Adras y Adaira -soy tu amo-

Sujeto la bata que lanzaba a sus brazos y lo miro sin mostrar muchas emociones, lo intentaba pero su ceño no dejaba de estar fruncido. ¿Modelar? Sólo eso faltaba ¿Y había dicho que el tercer paso era estar desnuda? Lo miro de nuevo salir y escucho lo de la bata ¿Sería funcional llevarla realmente? Trago y se paro frente a un espejo. Dejo caer la bata y se miro ¿Acostumbrarse? Se miro de pies a cabeza ¿Se miraba linda de esa manera? Sacudió su cabeza y recodo sus palabras.

"Tienes que acostumbrarte a tu cuerpo, la dominación no es una demostración de poder sin sentido, se busca el placer de quien esta siendo sometida pero jamás sentirás placer si no dejas de tener miedo."

¿Miedo? Ella no tenía miedo o... ¿Si? Cerro los ojos con fuerza. Tenía que hacerlo. Intento mantener la frente en alto pero ¿Cómo caminar frente a él si aun no estaba acostumbrada a ese cuerpo que no le pertenecía del todo? Salió sólo con la ropa interior sin mirarlo, intentando mantener sus manos abajo, sin cubrirse. ¿Encintaría placer en esto? No lo entendía ¿De qué clase de placer?... La verdad era que Adarira aun tenía un cuerpo humano virgen, porque ni aquel otro dragón le había tocado aun, ella no se lo había permitido.

Estaba sentado en uno de los sofás negros de piel que había en la habitación, miraba a la nada, pensando en la mejor manera de avanzar en el juego sin que Adaira tuviera que arriesgarse. Esa niña no podría aguantar con el ritmo ni mucho menos con él.

-¿En que estabas pensando?-Susurró peinandose hacia atrás, lanzando su larga cabellera contra su espalda. Adaira era una dragona con estandares muy altos y una mente muy cerrada a lo que él hacía como "normal", sería duro, sobretodo por lo terca y aferrada que era, ¿sumisa? Podía parecerlo pero ese papel sería muy dificil para ella. Levantó la vista al escucharla salir. No lo miraba, ni siquiera podía caminar normalmente.

-Mírame-Ordenó levantándose del sofá. Tragó de nuevo, su olor lo empezaba a marear.

Apretó los labios. Intentaba verse tranquila pero su cuerpo estaba un tanto tenso. Quería ver bien los pasos que daba porque no quería tropezar. Tenía que esforzarse ¿verdad? Por su bien, porque no quería que alguien más le hiciera hacer esa clase de cosas, porque pese a ese trato, cuando conocí a Adras por primera vez, pensó que era un Dragón honorable.

Trago saliva. Asintió con la cabeza y levanto la mirada. No espero verlo parado frente a ella. Parpadeo un par de veces y... Desvío la mirada ¿ahora no podía enfrentarlo? Frunció un poco el ceño y de nuevo lo miro a los ojos, aunque ahora tenía el ceño fruncido.

-¿ahora qué?- Cuestionó sin saber que, como sumisa, no debía hablar hasta que su amo se lo permitiera.

La miró, ladeo su cabeza y siguió observando. Sonrió. Era torpe como una bebé, su cuerpo estaba tenso, se esforzaba por no demostrar miedo.

-Guarda silencio.-Le dijo él caminando hacia ella, su cuerpo, tenía curvas adecuadas en el lugar adecuado, piernas largas, piel blanca, cabello rojo... quería lamer sus labios por el antojo ¡joder!-No hables hasta que yo lo indique. -Levantó la mirada-Camina hacia mi Adaira.

Abrió la boca pero enseguida la cerró obedeciendo las palabras que el dragón le decía. Le iba a costar tener la boca cerrada, al menos cuando algo no le apareciera. Tenía derecho a decírselo ¿qué no? Abrió un poco de más sus ojos y frunció el ceño de nuevo ¿hasta que él se lo ordenara? Suspiro y giro los ojos, de todos modos estaba haciendo todo lo que el dijera ¿qué tendría de diferente? Asintió y justo cuando él la llamo por su nombre sintió que la piel se le erizo y pudo percibir en el ambiente un aroma que a ella le gustaba, era dulce, pero a la vez amargo, agradable ¿de dónde provendría? No debia distraerse. Avanzo y con un suave sonrojo en sus mejillas quedo justo delante de él. A un par de cm de su cuerpo, siente tanto ver sus ojos, pero terminaba desviándolos cada ciertos segundos.

-No ruedes los ojos.-Le advirtió hasta que estuvo frente a él. Era mucho más baja que él pero eso no importaba, su porte llamaría mucho la atención, tenía unas nalgas exquisitas y un busto llamativo, sin embargo lo que causaría más "desorden" sería su cabello rojo y esa boca desafiante.-No bajes la mirada-Levantó su mentón y con su dedo pulgar acarició su labio inferior, estirándolo, acariciándolo acolchonado. Quería morderlo y jalarlo. Tragó de nuevo, debía controlarse.-Shhh eres tu quien tiene el control dragona. Es tu placer el que buscamos y con eso encontramos el nuestro, tan simple como eso.-Soltó su mentó y luego empezó a rodearla, observándola. Se pegó a su espalda y pasó una mano por su vientre, subiendo poco a poco hasta la base de sus senos, donde empujo hacia atrás para colocarla en una posición más recta.-Todos te mirarán y tu los miraras a ellos, porque eres mía y ante los demás no esta permitido bajar la mirada.

Cuando le dijo eso sobre los ojos había bajado al mirada a modo de disculpa, no podía hablar después de todo ¿o si? Las manos le hormiguebana por moverse, detenerlo pero se estaba aguantando. Se esforzaría.

La tomo del mentón y se sorprendió cuando comenzó a estirar y acariciar su labio inferior. El rojo en sus mejillas ardió. Quizo apartarse de él, estuvo apunto de sujetar la muñeca del dragón pero él de nuevo hablaba ¿ella tenía el control? ¿De que estaba hablando? Suspiro un poco cuando la soltó y comenzaba rodearla. Quiso seguirlo con la mirada pero cuando menos lo espero, ya estaba pegado a su espalda.

Se alarmó cuando esa mano toco su piel y comenzó a subir. Su cuerpo se estremeció y quiso detenerlo. Su mano sujeto la de justo después del empujón. Podía sentir en toda su espalda el musculoso cuerpo del dragón. Trago saliva.

Abrió la boca pero nada salió de ella ¿tenía que mirarlos con la frente en alto? De solo imaginarlo se puso tan nerviosa que se alejó de él "No" expresó con cierta timidez y se brazo a ella misma. La piel se le había erizado cuando su enorme mano le tocaba.

Llevo una de sus manos a su labio inferior y le dio la espalda de nuevo al dragón. La estaba tocando demasiado.- No puedo... Es... Demasiado rápido Adras...- No supo que mas decir, para ella eso era demasiado. Era una completa notaba incluso en el acto como tal.

Su piel, se había distraido unos instantes al sentir su piel, sin embargo cuando ella se alejó de él frunció el ceño.

-No te he ordenado que te alejes.-Le dijo.-Tienes que acostumbrarte.-Avanzó hacia ella, debía encontrar una manera en la que fuera menos dificil.-Cubre tus ojos-Le dio una tira de tela de seda color roja, sería más fácil seguir instrucciones de esa manera.-Cuando estes listas volveras a caminar hacia mi.-Le levantó el mentón de nuevo, su mirada se enfrio.-Cada vez que hagas algo mal te corregiré y volveremos a empezar. Solo tienes que seguir mi voz y hacer lo que te pido.-La soltó y se alejó para recargarse a una pared frente a ella, con los brazos cruzados y la mirada fija en sus acciones.

¡Maldición! Adaira gritaba para sus adentros ¡Era tan difícil! Trago saliva y tomo la tela que él le entregaba. Se había encogido un poco de hombros porque... él y sus ordenes. Sólo asintió con la cabeza y miro por algunos segundos la seda. Inhalo y exhalo y entonces se vendo los ojos. Se relamió los labios. Estaba lista, ella creía que podría hacerlo.

<<Tienes que lograrlo Adaira... por el bien de ambos>> se dijo y asintió con la cabeza. Espero, cerrar sus ojos le daba cierta seguridad, mantuvo sus manos a los costados y avanzó ¿La tocaría de nuevo? La piel se le erizo de sólo recordar y con el sonido de la voz de aquel macho avanzó, hasta que quedo de nuevo frente a él.

La miraba con detenimiento.-Relaja los hombros.-Sería casi como aprender a modelar en el mundo humano, sonrió por ello, Adaira no se daba por vencida, era una dragona orgullosa y también muy sexy. El dragón tocó sus hombros y bajo sus manos lentamente por sus brazos hasta tomar sus manos entre las suyas.-Endereza la espalda Adaira.-La miró, avanzó lentamente hasta la habitación de nuevo, para quedar frente a frente a un enorme espejo de pieza completa.-¿Que sientes Adaira? -Preguntó, soltandola para empezar a rodearla y quedar detrás de ella.

Escucho su voz. Se estremeció y asintió con la cabeza. Inhalo y exhalo un par de veces para relajarse pero justo cuando la toco se tensó de nuevo. Estuvo apunto de apartarse pero se detuvo a ella misma. Sólo eran sus manos, tenía que tener calma peor una vez más, se tensó cuando sus manso estaban con las de él. Sintió que una corriente eléctrica recorrió su cuerpo entero y sin quererlo enderezo su espalda. Se habían movido y de repente se detenían y la soltaba y se ponía detrás de ella.

-Y-Yo... no lo se...-Dijo nerviosa ¿Qué era lo que sentía? Era... extraño, su cuerpo se sentía diferente.- ¿Qué... qué es lo que... lo que tengo que sentir?

Rió por lo bajo, ¿que era lo que tenía que sentir le preguntaba? Adras no pudo evitar sonreía por ello, Adaira no sabía nada de aquello, tendrían que empezar de 0, ¿sabría ella caso como se llamaba cada parte de su cuerpo?

-No lo sé.-Le dijo mientras bajaba sus manos por los brazos de ella, tocandola hasta subirlos de nuevo.-¿Que siente tu nueva piel?-Le susurró en su nuca inclinandose hacia ella.-¿Que experimenta tu nuevo cuerpo dragona? Dejame oirlo, quiero escucharlo.

Le estaba costando respirar ¿Se estaría enfermando? No, no estaba segura, su piel se erizaba, su corazón latía con tanta fuerza y la boca se le secaba. Su cuerpo se tensó cuando cuando el calor de su aliento toco su nuca. Reprimió o al menos intento ocultar su voz. Y negó.- N-No lo se... ¡Adras!- Intento alejarse de nuevo porque esas sensaciones eran tan... raras, nunca las sentía o bueno... recordó cuando comió por primera vez Ciruela. Ese fruto tan jugoso, dulce y salado a la vez... delicioso.

-Es... es raro... ¡P-Para!- Se abrazó a ella misma sintiendo sobre sus brazos un calor intenso que la recorría y sobre su nunca una sensación que viajaba por su cuerpo entero... demasiado para un cuerpo tan nuevo, tan sensible... tan....

-Shhh-shhh....-Chistó impidiendo que ella se abrazara, que se cerrara luego de haberse abierto en ese momento.-Lo sabes y no tiene nada de malo decirlo.-Sus manos aun estando detrás de ella empezaron a subir y bajar por sus brazos y antebrazos en un apenas ligero contacto.-Debes acostumbrarte a esta nueva piel Adaira, cada centimetro de esta piel siente... siente dolor y frio pero también siente placer y calor. Yo busco tu placer dragona.-Sus dedos descendieron a su vientre y sonrió de lado al sentir como su piel cambiaba a cada toque que él daba.-¿Que siente tu piel, pequeña? -Repitió una vez más.

Hizo puños sus manos, se arqueó pegándose a él mientras cerraba sus ojos con fuerza y seguía reprimiendo su voz ¿Qué significaba todo eso? ¿Su cuerpo debía acostumbrarse a ello? Su respiración se agito, quería soltarse de su agarre pero no podía.

<<Por... ¿Q-Qué es esto?>> Pensó cuando abrió sus ojos y se fijo en esa mano que viajaba son su vientre. Sus ojos se abrieron un tanto asustados pero... frunció el ceño.- N-No... Adras no... p-para... N-No lo se... es... ¡Adras!... Ay!... ¡CALIENTE!- Grito y sintió su esencia de dragón agitada. ¿Se estaba burlando de ella? ¿De esos e trataba ese dichoso juego extraño de vestimentas tan... extrañas?

"Caliente" Pensó para él, caliente como su propio cuerpo, su miembro le dolía, empezaba a calentarse por ella ¡Joder! él podía sentir su piel, su ardor y ese aroma a cereza que lo noqueaba y le hacia perder el sentido de lo que hacia, solo quería tocar y bajar y entrar en esa pequeña braga, hundiendo sus dedos en su suave cavidad para empaparse y luego llevárselos a la boca y probar, cerciorarse sobre si ella sabía a cereza tanto como lo olía.-Esta bien dragona.-Le dijo colocando una sus manos en su cadera y la otra enmedio de sus senos.-¿Te gusta? Se sincera...-olió su cuello sin ser evidente, olía delicioso.

De nuevo alarma. Sus enormes manos tocando su cuerpo con tanta libertad. Ese dragón era demasiado confiado y parecía conocer bastante bien ese cuerpo o al menos el cuerpo humano. Trago y sus piernas temblaban porque las apretaba, se sentía mojada y era vergonzoso. Bajo la mirada, sus pechos, la punta la sentía tensa ¿Era normal? ¿De que se trataba? Era diferente a otras ocasiones.

-¡...!- No respondió, al menos no aun ¿Le gustaba? ¡¿Le gustaba?! Se mordió el labio inferior.- No... no me ll-llames de esa forma... A-Adras, y-yo tengo un nombre y... yo... no se a que...¿Gustarme?... no lo se... j-jamas lo había... s-sentido y... quiero ir al baño... suéltame... ¡A-Ahora!

La forma en que actuaba, como se comportaba, era aun muy ingenua de su cuerpo, además era muy sensible, ni siquiera la había tocado directamente y ella ya estaba... apretó sus dientes y tensó su quijada para no gruñir contra ella. Apretó su agarre y sus dedos subieron a su boca, colocando solo tres en sus labios antes de que gritara el "Ahora"-Silencio.-La cayó.-Soy yo el que da las ordenes Adaira, no lo olvides.-Respondió severo pues quien decidía era él, en ese momento ella estaba cometiendo muchas faltas.-Recuerda bien esta sensación, esto se llama deseo.-Su mano bajo por su costado hasta su cintura, empezando a hacer dibujos de circulos en su vientre bajo.-Tu cuerpo desea y eso es lo más primitivo y real del ser humano, pequeña dragona.

Abrió sus preciosos ojos enormes justo cuando él le hizo callar. Estuvo tentada a morder esos dedos, guiada por ese instinto animal, porque por mucho que intentará ser una humana, jamas olvidaría su verdadera naturaleza y ese macho la estaba provocando.

Quería asimilar como ese cuerpo reaccionaba a las apenas caricias que él daba sobre ese cuerpo, el calor que corría y sentía en cada zona que el rozaba... <<Deseo...>> pensó... Era tan diferente. Sabia lo que era el deseo o al menos siendo una dragona pero... ¿Era tan deferente en los humanos?

Nunca se interesó en ellos, prefirió vivir lejos de la humanidad para protegerse a ella y por supuesto, a los dos seres a los que amo y seguía amando en sus recursos pero entonces supo que cometió un error, de haber tenido tan sólo un poco de curiosidad, no pasaría por aquello a lo que Adras le sometía.

Trago y justo cuando comenzó a dibujar esos círculos en su vientre bajo, sintió de nuevo esa extraña sensación y el recuerdo en su paladar de esa deliciosa fruta la hizo dudar un poco. Inhalo y fue aún más extraño percibir en aquella habitación que olor ¿de dónde provenía? Era delicioso.

-No... No entiendo... ¿Cómo puedes... Decirlo con tanta cal...- Apretó los labios. Él no se detenía y termino por clavar sus garras en las palas de sus manos al apretar con tanta fuerza sus puños.- ...calma...?...- Se mordió el labio inferior y negó con la cabeza.- Tú.... Tú n-no...- Lanzó su cabeza hacia atrás pegándola al cuerpo del otro dragón.

-No has conocido tu cuerpo.-Le dijo la mirada impasible.-No sabes que le gusta o le disgusta.-Sus manos la soltaron quitandole la venda para deja que se observara frente al espejo, pasó su cabello trás sus hombros y aun de espaldas le tomó el mentón levantandolo para que ella pudiera observar la finura de sus facciones, resbalando sus dedos por su largo cuello. Sus ojos la observaban, sus senos, sus caderas, su vientre suave, por el Olimpo! él quería morderla, descargar toda la furia y el estres que sentía en ella, descargar todo su deseo... pero si lo hacia ella perdería los estribos y entonces arruinaría su plan, aun era una cría pero debía forzarla a aprender rápido, era la única salida.-Tu tienes más armas que yo, solo que aun no has aprendido a usarlas.-Se separó de ella y caminó a la salida, dejándola sola.

Ahora estaba completamente sola. Se había mirado mientras él le había tomado del mentón ¿wuéqueria exactamente? Era cierto que su apariencia humana era linda y no lo decía por presumida, muchos se lo decían... Apretó sus labios y se abrazó a ella misma. No entendía eso de las armas pero sabia que no estaba haciendo nada bien.

-¿qué es lo que te ocurre Adaira? Tú no eres así ¿o si?- se abrazó con fuerza después de haberse dicho esas palabras. Ahora ¿cómo se acercaría a Adras? Él le estaba dando un lugar ¿no? Se estaba esforzando por explicarle a detalle todo. Tenía razón, ella no conocía el cuerpo humano, nunca intentó explorarlo y bueno, seguía sin pensarlo, no se le había ocurrido.

Suspiro, se dio ánimos a ella misma para verse una vez más ante el espejo. Trago saliva, estaba sonrojada ¿era por las sensaciones que él había provocado o por qué ella ahora tenía un extraño pensamiento? No importaba, levanto sus manos lentamente, estas temblaban. Se miraba fijamente a los ojos hasta que sus manos comenzaron a tocar sus mejillas ¿qué era lo que le gustaba? ¿qué era lo que no le gustaba? Era momento de averiguarlo. Se tocaría hasta descubrir lo que ahora era suyo...

Adras había llegado a su habitación, estaba al fondo y lejos de la sala principal. Necesitaba descansar su mente y también sus sentidos, sobretodo su olfato, Adaira desprendía un aroma que le fascinaba, era picante y también dulce, cereza agria cuando le había abofeteado, cereza dulce cuando se había sonrojado. Era normal que cambiara de un estado a otro cuando estaba aprendiendo pero ninguna de sus sumisas desprendía un aroma semejante, ninguna le afectaba tanto.

Lo mejor era no pensar tanto en ello, aun tenían un camino largo antes de que comenzaran los juegos pero aun así solo faltaban dos días, tendría que aprender a pasos agigantados y eso lo impulsaría a no ser tan bueno con ella, a no ser tan paciente.

Adarira continuaba tocando su rostro. había tocado sus mejillas, sus pómulos, sus parpados, su nariz, su frente y después su boca. Duro bastante en esa parte porque era agradable. Cerro sus ojos y se dejo llevar un poco. <<Me gusta>> pensó y continuo. Abrió sus ojos, se sentía sonrojada por ese descubrimiento. Recordó los besos que se había dado con aquel hombre.. había sido ¿Suave? ¿Muy rápido? No recordaba en realidad pero bueno, prefirió continuar. Abrió sus ojos para bajar por su cuello, subiendo por detrás de sus orejas e incluso en sus orejas... el lóbulo, también era una zona bastante agardable

Adaría continuo hasta su cintura. Había sido vergonzoso tocar sus pechos, aun por sobre la tela pero, también había sido agradable. Detuvo sus manos en en su cintura y comenzó a enumerar. <<Labios, oreja, detrás de la oreja, p-pechos, mis costados... hasta ahora todas esas partes han sido bastante agradables>> Se dijo y se miraba a los ojos, tenía que continuar pero... bajar tocar le puso muy nerviosa.

El dragón se había metido al baño, él tomaría una ducha rápida, necesitaba mantener la mente fría y tener a Adaira cambiando de aromas tan rápidamente no ayudaba en mucho esa situación. Suspiró.

Adras abrió los ojos pegando su frente al azulejo del baño, ¿el había suspirado? Sentía todo su cuerpo tenso, el agua fria no ayudaba, podía sentir aun en sus manos el cuerpo de esa mujer y eso jamás había pasado... no por tanto tiempo, al menos no con una dragona. Había querido seguir tocandola pero era aun ingenua y no sabía tocarse a sí misma, debía dejar que ella aprendiera poco a poco pero la necesidad era fuerte y el tiempo corto.

-Maldición.-Gruñó al mismo tiempo en que su cuerpo se empapaba por completo y su cabello negro se pegaba a sus facciones duras y viriles. En algun momento se le acabaría la paciencia y tal vez, en el peor de los casos el autcontrol.

¿Cómo? ¿En qué momento? No lo supo pero tenía una mano cubriendo su boca mientras que su otra mano exploraba un poco de su entrepierna. Era vergonzoso, la sensación era tan extraña pero muy, muy agradable, apenas tocaba por sobre la tela y sentía toda su piel erizarse.

<<Detente Adaira, no sigas>> se dijo a ella misma pero no podía parar, las sensaciones la estaban dominando... Si... Quién iba a imaginar que los humanos podían disfrutar de algo tan intimó, era... Amarse sin medida....si, era maravilloso.

-Ah~- Suspiro... Tenía que continuar hasta llegar a sus pies.