, con calma porque nunca se había sentido así. Abrió la boca para decir algo pero prefirió callarse.-Voy a salir.-Le dijo levantandose y dejando los platos en el lavabo.-No tardaré.

-Me gustaría escucharte.- Dijo aunque prefirió lavar los trastes. Noah guardaba cierta distancia. No era como que quisiera pero ella podía los limites en su extraña relación ¿Laboral? No sabía que estaba pasando exactamente. Después de su encuentro ella prefería estar muy lejos de él. Era doloroso, pero no podía presionarla. Sin embargo, ella pretendía salir de nuevo. Se giro para encontrarla a su lado.- ¿De nuevo?...-Abrió la boca y suspiro, alejándose de ella. Granada, dulce y jugosa granada.- Llega para la comida, preparare algo....-Dijo y fue hasta su computador. Continuaría con su investigación.

Se giró siguiendolo con la mirada ¿no le haría más preguntas? negó, era perfecto, no podría contestarlas si se las hiciera.-Volveré lo más pronto posible.-Le contestó y luego caminó a la cama, se colocó unos tenías secos y una sudadera de gorrito. Se acarició la muñeca y miró al berseker, aun recordaba las inyecciones, las agujas, todo y recoerdarlo era terrible.-Si Vico llama, dile que volveré en unas horas.-Pasó a su lado y se detuvo... abrió la boca.-N-Noah...-Bajo la vista ¿había tartamudeado? negó y volvió su vista a él.-todo... es normal ¿no es así? Somos.. es decir, colegas-Lo miró fijamente, sin parpadear.

-Te estaré esperando aquí.- Dijo divertido porque en realidad no había otro lugar donde esperarla. Tecleaba, algunas claves, algunas formulas y completaba un informe completo que iría directo a Tony. Ella pasaba por su lado pero no aparto sus ojos de la pantalla hasta que ella se había llamado de esa forma. Detuvo sus dedos y la miro.- Cathleen....-Dijo esperando aquello que simplemente le hizo curvar la comisura de sus labios y regreso la vista a la maquina.- Diviértete Cath.- Fue su respuesta porque no, no era normal. Deseo ir sobre ella y demostrarse lo que eran en realidad pero de nada iba a servirle actuar de esa forma con ella, no quería perderle del todo.

Sus ojos lo observaron detenidamente ¿era esa una respuesta? no le... gustaba del todo.-Bien.-Dijo mientras caminaba de vuelta a la cama, se terminaba de arreglar y caminaba a la salida.-Tu también.-Le contestó para despues salir de allí. Tenía que ir a las ruinas de sus sueños, aunqueno estaba muy segura de que encontraría allí, si sabía que debía ir. Hacia tanto que no tenía sueños tan reales y escalofriantes, donde ella se ahogaba, donde ella estaba sola.

-Piensas demaciado Cathleen.-Susurró para sí saliendo del hotel y empezando a andar sin mirar atrás. Noah estaba en su laboratorio improvisado, ¿y que? no es como si a ella le importara que él la mirase o no.

Cuando Cathleen salió de la habitación, suspiro y se dejo caer hacía atrás, recostandose en el piso cerrando los ojos, pensando en las palabras que la pelirroja le había dicho. Bufó.
-Me colmas la paciencia Cathleen ¿Cómo te atreves hacerme esa pregunta?.
Gruño molesto, herido, desesperado, porque era demasiado. Ella lo sabía y parecía que lo hacía a propósito, pero se aseguraría, juro por Odín, que esa pelirroja iba a arrepentirse de lo que le estaba haciendo y se lo cobraría en la cama.
-¿Es que se burlan de mi?- Cuestiono pero sonrió, porque pese a todo, adoraba a esa sensual flor de fuego. Toda suya. Sacudió su cabeza. Tenía que continuar con el reporte para Anthony

Caminaba entre las praderas, el lugar era muy grande, tal vez.... suspiró, no llegaría nunca a donde quería llegar con ese paso. Se detuvo un momento y levantó la vista al sol, estaba ya casi en lo alto, tenía algo de calor, por lo que optó por quitarse la sudadera, amarrarla a su cintura y observar a su alrededor, si volvara todo sería facil. El problema era que podrían verla y peor aun, su espalda dolería. Siempre que sacaba sus alas le dolía, no era tan fácil como ella...

-....-Cathleen miró hacia abajo ¿que? ¿Desde cuando? -Por Atena...-Susurró y dio un giró, intentando mirarse ¡desde cuando tenía las alas fuera!? ¡Desde cuando estaba volando ya!? Porque no se había dado cuenta que estaba a varios metros del cielo, oculta entre una nube-No me lastimaron...-se sorprendió, sus alas siempre la dañaban... ¿porque no lo hacian ahora?

Noah se había puesto de pie mientras leía un informe enviado por tritón sobre aquel lugar especial. No dejo de reír al leer cada frase escrita por ese Dios presumido. Por supuesto, no le sorprendía que se diera todo el crédito de las ganancias de todo ese tiempo que estuvo a cargo. Suspiro, ya le respondería en otro segundo. Se estiro y continuo sus pasos hasta llegar a una de las ventanas. Miraba el cielo. Era agradable, el clima estaba a su favor. Eran apenas las 10 de la mañana, en Inglaterra eran apenas las 8. Esperaría un poco antes de enviar el informe a Tony, quería hablar con él y Vico y saber del avance de Julius y la medicina. Suspiro.
-¿Qué estarás haciendo, Cathleen?
Se pregunto y sacudió la cabeza. ¿Por qué no había salido junto a ella? Joder, era imbécil. Pero ya, ella regresaría un poco tarde, el aprovecharía y le prepararía algo de comer y continuaría con los datos de aquella extraña muestra que Cathleen había conseguido ¿Qué significaban todos esos garabatos? No iba a detenerse hasta descubrirlo.

Giró sobre ella y rió un poco, extendiendo sus manos mientras sentía como el viento la golpeaba, ¡jamás! se había sentido tan libre. Sonrió como siempre lo hacia con Vico y salió disparada hacia las ruinas del partenon de Atenea, allí era a donde tenía que ir. Con las alas y aquella misteriosa nube protegiendola de la vista humana y tal vez de los esbirros de Loki, Cath, llegaría más rápido a su destino.

Regreso a la portátil. Tecleó un par de códigos y entro a sus archivos más privados, aquellos en los que tenía información desde Julius, hasta Cathleen. Si, Vanirios como Tony, Donna, Eve y el cabrón de Denisse, sus berseker más poderosos y ahora, aprovecharía para capturar los más recientes: Ciara Vandercraft y David Jaegger. Bien, lo tenía todo de DJ pero ¿Ciara? Esa niña le daba mala espina pero ¿Cómo era eso posible? Era la Caráid de su mejor amigo ¿Qué no? Bufó y justo cuando iba a comenzar a llenar el formulario del lycan que no era tan lycan una nube aparecía en su pantalla. Arqueó una ceja.
-¿Emmanuel?- Si, estaba recibiendo la llamada de su naoti. Miro el reloj. Era demasiado temprano para la llamado. Entrecerro los ojos, algo no estaba bien. Dio clic sobre el botón verde para responder.
-Emm...- Lo sabía.

Pasó por varias ruinas, hasta llegar a la entrada de lo que parecía un enorme templo. El lugar estaba en lo más alto de una colina de rocas, era antiguo, una reliquia, había listones de turistas, al parecer había gente que iba a observar. Pero Cath no iba a eso. Sus alas aletearon poderosas y suaves a la vez, haciendola desender lentamente, casi elegante. Sonrió y al instante, sus alas se esfumaron, dejando solo un rastro de plumas blancas. Se giró como si fuese un cachorro que persiguiese su cola, aun no podía comprender lo que había pasado.

-Es hora Atena...-SUsurró y entró al templo de Atenea, su madre, su hermosa y poderosa madre.

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Atenea lo obervaba todo, cada detalle de lo que hacia ese hermoso Noah Wayne. Y no fue hasta ese momento en que cortó la comunicación en el hotel y su suave aura se materializó..


-¿Que crees que estas haciendo?-Preguntó ella depronto, una hermosa mujer de dos metros de alto, con el cabello rojo trenzado y unos ojos dorados y brillantes. Era parecida a Cath, por su cabello, aunque este sin embargo, parecia lanzar chispas, como si estuviera ardiendo.-¿Te ha comido la lengua el berseker?-Sonrió.

No logro escucharlo todo. "Ha ocurrido algo terrible, Vico esta.... fue.... her.... mue.... Jul.... deb... ¡Noah!" y la llamada se había cortado ¡NO! maldijo y enseguida se puso de pie ¿Cómo era posible aquello? ¿Por qué sólo su portatil? Todo aun se mantenía encendido, todo aun era manejable. ¿Qué significaba todo eso? Maldijo de nuevo e intento encender de nuevo la maquina.
-¡Maldita sea!.- Y lanzo la maquina contra la pared. Busco su movil, tenía que llamar. Busco sus zapatos, tenía que buscar a Cath, las cosas no estaban bien ¿Vico? ¡Maldita sea! ¡JULIUS!

Atenea miraba a Noah, flotó hasta detener la maquina y coger su celular con magia.-¿Buscas esto?-Dijo para darle al fin, la capacidad de verla. Atenea estaba en aquel lugar mundano, mirando a Noah Wayne, enojada por haber manchado la divina castidad de su ángel más orgulloso.

-¿Porque no estas con mi hija?-Pregunto la mujer con cabellos de fuego trenzados.

-¡...!- Se puso en guardia entonces, dispuesto a atacar a quien sea que estuviera a su al rededor, hasta que se hizo presente. Abrió los ojos enormes al ver a aquella hermosa mujer. Era... ella. Frunció el ceño.- ¿Quien eres y qué es lo que quieres? ¿Tú hi...- Abrió los ojos de más ¡¿Era enserio?!.- No tengo tiempos para juegos...-Frunció el ceño. Tenía que ir por Cathleen y ahora se le ocurría a esa deidad aparecer frente a él.