El hombre que amo ---- F&V

El tatuador escuchaba interesado en lo que ella le decía. Sonrío, el tatuaje en tardad tenía un valor emocional inmenso ¿tan fiel era a él y él a ella? Como si los dos dicen los os destinados a estar para siempre juntos. Que enviaría y era de la buena, definitivamente.

-Vaya, había escuchado un poco sobre los lobos o bueno, dirás que soy torpe o algo friki por lo que diré, pero muchas veces investigo sobre seres mágicos, o de la noche y los lobos son mis preferidos. Alguna vez leí que ellos tiene a una pareja y que cuando la encuentra no hay nada que les pueda separar, solo la muerte. ¿Es fantástico, no? En casa tengo una mascota, se llama Scott, es un hermoso Husky, muy parecido a un lobo y en verdad que es un perro fiel.- Le contó también un poco a ella y esperaba escuchar un poco más mientras terminaba algunas partes del tatuaje y luego otras y de más, seguía con los colores.

-(-)-

Franko se quedo mirando al puerta. Podía sentir la energía de aquel ser. Estaba muy molesto pero también percibía la presencia de uno de los suyos ¿Prima? ¿Sobrina? ¿De qué se trataba? Quería entrar, pero hacerlo significaba enfrentarse a un ser poderoso y no tenía las energías como para pelear. Dio un paso atrás y después le pediría al hombre que le permitiera ver a la chica.

-(-)-

Ashran había esperado un mensaje de la albina pero no la hubo. Bufó con cierta molestia y avanzó, iría a buscar a Franko antes de que Kellen se diera cuenta. Le conseguiría otras chicas porque seguro que estaba comiendo aun, intentando olvidar lo que la Marina le había dicho. Pobresilla, le iría fatal si se encontraba con alguno de los Orendain. Iba a encontrarla y entregársela personalmente a Clarisse, seguro que ella lo gozaría.


Y Ashran tenía razón. El Orendain Copobianco estaba sobre un gran silla, sobre su regazo una chica de cabello regazo restregándose contra él, disfrutando del placer que esas manos y mimos le brindaban, preparando su sangre para darle el mejor sabor.

-(-)-

la joven Orendain aun intentaba abrir sus ojos. La voz de Anthony la había regresado al mundo real, fue hasta que la llamo de esa manera "pequeña" que abrió los ojos de golpe. Miro el tejado, tomo una gran bocanada de aire y lentamente giro hacía él ¿Donde estaba? ¿Qué le había pasado? ¿Cómo era que aun seguía con vida? Giro lentamente la cabeza hacía el tan apuesto vanirio y todo en su interior estallo. Una insaciable sed la movió yendo sobre de él para comenzar a sentirlo y llamarlo una y otra vez ¡Dios! no sabía porque quería tenerlo tan cerca.

Violette abría y cerraba sus ojos, la aguja perforaba su piel, en su zona más delicada y era... bueno le dolía, le ardía un poco pero sabía todo eso era normal. Así que para no pensar en ello, prefirió continuar hablando.

-Se llama imprimación.-Rió un poco.-Pocas personas se interesan por este tipo de cosas.-Le dijo y continuó, no hacia más que hablar de su experiencia personal.-Los lobos son territoriales y también muy aferrados a sus parejas. Tienes razón... auch...-Dijo cerrando un ojo, eso le había dolido un poco.-Los H-Husky son muy parecidos a los lobos.

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Alemania, futuro.

Había tomado las últimas cosas que necesitaba, cargó sus armas y se acomodó la gabardina sin mangas color beige. Sus ojos azules estaban fijos en el lugar donde se abriría aquel portal que la llevaría de vuelta al pasado.

-Tal vez la Orden pueda brindarnos más apoyo.

-Esta misión es personal. La Orden no se va a ver involucrada en esto Valentine.-El demonio bufó y tronó su cuello, colocándose al lado de su líder. -¿Damon?

-Será divertido.-Rió el otro ser, era un demonio igual pero a diferencia de Valentine, tenía mayor poder y menor control.-No sueltes mi mano hermosa.-Devaney rió y dio un paso al frente, estaba en medio de ellos, sus colegas, sus amigos en batalla. Confiaba en Valentine y también en Damon, se habían criado casi juntos y los conocía de toda la vida, por eso les había pedido algo que ellos no dudaron en negar.

"Si tu vas, obviamente estaré yo allí" Le había dicho Damon tomando su mano; Devaney lo sabía, Damon jamás la dejaría sola.

-Bien.-Dijo ella, recogiendo sus rizos negros y largos en una cola de caballo que lejos de enredarse, se veía firme y la hacia ver madura y seductora. Devaney Jaeger empezó a caminar hacia el portal, ella sería la primera en pasar, debía encontrar a su hermano DImitri y también aclarar algunas cosas que crecían dentro de ella. El pasado era peligroso, podría cambiar las cosas del futuro pero no podía dar marcha atrás, no en ese momento, además también existía cierta curiosidad, cierto morbo en conocer aquello que le era desconocido ¿que encontraría? No lo sabía con certeza pero estaba preparada, su madre y su padre eran diferentes, tal vez aun no se conocían.

-Mi padre es peligroso, manteganse al margen.-Había dicho de ultimo, desapareciendo en el portal.

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El vanirio no pudo ni siquiera parpadear.

-Joder...-Gruñó mientra la sostenía de la cintura, no quería que se lastimara.-¿Ciara?-Sonrió.-Tan solo mirate...-Acarició su mejilla y le quitó alguno de sus mechones.-Tranquila leona, no voy a irme pero si no te controlas...-respiró agitado, sus pupilas se dilataron ligeramente.- esto no va a acabar bien y tu aun estas delicada...-Apretó su cintura y empezó a incorporarla, necesitaba sentarla, necesitaban calmarse, sabía que su cachorra moría de sed y eso lo regordeaba, lo hinchaba como gallo, estaba orgulloso de ella, era una vaniria, la mujer más perfecta de todo el puto universo.

Cody era todo un profesional. Aun cuando estaba tan cerca de sexo de una mujer, él no pensaba ni mucho menos deseaba hacer cosas con ella, era sorprendente pero la verdad era su gran amor a los tatuajes. En verdad disfrutaba realizarlos, escuchar sus significados, las historias tan interesantes de cualquiera que se daba la oportunidad de pintar arte sobre su piel. Se detuvo un momento y con un trapo Quito en exceso de pintura. Aun faltaba bastante del tatuaje, pero bueno, debía ser delicado, no quería lastimarla ni causar,e alguna infección. Su local era reconocido por la buena higiene y, por supuesto, la grandiosa dueña que tenía: Kat Von Di.

-Imprimación... Es verdad... ¿Te arde mucho?- Cuestionó y se puso de pie para tomar un par de botellas de agua, entregarle una a ella, además de un dulce y una para él.- Si, es un gran chico, luego lo traeré por aquí para que tu y Franko lo conozcan, estoy seguro que lo amaran.- Dijo y segrego a su lugar.- Voy a continuar.- Y la maquinita se activaba de nuevo. Río, sabia bastante bien que muy pocas personas podían creer como él.

-Esa fue una de las razones por la que tuve una relación con Kat ¿sabes?- Dijo con una risilla un tanto tristona.- Ambos creemos que existen y que viven entre nosotros intentando ser simples humanos.- No regreso la mirada a la albina. Se concentraba en su trabajo mientras hablaba con ella.- Sería interesante conocer a uno y poder cuestionarle sobre esas cosas ¿tu crees en eso?- Cuestionó por ultimo para dejar a ella hablar y que se distrajera.

-(-)-

Franko caminaba por los pasillos de aquel enorme lugar ¿dónde estaría la maldita salida? Nadie estaba cerca. David se había perdido por ahí, Vico también, entonces ¿Era su oportunidad? Celebró en silencio esa oportunidad y entonces comenzó a correr por los pasillos, buscaría la salida, no importaba como pero en ese instante iba a desaparecer y encontrar a su chica, iba a robársela si era necesario e iba a besarla como si no lo hubiera hecho por años ¡Oh si! <<Espera por mi Violette>> se dijo con emoción, como si lo que pasara en ese momento fuera un juego pero un triste sentimiento lo detuvo. ¿Cómo rayos llego donde las celdas? Se frustró, ese lugar era demasiado confuso. Una risa lo hizo concentrarse.

-¿Noah?- Cuestionó y entro para encontrar en lo profundo de la oscuridad a aquel Berseker.

-¿Pretendías escapar?- Cuestionó con cierta burla. Franko se encogió de hombros y se acercó para sentarse junto al gran hombre, no sabia porque pero no se sentía en peligro junto a él, al contrario, era agradable su presencia.

-Se que me entiendes, necesito ver a mi chica.

-No puedo dejarte ir, no aun. Entiéndelo, es difícil poder confiar en que no dirás nada de todo esto. Estamos luchando por protegernos y tu siendo hijo de... Un Orendain, el único....

Así que ya sabían quien era. Suspiro y lanzó la cabeza hacia atrás. En ese momento odio con todo su corazón a su padre porque por su culpa no lo dejaban ir. Franko miro al apuesto Berseker y apoyo su mano en su hombro.

-Voy a escapar como sea Noah, se trata de mi chica. Es mi ¿cómo dicen ustedes? ¿Kone? Si, creo que si. Se que harías lo mismo por esa chica pelirroja ¿Cathleen? Es muy guapa ¿sabes?

Noah suavizó la expresión de su rostro. Por supuesto que era hermosa. Franko sonrió, Noah lo entendía a la perfección, pero era un líder bastante responsable.ambos se miraron y se sonrieron. Si, aunque la del leder no era del todo feliz.

-No te dejare escapar aunque hables bien de mi Kone.

- Joder.

-(-)-

El dolor en su corazón era terrible. No entendía como era posible que le sucedieran cosas tan poco usuales en seres como él. ¿Por qué? ¿Qué le había hecho a ella para que traicionara de tal manera su confianza y entrega? Estaba furioso. Estaba hecho una vil mierda. Sujeto con fuerza a la próxima chica. Su mentón era frágil y su expresión le decís que estaba terriblemente asustada.

-P-Porfavor, no me hagas daño... Por favor.

Suplicaba la joven que aun no caía bajo los encantos del Orendain. Kellen frunció el ceño y con una simple caricia, tenía de nuevo a Marina para él. Ella suplicaba una vez más, ella anhelaba Sus abrazos y sus besos pero él... Él solo quería... Quería... Gruño y con molestia la mordió con tanta fuerza que por poco le arrancaba la cabeza. La chica grito y en un par de segundos murió entre los brazos del mayor de los OC. La arrojó como si de basura se tratara y se puso de pie. Limpio sus labios para ir en busca de una más porque esta vez no sólo iba a matarla, o no, mataría de nuevo a Marina y lo haría de placer.

-(-)-

Vico había caminado por los pasillos con la cabeza baja. Se sentía terrible por la pregunta de Franko pero se sentía aun más mal por haber desaparecido de ahí así como así ¿debía disculparse con él?

<<¿Tú crees que quiere escuchar la disculpa de una chica tan estupida y grosera como tu? ¡ha! Ridícula. Por eso te quedaras sola>>

Pensó con dolor y se detuvo en medio del pasillo. Los hombros comenzaban a temblar se pero justo en ese momento sintió como un par de enormes manos la sujetaba y la cargaba hasta ponerla como costal de papas en un fuerte hombro.

-Venga, me han pedido que compre lo necesario para llenar la despensa y necesito que me acompañes.

-¡Emmanuel!

Ambos se miraron por unos segundos. Emmanuel siempre sonriéndole a ella y Vico termino sonriendo con sinceridad para ese enorme Berseker que siempre miraba por ella. Asintió y sin más ambos salieron, él quería que ella se distrajera y no se deprimiera de nuevo. Tenía apenas un día sin mostrarse tristona, seguro que ninguno en el lugar quería que ella llorara y se encerrara de nuevo.

-(-)-

La mirada de la Morena se afilo cuando él intento reincorporarla. La sujetaba de la cintura, no la dejaba moverse, sentirlo contra su cuerpo. Gruño por lo bajo y sin poder controlar su fuerza lo sujeto de tal manera que lo recostó sobre la camilla y ahora ella estaba sobre de él aún apoyada en sus hombros. Ciara jadeo al sentir su enorme erección contra su sexo desnudo. Sonrío porque podía escucharlo, sentir como la sangre de su hombre corría a toda velocidad en su cuerpo. Incluso podía escuchar sus pensamientos. Intentaba controlarse, no quería hacerle daño pero... Ciara deseo arrancarse esa delgada bata de hospital y... Morderlo. Seguía moviendo sus caderas inclinándose hasta su cuello cerca de su oído.

-Anthony...- Jadeo con deseo con una voz diferente, mas sensual. Una que acariciaba cada rincón del cuerpo de ese vanirio. No lo dejo moverse pues aquella fuerza descomunal que aun no controlaba le permitía tenerlo ahí a su antojo. No esperaría más, no podía, necesitaba su sangre y si no la bebía iba a volverse completamente loca. Rozo sus labios por su cuello hasta que estos regaron a su hombro donde lamió y dejo que sus colmillos rozaran buscando el punto perfecto para perforar y comenzar a beber.

-Si-Dijo pero su sonrisa decía que no diría nada más en caso de conocer a uno, porque no era el momento ni el tiempo para que Cody supiera que Franko era un lycantropo y ella una bruja blanca cuyas familias estaban peleadas a muerte y cuya relación estaba en medio de ese odio.-El dolor ya pasó.-Sacó el aire que estaba conteniendo lentamente y fijo sus ojos azules en Cody, el parecía un buen chico y también un profesional-Kat es una chica muy inteligente, estoy segura que ambos encontraran lo que tanto buscan.-Le confesó sincera y luego volvió su vista de nuevo al techo, se estaba haciendo un tatuaje... ¡ella! Dioses, Franko en verdad la había cambiado.

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Cathleen había salido de la ducha y estaba por fin más tranquila. Usaba unos shorts de algodón y una camisa de resaque color gris, estaba algo cansada por lo que había pasado dentro de la celda pero también estaba satisfecha, había defendido la memoria de todos aquellos que habían muerto en sus manos. Se miró al espejo un momento y acarició las hebras cortas de su cabello rojo cereza.

Rojo cereza.

Lo prefería que rojo sangre, porque la sangre le recordaba que ella no era una buena chica. El ángel se peinó el cabello un poco y luego humecto su piel y se puso unos comodos calcetines, luego de eso salió de su habitación para ir en busca de Noah y percatarse de que en él todo estaba bien.

-Que estoy haciendo-Susurró un tanto tensa por lo que estaba haciendo, ¿desde cuando alguien aparte de Vico le preocupaba de tal manera que no la dejaba tranquila? No sabía, pero Noah estaba haciendo mucho más que llamar su atención, mucho más que gustarle. Noah Wayne se estaba volviendo una constante en su vida, una constante necesaria.

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Devaney abrió los ojos cuando sintió el aire fresco del bosque. Sonrió abiertamente, estaban en el mejor lugar, ella como hibrida sentía al igual que su madre que la naturaleza la llenaba de vida y magia, sin embargo no era ella quien gozaba de la mayor parte del poder de hada, más bien solo tenía una parte, una parte que hacia que gozara de la naturaleza tanto como un hada pura.

-Estamos cerca de tu casa.-Le avisó Valentine, colocandose al lado de ella, como esperando que alguien atacara y así pudiera defenderla.-Es mejor que no nos separemos.

-Él tiene razón, entre mas cerca estes de mi estarás mucho mejor.-Dijo con una risa mientras la tomaba de la cintura, cosa que Devaney evadió rapida y sabiamente.

-Creo que es buena idea no mantenernos tanto tiempo alejados, juntos esta bien pero siempre al margen.-Demon apretó la quijada y Valentine se hizo el desentendido, aveces era dificil tener que estar con los dos, pero no podía no evitarlos, eran su equipo pese a las diferencias que podían surgir entre ellos.-Iremos al norte, tenemos que conseguir un refugio, viveres, contactos.

-La orden sabra que estas aquí y Batman también.-Ironizó el menor de los demonios, Demon.-Si esta con campanilla será más díficil hacerlo entrar en razón.

-Pero es su sangre, sangre llama a sangre antes de tiempo ¿no es así Dev? ¿Dev?-Ambos demonios se miraron el uno al otro y bufaron, Devaney era ese tipo de mujer. Una mujer que no podían atar y cuya curiosidad racional y cientifica siempre iba por delante, pocos la entendían realmente y ellos se jactaban de que era uno de esos pocos.-Oye.-Valentine tomó a Damon de un brazo.-No la presiones, así no funcionará, necesita tiempo y tambié seguridad.

-Le estoy dando tiempo y seguridad pero necesito tener una respuesta Val. Nadie va a quererla ni cuidarla como yo lo hago, incluso Batman lo sabe.

-No hablemos de su papá-Dijo Valentine empezando a caminar.-Ese es otro problema... no cederá tan fácilmente a su hija.-El demonio mayor suspiró, Damon se había largado antes de que pudiera decirle nada.-Niño.-Susurró volviendo caminar.

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Vico Clairy.

Su nombre era fácil, una humana, sin familia, sin amigos, sin dinero.

Realmente no entendía porque había sido tan dificil acabar con ella en el pasado, ¿quienes trabajaban para ese hombre? Él haría el trabajo que nadie había podido hacer, despues de todo no le quedaba nada, ni siquiera un poco de amor por la humanidad. No luchaba por la paz del mundo, había olvidado hacia mucho el valor del honor y el poder, la busqueda constante de la seguridad del humano. Todo eso lo había perdido con la muerte de su esposa. Ángela. Aun la recordaba, recordaba haberla amado mucho y también recordaba haberla dejado cuando la guerra comenzaba, en ese entonces él peleaba por una paz utopica. No había logrado nada, todo su pelotón, sus hermanos y amigos murieron intentando luchar contra el enemigo. Su castigo habia sido grande

"En ninguna pelea del hombre tendrías que haberte inmiscuido. Tu castigo será perder lo que más amas y esperar que la esperanza vuelva a nacer en ti mediante la mujer que no siente nada"

Esa profecía la cargaba desde entonces y ahora lejos de encontrar descanso, trabajaba como mercenario para cualquiera que pudiera darle dinero para sostenerse.

Aaron bufó y se acomodó la chamarra deportiva, colocandose la capucha y cerrando la puerta de su departamento. Iría por unos viveres y cosas necesarias, además necesitaba más información de Vico Clairy, no podía simplemente atacar, si no habían podido matarla hasta ese momento era porque había un factor que no estaban tomando en cuenta. Él por supuesto, lo encontraría.

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-Jodida mierda...-La sentía sobre él y no tardó mucho en ponerse duro, como un animal salvaje que no entendía de control.-Arg~-Gruñó al sentir como se movía, como él sentía que su vista se nublaba y sus colmillos crecían.-¿Tienes hambre mo dolag? [mi muñeca]-Sonrió y apretó con más fuerza su cintura, aumentando la presión de sus sexos. "No Anthony, no lo hagas ¡no seas más hijo de puta!"-Muerde preciosa....-Debía calmarse ¡debía calmarse!-Saciate de mi, anda... muerde fuerte a tu nueva vida.-La dejaría beber y era todo... debía controlarse y evitar hacerle daño, iba a lamentarlo después, lo sentía.

Cody sonrió, estaba ya con los últimos detalles. Quería apresurarse y no sabía porque, al parecer Vio tenía prisa y quería ayudarla. Era extraño, quizá una corazonada.- Ya casi termino. Se ve bastante bien y no porque lo este haciendo yo.- Advirtió aunque riendo por eso pues aunque lo hacía bien y sabía que en verdad era bueno no le gustaba presumir. Era mejor escuchar a los clientes decirlo.

-Gracias. Se que Kat y yo encontraremos lo que queremos. Salir con ella fue divertido. Bueno, fueron tres años los que salimos pero... ambos nos dimos cuienta que no podía haber más de lo que ya teníamos. Decidimos ser amigos o bueno, continuar siendo amigos y socios.- Dijo eso, la maquina termino por apagarse y guardar silenció.- Ya he terminado. Seguro podrás verlo sólo inclínate un poco. Iré por algunas cosas, espero saber que piensas de él cuando regrese.- Dijo mientras se ponía de pie y se llevaba el material para ir por una pomada, plásticos y tape, tenía que cubrir el tatuaje hasta que este no estuviera tan fresco.

-(-)-

La conversación de los dos chicos no era muy impresionante. Franko le explico algunas cosas de su familia, quería ganarse la confianza del Berseker y sin duda estaría de su lado, se lo dijo, pelearía con ellos para salvar al mundo.

-¿Fuiste tú quién me trajo aquí?

Noah asintió y se puso de pie, quería ir a buscar Cathleen. La necesitaba, queria saber como se sentía, si podía ayudarla y... bueno.

-¿Cómo me encontraste?

-HEcho una gran mierda.

-No, me refiero a ¿Cómo fue que llegaste ahí?

Noah se giro para verlo y quedarse en silencio unos segundos.

-No lo sé. Sólo sé que tenía que ir por ti. Por eso mismo no puedes irte de aquí. Además, no tienes la fuerza suficiente para ir en su búsqueda. Acabas de despertar, de hecho, como tu doctor te ordeno que regreses a tu habitación y duermas. Cuando todo este perfecto yo te ayudare a buscarla.

-Pero....

-Nada, no me hagas obligarte.

-(-)-

Quedaba en sus manos una. Una chica que era idéntica a Marina. Joder, no podía sacarse a esa maldita mentirosa de su cabeza. Era irritante, recordaba la forma en la que se habían entregado el uno al otro, como se juraron amor, como son sus besos se prometían una eternidad juntos, sus sonrisas, caricias, la forma en la que lo llamaba cada vez que lo necesitaba, cuando estaba molesta y también cuando la vio con ese otro hombre.

-N-No.. m-me haces daño... P-Por favor..- La chica lloraba y Kellen apretaba cada vez más y más el cuello. Ella perdía las energías. En su desesperación, intento sujetar la muñeca del azabache, suplicando perdón con su mirada. Kellen la mato cuando apenas aquellos sucios dedos tocaron su piel. La extermino dejando que la miomasa que su cuerpo produjo la consumiera en su totalidad.

-(-)-

Emmanuel le advirtió a Vico que irían caminando porque le haría mejor que ir sobre un auto, ver la naturaleza del bosque, hasta llegar a la ciudad. Disfrutarían del ambiente un rato y después se apresuraría, para que también disfrutara del ambiente de la ciudad, se lo merecía, cambiar de ambiente y distraer su mente.

-¿Querras que te compre un dulce?

-Si.- Dijo la castaña mientras caminaba delante de él. Era una chica de apenas 20 años que le costaba comportarse como una pero era encantadora. Reía y sabía divertirse cuando se le daba la oportunidad y tenía ganas.

-¿Que dulce Vico?

-¡Chocolate!

-Lo sabía.- Dijo él y sonrió con ella. De eso se trataba, mantenerla equilibrada y en el mejor ambiente. Después de unos minutos, tomo a Vico en sus brazos para correr y llegar en por lo menos 5 minutos hasta donde la ciudad para entrar a un enorme centro comercial.

-(-)-

Y termino obedeciendo las palabras de su Caraid. Mordió con fuerza sobre su hombro y comenzó a beber. Lo hacía intensamente mientras seguía fortandose contra él. No podía detenerse, no quería hacer y lo que más la sorprendió fue ver aquella extraña película que contaba por completo la vida que había llevado ese Vanirio. Su adorado Vanirio.

Violette abrió los ojos de par en par cuando lo miró. Tenía ganas de tocarlo pero se abstuvo, aun estaba fresco y la piel le escocía.

-Podre curarlo.-Susurró para sí pero levantó la mirada antes de poder hacer algo, tal vez no era muy buena idea usar su magia mientras Cody estuviera allí y en todo caso sería muy extraño que el tatuaje se curara como por arte de...-Magia.-Rió un poco por ello y luego suspiró, sus manos le picaban por llamar a Narkissa y preguntar por Franko, esperaba con todo su corazón que ella supiera donde estaba.

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Tenía los pulgares metidos en los bolsillos de su short, miraba por los pasillos e incluso se asomó por la habitación donde se suponía estaba el chico nuevo. Ladeo su cabeza, la sensación de esa habitación era poderosa, como si hubiera algo flotando en ese lugar ¿que era? no lo percibía del todo pero lo había sentido una sola vez cuando Atenea había hecho contacto con ella.

-El poder de un dios.-Susurró y luego se giró, sintiendo la esencia de Noah en su lugar. Tragó lento y su corazón instantaneamente empezó a bombear con rapidez, era tan raro y tan extraño en ella que siempre que sucedía ella tenía que intentar relajarse, respirar, contar hasta tres. Si seguía así terminaría desmayandose.-Tranquila.-Se dijo así misma apretando ligeramente sus puños y avanzando a donde llegaba aquella esencia, sus ojos azul cyan miraban todo con cautela, esperando en cualquier momento, chocar con sus ojos y perderse en ellos.

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Sus botas aplastaban fango de aquel lugar, Alemania era grande y tenía mucho bosque por lo que le costó un poco más de la cuenta ubicarse en tiempo y espacio.

-Pronto saldremos a la carretera principal.-Sonrió y miró por detrás de ella a Damon y Valentine.-Creo que en este tiempo existe un bar cerca de aquí, tal vez podemos llegar y pedir...-Se detuvo. Sus ojos azules como los de su madre se abrieron de par en par al sentir aquella esencia.

-¿Dev que sucede?-Valentine frunció su ceño e intentó avanzar hacia ella pero Damon lo detuvo.-¿Que pa...?-No pudo terminar, su hermano estaba tenso y tenía la quijada apretada, fue en ese momento en el que Valentine se concentró un poco más de la cuenta para notarlo. Esa esencia abrumadora que flotaba en el aire se disfrazaba ligeramente, se ocultaba pero a la vez llenaba de maldad aquel lugar.-Es... es Kellen Orendain.-Valentine miró los puños cerrados de su mejor amiga y entendió todo de golpe, Kellen estaba matando y Devaney Jaeger como era, no podía permitir eso.

-No se acerquen-La voz de lider de la morena era absoluta.

-No puedes...

-Puede absorberlos.-Miró a Damon.-Sobretodo a ti, su manejo de miomasa esta en un nivel diferente al de nosotros.-La Jaeger conocía sus fortalezas y también sus debilidades, no iba a exponer a sus amigos.

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Anthony apretó los dientes pero no pudo evitar que sus colmillos estallaran en su boca. Lamanera en como ella se movía, como sorbía lo dejaba seco. Que Noah se fuera a la mierda, no podía resistirse a ella, no cuando lo pedía con cada sorbo que daba en su cuello.

-Te gusta cariño.-Susurró y entonces empezó a mover su pelvis, empujando apretando su cintura para pegarla más a su verga.

-¿Dijiste algo, Vio?- Dijo cuando ya regresaba con lo que necesitaba.- Escucha muy bien jovencita. El tatuaje que hemos hecho esta en una zona bastante delicada y en la que debe haber mucha, demasiada higiene. Ahora voy a untarte un poco de pomada que desinflama y protege de la infección. Tienes que limpiarte al menos tres veces al día y mantenerla cubierta sólo por hoy ¿Esta bien? Tocare de nuevo.- Le anuncio y con guantes nuevos, comenzaba a untar por sobre todo el tatuaje recién pintado. Se mantuvo en silenció pues quería ser cuidadoso para no hacerle daño.

-ME ha gustado bastante el tatuaje ¿Sabes? No le tome foto porque Franko me mataría pero me alegra haber sido yo quien lo ha hecho.- Admitió pues el significado era increíble y de más. Ahora comenzaba cubrirlo con el plástico oscuro.- Si quieres descansar puedes quedarte, yo continuare trabajando mientras tanto.

-(-)-

Franko con la mirada baja salió de aquel lugar y se dirigió a la habitación donde el piano. Había visto un enorme sofá, ahí descansaría o al menos lo intentaría porque en verdad no quería hacerlo, sólo deseaba encontrarse con ella.

<<Violette quiero verte ¡QUERO VERTE!>> Grito para sus adentros y entonces ¡Tuvo una grandiosa idea! Noah no podía negarcelo, iba a llamarla ¡Seguro que lo dejaban!

-(-)-

Noah camino en busca de su Kone. Seguía su esencia, al parecer se buscaban porque los dos se movían. Sonrió un poco, algo emocionado y continuo, dirigiéndose donde la habitación en la que habían dejado al chico, no quería estar con ella ahí, pero la encontraría y se irían a su habitación.

Fue cuestión de segundos cuando pudo ver sus hermosos ojos cyan. Le sonrió y le tendió la mano.

-¿Vienes conmigo, mi preciosa flor de fuego?

-(-)-

YA en el súper, Vico iba junto al berseker que llevaba el carrito para echar el mandado(?). Conversaban un poco de todo. Vico explicaba lo que podía preparar con algunos ingredientes, porque aunque la mayoría del tiempo prefería estar encerrada en su habitación o donde su estudio, sabía cudiarse un poco por su cuenta.

-¿Qué te parece si esta noche tu y yo preparamos la cena? Seguro que todos se pondrán felices si lo hacemos.

-¿En verdad crees que les guste lo que prepare?- Cuestiono dudosa, temerosa de arruinarlo todo... de nuevo.

-¡Por supuesto!

Vico se le quedo viendo al Berseker. Era sincero con ella. Amplio una gran sonrisa y asintió con la cabeza entonces. Lo haría junto a Emmanuel. Se sentía un tanto emocionada.

-Entonces compremos los ingredientes para nuestra cena.

-¿Tienes algo en mente, Vico?

-Si, necesitaremos pechuga de pollo. Muchas pechugas.

-(-)-

Su habitación estaba en completo silencio. No había más Marinas ¿Por fin había terminado con ella? ¿Le había causado el suficiente dolor? Frunció el ceño y aulló con odio, estremeciendo las paredes que pretendían protegerlo del mundo exterior. Se dirigió donde aquella enorme silla y hizo aparecer entre sus brazos a la oscuro Sofía. Acarició sus curvas con dolor. Tomo el arcó con un desprecio y sus manos no hicieron más que tocar la tristeza que embargaba su corazón.

Deseo matarla de nuevo, porque Mariana... ella. Tensó la quijada y dejo que cada tono lo embriagara de dolor.



-(-)-

Más de dos milenios en tan sólo unos segundos. Aparto su colmillos de la piel de su caraíd y un sensual y suave gemido anunció que ella había logrado el clímax con tan sólo esos frotes. Se desvaneció sobre el cuerpo de su hombre y cerro una vez más los ojos. Necesitaba procesarlo todo, sobre todo, eso ultimo

¿Por qué ella?

Cerró los ojos cuando Cody empezó a untar aquella pomada, se sentía tan bien, refrescaba su pubis y eso era un alivio.

-Gracias.-Suspiró y se relajó por un instante antes de empezar a incorporarse y subir sus pantys.-Me gustaría quedarme pero en este momento tengo cosas que hacer.-Subió sus pantalones con cuidado yjusto cuando los iba a abrochar rió, ¿Franko lo mataría? Por supuesto, sobretodo al saber que había sido un hombre quien la había tatuado. Suspiró.-¿Cuanto te debo?-Le dijo sincera, el tatuaje le había encantado.-Me ha encantado el tatuaje pero espero no volver a hacerme uno.-Rió divertida, como pocas veces reía.-Ha... dolido un poco.-Le guiñó el ojo.

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Cathleen apretó los labios ligeramente al verlo, era sin duda la sensación más extraña de toda su vida. La manera en como la miraba, lo alto que era, lo hermoso, lo seguro "Lo sexy" Gritó su Cathleen tierna en el interior "Ademas te ha llamado flor de fuego ¡Ya no más flor de hielo!" Volvió a hablar su yo más dulce.-Hola.-Le dijo sin saber realmente que hacer, ¿desde cuando era tan intimo estar con Noah? Miró su mano y lo dudó un poco ¿Estaba bien tomarse de las manos? "Tómala, ¡Tómala!"-Él... ya despertó.-Dijo tomando tímidamente su mano y sintiéndose tonta por eso, su corazón latió rápido de nuevo y para su pesar, sintió como lentamente sus mejillas se sonrojaba, ¿que le diría ahora?

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Avanzaron hasta llegar al bar que habían sentido antes, era un centro de bebida para los viajeros de las carreteras, había varias motos y algunos carros estacionados en aquel lugar. No parecía solitario, a decir verdad había varias personas.

-No me gusta como huele esto.-Dijo Valentine quien había afinado su olfato y oido. Tal vez para el sentido humano no se percibía nada pero para el de ellos, no se podía ocultar la esencia obscura que había allí, era como una capa muy delgada de una esencia poderosa que hacia eco en el lugar. Era atractiva como un afrodisiaco.-Cuidado.-Dijo intentando sujetar a una chica que casi caía a su lado. La mujer le sonrió un poco y Valentine pudo notar como sus mejillas estaban rojas presa de una exitación que el ambiente le había dado.-Ella esta....

-A partir de aquí voy sola.

-Ni lo pienses Dev.-Damon la miró con firmeza, no podía dejarla sola y mucho menos con alguien como Kellen Orendain.-Si te hace algo, te juro que...

-Shhh.-Los ojos azules de la chica miraron hacia donde la mujer pelirroja caminaba.-No creo que sea tan tonto para intentarlo.-Le dijo volviendo su vista a Damon de nuevo.-Les pediré ayuda si los necesito.-Alejo sus dedos de la boca del demonio y sonrió a Valentine antes de coger una moto y seguir a aquella mujer. Ella lo llevaría con Kellen, de eso estaba segura... "No hagas cosas tontas Devaney Jaeger" Se dijo a sí misma, ¿porque le enojaba saber que había otra más en su lista? Debería estar acostumbrada, debería haber olvidado eso ya.-No hagas cosas tontas Dev.-Se repitió ella, aumentando la velocidad para llegar a donde el chico estaba.


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Aaron dejo su auto aparcado y luego tomó un carrito antes de entrar al lugar. Había tantas cosas que antes le parecían interesantes y que ahora, luego de muchos años le interesaban muy poco. Para vivir necesitaba agua, necesitaba algunas carnes heladas y jugos, el sabor de la fruta y de todo en general le era indiferente.

Tomó un pack de pollo empanizado y un recuerdo de su sabor invadió su mente pero se esfumó tan rápido como había llegado. Era absurdo ir de compras, se giró y se acomodo la caperuza, algunas personas lo miraban, las chicas sobretodo murmuraban ¿les gustaba? Ni siquiera le llamaba la atención.

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-¡joder!-Gruñó al sentir como ella se corría, como su crema empapaba la tela de su pantalón, quería quitarselo y entrar en ella, hundirse hasta la empuñadura y beber de la sangre que lo llamaba tanto.-¿Ciara?-Su mente trabajo en un instante, intentó entrar en ella pero al igual que antes algo la bloqueaba. Frunció su ceño, tal vez la vinculación no era fuerte aun-¿Estas contenta?-Rió un poco, una risa profunda y breve.-Me has dejado con la polla lista para follar y te has quedado dormida muñeca.-Sonrió, acomodandola de nuevo en la cama y mirando como todo su sexy cuerpecito descansaba.-Estas siendo muy injusta.-Susurró, se quedaría allí hasta que volviera a despertar.

Cody comenzó a reír cuando ella dijo eso ultimo. Había terminado, ella podía hacer lo que quisiera ahora porque él le dio un consejo pero ella sabía si lo tomaba o no.

-Son cien dolares.- Dijo mientras terminaba de acomodar y limpiar la zona. Llevaba todo a su lugar. Soltó otra risa.- Me alegra saber que te ha gustado y créeme, Franko se hará mil y uno por ti. Ese chico disfruta de los tatuajes, aunque sólo le he hecho perforaciones.

-(-)-

Entrelazo sus dedos con los de la pelirroja y la acerco para darle un beso en la frente. Le acarició la mejilla e inclino un poco la cabeza ¿Estaba interesada en el chico? Eso no le gustaba de ninguna manera pero... bueno, ella también estaba involucrada en todo lo que pasaba al rededor de la misión que los dioses le habían otorgado.- ¿Quieres hablar con él?- Cuestiono intentando no verse celoso, porque no quería compartirla en ese momento con nadie más. Tony ya había pasado demasiado con ella.

-(-)-

Franko se había recostado en el sofá utilizando sus manos como almohadas. Miraba el tejado y ahí la miraba. Miraba a cualquiera de las cuatro paredes que conformaban la habitación y seguía mirándola. Recordó ese día, cuando Kellen los ataco. ¿Qué le habría pasado a su hermano? Expresaba dolor, estaba hecho trizas ¿En verdad estaba enojado con él por estar saliendo con una Rhamel? Comenzó a dudarlo pero, por alguna extraña razón comenzaba a tener sueño. No se había percatado que, en algún lugar de la habitación, un par de ojos violáceos lo vigilaban.

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El Cello del Orendain seguía produciendo esa melodía repleta de sentimientos negativos. La expresión en su rostro daba el perfecto mensaje de hombre hecho trizas. Una que otra lagrima se derramaba por sus mejillas porque recordaba la fuerza con la que se entrego a esa mujer. Se inclino y entonces la melodía se distorsiono creando algo horrible, desafinaba y aun así, Kellen no se detuvo.

Esperaba sus presas, Ashran se encargaba de recolectarlas para él y mientras esperaba, intentaba atraer a unas cuantas con su presencia, con suaves susurros. Humanas patéticas e inservibles que terminaban cayendo con las dulces palabras de un completo idiota.

-(-)-

Emmanuel se quedo donde el área de verduras. Vico necesitaba lechuga, calabacita, zanahoria o tras cosas más. Él le propuso que mientras el elegía las verduras ella debía ir a buscar las pechugas. Se apresuro, camino rápidamente por los pasillos hasta que llego donde la carnicería. Fue directo donde el hombre que hacía los paquetes.

-Buenas tardes... yo... hmmm necesito pechugas de pollo.

-Puedes tomarlas de la barra de carnes, linda.

-No, yo necesito...- Comenzó a contar con los dedos.- Más de 10 pechugas de pollo.- Explico al hombre. Vico no estaba tan nerviosa. Mostraba una suave sonrisa y el hombre actuaba con ella como lo haría con cualquier cliente.

-Entiendo, lo mejor es que te lleves una caja ¿No crees? Así por podrás utilizar todas las que necesites.

Vico lo pensó muy poco y asintió con la cabeza. Se llevaría la caja por su cuenta. El hombre dudo un poco ¿En verdad ella iba a llevarsela? Rió un poco y negó con la cabeza.

-¿No has tomado un carrito?

-No lo necesito, yo puedo con la caja.

Y as+i estaba esa Vico que definitivamente podía hacer cualquier cosa que un hombre podía hacer.

-(-)-

Y en su sueño profundo, lo único que miraba era Tony. Cómo era que había comenzado todo, como su hermana había desaparecido, como año tras año se esforzaba por encontrarla y como en ese proceso mil y un mujeres pasaron pos sus manos. La película continuo, hasta llegar al momento que más le causaría dolor, justo cuando él y la ultima mujer que creería que se interesaría en él, ya hacía con él en la cama.

Saco el dinero y lo entregó.

-Gracias por todo Cody, me ha encantado.-Le sonrió y luego se giró para marcharse.-recuerda... es nuestro secreto.-Se llevó un dedo a sus labios y susurró un "shh", sería una sorpresa para Franko. -Narkissa... contesta por favor.-Pidió cuando salió del establecimiento y marcó el número.

-Hola?-Violette se quedó helada por un instante ¡Le había contestado!-¿Hola?

-Narkissa.. s-soy Violette.-Le dijo mientras caminaba.-Narkissa no encuentro a Franko... yo necesito saber donde esta.

La morena quien aun tenía las lagrimas en los ojos por ver a su hermano sonrió, ella tal vez sabía donde estaba.-Violette... tienes que ir al aeropuerto y-yo te marcó en un momento.-Le pidió.

-Claro.-Violette había sentido la tristeza en la voz de la morena, deseaba con todo su corazón que no se tratara por Franko. -Espérame un poco más mi amor.-Suspiró.

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-Oh no.-Dijo negando y mirándolo con los ojos bien abiertos.-solo...-carraspeó.-solo preguntaba.-Pues su verdadero objetivo había sido saber como estaba él, por supuesto, eso no se lo diría.-Anthony y Ciara ya estan juntos.-Le dijo como si no lo supiera ya.-El... el bebé.-Dijo de pronto, llegando a una de las habitaciones.-Ella aun no lo sabe... ¿verdad? -Dioses eso era lo más feo.

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La mujer había llegado a un par de edificios abandonados, algunos aun estaban en construcción y otros más estaban deshabitados.

Devaney miró bajar a la chica de la moto y siguio sus pasos. La esencia del Orendain era más fuerte allí, todo era más denso, inclusive ese encanto que flotaba por los aires, eso que hacia que las chicas fueran guiadas hacia él.

La Jaeger siguió sus pasos, apagando su esencia y sintiendo como su corazón latía fuertemente por dos razones; la primera por la adrenalina del momento y la segunda... por volver a verlo.

-Oh por...-Dev se llevó una mano a un oido, el sonido era espeluznante y el aroma a sangre cubría todo aquel edificio. Subió con cuidado y miró a su alrededor, había ropa tirada de mujeres, bragas, sostenes... ¿todas habían llegado así con él? No era de extrañar, Kellen siempre tenía a u grupo de admiradoras a donde quiera que fuera, un grupo de mujeres que estaban dispuestas a dar la vida por obtener uno solo de sus besos.

-Estoy aquí.-Susurró la mujer, abriendo una puerta y entrando como si él la estuviera esperando. En ese momento la Jaeger evitó que se cerrara y se escabulló como si fuese una intrusa... tragó, era estupido suponer que él no se había dado cuenta de su presencia ya.

-Creí que los Orendain habían jurado el voto de abstinencia.-Dijo entonces saliendo a la luz, antes de que esa mujer cayera en las garras de un demonio.

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Aaron pasaba por los pasillos, había algo extraño en realidad, algo que no había notado antes, un aroma en el aire flotaba lentamente, ¿que era? No podía identificarlo del todo. Cogió unas barras de chocolate y caminó hacia la carnicería, había olvidado la comida para Max, su enorme can tenía un apetito voraz y debía alimentarlo constantemente.

- 4 kilos de carne y restos.-Pidió aunque al parecer estaban un poco ocupados.

Cody asintió y le guiño un ojo a la albina. Guardaría el secreto o bueno, a ver cuanto duraba el secreto porque ese chico era.. bueno, era interesante. Continuaría con su labor. Después de todo, Kat regresaría en una semana y quería que todo saliera bien mientras ella estaba fuera.

-(-)-

Franko se esforzaba por no cerrar los ojos, por mantenerlos bien abiertor pensando en ella, temía que si dormía, de nuevo se perdería y no quería durar tres días sin ella de nuevo o una eternidad ¡No!

Ashran seguía observándolo, utilizando lo que había aprendido de su madre, al menos uno de los trucos. Dormir utilizando una planta especial, el diente de león ¿Por qué? Porque se esparcía con facilidad al rededor de la victima, como en ese instante con Franko.

-(-)-

Sonrió para ella mientras avanzaban y entraban a una habitación. La invito a tomar asiento mientras él se apoyaba en una pared. Suspiro y negó con la cabeza un tanto cabizbajo. Recordar eso lo jodía bastante pero no iba a quejarse con Cath, ella no era culpable de sus fallas.

-Lo sabrá... hace unos minutos despertó ¿No percibes el olor de la sangre? Ella lo mordió... estemos preparado para lo que viene.- Dijo con una muy leve sonrisa. Estaría con su hermano definitivamente.

-(-)-

Kellen las sintió. Eran dos, pero una de ellas, sólo una le llamaba mucho más su atención que la otra pero... ¿Por qué esa clase de mujer estaba ahí? No era humana y no la necesitaba. Espero y justo cuando entraron el Cello se detuvo, desapareció de las manos del Orendain y extensión su mano a la chica que iba hacía él, hasta que, lo que quería ver se daba a escuchar.

Kellen sonrió con malicia, escondiendo su mirada en la oscuridad y con sólo tronar sus dedos la chica se desvaneció y a Dev la miomasa la sujetaba manos y pis, pegándola contra la pared más cercana. Kellen se puso de pie y comenzó a avanzar hacía la Jaeger, sin importarle aplastar la cabeza de la chica recién llegada.

-(-)-

La castaña seguía esperando a que le entregaran la caja, pero parecía que seguían negándose a dejarla que se lo llevara sola. Frunció un tanto el ceño ¿La estaban menospreciando?

-He dicho que puedo llevarla por mi cuenta. Mi amigo me espera con ella.

-¡Oh! ¿Qué tal si llamas a tu amigo? Sera más fácil, anda.

Y Vico no respondió, se le quedo viendo al hombre con los brazos cruzados, no lo aceptaba pero al final, uno de los empleados iba a ayudarla a llevar la caja. Ella bufó y comenzó a caminar hacía donde Emmanuel. El chico era joven, de por lo menos unos 21 años y... bueno, noto que la castaña era algo mona y divertida ¿Pelear por una caja de pollo? Si, definitivamente era una chica divertida.
En silenció ella avanzó pasando por todo el pasillo, hasta que vio en el piso un producto. Se agacho para tomarlo. Miro a todos lados y sólo vio un carrito en todo el pasillo. Cosa extraña. Camino hacía el hombre que esperaba en la carnicería y le tocaba el brazo. Era demasiado alto, casi como Emmanuel.

-hmm disculpe se... se le ha caído esto...- Le mostró el producto, lo dejo en el carrito y sin más continuo junto al chico que la ayudaba para llegar con Emmanuel.

Violette había corrido literalmente al aeropuerto, no usaba tacones lo cual le había dado una gran ventaja pero a pesar de ello se había cansado y lastimado un poco el tobillo.

-Maldición.-Susurró mirando su pie, dolía y le dificultaba caminar, pero las instrucciones de Narkissa habían sido claras, ella le llamaría y también le daría la información que necesitaba siempre y cuando estuviera en el aeropuerto, por eso estaba allí, abriendo las puertas de vidrio y entrando para empezar a buscar entre el laberinto de lugares, el avión que tomaría.

El sonido de su celular la alarmó.

De: Narkissa Y.
Para: Violette
Asunto: Dirección

Violette, esta en Inglaterra, en XXX-XXX-XXX (No se cual es la dirección XDD )

-Gracias-Susurró la peliblanca al leerlo.-Solo un poco más Franko.-Y volvió a correr.

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Asintió, el olor era palpable, aun no comprendía cual era el sabor de la sangre para los vanirios, ella podía olerla si, había cierto olor dulzón pero de eso a... ¿beberla como ellos? No... no sabía si ella podría hacerlo alguna vez.

-Y tu?-Preguntó-¿Como estas tú?

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Susurró unas palabras y la mujer desapareció antes de que él pudiera terminar por matarla. No iba a permitir más muertes, no era parte de su ética.

-Mírate.-La pelinegra lo miró fijamente, sin miedo y sin burla.-Has caído tan bajo que ni siquiera reconoces quien esta frente a ti...-Levantó la barbilla y no lucho por liberarse más bien observó. Miró con pena sus ojos vacios y duros, su cabello revuelto, su perfil hermoso cubierto de una pena que le carcomía la consciencia. No era el Kellen de siempre, esta vez había sido diferente, esta vez había sido realmente importante para él.

Y saberlo le dolió como no había creido antes. Ellos habían crecido juntos, siempre lo había visto a su lado quisiera o no y eso había sido parte del detonante de su odio... ¿O amor? Devaney había estado segura por mucho tiempo que Kellen Orendain era tan solo un principe mimado y egolatra que pensaba tener el mundo a sus pies. Era atractivo claro estaba pero ese era otro de sus defectos, por lo menos lo fue hasta que Devaney lo miró por primera vez, saliendo con una chica.

Había sido horrible.

Y en ese momento ella supo que tal vez él era más que el simple principe egolatra que había creido por muchos años. Porque tal vez Kellen no era tan idiota, porque tocaba el Cello con maestría, porque tenía un ingenio demoledor, porque era simplemente brillante en todos los sentidos y Dev jamás había conocido a alguien así, jamás se había sentido tonta al hablar frente a nadie y nunca, nunca, nunca, nunca se había quedado dormida pensando en la mejor manera de llamar su atención. A sus 16 años se había dado cuenta que Kellen Orendain había ocupado un lugar demasiado especial dentro de ella y que pesé a su molestia, él no saldría de allí. Y era por ese motivo que cada conquista de Kellen era peor que la anterior y la anterior y la anterior. No había espacio para ella y ella orgullosa tampoco daba espacio para él. ¿Si lo había intentado? Tal vez... una vez cuando su orgullo flaqueo y tomó el valor que necesitaba para decirle que "le gustaba" pero entonces él se había enamorado ya y ella mirando lo "feliz" que era había aceptado que ellos dos jamás serían compatibles y que ella dejaría de pensar tanto en él.

Pero que equivocada estaba. A sus 23 años (?) ella no lo había logrado, ahora más madura y emocionalmente estable que antes, sabía que Kellen Orendain era importante y que jamás dejaría de serlo pero... él jamas lo sabría. Y ella estaba bien con eso, había estado bien por lo menos hasta ese momento.

-¿Es por una chica? Déjame adivinar; pelirroja, sexy, hermosa... mentirosa.-Apretó sus puños y lo sintió tan cerca, ¿porque nunca la había mirado a ella?- Ebrio de odio por una mujer, creí que eras más fuerte que esto.-Se agitó un poco, empezaba a creer que en verdad quería matarla.

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Miró a la chica por un instante, parecía estar segura que era de él el objeto que había tomado del suelo. Cogió el paquete y lo dejo en otro estante volviendo su vista a la castaña.

-Señor, aquí tiene.-Aaron tomó la carne y se conectó los audifonos de nuevo. Había sido extraño, por un instante aquella chica le había parecido familiar, se llevó una mano a la boca y frunció el ceño, sus colmillos habían crecido, cerró la boca y se giró para buscar a aquella mujer, pero esta ya se había ido. Tal vez había pasado tiempo sin salir, empezaba a desear la sangre de cualquier humano.

Anthony se había quedado allí, mirando a su caraid descansar mientras él tenía una erección debajo de su pantalón. Respiró e intentó calmarse, acomodó a la morena y luego se acostó él a su lado, observandola, cuidando su respiración e intentando inutilmente entrar a su mente y hacer una conexión en la cual pudiera revisar si había alguien intentando perturbarla, quería calmarla, quería decirle que lo sentía pues sabía que no sería facil, ¿lo odiaría? tal vez, pero ahora ella estaba atada a él el resto de su vida y tarde o temprano tendría que perdonarle, olvidarle, él se encararía de ello.

Franko termino de nuevo en un sueño profundo. Uno en el que los sueños no le acompañarían, sólo la oscuridad que Asharn le permitía ver. El albino se acerco a su mejor amigo. Lo vio detenidamente y después lo giro y le arrebato la camisa que cubría su cuero y frunció el ceño al ver el enorme tatuaje en su espalda que se había hecho por él. Hizo en sus manos puños y quiso golpearlo pero no podía, porque pese a lo que lo hacía, amaba a ese chico ¡Era su familia! ¡Su mejor amigo!

-Maldita sea Franko ¿Por qué tú?- Susurro mientras que con ambas manos se apoyaba en la espalda de el híbrido para comenzar a rasgar un poco su piel.

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La pregunta de Cath lo hizo bajar la mirada y negó con la cabeza.- No estoy del todo bien. Lo perdí. No pude hacer nada por ese pequeño. Ciara no no lo perdonara.- Dijo y levanto la mirada para ver sus ojos. Le encantaba el Cyan en su mirar, era brillante, hermoso y lo atrapaba por completo. Avanzo, acercándose para acercarla a él.- Dame un abrazo Cath... lo necesito.

-(-)-

Kellen ignoro sus palabras. No ponía mucha atención en la mujer que ya hacía contra la pared. Sabía sólo dos cosas: No era pelirroja y por ende, no era Marina pero... relamió sus labios porque saboreaba a la chica que olía realmente bien. Jamás había percibido ese olor en alguien ¿Quién era esa chica? Que importaba.

La hizo callar, o al menos lo intento cuando sus manos la tomaron de la cintura y su nariz se acerco al punto donde su cuello y hombro se conectaban. Inhalo y comenzó a embriagarse de ella. Sujeto con más fuerza su cintura e inhalo de nuevo.

-Eres preciosa... como ninguna otra.- Le susurro con esa voz tan suya, repleta de sensualidad con tan sólo un objetivo, seducir a la dulce jovencita.

-(-)-

Vico llego junto a Emmanuel con el chico que le llevaba la casa. El gran castaño agradeció y pregunto a Vico si estaba bien. Ella respondió que si y continuaron adelante. Vico miraba los estantes, sabía que aun no terminaban de comprar lo necesario pues debían llevar algunas sopas y enlatados.

-Oye, Emmanuel... tu crees que podamos ir a la posada de la señora Rosa? (No me acuerdo del nombre de la señora, así que ahora sera Rosa, donde trabajaba como mecera)- Sonrió un poco, con nervios, quería ver a sus amigos ¿SE acordarían de ella? Esperaba que si.

-Por supuesto, terminemos de comprar e iremos directo con ellos.

-(-)-

Ciara se atormentaba en lo que miraba en su sueño. Lo que continuo después de Cathleen fue aun más doloroso ¿Por qué le había engañado? Se había alimentado y después... le borraba y... Se removió entre los brazos de su hombre hasta que, con un suave grito despertaba completamente sobresaltada. Miro a todos lados, hasta que de nuevo se encontraba con los ojos del Stark. Sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas.

-N-No... ¡No me toques!

Miró por la ventanilla una vez más.

-¿Falta demaciado? -Preguntó por tercera vez a la aeromosa que pasaba a atender a los pasajeros.

-Media hora señorita Violette, ¿cacahuates?

-No gracias.-Respondió acomodandose de nuevo, el tatuaje le molestaba un poco, tal vez era hora de curarlo ella.-...-Susurró unas palabras en italiano y pasó su mano por sobre el ciper de su pantalón a la altura de su pubis, emitiendo una luz blanca que sanaría la piel por completo.

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-Perdón?-Parpadeó sin entender al comienzo.-Oh...-Se puso un poco nerviosa pero al final asintió.-No siempre tenemos el control de las cosas-Cathleen se acercó a él lentamente y abrió sus brazos acercándose hasta que su cuerpo grande y fuerte estuvo contra el de ella.-Eres bueno Noah Wayne.-La pelirroja lo abrazó con fuerza, como si depronto recordará como abrazaba a Vico cuando ella estaba triste.-Eres bueno.-Cerró sus ojos y dejo que ese abrazo la llenara de fuerzas a ella también, respiró y se llenó de su aroma. Él la hacia sentir en casa, la hacia sentirse como no se había sentido antes.-

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-¡Estas ebrio Kellen!-Devaney intentó moverse pero lo único que logro fue lastimar sus muñecas. Respiró agitada, Kellen estaba logrando lo que quería, sentía que las piernas le flaqueaban, su corazón latía muy rápido.-Te buscarán por lo que has hecho, por todas las mujeres que mataste ¡Estas en mi sector!-apretó los dientes, él iba a moderla, moderla de verdad.-.. te arrepentiras de esto...-Se desesperó, no quería que la mordiera, no mientras estaba cegado por el dolor de otra mujer ¿era así como terminaría? ¿Así se terminaría lo que sentía por él? Con una mordida en su cuello, pensando en desahogar su furia en otra fulana, en otra fulana que le recordará que lo habían herido.-...-Gimió al sentirlo, ni siquiera ella era tan fuerte para no caer en el placer que Kellen daba.

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Pagó sus mercancías y notó la esencia de un berseker, miró de reojo al salir del centro comercial y pudo notarlos de nuevo, la chica castaña con el enorme hombre rubio ¿quienes eran? Tal vez tendría que investigar de nuevo. Su celular sonó.

-¿La encontraste?

-No trabajo bajo presión. Haré mi parte del trato, bajo mis reglas.

-No espero errores Aaron, ella debe morir.-Y colgaron. Era como una puta alarma de recordatorio, como si él fuera a olvidarse de su misión. Matar a Vico le daría dinero para sobrevivir alguna temporada.

-¿Quien le pone Vico a una chica?-Susurró abriendo de golpe la puerta de su camioneta Chevrolet amarilla.

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-Ciara?-El vanir frunció el ceño, despertando algo aturdido, mierda, se había quedado dormido mientras la abrazaba.-Calmate princesa, shhh tranquila ¿que ocurre mo dolag? -Intentó acercarse más, no le gustaba, estaba aalterada y eso si podía sentirlo, su corazón latía rápido, algo la había estresado.-¿Que sucede pequeña?

Las heridas del Dios sanaban al instante y eso desesperaba al albino. Tenía que detenerlo peor no podía hacerlo con sus manos. Maldijo para sus adentros y se aparto de él, llevando sus manos hasta su nuca con desesperación. Él jamas hacía daño a su familia. Podía burlarse y ser un desgraciado pero jamas... quitarles la vida. Ashran sabía amar, a su manera, pero sabía hacerlo ¿Estaba dispuesto a matar a su mejor amigo que ver como su propio hermano le mataba?

Gruño y camino de un lado a otro. Estaba indeciso y eso le cabreaba.

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Cuando ella se acerca la abrazó pegándola a él. Inclino su cabeza para enterrar su nariz en el cabello rojizo de Cath y comenzar a Inhalar. Olía delicioso. Era perfecta, encajaba con él, ella era para él.- ME gusta cuando me llamas por mi nombre completo, pero me me gusta más cuando sólo me llamas por mi nombre. Siento que es más intimo.- LE confeso, pues cuando lo llamaban por su nombre completo era como si se tratara de un extraño y con ella no le agradaba para nada.- Cath... Dame un beso.

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-Ebrio y loco por una chica tan hermosa como tú.- seguía susurrándole mientras sus manos traviesas buscaban la piel de la joven y su boca y nariz acariciaban la piel de su cuello, hombro y por detrás del oído. Bufó una risa y beso su mejilla, lamió su cuello y sus manos se deslizaron por debajo de su blusa, buscando sus senos.

-No me interesa quien venga en mi búsqueda, porque estas aquí y es lo único que me importa...-Le beso el mentón, la sensación de esa joven cayendo en sus encantos le gustaba, lo hacía sentir extrañamente bien.- Dime... ¿Te gusta?...-Y beso de nuevo su mentón, cerca de sus labios. La estaba preparando, sería deliciosa.

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Vico y Emmanuel reían. El estaba contento por lograr que ella se relajara y olvidara las cosas. Tenía que aprovecharla e incitarla a mantenerse de esa forma. Llegaron hasta donde el estacionamiento y Vico comenzó a reir porque los planes de Emmanuel no habían resultado como esperaban.

-Basta, deja de reírte de mi.- Pidió el hombre a la castaña pero esta seguía riendo y riendo. él la miro con cariño y sólo negó con la cabeza.- No te muevas de aquí, iré a hacer una llamada, vendrán por nosotros.

Vico asintió y vio como Emmanuel se apartaba un poco, no mucho, pero si lo suficiente como para que ella no escuchara la conversación. Vivo miro a un lado, luego otro, miro al suelo y por ultimo al cielo... prepararía la cena para todos.

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-¡He dicho que no me toques! ¡Aléjate de mi!- Le grito y, como por arte de magia, el vanirio salió volando.- ¿C-Cómo pudiste hacerme... eso?-Pregunto con lagrimas en los ojos. Intento ponerse de pie pero no logro mucho, termino en el piso temblando ¡No! Ella... Ella y él... Comenzó a llorar con fuerza, había perdido a in niño, a su hijo ¡Su hijo!

Llegó a Ingalterra iniciando la tarde. Jamás había visto un lugar más hermoso que ese, todo lleno de neblina, el cielo gris y el aire frio... el lugar era hermoso sin lugar a dudas. Violette rentó un auto apenas piso el suelo Londinense, encendió el motor y colocó el GPS eso le indicaría cuando iba a llegar con él. Sentía sus manos picandole y su corazón bombeando con rapidez.

-Voy a volver a ti Franko, lo prometo que volveré a ti. -Aceleró y salió de la ciudad directo a la dirección que Narkissa le había dado.

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La pelirroja lo miró sorprendida ¿un beso? Sus labios se entreabrieron, Noah la estaba presionando, la empujaba a atraverse a hacer cosas que él sabía ella deseaba pero no podía hacerlas. Las manos del ángel se soltaron del abrazo y subieron suavemente a sus mejillas-Esta bien Noah-Le dijo mirandolo fijamente y luego parandose de puntas para alcanzar su boca y empezar a besarla. ¡Oh! como necesitaba besar a Noah Wayne.

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Los ojos de la Jaeger brillaron en un dorado intenso, sus pupilas estaban dilatadas y sin darse cuenta sus colmillos afloraron de entre sus labios, puntiagudos y pequeños, coquetos, como si le dijeran a Kellen que esa noche ella no sería la única a la que morderían.-Termina con esto...-Le dijo mientras lo miraba de reojo.-termina con tu chica número 100.-No le tenía miedo, no quería matarlo... solo quería acabar con aquello, quería eliminarse a Kellen de una vez por todas con un recuerdo terrible, de esa manera sería más fácil verlo y ya no sentir nada y así, en un futuro cuando él volviera a enamorarse de otra mujer, Devaney ya no sufriría y todo se habría terminado.-¡Muerdeme, cariño!-Se burló, ofreciendo su cuello.

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Había arrancado su chevrolet cuando alcanzó a verla. La mirada de aquella chica le atrapó en ese momento, miraba al cielo ocmo si buscará respuestas, como si deseara encontrar alivio a algo, un alivio como el que él buscaba también, ¿el cielo brindaba respuestas? Tal vez si lo miraba como aquella chica lo hacia, encontraría las respuestas igual.

Negó con la cabeza y su semblante endureció de nuevo, estaba pensando en tonterías... aunque, el aroma a pera delicioso, pera en dulce. Aaron se relamió los labios y arrancó, necesitaba descansar eso era seguro.

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-¡j-joder!-Se arqueó cuando sintió que su espalda se estrelló contra la pared, ¿desde cuando Ciara era tan fuerte? Ah.. se le olvidaba que era parte de sus nuevos poderes vanir. Sin embargo, la chispa de humor que había aparecido en ese momento, se esfumó.-¿Ciara?-Se levantó lentamente mientras intentaba asimilar su llanto.-N-No... cariño no llores-Ella lo sabía, ella sabía sobre el bebé.-No pude elegir... no fue fácil para mi tampoco.-La miró con fuerza.-pero tu eres mia, ¡Joder tienes que escucharme!

Ashran seguía caminando de un lugar otro. Mirando e ignorando al chico al que pretendía ayudar y no ayudar, al que quería y a la vez odiaba, al que admiraba y envidiaba ¡Maldición! Franko era su maldito héroe, era la persona que más admiraba porque pese a todo, pese a su familia y al resto del mundo, él siempre hizo lo que le dio la gana y no era como que a él le prphibieran las cosas o lo reprimieran, simplemente era que Franko lo hacía y ganaba, jamas vio lo que el veía y eso era lo que le irritaba. Franko era feliz y él... era complicado.

Se detuvo en seco cuando vio que el castaño se movía. Ella estaba con él. Ella había llegado a esa tierra y se acercaba. La magia de Ashran era nada cjunto a la del moreno y comenzaba a desvanecerse, Franko en verdad deseaba verla.

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Justo cuando las manos de la pelirroja le sujetaron las mejillas, las de él sujetaban la cintura de Cath. Sonrió cuando ella dijo que lo haría y cerro sus ojos para recibir los labios de su Kone. No se acelero ni tampoco intensifico el beso. La dejaría a ella hacer y deshacer porque gozaba que ella lo intentara y por supuesto, que lo disfrutara como él.

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Y el Orendain se rió. Mordió su lengua y mancho sus labios con su propia sangre. Encajo sus garras en la espalda de la Jaeger y entonces se acerco a sus labios.

-Il mio bel cane .- Susurro y beso sus labios, un beso de piquito, con el que dejo sus labios pintados en un hermoso carmín para inclinarse sobre su cuello y entonces darle fin a ese juego, porque esa chica ya no viviría más para contarlo. Si, sería su chica numero "100". Penetro su piel con fuerza, sin intentar ser un poco amable.

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Vico se había entretenido viendo el cielo, ignorando los autos que se movpian a su alrededor. Estaba nerviosa porque iría ver a los chicos pero... ¿Y si preguntaban por Jud? Eso le asustaba ¿Qué iba a decirles? Se encogió de hombros, pensar en eso la asustaba.

-¡Vico!- escucho que la llamaba y entonces miro a Emmanuel acercarse, al parecer ya estaban listos para subir las cosas a una enorme camioneta oscura, ella sonrió, olvidando por completo lo que había pensado ¡Ella haría la cena!

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Y cuando intento tocarla golpeó sus manos. Esas manos no sólo la habían tocado a ella...también a otras mil y un mujeres y a alguien en quien confiaba demasiado ¡Demasiado!.- ¡¿Ahora si quieres escucharme?!- Grito ¿Desde cuando ella actuaba de esa forma? tan... molesta.- Y tu...¿ En verdad eres mío? ¡No eres justo!- Se puso de pie y con todas las fuerzas que tenía intensó salir de esa habitación. Necesitaba asimilarlo todo, incluso su perdida, todas sus perdidas.

Detuvo el auto a mitad de la carrertera. En ese momento poco le importaba que pasaba con él, el aire era frio, había arboles por todas partes y el camino se había perdido.

-Franko...-Empezó a adentrarse a aquel lugar, ¿donde estaba? Quería verlo, necesitaba verlo porque era como su alimento, ella iba a morir si no lo tenía de vuelta, si no lo hacia regresar y le besaba la boca una vez más. Caminó en linea recta, saltando rocas y siguiendo un ligero aroma a vainilla. Estab cerca, casi podía sentirlo.-Franko...-Corrió, podía olerlo ¿Donde estaba?-¡Franko!-Gritó con más fuerza.-¡Lo siento.. ah... lo siento!-Se abrió paso entre los arboles y entonces lo encontró. Un enorme prado largo y frio.-Lo siento...-hipó agitada, desesperada.-Franko...-Las puertas del ragnarock se abrieron de par en par, como si hubiesen esperado que ella llegará.

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Cathleen dejo que el beso la consumiera, sabía tan bien que se apretó un poco más, bajando su mano de la mejilla de él hasta su nuca, acariciando suavemente pero sin soltar ni un segundo. Cathleen adentró su lengua, primero timida y despues más segura, segura de que Noah respondería y la besaría igual.

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-¡Argh!-Gritó y abrió sus ojos de par en par, dorados y dilatados como pocas veces habían estado. Sintió como la sangre corría hacia la boca de Kellen y también como sus colmillos crecían. En un momento a otro un millar de murcielagos acudieron al lugar como un remolino de manchas negras.

-¡BASTARDO!-Gritó la voz de un hombre quien no dudo en correr y empujar al Orendain con todas sus fuerza, sin embargo al hacer eso la piel de la hibrida se desagarró, dejando que la sangre saliera a borbotones de ella.

-No te acerques a él!-Gruñó ella sosteniendo su cuello y mirando a Kellen como algo que debería matar pero que no podía. Los murcielagos rodearon a Damon y lo arrastraron lejos del otro pelinegro, Devaney sabía que en ese estado, el chico era mortal.

-¡Dev!-La voz de Valentine la hizo girar, gritó de dolor, le ardía.

-No... ¡No joder no!-La marca le ardía, ese cretino... ¿le había marcado?

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Cerró sus puños ¡maldición! no podía entrar aun ¡Porque miera no podía entrar!

-No lo hagas Ciara ¡Ciara joder!-La tomó de la mano y la pegó a la pared ,con fuerza ¡al diablo la rehabilitación!-Lo que viste, porque se que lo viste fue parte de mi pasado. ¡Antes que tu! ¿No lo comprendes? Soy un maldito vanirio, te esperé más de 2000 años Ciara ¡Dos mil malditos años! ¿Como saber cuando llegarías? No lo sabía, no puedes culparme por eso, dejame entrar, somos una pareja ¡tu eres mia!

Ashran no se dio cuenta de que la albina estaba tan cerca o más bien, estaba literalmente en el mismo lugar, estaba demasiado distraído en sus pensamientos porque en uno de ellos supo que necesitaba a Narkissa para calmarse y pensar con más claridad. Pero ir por ella significaba muchas cosas. No, aun no podía encontrarla, tenía que encargarse de su primo y después... después iría a por ella. Tenía que ser paciente, ella e incluso él. Miro furioso a el moreno y se puso sobre este.

-Debiste haber muerto Franko...- Susurro y entonces se percato de su presencia. Levanto lentamente la mirada para encontrarse con ese par de ojos repletos de... ¿Enojo? Bufó una risa y antes de apartarse de su mejor amigo le beso. Si, fue un beso de despedida, porque seguro que ella no querría verle cerca de él pero, no dependería de la albina.

-Good bye...-Le guiño el ojo y entonces desapareció y justo en ese instante Franko abrió los ojos y se levanto.

-¡Violette!- Grito agitado. Podía olerla. El olor a jengibre con un muy ligero toque de limón. ¡Dios! La quería con él, tanto que la alucinaba ¡Joder! La alucinaba.

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Y ella tenía toda la razón. No dudo ni un segundo en responder a ese beso, en dejar que su lengua jugase con la de ella mientras la pegaba más a su cuerpo. Apoyando una mano sobre la espalda baja de su Kone y la otra sobre la nuca. La quería más cerca, tanto que dolería el solo pensar en separarse.

Continuo con ese beso hasta que el aire les falto, hasta que ya ninguno de los los pudiera continuar, y con agitación, la miro a los ojos y le sonrió.- Te quiero Cath... No puedes imaginar cuanto....-Y la abrazó de nuevo para respirar profundamente. Granada, su olor era realmente delicioso, dulce y amargo a la vez, simplemente perfecto.

-(-)-

Haber desgarrado su piel le dio la oportunidad de probar incluso su carne. La saboreo y algo en su interior estallo. Todo a su alrededor se detuvo. La miomasa se encargo de sujetar al cabrón que le había empujado y ¿Por qué no? También al que llamo a la chica "Dev" Cosa que lo hizo flaquear

<<¿Dev?>> pensó y la oscuridad en su corazón lo hizo quejarse. Ella ni nadie arruinaría los planes del traidor. Ya no importaba. Iba a matar a ese par de demonios que se atrevieron a pisar el lugar del que se había apropiado.

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Se quejo un poco cuando él la pegó contra la pared. Desvió la mirada, no quería verlo a la cara, no quería escucharlo pero él ahí estaba insistiendo. Jamas se quejo, siempre cedió a él pero ahora... no podía sólo agachar la mirada y decir "si, si, si". Quiso utilizar toda su fuerza para liberarse.

-¡No me importa! Ellas no me importan.. no...- Mentía, por supuesto que le importaba. Ciertamente no fue en su tiempo pero verlo... le hizo sentir en su interior una gran rabia, los celos que jamas en su vida había sentido. Derramo más y más lagrimas. Lo miro y no pudo decir más, porque no sólo fueron esas mujeres. Primero... no podía ni pensar su nombre, después la forma en la que le engaño y cómo la expuso ante su gente y por ultimo... su pequeño ¡Su bebé!

Había entrado a aquel lugar. Estaba iluminado, había mesas y salas de estar, como un club exclusivo, de entrada VIP. Miró las paredes, había algunas en las que emanaba agua con luces de Neón, había una barra de bar enorme en la cual suponía se servían de todo tipo de bebidas. Sin embargo no era eso lo que ella estaba buscando, caminó a prisa sintiendo esa fuerte esencia de vainilla. Sus pasos ni siquiera se escuchaban, tan solo podía oir el sonido de su corazón acelerado, queriendo estar con el hombre al que habia perdido. Era como respirar de nuevo.

Sus vans doblaron a la izquierda y luego a la derecha, más pasillos, puertas, ventanas... no le tomó mucha atención, algunas habitaciones estaban iluminadas y solo el brillo se colaba por el ras de las puertas, Violette empezó a correr, como si quisiera alcanzar el olor que la guiaba hacia un punto.

-Franko, Franko...-Se detuvo. La puerta blanca tenía grabado el número 678 en plateado, la peliblanca tomó la perilla y con el corazón en la boca abrió la puerta.

"Debiste haber muerto Franko..."

Entreabrió los labios mirando fijamente al albino. No había sentido su presencia ¿No eran amigos? Su mente viajó rápido, Ashran no quería a Franko. Ashran lo había lastimado, frunció el ceño cuando le lanzó el beso pero no pudo moverse más, no cuando Franko la llamaba.

Estaba allí, vivo, estaba completo y lleno de amor para ella, un amor que no había podido comprender, ¿como había sucedido exactamente? ¿Como se había colado tan dentro de ella que ahora no lo podía sacar? Sus sonrisas, sus aventuras, su voz, el olor de su cabello recién bañado, el calor de su cuerpo tibio cuando hacia frio y el hermoso verde de sus ojos cuando le decía que la quería.

-Hola...-Susurró despacio, sintiendo como las lagrimas inundaban sus ojos. Estaba agotada y nerviosa, había dado ese paso porque no le importaba lo que él fuera, porque no le importaba dejar de ser una Rhamel para ser de Franko.

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Por un momento pensó que sus alas se habían abierto, por un pequeño instante Cathleen había sentido que sus pies dejaban el suelo y volaba alto, como nunca jamás había volado. Pero nada de eso había ocurrido, seguía en tierra y sus alas no se habían abierto.

Pero Noah la había besado y su tacto la había llevado lejos de la tierra a un lugar donde todo olía a él, donde los te quieros y los besos y las caricias y los abrazos tenían sabor a Noah Wayne.

-Yo...-Bajo la mirada sin saber como reaccionar, ¿La quería?- No entiendo porque.-Le preguntó ingenuamente con sus ojos intentando desifrarlo, pero era imposible hacerlo, con Noah jamás estaba segura de que pasaría, solo dejaba que ocurriera.-¿Que es lo que te hace quererme? No soy como tu. No soy calida ni tengo una sonrisa que deslumbra...-dio un paso atrás.- ni hago cosas tan hermosas como cuidar la vida de las personas, no... tu eres facil de querer. -Lo miró confusa, no había pensado que le habia dicho a él todas las razones por las que ella lo quería, porque ella lo quería, quería a Noah Wayne y su Cathleen interior lo sabía pero era tan dificil admitirlo, tan dificil darse cuenta que había un punto debil más fuerte que Vico, más fuerte que todo lo que había tenido antes.

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Se levantó tranquilamente del suelo donde estaba, Valentine había logrado romper la miomasa que la tenía atada antes de que lo atrapara. Los murcielagos la rodearon ayudandola a ponerse de pie.

-No quiero pelear contigo.-Le dijo mirandolo con sus ojos dorados y el hombro desgarrado.-Solo suéltalos, ellos no son tus victimas.-Empezó a caminar y mirar a su alrededor, Kellen estaba en un estado en el que la batalla no sería lo más adecuado. Ella no usaba magia y mucho menos podía controlar la miomasa como él lo hacia, pero no era estupida, era brillante y usaría eso a su favor. Miró mientras avanzaba la estructura del edificio, era como tener un mapa de la construcción en su cabeza, lo miraba sin dejar de caminar y hablar. Había sitios donde el suelo era falso y debil, el material con el que había sido construido era flamable y explosivo. El lugar era humedo lo cual significaba que debajo existía un manto acuifero y todo manto acuífero llegaba a un manantial.-Soy yo...-Llevó su mano a su herida y la apretó, empapando sus dedos de su propia sangre y llevandosela a la boca.-Esto es mil veces mejor que ellos...-lamió su boca y se la ofreció.-termina lo que iniciaste.

-¡Joder! ¡No lo hagas!-Damon aulló, su piel se estaba partiendo, como si fuese solo una capa de pintura, dejando salir su naturaleza demoniaca. Valentine se había quedado quieto, apretaba los dientes con fuerza pues aunque era menos fuerte que Damon, era el que más control tenía.

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-Dejame entrar Ciara.-Le pidió porque ella lo bloqueaba no le dejaba acceder a sus pensamientos.-No hay nadie para mi ahora que no seas tu, joder solo mirate.-La tomó de sus mejillas.-Eres hermosa, eres una diosa, no sabes cuanto tengo que contenerme para no encajar mis dientes en cada centímetro de todo tu delicioso cuerpesito.

En un principio pensó que era solo un sueño más, el primero en que podía verla tan cerca, en el que supuso que podría tocarla pero ¡por dios! Su dulce, encantador y excitante olor lo noqueo por completo. Podía desmallarse otra vez por el tan intenso olor que tanto había extrañado pero no lo hizo. Sonreía pero entonces su rostro también expresaba miedo, dolor, amor, felicidad ¡todo al mismo tiempo! Su sonrisa estaba un poco distorsionada por todo lo que en ese momento lo estaba envolviendo. Su voz lo hizo estallas.

Se puso de pie pero no se acercó a ella. La miro ¡Dios! Estaba frente a él, a tan solo un par de pasos. Abrió la boca pero no salió nada de ella. Sus lagrimas, estaba ahí, frente a él ¿eso significaba lo que él creía? ¿ estaba ahí por él? ¿Para él?

<<No llores mi amor, No llores>> pensó y camino, pero no hacia ella. No podía hablar, no tenía una palabra pero si algo especial. Necesitaba calmar todas sus emociones y si bien, ella lo conocía bastante, sabría el porque se dirigió al piano y no a ella.

Sentía que todo el cuerpo temblaba, como aquella primera vez, cuando a penas era sólo un crío y tampoco pudo decirle absolutamente nada, solo sonrojarse y quedarse tan mudo como una papa. Abrió la tapa que cubría las teclas y tomo asiento en el banco. Suspiro.

-Yo...- Sonrío nervioso, lo hizo de nuevo y comenzó a tocar. - Violette... Gracias...- Susurro y sus dedos no dejaban de tocar esas teclas ¿improvisar? No lo creía. Sus sentimientos no improvisaban jamás. Si esa canción salía desde lo más profundo de su corazón era porque la amaba y porque con su presencia le decía lo mucho que en verdad lo amaba, tanto como para olvidar lo que era él y verlo sólo como Franko, su Franko.

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El Berseker inclino un poco la cabeza. Ella comenzaba a alejarse de él. Se alarmó pero sus palabras, la forma en la que evadía su mirada y el como decía con tanta facilidad la forma en la que lo miraba. Sonrío y se acercó a ella. Se detuvo hasta quedar frente a frente, tan cerca. Tomo con ambas manos sus mejillas y con un suave beso la hizo callar.

-¿Qué razón necesito para quererte si con tan solo tu sonrisa me robaste el corazón, Cathleen?- Porque si, le había visto, a esa verdadera Cathleen, la que sonreía con naturalidad y se desenvolvía con gracia, naturalidad. Pego su frente con la de ella y cerró sus ojos.- Estas tan equivocada. Eres más de lo que puedes imaginar... Cathleen. Me vuelve loco todo tu ser, todas tus facetas. Todas esas caths que puedes ser.- Sonrío y la acerco a sus labios.- Créelo cariño. Te quiero y no dejare que te alejes de mi... Eres mía y yo, todo tuyo.

-(-)-

El Orendain miro gozoso las acciones de la hermosa castaña, pero neso no fue suficiente como para que ignorara a los dos intrusos que pretendían proteger lo que ya era suyo. Un par de inmundos demonios que creían que podrían contra un Dios como él. El híbrido comenzó a reír, en especial del chiquillo que moría por la castaña. Era patético. En un abrir y cerrar de ojos apareció frente a él y lo tomo del cuello anotándolo contra la pared más cercana, sin una pizca de piedad. En ese destrozado chico quería hacer todo añicos, en especial a aquellos que intentarán interponerse en sus planes, como lo hizo aquel hijo de puta que le robo la felicidad que no tendría con Marina jamás.

-¿Temer perderla?- Susurro cerca de su rostro- Ella nunca fue ni será tuya...- Y azoto su cabeza contra la pared. Giro lento y miro al otro demonio. Soltó al más joven de los dos, dejando que su miomasa comenzara cubrirlo lentamente. Lo exterminaría sin ningún problema, iría a por el otro y después a por al chica. Ella seria de él.

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Lo miro a los ojos mientras le sujetaba las mejillas. Negó con la cabeza. No quería dejarlo, aunque en ningún momento se lo había prohibido ¿o si? No sabia, ni siquiera entendía esas cosas, había mucho que explicarle de su nueva naturaleza. Levanto sus manos para sujetar las de él.

-No quiero... Porque... Porque pudiste... Tú... Intentaras de nuevo engañarme...- Aparto sus manos de ella y con suavidad lo hizo retroceder. Seguía negando.- no... No me toques...- Se alargo de la pared, para buscar una vez más la salida. Necesitaba apartarse de él para aclarar sus pensamientos.

Violette sintió que todo su cuerpo se aflojaba, quería caerse y abrazarlo pero no lo hizo, en su lugar se abrazó ella misma y lo miró acercarse al piano. Rió por dentro, ese era Franko, no se lanzaría a sus brazos, no le reclamaría ni le pediría nada, en su lugar dejaría que su sentir fluyera con la música, que ella decidiera, que solo escuchara. Violette sentía lo mismo cuando tocaba el saxofón, era más fácil que decir algo así que sin más se dedico a verlo, sin acercarse o moverse de su lugar. Lo escucharía hasta el final y despues él la escucharía a ella.

Había tanto que decir. Tanto que recuperar.

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Todas las Caths ¡Nos quiere a todas ! Susurró su mente a la vez que ella miraba al berseker sorprendida. ¿La quería de esa manera?-...-Se sintió atrapada, acorralada entre tanto amor, tanto deseo ¿Como podía alguien desear a otra de esa manera?-Te estas condenando.--Susurró contra sus labios.-Nos estas condenando a los dos.-Le dijo antes de volver a besarlo, tal vez un poco más fuerte que antes, más intenso.

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Devaney bajo su mano. Rió por dentro. Ni siquiera podía seducirlo con su propia sangre ¿que más bajo podía caer ya? Había estado interesada en Kellen desde que era una adolescente, pero ahora ya no lo era. En toda su vida había pensado que se enfrentaría a Kellen Orendain, ni siquiera cuando entró a la Orden o cuando se volvió General de sector. No había querido jamás pelear contra un dios...

La chica dejo que sus manos se cayeran a los costados y fueran cubiertas por llamas negras, de su cuello empezaron a emerger unos tatuajes, parecían venas, una enredadera de venas que formaba figuras al azar. Sus ojos se volvieron negros y saltó hacia Kellen, empujo su pecho con fuerza y tomó a Damon como si fuese una muñeca, sacandolo de la carcel de miomasa.

-Eso lo decido yo-Gruñó y con un golpe lanzo a Damon al suelo, haciendo que este lo rompiera y cayera pisos abajo. Junto sus manos y con un salto tomo un pedazo de madera flamable, raspó el suelo y como si su cuerpo se tratara de un bolido, se barrió y tomó a Valentine envuelto en miomasa, miomasa que absorbió gracias a las llamas que había en ella.-Se cuando he perdido, Kellen.-Tiró el padazo de madera y el cuarto explotó por debajo de ella, haciéndola caer con Valentine en sus brazos.
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Anthony apretó los dientes, apretó sus puños y golpeó la pared con fuerza, ¿eso era lo que pensaba? ¿Realmente desconfiaba así de él? LLe dolería, a ambos pero Ciara debía entender una cosa, su necesidad, su deseo y su pasión no le permitía ver a otro ser que no era ella y viceversa, lo mismo sucedería con Ciara, tal vez si lo entendía de esa manera le comprendería del todo.

-Bien-Dijo observandola, ella quería huir. Pues que huyera.-No voy a tocarte. No voy a tocar ni un solo centimetro de ti, espero que no te arrepientas de esto, porque voy a cumplir mi palabra preciosa.-El vanir abrió la puerta con su mente de un solo golpe.-Nos condenas a ambos mi amor.-Le dijo pues separarse sería horrible, sobretodo para ella.

Franko tocaba con suavidad, dejando que la melodía le ayudara a tranquilizar su corazón porque sentía que se le iba a salir el cualquier momento. Cerro sus ojos y trago saliva.

-Te amo... Te extrañe tanto estos días... Violette, pude haber estado inconsciente hasta el día de hoy pero jamas deje de pensar en ti. Extrañaba oír tu voz, extraño sentir tu mano junto a la mía, tus labios sobre los míos, tu sola presencia acompañándome.- Sonrió.- Pero ahora, lo entiendo mejor que nunca, déjame sólo decírtelo, déjame demostrártelo con esto.- Giro para buscar sus ojos y sonreirle. La invito a sentarse a su lado y así, comenzar a cantar algo que, sólo podía pensar para ella.



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-Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por ti Cath...- Respondió a sus palabras. No creía que estar junto a ella era condenarse, al contrario ¡Todo lo contrario! Sabía que con ella se liberaba de todo lo que alguna vez le causo dolor y lo traiciono. La abrazó respondiendo a ese beso tan azotador. Lo excito, la verdad es que Cath lo excitaba con sólo una mirada y lo ponía como palo de hierro, enorme y duro. Saboreo el interior de su boca y corto el beso enseguida para mirarla a los ojos.- Si seguimos así... no podre detenerme Cath...- Le advirtió, porque pese a la situación, no podía resistirse a su deseo por ella.

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No era que no pudiera seducirlo, aquella imagen, la acción de la castaña había despertado algo en él que las otras no lograron, pero no iba a tocarla ahí con ese par de intrusos. Quería destruirlos antes de beber más de esa deliciosa sangre pero, entonces ella actuaba de esa forma.

Gruño después del empujón pero todo su ser se estremeció cuando ella dijo eso ultimo y lo llamo por su nombre. Sintió que todo en su interior se contraía y lo hacía caer de rodillas. Gruño y en su cabeza una voz oscura pretendía obligarlo a quedarse. No querían al otro Kellen, al que pretendía ser elegido, el que cuidaba y protegía al inocente ¡No podían dejarlo regresar!

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Ciara escucho a Tony pero aun así no se detuvo. Ciertamente no sabía a lo que se arriesgaba pero no podía simplemente decir que si a lo que él quería. Corrió hasta llegar a una habitación solitaria, fue sorprendente la velocidad con la que llego pero no estaba para asimilar eso aun. Intento acercarse a una de las ventanas pero se detuvo a cm del sol ¿Y si le hacía daño? Trago saliva y se dejo caer en la sombra.

<<Lo amo... Lo amo como una tonta pero...>> Sujeto con ambas manos su cabeza y negó con la misma. Tenía que asimilar las cosas.

Iba a decir algo, iba a decir que lo sabía, que lo sentía, que lo amaba... pero se mantuvo callada. A pesar de lo que él le pidió no se acercó a escucharle, tan solo se quedo quieta en su lugar, porque si se acercaba solo un centimetro más a él no podría detenerse, no podría dejarlo continuar.

Sus ojos se abrieron de par en par al escuchar la canción, la sentía, era como magia para su corazón. Ni siquiera Fena lo había logrado, nadie había llegado tan hondo como Franko Orendain. Rió. Orendain, estaba enamorada de un Orendain.

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Cathleen se separó un tanto agitada, sentía su cuerpo lleno de fuerza a diferencia de hacia unos momentos atrás, los golpes que había recibido de Tony ni siquiera le hacían cosquillas ya. Ni siquiera abrió sus ojos, no pudo separarse de sus labios, no quería pensarlo demasiado.-Esta bien.-Le contestó y volvió a besarlo, como si su advertencia no importara, solo quería seguir sintiéndolo.

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Gimió al sentir como algunos pedazos de madera se encajaban en su carne herida, se levantó con Valentine en sus brazos y en un susurró las llamas los cubrieron a ambos, eliminando la miomasa en el cuerpo de su amigo.

-Dev... estas sangrando.-Le dijo el hombre levantandose algo aturdido.

-No tenemos tiempo.-La Jaeger ni siquiera se quejo por su herida, miró con cautela hacia arriba y luego se transformó en un enorme lobo negro con un mechón de cabello blanco.- No podemos quedarnos aquí.

-Ese hijo de...-Devaney gruñó con fuerza, jamás le perdonaría a nadie que insultara a su familia porque pese a todo, Letizia era un ser muy querido para su padre.-Creí que iba a morir, su miomasa es...-La loba miró de reojo donde Kellen había estado, él no recordaba que la había mordido a ella, él nunca sabría que la había mordido porque jamás se lo diría.

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Golpeó la puerta con fuerza, destruyendola por completo, sería dificil que ellos pudieran mantenerse separados. Sabía que al beber de él ella había visto cosas que no eran agradables, su historial se lo decía, había tenido sexo con muchas mujeres, ni siquiera recordaba el rostro de todas, apenas y podía recordar que se había acostado con alguien más que no fuera Ciara.

-Nos dolerá a ambos mo dolag.-Susurró saliendo de allí, tenía los colmillos expuestos, tenía sed de su vaniria, sed de mimarla y cuidarla, de pedirle perdón y llenarla de besos, pero al parecer aun no podía hacerlo.