L&R - Primer encuentro.

-Modera tu vulgar vocabulario cadete.-Dijo Margot con firmeza, le molestaba tanta impertinencia, sobretodo con Leone.

-Déjala-Leone levantó una mano y se giró a verla.-Rachel Bendetto...-Ladeo la cabeza y sonrió.- espero que no estés orgullosa solo por un raspón como este.-Se abrió el saco y quitó algunos botones de su camisa para mostrarle la perforación. El lycan se llevó una mano a su costilla y empujo, haciéndola tronar para volver a su lugar y empezar a regenerar tejido.- Aquí tienes.-Apareció los tacones y se los aventó para que los atrapara.-Tienes agallas pero te falta disciplina, en un campo de guerra real serás la primera en morir.-Bufó una risa.-pero alégrate pantera, morirás con tacones, me aseguraré que nadie te los quite.-Los ojos azules del lycan se fijaron en los tacones, burlándose de alguna manera, provocandola y ejerciendo presión. Si había observado bien Rachel era una mujer de retos y eso había llamado su atención, tenía potencial pero siguiendo su naturaleza, no fingiendo otra que no le pertenecía. Además había intentado engañarlo y eso era lo que más lo cabreaba, ¿que buscaba? ¿Una espía, un enemigo?

Sebastian miró a Rachel y sonrió animadamente, caminando a ella y tomando un pequeño paquete de la mesa, había unas pildoras contra el dolor, algunas barras energeticas, agua, electrolitros y material de primeros auxilios.

-Lo has hecho muy bien.-Le dijo acercandose a la morena y colocando una mano en su espalda baja, guiandola fuera de la camara de pruebas.

-Sebastian-La voz dura de Leone hizo que él se volviera a verlo, el lycan estaba parado en medio de la habitación de control con la mirada helada hacia él.-La cadete no necesita de mimos y cariñitos.-Sonrió de lado.-Sabe caminar sola.

Chel miro a la Capitana Moore pero sólo eso. Prefirió mirar a ese apuesto rubió que hablaba y hablaba. Frunció un tanto el ceño ¿No debía sentirse orgullosa? Tan sólo sonrió y sujeto sus zapatos. Él no sabía lo que le decía ¿En verdad creía que había utilizado todo su potencial? Que lo creyera, se llevaría una sorpresa cuando estuvieran en una batalla real.

-Si tu lo dices.- Expreso poniéndose sus hermosas zapatillas. Les dio la espalda y comenzó a caminar para ir en busca de su chaqueta. Se agacho justo cuando le llamo pantera y con un enojo que no pudo controlar , apareció en un abrir y cerrar de ojos frente a él.- Ultima vez que me llamas de esa forma. Te demostrare que nadie y...-Bufo una risa.- Mucho menos tú podría vencerme.- Se dio media vuelta y avanzó encontrándose con Sebastían. Ese chico le agradaba bastante. Le sonrió y no le molesto la cercanía.

-Gracias. Sólo espero haber cumplido con el puntaje necesario para cumplir con los requisitos.- Río con él mientras se dejaba guiar y, hablaba el rubio que fue su oponente. Se giro para verle y sólo negó con la cabeza- Dime Sebastian...-Se pegó más al chico, porque no estaba dispuesta a obedecer a ese chico tan presumido ¡Quería golpearlo!.- ¿Qué es lo que sigue?

Sebastian se alejó un poco de Rachel y luego miró a Leone, ese lycan necesitaba modales también. Suspiró y mantuvo la distancia con la pelinegra, solo un poco.

-El puntaje fue 8/10 en el juego con robots, el segundo puntaje fue 5/10 a favor de tu General, Leone Orendain. -Sebastian bufó, lamentablemente lo que le había faltado a Rachel había sido el uso de magia en el juego, la camara que también tenía sensores no había detectado hechicería blanca a nivel de los Benedetto.
El demonio miró con sarcasmo al Orendain y luego miró a Rachel de nuevo, con una sonrisa de disculpa.

-Hoy no demostraste nada más que indisciplina y falta de poder.-El lycan se acercó de nuevo a ella y la tomó del mentón, ejerciendo un poco de fuerza, no iba a exagerar.-A partir de hoy estas bajo mi cargo, cada acción, cada conducta, cada palabra que salga de tu boca, yo lo sabre todo... Rachel.-Enfatizó su nombre.-Estas en La Orden, no en tu jardín de niños.-Soltó su mentón y la mirada que Rachel tenía en ese momento le gustó más de lo que esperaría que le gustara. Leone se dio la vuelta y desapareció de allí doblando en el pasillo. Margot que había escuchado todo solo sonreía.

-El recorrido si....

-Se lo daré yo.-Sebastian miró a Margot con fuerza, dejandola callada.-Vamos Rachel, hay cosas que quiero mostrarte.-Sonrió con animó y la invitó a salir.

Noto la forma en la que él moreno marco una suave distancia entre ellos. Leone mandaba, ya era un hecho, sin embargo, la sorpresa fue escuchar que él era el general y que estaría a cargo de ella. Eso no le gusto para nada porque algo le decía que ese perro sabía más de lo que aparentaba y sospechaba de ella. Seguro, siendo quien era, seguro que conocía bastante bien a la familia del brujo más perverso del maldito planeta.

Que al tomara del mentón le encendió. Estaba furiosa por sus palabras. Le haría la vida imposible, al menos durante el tiempo que estuviera en ese lugar, hasta que robara la información y el anillo que, en es momento vio en la mano que tomaba su mentón.

<<¡Esto debe ser una puta broma!>> se dijo a ella misma sin quitarle los ojos de encina a ese rubio apuesto al que sin duda deseaba matar. No le respondió de ninguna manera, sólo le sonrió un poco. Le declaro la guerra, ella iba hacerlo a su manera, no a la de él. Lo vio desaparecer y miro a la capitán. Le alegro que Sebastian dijera eso ultimo y asintió.

-Si, señor.- Dijo divertida y fue junto al moreno para que él continuara con el recorrido.- Gracias.- Expreso, el la trataba bien y le agradaba.

-No tienes nada que agradecer Rachel.-Se encogió de hombros.-Un poco de cortesía en estos días es todo lo que necesitamos.-Le afirmó y luego miró al frente, sonriendo de verdad.-Se paciente, no todo es lo que parece. Pocas veces entra a la cámara de demostración con un cadete nuevo.-Era extraño incluso para él. Cuando entraba siempre terminaba humillandolos, destrozandolos o enviandolos a otro sector.-Le has roto las costillas... buena esa para una novata.

"Tu tienes que presionarlo en ti, tu solo lo proteges, eso es lo que haces, bebe~"

Sebastían carraspeó y continuó caminando, ignorando la voz que cantaba a lo lejos así como el sonido de pasos acercándose a ellos.

- Como te decía, Leone puede exagerar, puede parecerte incluso presumido y pedante pero tiene razón, eres nueva, demuestra que puedes seguir sus normas y entonces ganales en su campo de batalla.

"Salta a la luna y muevela, salta otra vez, se siente como si te dejaras a ti mismo~"

Sebastian ignoró la voz una vez más aunque los pasos fueran cada vez más cercanos y la música más fuerte, seguía avanzando con la mirada al frente y una sonrisa tensa.

-Demonos prisa Rachel, hay muchas cosas que quiero mostrarte...-El demonio intentó hacer su mirada lo más seria que podía sin embargo para él ya era demaciado tarde. Ella ya estaba allí, caminando con sus botas militares, con un short demaciado corto, con la chamarra demasiado grande, un gorro fuera de lugar y los audifonos a todo lo que daban.

-It´s dare~-Canturreó distraida, moviendo su cabeza de un lado a otro siguiendo el ritmo de una canción que solo ella oía. La chica rubia pasó al lado de ellos, desatendiendo todas las reglas de vestimenta posibles.-...-Sonrió y miró a la pelinegra de reojo, mandandole un beso y luego enseñándole su lengua.

Chel suspiro. Le iba a costar. Ciertamente aquel general daba una impresión que a su parecer no era agradable, pero había aprendido a no juzgar de alguna manera. Sólo no quería que esperaran algo de ella porque siempre terminaba haciendo lo contrario, todo bien pero a su manera. Iba a vencerlo, quizá no con sus reglas, pero iba a vencerlo sin necesitar la magia de los Benedetto porque de todos modos no la tenía ni la tendía jamas. Era sólo una convertida, nada especial, a ojos de las mil y un razas pura sangre era sólo una mancha en sus linajes, pero eso era lo divertido según ella.

-Esta bien. Se que nada es lo que parece Sebastian. Esperare con ansias saber que se trae entre manos el general Leone.- Sonrió ladina, porque si que se sentía curiosa en ese aspecto. La retaba y eso no lo perdonaba, iba a vencerlo e iba a disfrutarlo. Sería divertido.

Incluso ella carraspeó y no por los pasos que se acercaban, ni por la música, era más bien por eso de las normas. Pero termino por asentir. Eso haría. Le sorprendió la necesidad de prisa del chico pero no avanzó cuando los pasos ya estaban ahí y la presencia de aquella chica se hacía más fuerte. Se giro para mirarla de pies a cabeza. Un estilo bastante interesante ¿Y a ella la molestaban por sus zapatillas? Leone, el general era un cabrón.

Chel arqueó una ceja cuando la rubia le lanzó ese beso, pero bufó una risa cuando le saco la lengua <<Bastante infantil>> Pensó, pero sin duda esa chica... era de las suyas. No pidió permiso alguno, se aparto de Sebastian para ir tras esa chica y tomarla del hombro con suavidad.

-¿Cual es tu nombre?- Le pregunto enseguida. Chel no se quedaba con dudas cuando alguien le gustaba.

-Pero que... ¡No Rachel!-Gimió un poco asustado, con los ojos abiertos y una expresión de haber encontrado algo no tan bueno.

La chica se detuvo justo antes de dar un paso más, miró la mano que la detenía y se giró a verla, soltandose y quedando frente a frente. Elena aun tenía la música a todo volumen y el ruido se escuchaba a través de los audifonos, flexionó una pierna y se bajó la diadema de audifonos de la cabeza. Miró a Sebastian de reojo.

-Te ha preguntado su nombre.

-Ah-Dijo la rubia, entendiendo al fin lo que Rachel le había dicho.-Elena.-Miró de nuevo a Sebatian y luego miró a Rachel.-¿Eres nueva?-Sebastían se adelantó.

-Lo es, es nuestra nueva cadete Rachel Benedetto y esta a nuestro cargo.-Se apresuró a decir.

La musica de Elena aun se escuchaba en las orejeras, era DARE de Gorillaz. La rubia continuó mirando a la chica "nueva", sonreía complacida, empezando a jugar con su cabello.

-¿Y ya lo has visto?-Preguntó mientras se agachaba hasta quedar a la altura de los botines de la pelinegra. Eran bonitos, sexys... le gustaban.-¿Ya lo has visto?-Volvió a preguntar levantando la mirada.

-Teniente si nos disculpa, tenemos que seguir nuestro camino.-Sebastian carraspeó de nuevo, interrumpiendo y miró con algo de horror, como Elena se levantaba de nuevo para mirarlo fijamente.

-¿Teniente? -Elena casi rió, nunca nadie la llamaba teniente, por lo menos no quienes ya la conocían.- Bien.-Dijo aguantando una risa.-Entonces Rachel...-le dijo.- es un placer conocerte y conocerlos a ellos, a tus botines por supuesto-Miró sus botines una vez más y se giró para seguir su camino.

-Vayámonos de aquí Rachel.-Sebastían no dudo en tomar el brazo de la morena y continuar con lo suyo, entre más lejos de Elena estuvieran, mejor.

-Espera.-Sebastian se detuvo.-¿Donde esta él?-Preguntó Elena girandose ligeramente.

-En su oficina ¿donde más? -La rubia asintió y se subió las orejera de nuevo.

-Nos vemos Rachel.-Le dijo saludándola dulcemente y volviendo a caminar, tenía que encontrar a Leone, había perdido el rastro de Clarisse y sentía la magia negra de Kellen inundar el sector que Devaney protegía en el futuro.

Elena, era un nombre bonito, interesante y le gustaba, definitivamente esa chica le gustaba en muchos sentidos. Esperaba tener la oportunidad de conocerla en ese lugar, aunque fueran pocos los días. Abrió la boca y no hablo porque Sebastían lo hacía por ella. Frunció el ceño molesta por ese hecho y bueno, a fin de cuentas en ningún momento tuvo la oportunidad de decir algo a la rubia. Ni siquiera para responder esa ultima pregunta mientras ella miraba sus botines.

-Hasta pronto, Elena.- Dijo con calma y se giro para ver a Sebastian que parecía tener prisa por apartarse de ella ¿Abría pasado algo entre ellos? supuso que si porque incluso el moreno le había tomado del brazo y prácticamente se la llevo a otro lugar lejos de la hermosa rubia.

-¡Sebastian!-Se detuvo en seco para que se calmara un poco ¡Diablos! ¿Pero que rayos con este chico?.- ¿Por qué no me dejaste hablar con ella?

El demonio miró a Rachel de reojo y bufó.

-Lo hice por tu bien.-Le dijo casi convencido.-Le gusta jugar y... hacer bromas.-Tragó.-si te toma no te suelta.-Bueno pero no estamos aquí para hablar de la Teniente Elena, por cierto es tu superior también, ella esta en otra área, es una viajera.-Le avisó.-Los viajeros pueden caminar en el tiempo sin ninguna restricción, su tarea es recopilar y almacenar información, de esa manera cuidamos el equilibrio del presente, pasado y futuro.-El moreno continuó su camino, la llevaría a visitar las salas de la sede, por lo menos a las que ella tenía acceso.-¿Que sabes de La Orden Rachel?

Arquea una ceja por lo que decía ¿por su bien? Ella sonrió y negó con la cabeza. Eso no le gustaba, ella podía arreglárselas, Sebastián no tenía por que protegerla o al menos no tanto. No lo miro y puso su mano sobre el hombro del chico.

-Sebastián, puedo cuidarme sóla, ni siquiera mi hermano...- Refiriéndose a Myer-... Ha logrado vencerme ¿tú crees que ella me haría mucho daño?- Rió, tampoco podía ser confiada.- Se que podría hacerme añicos, pero hasta que no pase no lo sabré. De verdad, me gustan estos tipos de retos.- Le guiñó el ojo y asintió, continuando el camino.

Escucho con atención lo que le decía sobre la rubia. Viajera del tiempo. Interesante. La ultima pregunta la dejo pensando.

-Lo único que sé es que hay que proteger a nuestra Diosa y la Orden es parte de, gran equipo que busca no sólo protegerla a ella, también al mundo.

Sebastian miró de reojo a Rachel. ¿Elena vencerla? No conocía las habilidades de Rachel al 100% pero si conocía las de Elena... y ella era peligrosa. Era una chica voluble, divertida y algo mimada, sin embargo cuando se trataba de luchar y sobretodo, defender a su hermano, en ese momento todo cambiaba y ella se convertía en alguien peligroso. Lo había visto una vez, la única vez que Leone había sido derrotado. Aun recordaba los gritos de Elena y el sonido de sus puños golpeando el cristal.

"-Saquenlo de allí, alguien ¡Por favor! ¡Va a matarlo! ¡Saquenlo de allí!"

Había sido duro tanto para él como para ella, jamás habia visto a Leone de esa manera y mucho menos a Elena, estaba desesperada y llorando a lagrima viva sin que nadie le hiciera caso.

Carraspeó.

-Nosotros tampoco conocemos tus habilidades al 100% Rachel.-Le dijo y asintió.-Nuestro objetivo va más allá de la diosa, Artemisa es uno de los miembros fundamentales de La Orden, se podría decir que es el pilar más importante pero no el único.-Sonrió.-Quien fundo La Orden es un secreto, el mejor secreto guardado.-Le guiñó un ojo.-Aquí hay personas realmente poderosas Rachel, seres con los que no te querrás enfrentar. Leone Orendain es una de ellas, aunque nos pese a ambos.-Rió divertido guiandola por otro pasillo que a diferencia de los primeros, tenían paredes de vidrio, dejando ver los laboratorios y camaras de prueba que había a los lados.-él es uno de los miembros más poderosos de La Orden y eso es justamente por lo que es general de sector.

Sebastian la llevó por un pasillo y luego entraron a un elevador de cristal, podía verse todo desde allí.

-¿Sabes que es un general de sector?-Era fundamental, información que ella debía saber para entender.

Asintió. Sabia que no cocinan del todo su potencial y estaba muy segura que no podía utilizarlo del todo, no cuando creían que se trataba de una Bruja de grandes poderes y bla, bla, bla. Se volvería complicado a fin de cuentas. La descubrirían enseguida, al menos por sus habilidades vampiricas. Se relamió los colmillos aun con la boca cerrada y suspiro un segundo.

Hablaba sobre la orden y la verdad era que no sabía mucho... Bueno, en realidad nada de la organización. Suponía que pretendía proteger a la diosa y de más pero nunca fue del todo de su importancia hasta que conoció al rubio y cuando en el Vaticano la nombraron Pedro, pero esa era otra historia.

- No me conoces Sebastián.- Dijo nada más, porque ella adoraba los retos y si había personas tan poderosas, iba a disfrutar enfrentarse. Ella tenía habilidades que en ese lugar no podía utilizar porque iban a delatarla en todos los sentidos: invocar ángeles, utilizar la fuerza de un Dios del que había comenzado a dudar y por supuesto, la tan fabulosa arma de quien representaba al gran apóstol Pedro.

-Bien, pongamos las cosas de este modo.- Dijo de repente mientras miraba a su alrededor. Era un lugar enorme, repleto de lugares lao cuales tendría que investigar. Laboratorios por doquier. Si, era un lugar impresionante. Al entrar al elevador, miro a sebastiana los ojos y le sonrío.- Habla, no me preguntes, evitame la pena de decir "No lo se". Sólo habla y te detendré en caso de tener dudas y, ya deja de mencionar a tu general, porque comienzó a sentir un gran desagrado por él.- Si, por un momento había pensado que Leone seria un buen compañero pero, tenía algo que habría que robar. No serian tan buenos amigos, estaba segura de eso.

-¿Evitarte la pena? Dios, eres una Benedetto ¿como es que la hermana de Myer no conoce puntos básicos de La Orden?-Rió.-Despues de todo ¿quien crees que hizo estas sedes?-El demonio inhaló.-Puro material Benedetto, sobretodo el ala a la que vamos. Es interdimencional.-Pegó una carcajada al escuchar lo de "desagrado por él"-¡Vez! -Entrecerró los ojos.-Justo a eso es a lo que me refiero. Subestimas a La Orden. Cariño...-La miró.-Y no me pegues. Eres preciosa, fuerte y por lo que nos has demostrado hoy nos esperan muchas sorpresas de tu parte, pero la manera en la que tratas a Leone.-Negó con la cabeza.-Las chicas no suelen tratarlo así.-Más bien caían a sus pies y lo adoraban, pero eso no tenía porque decirselo.

El hombre demonio la dirigió a una sala una vez salieron del elevador. Como todo en esa organización, estaba limpio, iluminado y en un estricto orden. La habitación aun así estaba llena de cuadros, había cientos de ellos pegados a la pared, algunos tenían marcos negros, otros amarillos, verdes, rojos, azules y gris hielo, en cada uno había el retrato de una persona dentro.

-Todos ellos son nuestros generales de sector. Son quienes se encargan de vigilar, proteger y mantener en paz cada fracción de este mundo. Sobre sus espaldas esta el peso de miles de vidas -Dijo con los ojos casi brillantes.- por eso son tan importantes. No cualquiera puede serlo, se necesitan agallas y un inmenso poder para ser designado General. -Sebastían parecía tan diferente cuando hablaba de lo que representaba La Orden, estaba orgulloso del papel que él mismo jugaba dentro.

Y ese era el problema ¡no era una maldiga Benedetto! Imaginaba a Myer riéndose de ella pero no le importaba. Chel se arriesgo, lo hacia por su familia, por el hombre que alguna vez la amo y juro que aunque nada de lo que pudieron intentar funciono, la protegería porque eran familia y ella haría lo mismo por él l cualquiera de los miembros de la familia. De su familia.

-Sebastián, esperas mucho de esta Benedetto ¿Verdad? Dime una cosa ¿por qué crees que nadie sabia de mi existencia? No soy como todos los de mi familia, soy completamente diferente... - Se detuvo y dio una vuelta- Mírame... Soy muy diferente de todos... Soy la abeja negra de la familia.- Le guiñó el ojo y continuo con él. Fue lo único que se le ocurrió, la chica que quizá no quiso saber nada de su apellido pero si recibir el entrenamiento físico necesario.

Cuando soltó esa carcajada se le quedo viendo y ella supo una cosa inmediatamente.- No me digas ¿todas caen rendidas a sus pies y le ven como un dios perfecto al cual adorar?- Ahora ella bufo una carcajada.- No Sebastián, él no es la clase de hombre que busco para mi.- Mintió.- Me atraen... Otro tipo...- Coqueteo un poco con él, pero en verdad que sólo jugueteaba con él porque incluso le guiñó el ojo.

Avanzaron hasta llegar a una habitación que parecía bastante especial. Irradiaba algo, era mu... No sabia como explicarlo. Al abrirse paso, noto las miles de fotografías que la decoraban. Entro y miro tanto a hombres como mujeres, todos de apariencia poderosa y una mirada repleta de seguridad. Vaya, que impresionante. Sonrío un poco y se detuvo justo delante de la fotografía de Leone y se cruzo de brazos. Él también era un viajero del futuro, lo supuso por lo de su hermana pero bueno, eso no importaba ¿quiénes serían los Benedetto en todos esos cuadros? ¿Mujer estaría ahí? No lo creía. Era un bastardo bie. Hecho aunque... ¿Protegería a la diosa? Nunca se lo pregunto... Entonces la curiosidad aumento.

- Parece que esta habitación te gusta demasiado, Sebastián.

Sebastian la miraba de reojo, rio por dentro al ver como ella encontraba el retrato del lycan y negó. Leone tenía una capacidad increible de llamar la atención de las mujeres, era un cabrón, sin embargo no por ello ilusionaba a todas, él era especial, no cualquier mujer lograba entrar a la cama del rubio, habia pocas "afortunadas" que al final solo eran desechadas, sexo de una noche, nunca una relación fornal, no despues de Emma. Se acercó a la pelinegra y miro el retrato, Leone era mas jovenen esa foto, la foto cuando fue ascendido a general.

-Es una de mis favoritas.- se llevo las manos a la espalda y observo, algunos cuadros se movieron, cambiaron de fotografia y otros mas de color.- es una habitación atemporal.

Suspiro y ella decidió mirar otras cuantas. Sin apartarse de Sebastain, más bien, sólo dejar de ver al que ese chico admiraba tanto. Seguro eran buenos amigos o muy cercanos, podía creerlo por la forma en la que hablaba de él, bastante admiración, pero no por eso iba a juzgarlo, Sebas no parecía la clase de chico lame botas.

-Entiendo.- Dijo sin dar más, acercándose a la salida, no era como que la habitación llamara mucho la atención. Claro que era emocionante saber que había personas que serían grandes oponentes pero, el factor sorpresa era el mejor.- ¿Qué te parece si continuamos y me sigues explicando sobre esta gran organización?

-No he terminado Rachel.-Le dijo con una sonrisa sin dar un solo paso.-¿No haces preguntas sobre esto? Según tu informe formaras parte de la división Silver bajo ordenes de tu general de sector y bueno... tienes razón-Sonrió.- Benedetto...-Se metió las manos a la bolsa.-La salida no es por allí, es atemporal, si regresas por ese lado volverás al pasado.-Le indicó pasar por otro lado.-La sede funciona en el futuro. Estas personas, cada ser que trabaja aquí ahora mismo no existe en esta linea de tiempo.-Sonrió.- Los generales que vez aquí naceran y se convertiran en generales en el futuro, sin embargo La Orden tiene sedes en diferentes lineas de tiempo, tiempos en donde es necesario.-Sebastian tocó uno de los cuadros. Era una niña que no a tenía más que 10 años, su marco era gris hielo.-La información es poder Rachel.-La miró por un momento. No, Sebastian no era un lame botas, él se había ganado el respeto de Leone así como también su lugar en aquel sitio.-Sigamos.

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Leone se miraba al espejo, no tenía camisa y tocaba con cuidado el area de sus costillas. Rachel le había logrado lastimar dos costillas que tardarían en regenerar.

-Es más de lo que espere.-Susurró y miró de reojo la puerta cerrada.-Toca la puerta la proxima vez, Elena.-El lycan observó como unas suaves manos rodearon su pecho por la espalda y como una nariz pequeña olfateaba sus omoplatos.

-¿Te ha hecho mucho daño?-Susurró ella besando la piel de la espalda dura de lycan. Elena acarició todo el pecho, subiendo de la cintura hasta alcanzar las costillas, sus dedos bailaron por cada hueso como si tocaran piano y luego se detuvo.-Han sido dos.

-Estoy bien-El lobo bajo la mirada a sus manos y con las suyas las cubrió, cerrando sus ojos.

-No me gusta que te hagan daño.-El lycan tomó las manos de su hermana y la giró para quedar frente a frente.-¿Quien ha sido? ¿porque lastima tu hermoso cuerpo?-Preguntó inocente y preocupada.

-No es algo que te incumba Elena. Es parte del entrenamiento.

-Ahora no quiero hacer preguntas y deja de llamarme por mi apellido. Tengo nombre, y me gusta más que me llamen de esa forma. Odio tener beneficios sólo porque mis padres fueron y siguen siendo poderosos brujos.- No miro a Sebastian mientras regresaba con él, alejándose de la puerta que podría llevarla al pasado ¿Por qué no hacerlo? ¿Cómo funcionaría? ¿Sería fácil regresar? Hizo puños sus manso porque ella anhelaba ver una vez más a sus padres, después de todos, la habían separado de ellos cuando apenas era una niña, un odioso vampiro abuso de ella como quiso hasta desecharla y dejarla en manos de personas aun peores que él. Que aunque no la exterminaron por ser un "monstruo" según sus señores, se aprovecharon de sus habilidades. Volviéndola ahora una bestia a las ordenes de un poderoso Dios. La mejor de todos.

-Háblame de esa división a la que perteneceré.

Si, seguro que por eso Sebastian se sentiría satisfecho. Tendría que pensar como moverse sin entrar a la puerta equivocada.

-Bien.-Dijo entusiasmado, era tan fácil complacerlo y también tan fácil saber que pensaba, sin embargo Sebastian no era lo que aparentaba, nada en ese lugar lo era.-La división silver es la división de ataque y defensa de la orden. Siento tener que decirlo pero los Benedetto han aportado mucho a este lugar, tu familia es muy famosa aquí. Bueno hay muchos apellidos famosos por aquí, tendrás que acostumbrarte oveja negra.-Le dijo por lo que ella le había dicho anteriormente.-Y no tienes beneficios Rachel.-Le aseguró.-Por lo menos no en nuestro sector. ¿Tienes alguna otra pregunta? -Le dijo siguiendo caminando, avanzando entre cuadros de generales, en cualquier otro momento Sebastian se preguntaría si hacia lo correcto, Rachel no era una Benedetto y si era un enemigo ella estaba conociendo cosas clave de La Orden, pero al parecer eso no le importaba en absoludo ¿que era lo que ella estaba buscando allí? Más preciso aun... ¿porque Myer Bendetto la había recomendado? No lo sabía pero tampoco pensaría demasiado en eso, ese era asunto de Leone, Sebastian solo se divertiría y disfrutaría de la obra de teatro que ellos montaran.

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-¿Quien es Rachel? -preguntó luego de que ella vendara el pecho del mayor. Leone caminaba revisando papeles con el torso desnudo y vendado, Elena siempre exageraba en sus cuidados pero ese era parte de su encanto.

-Una nueva cadete

-Es guapa.-Elena sonrió de lado sentada en el escritorio, jugando con su Ipod que giraba en el aire suspendido por magia.

-¿Lo es?

-Vamos.-La rubia rió.- Parece que no le caes muy bien, lo sé porque te rompió dos costillas. Me gusta y me disgusta ¡Ah~! -Estiró sus brazos y se acomodó el gorro.-¿Has visto a Margot? -Quería enseñarle su nuevo outfit, seguro que se molestaría terriblemente, pero era una pena porque jamás podría decirle nada.

-No la molestes.-Leone al fin levantó la vista y enarcó una ceja.-Has usado mi camisa.

-Se ve más sexy en mi ¿a que sí?-Se levantó y luego le quitó los papeles de la mano, mirandolo fijamente. Ahora tocarían asuntos más delicados.-Kellen esta aquí, siento su energía Leone y no esta bien.

-Esta grande.-Leone frunció su ceño.-Puede arreglarselas solo.-Pero no era estupido, él sabía que su primo no estaba bien, también había sentido su energía, estaba manchando de sangre el norte de Alemania y eso solo significaba que Devaney tendría que actuar ¿pero como? Devaney no pelearía nunca con dioses, si lo hacia ella moriría. Solo los maestros podían enfrentarse a seres como el pelinegro, desafortunadamente el Branko del futuro no intervendría en cuestiones del pasado, estaba prohibido.

Una sonrisa encantadora se produjo de aquellas palabras. Sería divertido que, cuando todo saliera a la luz, le dieran el credito a su apellido y no a los Benedetto, pero eso ya era pedir demasiado, daba igual de todos modos ¿Por qué querría la aprobación de una organización a la que si duda no pertenecía? Ella era sólo una Británica que no tenía nada más que un nombre y un apellido que alguna vez fue importante en su tierra por ser de los cazadores más poderosos de los cuales ya sólo ella quedaba.

-Si, háblame sobre las demás divisiones y la clase de entrenamiento a la que me someterán. ¿Tú seras parte de mi entrenamiento?

Estaba curiosa, quería preguntar sobre Leone ¿Él de que se encargaría exactamente con ella? No, no se lo iba a preguntar porque no estaba dispuesta a mostrar interés por ese niño. Porque si no era de ese tiempo, significaba que ella era la mayor.

El demonio tocó una pared y de esta se abrió una puerta que los condujo a otro pasillo más largo pero más espacioso que antes. Allí había más personas.

-Teniente.-Dijo Sebastian saludando a un hombre de tez morena con pircings casi por toda la cara. Usaba botas militar y una cazadora negra con parches por doquier.-Bueno nosotros somos una de las divisiones más grandes, pero también están los detectores, a ellos los conoceras tarde que temprano, son seres muy empaticos y a nadie les desagrada.-El chico rió un poco.- La mayoría esta por todas partes, incluso en lugares que no te esperas. Ellos ayudan a mantener un equilibrio emocional en nosotros.

-En teoría los defendemos de ellos mismos.

-Así es, nos defienden de... ¡Lua!-La mujer que les interrumpió sonrió con calma. Su piel era un poco azulada y su cabello era de un rosa muy hermoso, usaba un vestido color blanco que le cubría los tobillos pero que dejaba al descubierto sus hombros.

-Señorita.-Le dijo aquella mujer con voz hermosa mirandola fijamente con sus peculires ojos amarillos-Eres nueva aquí. -Afirmó.-Pregunta lo que tengas que preguntar, el interés no es malo...-le dijo con una sonrisa.-de hecho puede enseñarte muchas cosas buenas.

Rachel miro al ho,bre y saludo con una inclinación, en silencio, pues Sebastian no los presentó, tan sólo lo saludo y ella no podía hacer nada más que saludarle con respeto y avanzar aun junto al moreno. Asentía entendiendo lo que le decía. Estaban los viajeros, a división silver y los detectores. Se detuvo justo cuando escucho la voz femenina.

La miro con gran interés. Era tan diferente ¡Completamente diferente a lo que acostumbraba ver! Los ojos de la Vandercraft brillaron y se acerco sin dudarlo para tocar un poco de su cabello, tomo su palabra, era curiosa.

-¿Qué es lo que eres?. Cuestiono. Era hermosa, aun con esa apariencia... ¿Qué clase de criatura era?. Sonrió y retrocedió.- Rachel Benedetto, un placer... ¿Lua?- Podía llamarla de esa forma o ¿tenía algún titulo?- ¿Eres parte de los detectores?

Lua rió al escucharla, era tan mona y tan dulce, sentía las emociones de ella volando a su alrededor como chispas. Pero no era eso lo que llamaba la atención de Lua, lo que le interesaba era la fuerza de su caracter y también un secreto que cargaba pero que era parte de su misión.

-No me refería a saciar tu curiosidad por mi.-Le sonrió abiertamente y rió por ello, Lua era dulce.-Soy una Náyade.-La mujer miró a Sebastian y este solo oculto su risa, Rachelparecía una niña.-Puedes llamarme Lua, es mi nombre.-Lua volvió a reir, estaba emocionada también.-Si, soy una de ellos pero no todos somos iguales.-Le contestó antes de cualquier cosa.

-Sorprendente.- Respondió, tan sincera como siempre y miro a la chica con una enorme sonrisa y no como la de esas chicas un tanto torpes, más bien, una sonrisa segura e incluso poderosa, tan segura de ella misma.

-Bueno, haz sido tu quien me ha causado más curiosidad.- Se sincero. Una Náyade, investigaría y bueno, ya vería que hacer con esa información.- Puedo imaginarlo. Deben ser toda una clase... Sorprendente .- Dijo y se aparto un poco más de Lua.- ¿Cómo llegaste aquí? Digo, no debió ser tan fácil ¿Verdad? -Chel giro un poco para ver al moreno y noto que quería ocultar una risa. Tenía que conocerla, porque aunque tuviera un carácter en batalla, podía ser un poco diferente fuera del campo, más relajada pero no por eso débil, siempre con la guardia en alto.