El hombre que amo ---- F&V

Habían pasado 3 días.

Que se sentía como una eternidad. El aire siempre le faltaba, no podía dormir y quería llorar todo el tiempo... era como si se desgastará progresivamente, como si ya no tuviera energías para seguir existiendo en ningun lado. Todo se iba consumiendo, hoja por hoja, risa por risa, beso por beso, cada caricia estaba desapareciendo como si nunca hubiese estado allí.

Y lo peor era que habia estado; latiendo sobre sus yemas cada vez que lo tocaba, colándose en su nariz cuando se acercaba a olerlo, respirando vida y sintiendo que el mundo giraba bien después de mucho tiempo, que podía ser ella y que no importaba lo que había luchado en el pasado, porque mientras Violette respiraba el hombro desnudo de Franko, ella sentía que todo encajaba y que todo estaba como debía estar.

Pero eso se había acabado.

Ya no existía.

El mundo había dejado de encajar y ella, Violette Moncrieff Rhamel no encajaba en ninguna parte, ni siquiera en su propia familia. Su madre sospechaba cada vez más y más de lo que ocurría, su padre intentaba alegrarla, intentaba darle su espacio pero nada funcionaba, era como si la luz de la peliblanca se apagara cada día que pasaba, su pura esencia de bruja blanca desaparecia como niebla de mañana. ¿Porque tenía que se tan doloroso? ¿Porque tenía que ser él un Orendain? Oh peor aun.. ¿porque tenía que ser ella una Rhamel?

Su amor era imposible, su madre jamás lo aceptaría, se desataría la guerra, Branko Orendain y Kellen y Clarisse saldrían a su caza, matarían a su familia, la romperían a ella, porque no sabía que haría si los padres del amor de su vida, mataran a los propios.

-Deberías estar en casa.

-Tu también-Dijo Belia caminando con los pies descalzos en aquella playa. El día estaba nublado, hacia frio y nadie más estaba en el mar, era como si el mundo entristeciera exclusivamente en esa parte del mundo.-Una Rhamel nunca se da por vencida Violette, aunque la derrota te haya descontrolado, no significa que has perdido la batalla. Ojo por ojo Violette, nadie vive despues de lastimar a una Rhamel.

-Lo sé.

-No actuas como si lo supieras.

-Por favor...-Violette sintió que su corazón le pesaba, le faltaba el aire de nuevo. Una de sus manos se dirigió a su pecho, le dolía... abrió la boca para respirar pero al parecer Belia no notaba eso ¿sería acaso algo imaginario? ¿Porque nadie la llevaba a urgencias? ¿Porque nadie lloraba como ella lo hacia ¡Nadie debía ser feliz en ese momento!

-Nadie va a lastimarte mientras este viva, entiendelo, nadie va a dañar lo que es mio.-La Rhamel acarició su cabello, lo hacia con una ternura que no podía nadie ver.-Eres lo más valioso que tengo.-La ojos azules se levantó de la arena.-Todo aquel que te dañe, debe sufrir las consecuencias, te lo he enseñado, estoy segura que lo he hecho. Nosotras no lloramos por un hombre, nosotras no...

-¡Lo sé!-Violette se giró, su corazón latía rápido, ¿matarlo? Sentía que algo dentro de ella se apagaba. -Se como debe ser una Rhamel.-Dio un paso atrás, alejandose de su madre, agarrando su corazón.-Se como debo ser yo... ¿Pero porque tengo que hacerlo?-El viento mecía sus cabellos frios, Violette hablaba con el corazón, recordando cada facción del menor de los Orendain. Era su peor enemigo, no debía amarlo y sin embargo...- No puedo dejar de pensar en él, es mas doloroso que Fena cuando...-respiró, inhaló todo lo que podía.-Cuando lo perdí q-quería recuperarlo, tenía fuerzas para luchar y... y ahora... ahora solo se que nada encaja.-Se giró, miro el mar, la arena, todo estaba gris, incluso ella.-Nada esta donde debería estar... yo no me conozco, no se quien soy. Yo...-Se abrazó a sí misma, recordó la primera vez que Franko y ella se miraron, recordó la manera en que jugaba, cuando le protegió y lloró a su lado. -S-Solo se que me falta besar su boca...-sus dedos acariciaron sus labios, cerró los ojos y lo sintió, sintió a Franko a su lado, protegiendola del frio y guardando silencio, porque aun callados se amaban.- sentir sus brazos alrededor de mi... no dejarlo partir.

-Violette.-Belia la miraba, estaba algo agitada por las palabras de su hija. No quería escucharlo, no podía creerlo.-No digas eso Violette...

-No puedo ¡No puedo!

-Solo han pasado 3 días, encontraremos la manera, lo van a lamentar!

-¡No quiero pasar otros tres días madre!-La peliblanca se giró, la enfrentó con la barbilla temblandole y las lagrimas azomandose en sus ojos.-Yo...

-No lo digas Violette.-Belia tenía los ojos llenos de rabia, la mirada furiosa y desesperada...

-Lo amo.

-Callate, no sabes lo que dices... no lo sabes Violette

-Amo a Franko Orendain.

-¡Callate!-Gritó la mayor, avanzando con fuerza y volteandole la cara en una poderosa bofetada.-Callate. Eso no es verdad. Tu no amas a un Orendain. Tu no amas a ese perro maldito!

Tres días. En el mundo real tan sólo habían pasado 36 horas y uno cuantos minutos más. Franko seguía con los ojos cerrados, aun en aquella habitación, en un lugar llamado de Ragnarök. Lo sabía porque estaba de alguna manera consciente o más bien porque alguien se lo había explicado. No conocía a esa persona, no sabía exactamente de qué se trataba pero ella o él le había ayudado bastante. Le contaba sobre su vida, sobre las personas que estaban a su alrededor y el lugar. Lo agradecía para sus adentros, así no estaba tan perdido y sabía que en verdad estaba muy lejos del amor de su vida. Él en Reino Unido y ella ¿Dónde? No lo sabía, no podía sentirla del todo. Parecía que se esforzaba por olvidarlo.

En su sueño, estaba en un enorme prado. Era hermoso, era muy parecido a lo que alguna vez perteneció a su abuela. De hecho, ella estuvo con él todo el tiempo ¿Cuántos días? No lo sabía, parecían mil años y contando. Franko miraba sus manos mientras se mantenía sentado en una enorme roca. Podía sentir la brisa de su hermosa Italia. Era como estar ahí, hace más de 24 años, junto a sus abuelos. Justo en ese instante estaba en ese verdoso prado, repleto de hermosas florecillas. Sonrió, porque su cuerpo no tenía nada, no había tinta, ni tampoco percing, era como ser un nuevo ser ¡Aburrido!

-¿De nuevo solo, cariño?

El moreno se giro para encontrarse con una hermosa mujer. Ella tenía el cabello rizado, el rostro de un ángel y la sonrisa de ensueño.

-No lo estoy abuela. Ella sigue cerca de mi… al menos aun me recuerda.

Clarisse se acerco a su nieto y se sentó a su lado. Miro al cielo. Cerro sus ojos, le tomo la mano y le pidió que le contará de nuevo como era que se había enamorado de Violette Moncrief Rhamel. Le gustaba ver a su nieto sonreír de esa forma. Estaba loco por esa chica y después lo miraba llorar porque ella lo había rechazado. Era como un niño cuando le quitaban un dulce. No era mala, tenía que hacer que lo recordará a cada momento, porque en aquel lugar podía pasar todo y él no podía perderse. No iba a morir en ese momento.

-¿Sabes?...-Dijo sollozando el joven lycan mientras seguía mirando sus manos, ya había contado lo más hermoso y ahora terminaba de contar la parte dolorosa. Esa tarde en la que Kellen había intervenido.- Se que ella me espera…

Clarisse sonrió y asintió con la cabeza mientras que se ponía de pie y se alejaba de él. No necesito decir más. Había disfrutado de la compañía de su nieto, estaba orgullosa de lo que era y en lo que se convertiría. Era digno del lugar que le correspondía, porque pese a ser el menor de esa poderos familia, ninguno, incluso padre y madre, lograban ver el mundo como él. Como un simple y frágil humano.

-¿Abuela?

-Ya es tiempo, Franko.

-¿De qué hablas?

-No te rindas y no permitas que nadie los aleje por más tiempo. Ella te necesita.

-Espera… qué estás…- Abrió los ojos y sintió como su cuerpo palpitaba intensamente ¿De qué se trataba?- Abue…¡Ahg!-. Se quejo y presiono su pecho. Su corazón latía con fuerza. Sentía que se desvanecía.

-Dile a ambos que los amamos y los extrañamos… los dos son uno… no lo olvides.

Un intensó latido lo hizo tambalearse una vez más y todo el paisaje comenzaba a destruirse. Su abuela había desaparecido, su reino, el prado, la frescura del aire ¡Todo! Y cuando su mejilla ardió, el eco de aquellas cuatro palabras lo hicieron despertar de aquel profundo sueño. Estaba sobresaltado, bastante agitado y en su desesperación intento ponerse de pie. Termino en el piso. Se quejo y sólo pudo decir tres palabras.- Violette… Violette… ¡VIOLETTE!

La mejilla le ardía, le había hecho un ligero corté y una gota de sangre derramaba por su mejilla. Belia la miraba imperturbable, sus ojos violetas sin vida observaban con una mirada fria las reacciones de su primogenita, esperaba una furia exorbitante, esperaba también que entrara en razón. Una Rhamel jamás estaría enamorada de un Orendain, no de un desendiente directo de esa raza de lobos.

-No seas estupida.-Levantó el mentó y acarició su vientre redondo, mimando a la pequeña bebé que tenía en ella.-Esos hijos de puta no hacen más que causar dolor, ellos son repugnantes y traidores.-sonrió-te ha mentido ¿no es así? -Belia ladeo una sonrisa.-es una prueba más de lo bestias que son y tu... tu no heches a perder todo lo que te he enseñado. Eres mi hija ¡Las Rhamel no...!

-Yo no soy una Rhamel.-La mirada azul de la peliblanca se alzó, más fuerte, más fria y llena de rabia.-Soy una Moncrieff te pese lo que te pese y te guste o no, estoy enamorada de tu peor enemigo.-Sus puños se apretaron.-¿Entiendes lo que es amor? Si lo entiendes escucha esto, Belia.-Los pasos de Violette no dudaron, no cuando su corazón latía fuerte, latía triste ¿donde estaba Franko? Tal vez lo había perdido para siempre o en el peor de los casos... no. Franko no había muerto, eso lo sabía, porque si él moría ella moriría con él. -Franko Orendain es mio.-Dijo pasando de largo, tenía que buscarlo... rogaba porque no fuese demaciado tarde.

-Elige Violette... él o tu familia-Apretó los puños, no quería perder a su hija, era suya no de ese... de ese maldito perro Orendain!

Franko levanto la mirada para ver a su alrededor. No escuchaba ni miraba bien de todo. Una alarma sonaba o eso era lo que creía. Parpadeo varias veces e intento enfocar la mirada ¿Donde estabas? ¿Cuánto tiempo había pasado? Intento levantarse pero termino tambaleándose. Se sentía débil, muy cansado, sediento, incluso hambriento.

<<Concéntrate Franko... Concéntrate>> se dijo a él mismo y miro sus manos. Ya no estaban limpias, ahí se encontraba el tatuaje que había hecho en honor a su buena amiga Narkissa. Suspiro aliviado y beso el tatuaje. En verdad le hacía feliz verlo... Continuo mirando ¡Todo estaba en su lugar!

Miro mas sobre él y un intenso dolor lo hizo retorcerse en el piso. Su cuerpo aun no sanaba. Tenía moretones, su abdomen vendado, incluso uno de sus brazos ¿Cómo no se había dado cuenta? Maldijo y se quedo ahí. Lo recordó. Su propio hermano estuvo apunto de hacerlo mierda y entonces....

Su pecho se contrajo y pensó en su Violette y un inmenso sentimiento lo envolvió, las lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Todas las que no había derramado en cuanto ella se negó a él... La expresión en su rostro al saber que él era un Orendain. <<Violette>> pensó de nuevo en ella y justo en ese momento una puerta enorme se abrió frente a él. Una chica de cabellos castaños se sorprendía de verle en el piso. Sus labios se movían pero no entendía lo que decía... ¿Era ella? ¿Esa era la persona que le llamaba mientras se mantenía sumido en aquel sueño?

Extendió su mano para detenerla. Maldijo por el dolor, pero la detuvo ahí, justo delante de él. Le pidió ayuda, nadie podía saber que había despertado, o al menos nadie debía verlo aun... Necesitaba que esa chica lo orientará por completo antes de salir y buscar a la chica que le permitía seguir viviendo, su amada Violette.

Su madre era cruel y despiadada.
Siempre lo había entendido así, pero también sabía que era dulce y cálida, llena de amor por dos únicas personas, su padre y ella. Pero en ese momento al hacerle esa pregunta, Belia Rhamel había terminado por destruir toda la imagen que tenía de ella.

-¿Me vas a hacer elegir? -Sonrió con algo de petulancia.-Mi familia no solo eres tu, bruja.-Le miró con labarbilla levantada, con losojos llenos de lagrimas.

-¿Crees que será tan fácil Violette?-La mujer peliblanca avanzó, emitiendo una luz dorada en sus manos.-¿Crees que será así de fácil? Que estúpida eres, me averguenzo de la manera en que te crié.

-¿Y que vas a hacer?-Dijo con un nudo en la garganta, mirando el lado perverso y egoísta de Belia. Le estaba rompiendo el corazóN--¿Vas a matarme?-Sonrió de lado, asumiendo toda la fuerza que tenía.

-Prefiero verte muerta... antes que junto a un Orendain. No volveré a cometer el mismo error.-La peliblanca acarició su vientre.

-No seas ingenua.-Se acercó a ella, avanzando con los ojos irritados, llenos de furia.-¿Crees que no lo harás? -Aunque vuelva a nacer las veces que quieras, siempre amaré a Franko. Siempre.

Estaba muy decepcionado de todo cuanto sucedía ¿Cómo habían criado a su hija? O más bien ¿Cómo era posible que hubiera dejado que Belia reprimiera de tal manera a su hija? No necesitaba meterse, al menos no aun porque su hija sabría que hacer, confiaba en ella porque tenía Fe en que él le había permitido avanzar sin ningún problema. Esperaba a lo lejos, al menos no tanto, podía escuchar sin problema y mantenerse al margen porque pese a estar en la playa, sabia mantener oculta su presencia y esencia.

-(-)-

Vico se le quedo viendo al chico que derramaba lagrimas. Algo en su interior la conmovió y se inclino, arrodillándose delante de él. Utilizo sus dos manos para limpiar sus mejillas y mirarle con una sonrisa un tanto tristona. Vico era vulnerable ante esas emociones al menos en ese momento. Ella negó con la cabeza y movió de nuevo la cabeza. Franko no podía entenderlo del todo, era como... extraño ¿Por qué ese sentido le costaba tanto? ¿Por qué no podía escuchar de nuevo la voz de esa chica que tanto le había ayudado?

-... te ayudaremos, por favor, deja de llorar ¿sí? Aquí no te harán daño y..

-Puedo escucharte...

Vico expreso confusión ¿No podía escucharle?

-¿Qué?

-.Por favor, necesito salir de aquí, tengo que ir a buscar a mi novia... la necesito, yo sin ella...

-¿No puedes vivir?- Cuestiono vico sin soltarlo, sin alejarle de ella.- ¿Eres un Berseker? o ¿Un Vanirio?

Franko se confundió al escuchar esos términos los cuales en verdad desconocía. Bien, al parecer esa chica no iba a dejarle ir ¿Sería qué sus líderes la tendrían vigilandole?

-¿Cuál es tu nombre?... Recuerdo que mencionaste a muchas personas: Anthony, Noah, Emmanuel. Mencionaste a Cathleen con un gran amor, con preocupación a Ciara y... con un gran respeto a Julius pero ¿Ninguno de esos nombres es el tuyo, verdad?... Mi nombre es Franko.

Vico sonrió porque recordaba a todos. Eso la emociono de alguna manera y supuso que él podría confiar en todos.

-Franko es un nombre extraño... ¿De donde eres?... El mío es Vico.

-No, no serán iguales.-La luz se convirtió en electricidad y entonces Belia la golpeó contra Violette. Pero la bruja negra sabía que su hija no era estupida y apenas la electricidad tocó su cuerpo, Violette desapareció como una sombra, saliendo detrás de ella y empujandola con firmeza pero no con fuerza, estaba delicada.-¡Esto no es un juego!

-¡Eres mi madre!-Gritó Violette, esquivando sus golpes, pese al embarazo Belia era un poco rápida, sin embargo la ojos azules sabía que no debía hacer nada.-¡Entiendelo, por favor!

-¡No hay nada que entender!-La bruja la aventó con fuerza, toda la fuerza que tenía,le estaba haciendo daño ¡A su propia hija!-Escucha tu.-Sonrió de lado, sarcastica y creida como era. Belia se podía estar arrepintiendo muy dentro, per jamás lo admitirías.-Voy a matarlos a todos, no existirán más orendain y entonces....-Invocó una espada--No cometeras el mismo error.

Fue en ese momento en que Violette sintió que jamas perdonaría a su madre. En ese momento olvido que era su hija, olvido que era una Rhamel y una Moncrieff y olvidó que algunas vez había sentido admiración por Belia.

-Entonces matame.-Le dijo empuñando una daga a escasos centimetros de Belia, Violette tomaba la espada de su madre también y la apuntaba a su cuello-Matame Belia ¡HAZLO! Si me matas ahora no tendras porque preocuparte, porque escuchalo bien.-Con magia le hizo verla-Si no me matas ahora, si no evitas mi existencia, no podras evitar que yo siga a Franko hasta el mismo infierno.

Una alarma en su interior se encendió en el interior de Constantin. Esa pelea era... joder ¿Cómo podían atentar contra la vida de su hija? Si, definitivamente dejo de existir para esas dos mujeres en ese instante y fue de lo más hiriente, tomando decisiones sin recordar que su opinión era importante. Se puso y camino hacía ella. Se acomodo ese sobrero tan suyo y sacudió esa enorme gabardina.

Llego justo cuando ambas se apuntaban con filosas armas. Se puso frente a ellas y suspiro. Negó con la cabeza, no podía gritarle a ninguna de las dos y tampoco entrar en su patético juego o lo que fuera que estuvieran haciendo.

-Bajen esas armas... Basta de esta estupidez.- Se acerco y tomo la espada de Belia, le preocupaba más ella que su hija porque Violette era más razonable, ella no actuaba si no había amenaza y bueno, su mujer era en ese momento.- Ya estoy cansado de todo esto. ¡Estoy cansado de escucharlas día y noche!- Le arrebato la espada a Belia y la arrojo a un lado.- Violette, baja eso... ¡Bájalas ya!-Le dolió gritarle a su hija, seguro cuando pequeña nunca lo hizo y ahora.... Cerro su único ojo y bajo la mirada.- Si tanto amas a ese chico, solo ve y no esperes nuestra aprobación.- No estaba dispuesto a perder a su familia nuevamente. No a otro hijo, no a su mujer... no de nuevo.

-(-)-

Vico y Franko reían un poco pues el tema de los nombres fue bastante curioso. Vico no había hablado mucho del significado porque no le gustaba, no desde que supo como era su padre y bueno, prefirió preguntar por él, su origen y su familia o algo así, lo que fuera menos hablar de ella. Evitaba un tanto aquello, intentando proteger sus emociones.

-Italia, seguro es un lugar hermoso.

-Lo es Vico, lo es.

Se quedaron en silenció unos segundos y se miraron a los ojos. Franko sonrió y se puso de pie. Necesitaba estirarse, caminar, despertar del todo para buscarla. No esperaba que ella fuera a por él. Era algo imposible, ella lo rechazaba después de todo, ser un Orendain, era la primera vez que odiaba serlo de alguna manera, por culpa de ese apellido no podía ser amado completamente.

-Oye, Me gustaría conocer el lugar ¿Puedo? Quiero caminar un poco, siento que he estado mil años dormido.

Vico se lo pensó unos segundos. Franko no parecía un chico malo, así que supuso que no estaba mal que le diera un recorrido en el ragnarök. Asintió con la cabeza. Esperaba encontrarse con alguien en el camino para presentarlo.

-Vale, vamos y te mostrare un poco de todo este gran lugar. Mi jefe lo hizo. Tony es un grandioso genio ¿Sabes? Anthony Stark, poderoso Vanirio.- Comentó mientras se ponía de pie y esperaba al moreno. Justo en ese instante, detrás de ella una bola de pelos café se acercaba y se pegaba a ella.

-¡Wow! ¿Pero qué tenemos aquí?... Hola amiguito...-Dijo el lycan mientras se inclinaba y lo llamaba.- que sorpresa ¿Es tuyo?

-¿Eh? Oh, si. Se llama bicho, es mi querido amigo...- Vico miro a Bicho y sonrió, aunque Bicho no se alejaba de ella, era raro porque ese perro no era nada timido.

-¿Bicho?....

-Si, interesante nombre para un perro ¿No?

Franko se le quedo viendo, pues la chica no sabía que tenía en sus manos. Suspiro y sonrió, era una humana bastante interesante, nada parecido a lo que había conocido antes, algo en su interior quería ayudarla, pero algo más importante lo hacía querer correr, buscar a Violette y recuperarla, protegerla, abrazarla y decirle una y otra vez que la amaba y la necesitaba. Haría lo que fuera, quería recuperarla, incluso se negaría a su apellido y sería nadie para ella.

-Si te vas ahora.-Belia miró a Violette, sus labios temblaban, sus pupilas estaba dilatadas. Sus venas tensas.-Dejaras de ser una Rhamel. No volverás a esta casa jamás.

Violette apretó los labios y sin embargo soltó el arma, dándole por un breve microsegundo la sensación de victoria a la Rhamel mayor. La cual se esfumó al instante.

-Entonces es un hasta nunca.-Miró a Constantin y sintió que todo se derrumbaba, su padre. Quería llorar y abrazarlo, porque era injusto, porque era cruel. Pero no lo hizo, tenía orgullo.

Belia se tragó su llanto, se tragó su rabia y levantó el mentón desafiante, sonriendo sarcasticamente.

-La próxima vez nos veremos como enemigas, Violette.

Pero la oji azul no contesto, con una ultima mirada a su padre se giró y al instante desapareció del lugar.


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Necesitaba llorar, quería hacerlo, sus pasos estaba cada vez más pesados pero aun así tenía que encontrarlo.

-Renuncio a ser una Rhamel... para ser tuya Franko.-Susurró, recargandose a un enorme arbol y cerrando los ojos para llorar en silencio.

Constantino no miro a Belia mientras ella amenazaba a su hija. Constantin simplemente le sonrió con tristeza, porque por mucho que rechazara a su madre, él la estaría esperando ¿donde? Donde ella quisiera verlo, sólo esperaba que ella no renunciará a su sangre. Era egoísta y temía por ellos, pero su Violette ya era lo suficientemente grande para tomar sus propias desiciones.

Espero a que su pequeña se alejara para apartarse de su mujer e ir por la espada. Creía a Belia capaz de cualquier cosa. Se inclinó y extendió su mano para sujetarla pero...suspiro de nuevo y cerró con fuerza su ojo.

-¿Sarisfecha, Rhamel?- Cuestionó y después de tomar la espada comenzó a avanzar. Era hora de ir a su casa, Belia no estaría contenta con él y tampoco él con ella. No tenía nada de ganas de discutir con ella y, para ser sincero con él, no tenía ganas de estar con ella, estaba muy enojado y triste.

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Vico se asusto un tanto cuando el moreno se detuvo de golpe, se quedo a medias con la explicación sobre bicho y se vino abajo. Intento sujetarlo pero no tenía la fuerza suficiente para retenerlo, él la aplasto con su enorme y buen cuerpo.

-¡¿Franko?!

El híbrido sintió una gran bocanada de aire. Era demásiado, se había ahogado con ese repentino sentimiento. Era intento, tristeza, dolor, sacrificio, amor. Un amor intenso. Levanto la mirada algo confundido, joder, quería estar con ella, necesitaba a Violette más que nunca.

-Temgo que irme de aquí Vico, ayúdame a salir, tengo que...

-No iras a Ningún lado...- Un voz masculina se hizo presente y ambos, Vico y Franko se giraron para ver a un chico de apariencia seria, sólo eso.

-David...- Susurro la humana y sintió cuando este aparto al Orendain y lo sujetaba con fuerza para que no escapara. Franko intento no sonreír, porque pese a ese Jaeger, Violette ya era suya.

-Esta bien DJ, no tienes que ser tan...- no termino la frase cuando los piercing en su falo comenzaron a removerse. ¡Joder! Era doloroso.

-Sólo guarda silencio y obedécela.-DJ odiaba que desconocidos lo llamaran por su apodo, aunque ese chico... Bueno, lo descubriría en otro momento. Vico sonrío y se acercó a Franko para tomarlo de la mano, estaba un poco animada por la forma en la que ese chico le había defendido. Casi no hablaba con él y le agradeció su ayuda.

-Vamos Franko, te daré un recorrido por el Ragnarök y te presentare a quienes encontremos por el camino. Ya veras que todos te agradaran.- Vico no lo sabia, ese chico era importante para la misión de los lideres, para salvar el mundo... En realidad, ella aun no comprendía muchas cosas.

Se había quedado en cuclillas, miraba a la nada con los ojos hinchados y calientes por las lagrimas, sin embargo ni siquiera eso la había calmado. Sentía en el fondo de su ser que Franko no estaba allí, ¿sería una conexión? ¿Sería ella su pareja de vida? Esperaba que sí, porque Violette renunciaba a todo por él y no descansaría hasta ser la unica para el lobo que le había hecho desafía la sangre que por mucho tiempo se había sentido orgullosa de llevar.

Había sido injusta con su novio, lo había dejado morir en manos de su hermano mayor y no le había importado su suplica, estaba muy herida y tenía la cabeza caliente, su respuesta no había sido la adecuada. Ahora con la cabeza más fria debía pensar que era lo que tenía que hacer. Ir al departamento podría haber sido una respuesta obvia pero la Moncrieff no lo veía así, podría aun estar Kellen y en ese momento ella no tenía la fuerza necesaria para luchar contra el mayor de los O.C.

-Vamos a estar bien.-Se apretó el pecho y sonrió, necesitaba pistas y esperaba encontrar la respuesta con las personas adecuadas. El primer lugar al que iría sería a su departamento y luego con los tatuadores, algo le decía que tal vez aquel "narciso" podría ayudarla.

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Belia por su parte se había dejado caer al suelo. Que COnstantin la ignorara de esa manera era algo imperdonable

-No vuelvas a mi casa.-Le dijo con fuerza, apretando sus puños, intentando levantarse.-¡No necesito de ninguno de los dos!-Gritó, necesitaba pensar, necesitaba sentirse menos alterada, no era bueno para el bebé, no era bueno para ella.

El recorrido parecía no tener fin. Franko miraba de reojo a la castaña. Parecía animada de poder ser de utilidad o algo parecido. Se aferraba a él en ese agarre de manos. Podía incluso percibir la clase de pensamientos que pasaban por cu cabeza. Era terribles. La forma en la que su cabeza se combatía pr creer en algo. Que terrible eran los trastornos mentales pero a la vez, era de lo más interesante. Ahora él quería ser parte de la historia de Vico ¿Que sería de ella? ¿Cómo solucionaría su problema? Tenía tiempo, era joven y seguro que viviría lo suficiente para disfrutar el resto de su vida, hasta que esta le permitiera. Ya había sufrido demasiado.

Conoció a varios miembros. Eran seres impresionantes, Berskers y Vanirios, la mayoría eran niños pero sabía que aun faltaban los lideres de esos clanes que seguro presumían de grandes poderes y estrategias... pero era lo de menos. Quería salir de ahí.

Miraba a todas partes para encontrar las posibles salidas, la pregunta era ¿Cómo escapar del chico que controlaba el metal a su antojo? Trago, no quería sentir más dolor del que había sentido apenas unos minutos atrás.

-Dime Vico...-Tuvo una idea.- ¿Alguna vez te has enamorado?- La castaña enseguida se sonrojo y se detuvo justo delante del cuarto donde un enorme piano se encontraba, sólo en la habitación. Espero a que Vico dijera algo pero ella parecía no querer hablar de ello.- Yo lo estoy y tengo muchas ganas de verla. Su nombre es Violette ¡Es hermosa! Tuvimos algunos problemas ¿Sabes? Quiero ir a recuperarla... La necesito a mi lado poruqe... ¡Gk!

No termino la frase, David no se lo permitió. Vico había bajado la mirada, no era bueno, nada bueno.

-Es suficiente David, llévate a Vico de aquí, ya me encargare de nuestro invitado.- Dijo Noah quien había terminado con Ciara. Estaba furioso, peo tenía que calmarse. No había logrado salvarlo. Aquel bebe había muerto al instante y ahora sólo le quedaba esperar a que ella despertara.

David frunció el ceño pero obedeció. Desapareció con la humana, dejando solos a los semidioses. Franko miro de pies a cabeza al líder Berseker y saco conclusiones enseguida.

-Tu eres Noah Wayne... Mi nombre es Franko Orendain Copobianco y yo..

-¿Copobianco?-Cuestiono Noah, ese apellido pertenecía a la Diosa Artemisa...

-Así es ¿Nos...

-Lamento decirte que por mucho que desees estar con esa chica, no puedas salir de aquí, no hasta que me asegure que eres de confianza.

-(-)-

El Moncrieff se detuvo cuando escucho a su mujer. Apretó la espada y la miro aun dándole la espada.- Bien...-Dijo con molestia y comenzó a caminar en la dirección contraría. Las palabras lo habían hecho trizas. Continua sin más a perderse, buscaría un lugar donde quedarse porque le habían corrido de su propia casa.

Lo único que le consolaba era que su hija iría en busca de su felicidad sin importarle nada más, le había enseñado bien, aunque ahora él estuviera haciendo lo contrario, escapando de su felicidad.

Habia llegado a su departamento. Todo olía a Franko, desde la cocina hasta el baño, su habitación, cada parte de esa casa, cada pared y pintura le recordaba a las veces en que habían estado allí y se habían amado.

-Tanto tiempo sin darme cuenta.-Sonrió y miró su ropa, estaba sucia y algo desgastada, entró a la habitación, tomó un jersey y se lo puso, olía  Franko y la hacia sentir en casa.-Narciso.-Susurró de nuevo y empezó a revisar libretas, partituras, ¿Franko tocaba? si y también cantaba, bebía cerveza con los amigos en una noche helada, adoraba el helado embarrado en su cuerpo, los deportes extremos y odiaba las alturas, odiaba el agua de mar pero le fascinaba verla a ella montada en las olas. -Todo me recuerda a ti... ¿no sabes no estar en mi cabeza Franko?-Se dijo a sí misma, ahogando una risa con melancolía.

Luego de aquella investigación regresó al centro de tatuaje, tal vez sabían algo de la chica por la cual se había tatuado, ella la había visto... ¿donde? ¿Con....? Se detuvo. -Ashran.-Ashran! recordaba cuando él le había pasado su celular, ¿porque no lo había pensado antes? Podría hablarle, decirle que necesitab saber donde estaba o por lo menos, conocer el número de Narkissa.-¿Hola?-El celular sonó.-Ashran soy Violette, contesta porfavor, necesito encontrar a Franko, ¿sabes donde esta?-Dioses, esperaba que el albino contestara sus mensajes.

Las palabras del Berseker fueron duras. Explico a detalle lo que sucedía, la batalla que llevaban, más de dos mil años en busca de un ser para evitar el fin de todo. Trago. Habían entrado a la habitación donde aquel hermoso instrumento, tomaron asiento y su conversación continuaba. Franko intentaba mantener toda su atención en la voz de ese chico pero con sólo cerrar los ojos pensaba en ella, cada parpadeo era ver una sonrisa, escucharla decir su nombre y de más. Suspiro.

-Entiendo, de verdad que lo entiendo Noah pero no puedo concentrarme.

Noah entrecerró los ojos. Había notado bastante en ese chico. No era cualquier lobo, no era uno corriente, era hijo de una poderosa diosa pero también era hijo de un ser tan oscuro como el mismísimo Loki, eso era lo que provocaba cierta desconfianza hacía él.

-No puedes irte de aquí.

-Pero tebgo que ir a buscarla.

-Ella jamas vino a ti ¿Cómo es posible que quieras ir en su búsqueda después de que...

-¡No!- Dijo el Orendain con el ceño fruncido. No iba a permitir que la juzgaran sin saber como habían sucedido las cosas.- No te atrevas Wayne porque tu tampoco estabas tan bien con tu Kone.- Le dio justo en la llaga porque ambos machos se pusieron de pie y se miraban en un extraño enfrentamiento. Ambos sabían que no debían meterse con las mujeres del otro pero... Franko tenía que defenderse y defenderla.

-Bien, ella vendrá a ti. No intentes escapar Orendain porque no seré yo quien te detenga.- Noah paso por un lado porque quería ver a su Kone y a su amigo, darle los últimos informes y avisarle que aunque Ciara aun no despertaba, ya podía estar cerca de ella.

Franko hizo puños sus manos. Eso le había hecho enojar ¡Joder! <<Violette por favor... ¡Maldición, por favor!>> Pensó, quería conectarse con ella, de nuevo poder sentirla hasta lo más profundo de su ser... Suspiro y bajo la mirada.

-Por favor, mi amor... ven a mi...- Dijo en alto y se sentó frente al piano...- Te necesito y se que me necesitas ¿Verdad?... por favor...

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El Jaeger se divertía. Miraba como una a una caían en los brazos del hermano de su mejor amigo. Gozaba ver las gotas chocar contra el suelo y ¡Si! esa expresión en sus rostros. Todas tan patéticas y tan parecidas a la estúpida que logro hacerle ese daño a su tan inteligente primo.

Ashran aplaudía a cada una de ellas al caer y miraba la expresión en el rostro de Kellen. Estaba repleta de odio y decepción. Podía sentirlo... en verdad se sentía vivo con el dolor de ese patético semidios. Su disfrute termino cuando su móvil sonó y vio el nombre en la pantalla, frunció el ceño y desapareció. No podía permitir que su primito le escuchara, desataría un interesante infierno y aunque lo quería ver, no era el momento.

Leyo el mensaje y soltó una risa cuando reapareció en un hermoso bosque, cerca de donde su encantador mejor amigo. Pego el móvil a su oído y la escucho. Sonrió con malicia.

-¿Por qué te diría donde esta? es por tu culpa que no se recupere ¡Tu lo mataste!- Si, Ashran lo gozaría ¿Lo amaba de verdad? ¿Qué tanto haría por él? Frunció el ceño... sabía que nada malo pasaría porque aun no lo miraba, su futuro parecía mejorar ¡Malditos!

Violette no escuchó las palabras de Ashran, más bien esperaba con ansias que él la llamara.

-Narkissa, ¿donde puedo encontrarte? -Sus ojos se abrieron de nuevo ¡era tonta! Franko debía tener el número de ella en su movil, lo había dejado en su departamento, ella debía ir alli y... se detuvo. Antes de regresar a aquel lugar, debía hacer algo.-¿Cody?-Susurró entrando a la agencia de tatuajes (?)- yo quiero pedirte un favor.-Sonrió con suavidad, con esa esencia de bruja blanca que tenía, que predominaba en ella.-Podrías tatuar algo en mi cuerpo... algo muy especial.-Susurró y su mano se dirigió discretamente a su monte de venus. Allí, allí se tatuaría algo, alo para Franko, porque ella era de él, porque a pesar de todo, ellos dos iban a estar juntos.

"Solo esperame un poco más mi amor" Susurró para si.

Su tatuaje sería tal vez un poco doloroso pero estaría bien, quería tener algo muy personal.

-Quiero que sea un lobo, un lobo blanco aullando a la luna y... una flor.-Sonrió.-una violeta.

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La enorme ventana le daba esa facilidad de ver todo, más aun después de lo que había pasado necesitaba saber que todo estaba bien en ese momento. Usaba un short de algodón y una ligera blusa lila de piyama, necesitaba espabilar un poco aunque también necesitaba saber si Noah estaba bien, si no había salido herido, pero Anthony se la ponía dificil. El vanirio estaba en una esquina, lleno de golpes y uno que otro disparo, sangraba pero si ella no hacía eso, probablemente la hubiera matado.

-¿Estas contenta? Me has golpeado lo suficiente.

-No sabes lo que estas diciendo.-Afirmó ella con el ceño fruncido y con la respiración agitada, estaba agotada eso era seguro.

-Tu venganza contra mi...

-No.-Dio un paso hasta que la luz de la luna los iluminó a ambos. Cath tenía un ligero corte en su piel nivea, resaltada por aquella luz eterea.-Tu dijiste que no sabía.-El vanir no comprendió.-aquella vez dijiste que no sabía lo que era perder a alguien, lo que era sentir que la vida de alguien se iba de mis manos, que no había sufrido.-Cath negó.-Eso es una mentira ¡y tu lo sabías! Yo más que nadie... sé lo que es perder.-Los ojos de la pelirroja se cristalizaron.-Yo... más que nadie se... lo que se siente...-dijo palabra por palabra.-perder... a alguien... a quien yo amo, lo sé, puedo saberlo y tu... también lo sabes.

Fue entonces que elvanir sonrió, intentando levantarse para no verla llorar, él no quería hacerla llorar.

-Lo siento.-Dijo con la mirada gacha,-En verdad Cathleen, fui un estupido. Lo siento.-Sonrió agotado, cansado, desesperado por ver a su pequeña niña.

El local de los amigos de Franko había tenido un par de cambios. En ese momento Kat no se encontraba porque ella y Cody habían tenido algunas diferencias y decidieron simplemente terminar con su relación. Era tan buenos amigos que aun compartían el local porque pese a todo, amaban su trabajo y la compañía que ambos se brindaban de vez en vez, sin embargo, la hermosa Von Di se había ido de viaje para dar una presentación en una hermosa exposición en Francia.

Cody en ese instante estaba libre. terminaba de dibujar algunos diseños en lo que esperaba a algún cliente pues en ese momento tenía media hora libre, hasta que llegara la próxima cita. La miro y se sorprendió.

-¡Hey! Eres la novia de Franko ¿Violette, verdad?- Cuando escucho lo del favor le puso toda su atención.- Oh... bueno, por supuesto ¿Por qué no? ¿Tienes alguna idea?- Y ella se lo decía. Entendía y su cabeza comenzaba a trabajar ¿Qué tal si me das media hora para hacer el diseño del dibujo y me das tu punto de vista ¿Sale?- Le propuso pues no imaginaba que tenía prisa. Tomo asiento para comenzar a dibujar sobre su escritorio.- ¿Cómo han estado? Tenían tiempo sin darse una vuelta por acá. Ya comenzábamos a sospechar que se habían ido de viaje o que simplemente se habían escapado.- Rió cuando dijo eso.- Aunque es raro que ese chico no venga por acá, de vez en vez comparte un par de cervezas conmigo y con Kat.

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Franko comenzó a tocar las teclas del piano. No tenía anda en mente, simplemente presionaba al azar. Suspiro, porque quería irse de ahí, quería buscarla ¡Joder! ¿Era tan difícil de comprender? Cerro los ojos y entonces, comenzó a tocar con sentido, con algo que salía de su corazón.

-Ya no queda valor para mirarnos de nuevo... Y pedimos perdón por todo el daño que nos hemos hecho. No lo puedo creer ¿Qué ha sido de aquellos momentos? Cuando no existía el miedo, cuando los besos eran eternos. Pasa el tiempo y yo no olvido...-

Y continuo con suavidad dejando que la melodía expresara lo mucho que deseaba que ella volviera a su lado. Se sentía como un niño al que le prohibían salir a jugar pero... no aguantaría mucho. Fueron tres días que parecieron años, millones de malditos años lejos de su amada.

-Toca bien ¿Verdad?- Cuestiono Vico a David mientras esperaban fuera pues Noah les había ordenado que lo vigilaran. DJ no respondió, simplemente lo escucho... el chico tocaba bastante bien.

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Noah había caminado y se detuvo justo cuando escucho hablar a Cath con Tony. Frunció un poco el ceño. No escucho mucho de la conversación y por laguna razón prefería que así fuera. Toco a la puerta para avisar que estaba ahí y entonces entro. Cerro con prisa la puerta y los miro detenidamente, a Cath en especial, parecía estar bien físicamente pero...

-Puedes salir, descansa por favor.- le pidió, aunque después iría tras de ella sólo quería hablar a solas con su mejor amigo. Espero a que Cath saliera por fin. Miro a Tony y le sonrió.- Te vez fatal Vanirio...

Violette sonrió y aunque estaba un poco impaciente, se quedo callada, escuchadolo.

-Habíamos... yo... más bien yo he tenido unos problemas.-Sonrió un poquito y luego suspiró, Franko nunca había sido el problema, el problema era ella, las mentiras, sus miedos y su poca seguridad.-Estoy.... estoy buscandolo ahora mismo. Necesito encontrarlo, no sé donde esta.-Miró a Cody.-se que ustedes son buenos amigos, me da gusto que sean amigos de él. Es la persona más maravillosa que he conocido en mi vida.-Admitió lo que para ella era, Franko era su todo, su centro, ella giraba a su alrededor y no se había dado cuenta, ella no podía ser sin él, había encontrado su vida a su lado, era como si todo hubiese encajado y ella lo había arruinado.-¿Ya esta listo?-Preguntó curiosa, deseando ver la obra de arte que se tatuaría en honor a él. Esperaba que Franko lo comprendiera, el lobo era él, la luna era su simbolo y la flor era ella, acompañándolo, aceptando su amor, aceptando y amando lo que Franko era en su pura esencia.-Quiero hacerte una pregunta... ¿Conoces a Narkissa? Yo no se si lo sepas, es... amiga de Franko, necesito su número de teléfono, alguna pista... lo que sea.


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Cathleen se habia salido sin mirar a Noah, necesitaba tiempo también para procesar todo lo que estaba pasando a su alrededor.

Anthony por su parte miraba a Noah.

-He escuchado su corazón.-Dijo mientras se peinaba hacia atrás.-Pero solo el de ella.-Apretó sus puños, tensó su quijada y sin más, golpeó la pared con fuerza, una y otra vez hasta que sintió que sus colmillos exigían por ella, hasta que se sintió satisfecho del daño que se había causado él mismo.-Soy un hijo de puta. No pude... ¡mierda!-Gruñó.

Cody escuchaba atentamente las palabras de ella. También habían tenido una riña. Seguro que lo solucionaban en breve, ambos se miraban bastante enamorados cuando les vio aquella vez de las perforaciones. Asintió y la miro por unos segundos.

-Es un buen chico...-Continuo con su dibujo.- Lo encontraras. A veces se pierde. Alguna vez me dijo que le gustaba ir al bosque y escalar las montañas o andar en bicicleta.- Soltó una risa.- Esta completamente loco, le hace honor a su filosofía de vida pero lo encontraras, seguro que no podría aguanta más de 24 horas sin verte.- Cody estaba con los últimos detalles del dibujo.- Ya casi, sólo necesito saber si utilizare la navaja.- Y bajo el lápiz para verla, pues si, tendría que eliminar el vello para poder tatuar con comodidad.- ¿Que te parece?- Le mostró el dibujo, esperaba que a ella le gustara tanto el diseño como el tamaño pues a fin de cuentas se trataba de una zona bastante sensible.- ¿Narkissa?- Se quedo pensativo unos segundos.- ¡Ah! Si, es un encanto de niña, la he visto con Franko y por supuesto que te daré su número.- Cody lo buscaba entre sus contactos, era la novia de Franko después de todo.

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Vico no se aguanto las ganas de entrar y escuchar al pelinegro. DJ por su parte se mantuvo fuera de la habitación. La castaña se sentó junto al moreno que no dejaba de tocar y cantar. Le causo bastante nostalgia la melodía que cantaba porque le hacía pensar en su hermano, incluso en... en "él". Se quedo calladita, escuchando y recordando.

Franko la miro de reojo y ya. Termino de tocar aquella canción y espero a que Vico hablara pero no vio venir nada por parte de ella.

-Yo le mentí para que me aceptara....-Dijo el de repente obteniendo así la atención de la Clairy.- ¿Has escuchado la historia de Romeo y Julieta?- Vico asintió con la cabeza y Franko continuo su respuesta.- Bueno, has de cuenta que nos paso algo así pero... es complicado, mejor cuéntame tu historia.

-¿Eh?

-Si, cuando estaba dormido, me hablaste de un tal Andrew ¿Era tu hermano, no?

Franko tocaba la llaga de la castaña. No lo sabía de todo, pero quería escucharla. Saber con más claridad lo que le había llevado a ese punto, al menos eso sería algo bueno mientras pensaba en la forma de escapar de DJ.

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Noah bajo la mirada cuando menciono lo del corazón de su Caraid.- Lo lamento. Lo intente pero, era demasiado, sólo tenía un mes, y con la fragilidad de Ciara...-Negó con la cabeza.- Era simplemente imposible.- Le aclaro, pues la condición de Ciara nunca fue buena, era una inmortal muy frágil. No lo detuvo, por mucho que deseaba hacerlo no iba a entrometerse en ese pequeño castigo personal que se daba su mejor amigo.- Ahora, supongo que sera más fuerte. Imagino tu desesperación por verle, has sido tres largos días... Sólo esperemos que despierte pronto. Esta estable, mejor que antes. Su cuerpo cambio notablemente y...- Cerro la boca cuando lo vio a los ojos. Sabía que esas palabras no le iban a gustar de ninguna manera. Levanto las manos.- Puedes ir a verlo por tus ojos cuando quieras, pero ni se te ocurra propasarte Tony.- Porque le prohibiría verla hasta que abriera los ojos.

-¡Lo tienes!-Dio notablemente emocionada, lo cual era extraño en ella, verla realmente así por un número de telefono. Carraspeó y luego volvió a su lugar, no se había dado cuenta que había saltado.-Es grandioso, no sabes cuanto te lo agradezco Cody.-Le sonrió, dioses estaba segura que Narkissa sabría donde encontrarlo y la manera más rápida de llegar a él.

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-Ya fui un desgraciado una vez.-Levantó la mirada, apretando su puño que sangraba ligeramente. Anthony tenía ematomas por todas partes, un disparo de Ero en su muslo izquierdo atado para que dejara de sangrar y varias costillas rotas. Cathleen y Emmanuel le habían jodido pero nada de eso importaba ahora, incluso merecía más, más dolor por el daño que le había causado.-Quiero ir a verla, quiero saber que respira con mis propios ojos.

Le dijo el número a la albina y entonces guardo su móvil. - Necesito que te recuestes en esa silla Vio, cerrare el local para que nadie interrumpa este trabajo. Franko me matara si sabe que deje que alguien más vea el trabajo que are en ti.- Dejo las cosas sobre el escritorio y se puso de pie para cerrar el local por el momento.- Descúbrete la zona ¿Vale?- Le pidió cuando cerraba las cortinas y encendía la luz. Comenzaría a preparar la tinta.- Recuerdame de que color quieres el lobo, por favor- Le pidió mientras que ya todo lo acercaba, sería un buen tatuaje.

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Noah suspiro. Quería ayudar a Tony, quería curarle esas heridas pero eso ya no estaba en sus manos, necesitaba de Ciara, de sus mimos, de su sangre y mucho más.- En ese estado...- No confiaba en Anthony, no cuando la deseaba tanto y la necesitaba.-...-Suspiro.- Sólo no... Joder Tony, no abuses de ella en ese estado. Se que necesitas de ella pero, dale un respiro, cuando habrá los ojos... pasara lo que tenga que pasar. Venga- Saco de su bolsillo una jeringa.- Esto te ayudara un poco.

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Las cosas no habían salido como esperaba. La castaña se había puesto de pie y se dirigió a la salida porque hablar de su hermano... no tenía muchas ganas de compartirlo de nuevo con él. Franko quiso alcanzarla para detenerse pero quien se interpuso fue aquel lycan. Franko rió nervioso.

-Oh.. Vamos David, no intentaba hacerla llorar ni nada por el estilo yo sólo...

-Tu eres su familia.- Respondió DJ dando un paso hacía él.

-¿Eh?

-Ciara... Tu eres su primo ¿Verdad?

Franko inclino la cabeza onfundido y cuando menos lo esperaba, ese chico ya lo llevaba a otra habitación ¿Qué pretendía? ¡Joder! Su pene le dolía.

Violette obedeció, tenía el número de Narkissa en sus manos y lo guardó como si fuera lo más preciado. Rió.

-De hecho, no quiero que le digas que has hecho tu el trabajo.-Le guiñó el ojo.-quiero que sea una sorpresa.-Violette suspiró y luego se bajo los pantalones que usaba y dejo al descubierto su pubis lisa y suave.-Blanco, quiero un lobo blanco...-Asintió.-¿Dolera?-Le dijo acostandose, un poco inquieta a decir verdad, estaba sola poniendose un tatuaje ¡pff! era una locura sin duda.

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Dejo que él le inyectara y rió.

-No voy a tocarla. No cometere otra estupides Noah.-Apoyó su mano en el hombro de él y empezo a salir de los calabozos, necesitaba mirarla, saber que estaba bien, sentirla a su lado y olerla, oir su corazón.-La amo Noah.-Dijo al filo de la salida.-La amo más que mi maldita vida. ¿Entiendes eso?-Se rió.-Ella es por lo único que estoy vivo en estos momentos hermano. Es mi aire.

-Bien, lo que el cliente pida.- Dijo Cody que ta tenia todas las tintas preparadas, la maquina y el dibujo. Se lavo las manos y las desinfecto, se puso unos guantes y se acerco para tomar asiento.- Voy a comenzar Vio, tocare un poco.- Le anunció, pues ya ponía el dibujo para acomodarlo y quedara el boceto sobre su piel.- Bien... creo que ya esta ¿Te parece bien de esa forma?- Cuestiono pues era importante satisfacer al cliente.- Preciosa, no te voy a mentir, dolerá pero sólo ser aun momento. ¿Estas lista?

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Noah fue cuidadoso, no quería causarle más daños, todo lo contrario. Escucho con atención. Lo miro alejarse y sabía que estaba siendo sincero. Le miro con una sonrisa y asintió.- Lo se Tony, se lo mucho que la amas.- Y lo vio desaparecer. Noah tomo asiento y se cubrió el rostro con ambas manos mientras apoyaba sus codos en sus piernas. Se sentía decepcionado porque no había logrado salvar al bebé... estaba agorado... tenía que asimilar que aunque ellos sonrieran, la perdida de su hijo causaría un terrible vació en su corazón.

-Maldición.

-No-Rió pero luego miró a Cady.-Nunca se esta listo para nada pero eso es lo divertido.-Cerró los ojos y exhaló.-Hazlo.-Le dijo firme, nunca había estado más segura de lo que quería en su vida, sabía que Franko era de ella, solo quería que él lo supiera, que estuviera seguro que ella lo amaria eternamente, hasta el final de sus dias.

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Anthony no tardo mucho en encontrar el cuarto. Todo estaba cuidado, limpio y ella descansaba en una suave y reconfortante cama.

Y se veía preciosa.

Era como una diosa, su propia diosa, a la que él había lastimado tanto.

-Estas viva.-Susurró acercandose con cuidado, casi con torpeza, la torpeza de un vanirio que no había visto la luz del día hasta ese momento.-Y eres tan hermosa, mi hada, mi pequeña y hermosa cachorra...-Susurró hasta hincarse a su lado, tomando su mano y sintiendo como él volvía a la vida.-Lo siento... fui un maldito hijo de puta... el peor.-Se recargó a su mano y cerró los ojos. Había perdido a su bebé... le había mentido. Era un rastrero.

Cody rió por aquello pero termino asintiendo.- Te anuncio que estaré tocando, así que, dime si te incomodo ¿Vale? Así que, comencemos.- Y activo la maquina. Comenzó con el color negro, mijo la aguja y sin más, estas ya comenzaban a teñir la piel de la hermosa albina.- ¿Puedo preguntar porque esta clase de dibujo, Linda?- Era la costumbre preguntar por el tatuaje.

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DJ se detuvo justo delante de la habitación en la que estaba Ciara. Frunció el ceño porque ahí estaba él. Gruño y giro la perilla sin tocarla, iba a sacarlo a golpes si era necesario pero Franko se interpuso.

-Oye, hay alguien dentro, no deberí.. ¡Ahg!

-No te metas.

-¡Tu me has traído ¿Cómo no voy a meterme?

El Jaeger frunció el ceño y por poco golpeaba al Orendain pero se detuvo porque no iba a perturbar a su mejor amiga, no cuando pudo escuchar la forma en la que suspiraba y pronunciaba el nombre de ese imbécil. Maldijo y se alejo de ahí, dejando a Franko a su suerte y muy confundido.


Y eso era lo que ella necesitaba, tan sólo el contacto de aquel que le había dado la vida o al menos una nueva vida. Tan sólo suspiro y lo llamo por su nombre. Apretó un poco el agarre de las manos y sus ojos... bueno, intentaban abrirse lentamente.

Violette lo pensó un poco, seguramente Cody no sabía sobre los seres magicos pero no importaba, el sentimiento era el mismo fueran o no seres mágicos.

-Fuerza.-Dijo mientras miraba el techo, nunca había sido fan de las agujas. Recordó la primera vez que se hizo la perforación en el ombligo. Había sido por unas chicas de la escuela, ella como siempre tendía a resaltar, se ganaba amigos por como era, por su fisico y por su manera de ser, más no todos ellos eran verdaderos. Envidiaba a las chicas que tenían su grupo de amigas, su club especial, las que se hacian cosas en grupo como simbolo de pertenencia. Ese día ella las había escuchado, todas se harían una perforación en el ombligo y ella a escondidas también se lo hizo. En ese momento quería pertenecer a algo... aunque era dificil.

-También significa valentía por lo nuestro. A veces es dificil conseguir algo de verdad y cuando lo tienes... jamás debes dejarlo ir. Los lobos son fieles, si tienen una pareja no la cambian en toda su vida hasta que mueren.-Le explicó.

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-Shhhh no...-Anthony la miró, había oido perfectamente a DJ y al otro sujeto pero lejos de alejarse, simplemente se había aferrado más a ello.-Esta bien, estas bien ahora... solo tienes que descansar pequeña-La miró. Sin duda ella ya no era una pequeña, su cabello largo era hermoso, negro como la noche y su piel blanca como la nieve, una maldita diosa, perfecta, jodidamente perfecta. Y sobretodo suya. Suya para siempre.