L&R - Primer encuentro.

-Ups- Había expresado cuando dijo eso del sostén. Sebastían... ¿Cómo terminarían ellos dos? Seguro ya tenían una historia, le preguntaría cuando estuvieran solas en la habitación, ahí podrían decirse de todo ¡Qué divertido! Chel había avanzado hasta que sintió que le tomaron la mano para detenerla. Se giro y lo vio a él. Sus ojos se abrieron de golpe y desvió la mirada <<Sangre>> Trago de nuevo saliva. Tenían que apresurarse.

Arqueó las cejas cuando le entrego el caso y le dio la indicación. Chel rió y negó con la cabeza.- No seas cobarde Sebastian, sólo esta vez lo are por ti.- Le guiño el ojo y con una de sus manos limpió un poco de sangre que aun tenía cerca de sus labios. Se aparto de él dándole la espalda para acercarse a Elena y entregarle el saco.- Por favor, pontelo, así él podrá actuar más rápido.- Si, tenía prisa porque estaba ansiosa, termino lamiendo el dedo con el que había limpiado la sangre de Sebastian... Mala idea ¡Mala idea!

Los ojos de Elena brillaron, algo no andaba bien. Se aseguró el sacó y mirando la espalda de Sebastian, la tomó de la mano, se acercó a ella y la inclinó.-No vas a engañarme.-Susurró-Yo voy a llevarte.-Jaló a Rachel pegándose a una pared y desapareciendo de esta. Elena había visto esa hambre en los vampiros, los ojos de Rachel, la sensualidad al caminar, la velocidad, ella hipnotizaba, los vampiros tenían esa virtud, era sin duda una muy buena actris, podía ngañar a todo el pelotón pero no podría engañarla a ella, sabía que ni siquiera a Sebastian ni a Leone el punto era ¿porque no la habían descubierto? -Son unos sádicos... -Susurró.-dejar que una chica tan bonita como tu sufra de esta manera.-Habían entrado a un cuarto de control, no había nadie, Elena no era estúpida.-Shhh...-La miró.-¿Porque has ocultado tu identidad? -Oh no la delataría, además ninguna vampiro jamás había bebido de ella, Leone nunca la dejaría, ni Khato ni que decir de su madre... así que ¿porque no probar? Se quitó el saco.-Quiero entrar.-Dijo con el ceño fruncido.-en lo que sea que estes haciendo, quiero participar también.

Rachel mantenía la calma aunque por dentro una caos comenzaba. Cada parte de su cuerpo, cada célula exigía el elixir de la vida, pero tenia que aguantar hasta que llegaran con Frida. No espero que Elena la tomara de la mano y le dijera aquellas cosas. Frunció el ceño pero para cuando quiso una explicación ya se pegaban a una pared y aparecían en otra habitación. Odiaba ese tipo de viajes.

-¿Que diablos crees...- no termino la frase cuando ya le había descubierto. Sonrió aunque aun estaba sorprendió. No le sorprendía, después de todo se trataba de la orden. Abrió la boca pero no salio nada ¿La rubia quería entrar? ¿Qué?

-Elena... ¿Hablas en serio?- cuestiono apoyando sus manos sobre su cintura.- ...- bueno, que más daba, por mucho que lo negará, Elena era especial, lo sabia, había algo en ella que le atraía. Era como... No estaba segura, sólo sabia que Elena seria muy importante para ella. No fingió más. Se apoyo en una pared. Necesitaba liberarse un poco y dejo que sus ojos se volvieran carmín, asi como dejo que sus colmillos brotaran. Rachel era hermosa y lo era aun más por su nueva naturaleza.

-¿No es obvio? No hubiera entrado aquí, ni siquiera hubiera sido tomada en serio.- Se le quedo viendo unos segundos a la rubia ¿Ella con loa rusos? No, Oleg no soportaría su desorden pero...- ¿Sabes lo que es la mafia rusa, Elena? Cuestiono y se mantuvo alejada. No cometería locuras, no en su primer día.

Elena sonrió al verla ¡estaba con un vampiro! Los lobos y los vampiros eran enemigos por naturaleza, sin embargo había cierta fascinación por una raza y otra. -Que mona.-Se acercó.-¿Pero porque ser una bruja? aquí también se admiten vampiros.-Bueno, había conocido a vampiros en la orden, más nunca en una relación tan "intima" Se acercó más a ella.-He escuchado, si.-Bajo la camisa blanca de su hombro solo un poco.-¿Si tienes hambre porque no me muerdes a mi? No te acusaré, lo prometo.-Sus colmillos, ella también tenía colmillos, sobretodo cuando quería carne.

-....- Suspiro y se le quedo viendo unos segundos.- Soy nadie en este mundo Elena, mi familia, mi todo desapareció, nadie recuerda lo que alguna vez fue la familia Vandercraft.- Dijo sin ningún problema, ya sabía que era una vampira, que más daba si conocía su verdadero nombre.- Además...- bufó una risa.- qué mejor que pedirle ayuda a uno de los brujos más poderosos. Si no fuer por él, seguro que hubiera tenido más pruebas, me hubieran investigado y me hubieran echado a patadas de aquí.- <<Por qué estoy "ayudando" a los malos>> Si, ella era parte del Vaticano y si buscaban un poco lo sabrían, era una "asesina", ella junto con los demás apóstoles se encargaban de eliminar a todos los seres de la noche porque Dios no los había creado y eran una "abominación" de Satán. Estupideces del clérigo.

Rachel se le quedo viendo unos segundos y soltó una carcajada ¿En verdad se estaba ofreciendo a alimentarla? Elena en verdad era un encanto y una loca extremista ¿Así de desordenada era? Si, al parecer disfrutaba de la vida sin ningún remordimiento.- Dame tu mano Elena.- Le dijo mientras extendida la de ella.- Nunca ofrezcas tu cuello a un vampiro... ni a mi aunque iniciemos una amistad. Lo entenderás con el paso del tiempo ¿Vale?- Acerco la muñeca de Elena a su boca y la lamió, no iba a esperar y no iba a negarse a recibir algo cuando la rubia la había llevado quien sabe a donde para darle algo que beber. Mostró un poco sus colmillos y mordió para comenzar a beber. Chel gruño, después de todo era una loba y aunque a la morena le parecía algo sumamente estúpido, la enemistad entre las razas era natural.

Una mordida de un vampiro significaba una marca, significaba posesión,. -Quiero saberlo aho...-Sus ojos azules se abrieron sin poder terminar lo que iba a decirle, miró sus colmillos y un escalofrio recorrió su espalda, casi sonrió por ello.-Oh...-Suspiró mientras la sangre viajaba hasta la boca de la morena.-Mi sangre va directo a ti...-dijo aun con el ceño ligeramente fruncido y la sonrisa de oreja a oreja.-Es como si la llamaras, que curioso... ay!-Se removió un poco, sentía caliente esa área.-¿Que pasaría si lo ofrezco? -Sus mejillas se sonrojaron, se sentía un poco tibia en su piel.-¿Me matará? -Ladeo su cabecita, sus ojos azules brillaron por el encanto de saber que un vampiro estaba bebiendo de ella.

Chel la miraba directamente a los ojos mientras bebía. Sonrió un poco mientras saboreaba su sangre. No sabía mal, nada mal pero bueno, bebió sólo lo necesario para calmar su necesidad tan intensa. Listo, había obtenido lo necesario, aparto sus dientes y lamió la herida para cerrarla y borrar la marca, Chel no pretendía marcarla ni mucho menos poseerla.

-Gracias...- Le dijo y se acerco para darle un beso en la mejilla, se aparto de ella y llevo una de sus manos a su propio cuello.- Si no es tu pareja puede utilizarte sólo para sus beneficios Elena y no es nada divertido.- Le sonrió y suspiro satisfecha, podria soportar por más tiempo, después de todo, había bebido de una poderosa y desordenada híbrida.

Usan la manipulación cuando beben de tu cuello, ¿Es eso lo que quieres decirme? -Cuestionó interesada, vaya. Ella no tenía conocidos vampiros más que su tio Cys, aunque este era mitad vampiro.-¿Estas satisfecha batgirl?-Sonrió estirandose y acomodando su camisa de nuevo, tronó su cuello y luego miró de nuevo su muñeca, eso había sido raro.-¿Que decias entonces de la mafia Rusa? ¿Es por ello que entraste aquí?-Se dio una vuelta en su propio eje y volvió a su atuendo militar, aunque este era más bien una falda azul marino, un saco blanco con condecoraciones y una camisa a juego. La rubia había cambiado su atuendo por uno más formal a decir verdad más maduro.-Y entonces ¿que si yo quiero entrar a la mafia rusa?-Acomodó sus guantes blancos y abrió una puerta para salir.

Chel negó con la cabeza cuando la rubia llego a esa conclusión. Le sonrió y acomodo un poco su cabello.- La manipulación se puede dar no importa el lugar que muerda, si quisiera en este momento podría controlarte pero eso no es lo mío o al menos jamas lo he intentado.- Porque si lo intentaba, sólo lo haría con un ser para destruirlo de la forma más ruin.- Esta zona...- Toco su cuello.- Es especial, cerca de la yugular. Sólo no dejes que un vampiro extraño te muerda ahí, es difícil de explicar, ni siquiera yo he terminado de entenderlos.- Si, ella no era una vampira pura sangre.- No puedo darte mucha información de eso, nos costaría la vida pero...- Sonrió.- En mis manos no esta que entres, tendría que llevarte con él.- Refiriéndose a Oleg Yasikov. La observo, se miraba diferente, podía incluso decir que con esa vestimenta parecía una chica más responsable. "¿Estas dispuesta a traicionar a la orden por ayudarme a mi y mis aliados?", cuestiono pasando por un lado de ella para salir de aquel lugar, todo en su cabeza pues esas palabras no eran convenientes usarlas en ese lugar donde podrían ser grabadas. Ya había cometido un error, no lo cometería dos veces.

Salió despues de ella, cerrando la puerta a su espalda. Acomodó su peinado sin dejar de avanzar, la miró de reojo ¿no terminaba de entenderlo? ¿Era una convertida acaso? -Así que es eso.-Ella trabajaba para la mafia Rusa.-¿Cuantos años tienes? -En media hora se vería con el consejo, Leone y todos los generales irían a atender cuestiones de importancia. Ella había sido elegida para una misión así que tendría que comportarse, por el momento. -Es una pena que no lo hayas intentado.-Le dijo luego de un par de minutos en silencio, refiriéndose a la manipulación.-Yo ya lo hubiera hecho, sin importar si fuese cercano o no a mi.-Sonrió.-Gracias por no manipularme.-Terminó por ponerse unos aretes modestos a juego con su ropa.-Ese de allá es el hangar donde tu Fiona debe estar. Esperaré con ansias el conocer a... -"la mafia rusa" Deletreó en silencio solo para que ella lo viera.-No me esperes despierta.-Rió y siguió caminando, cruzándose con un pasillo que iba perpendicular al suyo.

-Teniente.-La voz profunda de Leone hizo que la rubia levantara la mano y saludara de forma militar.-Acomode su corbata.-Le dijo mirando el cuello de la camisa de la chica.

-General, oh... si.-Elena acomodó su corbata y el Orendain volvió a caminar, mirando de reojo a Rachel, sonriendo de lado mientras avanzaba con su hermana detrás. Mañana pasaría la mayor parte del día con ella así que si era sensata, lo mejor sería descansar.

-¿En donde estaba?-La voz de Sebastian sonó a las espaldas de Rachel, Leone y Elena se habían ido ya.-¿D-Donde esta la teniente?-Preguntó mirando a la morena, tenía un mejor aspecto.

-...-No dijo nada, simplemente avanzó y la miraba con calma. No estaba segura de lo que se refería al decirle aquello pero bueno, sólo .- Tengo 22 años.- Chel bufó una risa, no esperaba otra respuesta de la rubia, ella gozaba de imaginarlo pero seguro que nunca había sido manipulada, era horrible, desagradable hacerlas cosas que no deseabas realizar.- No sabe solo que dices niña- Verbalizo mientras apoyaba su mano sobre el hombro de la loba. Elena era bastante interesante. Negó con la cabeza- Frida, Elena. Su nombre es Frida. Gracias. Tendrás que convencerme Elenita.- Comenzó a alejerase de ella.- Adiós cariño, te echare de menos.- Sonrió, se sentía más tranquila porque su sed había disminuido la cosa fue escuchar aquella voz. Giro para verlo. Se trataba de él. Negó con la cabeza y dio la vuelta para seguir su camino, no espero toparse con Sebastian. Arqueó una ceja. Sebastían era encantador.

-Tuve que vestirla. Al parecer tenía una reunión.- Se alejo del moreno para buscar el hangar donde estaba su Frida, quería sus cosas, la ventaja de que Elena supiera la verdad era que no tendría que ocultar nada cuando estuvieran en la habitación. <<Aunque... la mafia rusa no es para ella>> pensó, sería complicado, era peligroso ¿Cómo sobreviviría cuando era tan desordenada? <<Olge querría matarla con sus propias manos>> pensó pero sonrió, Chel la protegería.

-Bien...-dijo avanzando a donde Leone y Elena se habían perdido.-No olvides la cita de mañana ¿de acuerdo? En punto en la oficina central, alguien pasará por ti a tu habitación.-Sonrió y continuó caminando, Rachel se miraba mejor ¿que habría pasado?

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Leone avanzaba dando enormes zancadas, era rápido y había un llamado de alerta. Usaba un traje militar, como de general mientras en sus hombros usaba un saco más grande y tosco, parecía una capa pero tenía lineas y medallas de condecoración colgadas en sus hombros.

-¿Para que me han llamado a mi?-Preguntó Elena, caminando a la par, pasando frente a muchos que hacian las labores diaras, muestro, información, todo.-Si es por Creta...

-Es tu madre.-Leone la miró de reojo y Elena guardó silencio, jamás perdonaría a su madre por lo que le había hecho a su padre, ahora que lo sabía en ese tiempo, era dificil no guardar rencores.-es un asunto que no te incumbe, Elena.-Le dijo con voz firme, colocandose frente a un identificador que paso un laser por sobre ellos, dejandolos entrar a una sala que se abría por ambas pueras.

-General Orendain.-Sonrió un hombre, mirándolo fijamente y luego mirando a Elena.-Es bueno saber que ella también esta en este tiempo.

-Es irrelevante.-El lobo pasó a un lado y tomó asiento en un un espacio de aquella mesa triangular.-¿Que esta sucediendo?

-Sabes lo importante que es la familia Orendain en este y en el tiempo del futuro.-Un anciano habló, mirando a Leone fijamente. En aquel lugar había varias personas ocultas en las sombras.-Mira esto.-La habitación estaba completarme obscura pero alrededor de lo que se suponía deberían ser paredes, se proyecto una imagen, como una pantalla de cine alrededor de ellos.

-No puede ser.-Elena abrió sus ojos de par en par, ¿era Kellen? La imagen era apenas visible pero ella jamás podría no reconocer a su adorado primo mayor. En el video se miraba al pelinegro manchado de sangre, había cadaveres por todas partes y también se le miraba diferente, era pura maldad en ese momento.

-No pareces sorprendido Leone, pensé que te causaría más impacto.-el anciano miro a Elena- eres su pri

-Se lo que soy.-El rubio lo miraba, sabía que Kellen estaba allí y por supuesto que sabía que estaba descontrolado, algo había pasado, algo que podía más con el autocontrol del Orendain pelinegro.

-Entonces, como al parecer no te sorprende, Mandaremos al pelotón del sector de Alemania.

-No.-El lycan se levantó.-Iré yo mismo.

-Objeción...-Habló una mujer al fondo, era azul y escamas, en lugar de cabello parecía no tener nada, más que una mucuosidad que cubría todo su cuerpo. Pese a ello era preciosa.

-Denegada...-Dijo el anciano, levantandose.-¿Que piensa hacer general Orendain? No es su sector, le pertenece al Allgemein.

-Ella estará de acuerdo con que sea yo quien lo haga.

-Eso es cuestionable, -habló la misma mujer pez- El obscuro sigue en su sector, es su deber.

-¿Dejaremos que siga matando?-Leone sonrió de lado.-A mi no me importa.-Caminó dispuesto a marcharse.-El Allgemein de Alemania jamás a peleado contra un dios.-Se detuvo.

-Permiso consedido.-El anciano frunció el ceño.-Esto aun se mantiene estable, sin embargo si sigue aumentando, llamaremos a los Masters.-Elena miró a Leone y al anciano, llamar a un master era demaciado, Leone había tenido que ser controlado por uno y no había sido bonito.-Teniente Elena.

-Señor.-La rubia lo miró, se mantenía en silencio.

-Busca al Allgemein.-El anciano rió.-No es propio de ella desaparecer así.-La rubia asintió, lo que menos quería era buscar a Dev, pero no tenía otra opción, era una orden directa.

Chel asintió y asintió una y otra vez mientras el moreno hablaba. Ya no se miraba tan nervioso. Asi que la sola presencia de esa rubia lo hacia perder el control o al menos un poco, no creía que Sebas fuera tan influenciables. Negó para ella y se despidió de él para avanzar a la dirección que Elena le había dado. Se detuvo frente a la puerta y sonrió ¡Ahí estaría su Frida! Abrió con calma, no se escondía de nadie o eso esperaba y mucho menos tenia prisa, seguro llegaría a su habitación antes del toque de queda.

Abrió y noto que todo estaba completamente oscuro, no era problema para la Vandercraft. Comenzó a avanzar al interior de aquel enorme lugar. Su objetivo era solo Frida pero lo que había dentro...

-General Orendain, ¡General Orendain!-Leone se detuvo mientras se giraba para ver a Elena, ella estaba preocupada, sabia lo que significaba que la junta de generales se hubiese reunido de esa manera. Estaban presagiando una guerra, una guerra contra la familia Orendain si Kellen no se detenia.-Esto... es peligroso. ¿Que vamos a hacer? Es... es Kellen.-Intentó verse tranquila pero no podía.-Y Clarisse... aun no sabemos nada de ella.

-Clarisse es asunto de otro sector.

-Leone.-Rugió la loba.-¿Como puedes decir eso? Clarisse es importante es... tal vez ella.

-Ella no es mi prioridad ¿Ella ha causado masacres como su hermano? -La rubia bajo la mirada, afortunadamente estaban solos en el pasillo. Su hermano siempre hacia un escaneo de las prioridades, siempre se iba por aquello que causaba más daño pero, ¿Y Clarisse? Su prima estaba desaparecida también, además Kellen adoraba a Cisse ¿Acaso no era importante?-Mirame.-La mano del lycan levantó el mentón de su hermana. Sabía que ella se preocupaba pero actuar de esa manera no resolvería nada.-No podemos buscar a Clarisse si no detenemos a Kellen antes, por lo menos hasta que ellos se sientan satisfechos.-Le sonrió de lado, animándola a su manera.-Busca a la generala, necesito saber si esta aquí.-Porque tampoco sentía la esencia de la pelinegra.

-Claro, como ella y yo somos tan amigas~-Susurró entrecerrando los ojos y desviando la mirada.

-Así como Rachel y tu.-El rubio la observó con detenimiento, Elena sonrió de lado, la manera en que había hablado era más fria de lo normal.

-¿Que pasa con ello? ¿Acaso no puedo?

-No es algo que me interese. -Volvió a caminar, dandole la espalda a la teniente que aun lo miraba curiosa.-No cometas tonterias.-Elena se tocó la muñeca y sonrió de lado, oh! si tan solo su hermanito supiera la tontería que ya había hecho.

Rachel Vandercraft parecía una niña en una gran tienda de juguetes ¡Sólo para ella! Ciertamente Frida estaba en ese lugar oscuro pero con ella había más de diez motos, autos espectaculares u otros no tanto. Un lugar bastante interesante, repleto de seguridad que con facilidad esquivo, no tocaba nada de lo que miraba aunque bueno, una que otra moto le llamaba tanto. deseaba montarla y dar sólo una vuelta, no quería que Frida se molestará con ella. Rió por ese patetico pensamiento.

-Como si ella tuviera vida.- Se susurro a ella misma y de nuevo se rió porque por mucho que lo intento, seguía refiriéndose a la moto como algo convida pero... podría sonar muy loco, había llamado a su moto Frida para no sentirse tan sola cuando el Vaticano la utilizaba con frecuencia y la mandaba a exterminar lo que alguna vez pensó eran sus enemigos. Sacudió la cabeza, no iba a pensar en ello y mucho menos recordar a todos los hijos de puta que abusaron de su confianza y su estúpida ingenuidad.

Avanzó, miro a su alrededor, encontró de todo un poco: BMW Motorrad, se soprendió al ver una Zündapp, era hermosa y vieja, ya no se fabricaban en la actualidad, un increible tesoro ¿A quien le pertenecería? Seguro a uno de los más antiguos en la orden. Encontró una Beta, una Garelli e incluso Ducati. Sobre autos, había demasiados y de todas las marcas pero no llamaban su atención como las motos.

Se acerco a una totalmente oscuro, estaba a 3 puestos de Frida pero bueno, tenía que aprovechar ya que seguro que la regañarían por no estar en su habitación cuando el toque de queda ya estaba ¿o no? Ni siquiera sabía a que hora era pero valdría la pena. Se alejo de la moto ajena y fue hasta donde Frida.

-Maravilloso ¿Verdad?- Dijo a la moto mientras buscaba un compartimiento secreto de donde saco una bonita valija además de un estuche especial donde guardaba su alimento de todos los días, en caso de no encontrar un candidato perfecto del cual alimentarse.Estaba todo intacto, era hora de regresar, mañana tendría una dura prueba, una más ¡Genial! La orden comenzaba a... gustarle.

-Avisa al pelotón de Buck.-Ordenó mientras Sebastian aparecía tras él como una sombra.-Iremos a buscar al hijo prodigo.-Sonrió mientras el moreno asentía y desaparecía con la misma velocidad, mañana en la mañana, a primera hora de ser necesario irían a realizar un barrido especial por toda Alemania. Continuó caminando, debía ser él quien mirara el equipo de transporte, usar magia para protegerlo de los niveles de miomasa que Kellen manejaría, sería el único escudo y la única manera de poder proteger al pelotón, por lo menos el tiempo suficiente. Esperaba que Elena picara el anzuelo y fuera en buscar de Clarisse antes que de Dev, Clarisse era su barco de salida para regresarlo al mundo de la consciencia.

Tronó su cuello mientras avanzaba, muchos de los miembros de la Orden trabajaban a esa hora de la noche, pudo ver a algunos generales que lo miraban con interes, sobretodo a la chica pez.

-No seas tan confiado-Le detuvo del pecho encontrandose cara a cara.-Vas a morder el polvo con el obscuro.-Le dijo subiendo su mano por su torax y deteniendola en su rostro, a un palmo de tocarle la barbilla, pues justo en ese instante, la mano del lycan sujetaba la de ella con fuerza.

-No involucres asuntos personales con el trabajo, pecesillo.-Le miró con seriedad, soltando la mano de aquella mujer.

-Imbecil-Las escamas de la mujer se erizaron, sus ojos se habían obscurecido.

-Buenas noches Marina.-Volvió a caminar, la chica pez era sexy, habían tenido una noche bastante erótica pero nada más. No estaba interesado en chicas peces despues de todo. Continuó caminando hasta que se detuvo por un instante, sonriendo y apagando su esencia totalmente, con una mano en el bolsillo y aun esa gabardina enorme en sus anchos hombros. ¿Que hacia aquella ratoncita mentirosa en su almacen particular? Al parecer había ido por la moto, ¿que nadie le había dicho? A la cueva del león nadie entraba.

-¿Verdad?-Sonrió de lado mientras cruzaba sus brazos y se recargaba a una de las paredes, observándola fijamente ¿que era eso que había tomado? -Cadete, las niñas buenas van a dormir temprano.

Rachel ya habían cerrado el compartimiento secreto en su vehiculo. Miro con calma sus pertenecías en especial el estuche que debía cuidar, esconderlo del resto porque, bueno o malo, aunque sabia que era más malo que bueno, no debía permitir que descubrieran su secreto aunque ¿Si Elena lo supo, por qué no lo sabrían Sebastian y Leone? Bueno, seguiría con el juego hasta que se lo permitieran.

Chel se quedo unos segundos quieta cuando escucho la voz masculina. Frunció el ceño ¿Desde cuando la observaba? ¿Por qué no había percibido si esencia? Giro lentamente para encontrarse con esa mirada azulina (¿Si son azules sus ojos, verdad? D;, con esa sonrisa masculina y confiada. Irritante a su parecer. Escondió disimuladamente su estuche y sobrio de la misma manera para su General. Se le que viendo unos segundos. Él tenía un parecido bastante...

-Yo no veo ninguna niña buena por aquí, general.

Le respondió sin apartar la mirada, al menos segundos porque se tenia que guardar su estuche, no quería que él rubio estuviera de curioso. La guardo con calma, sin darle su verdadera importancia. No quería que la notara.

- ¿Necesita algo, General?- cuestiono, deseando que se fuera, no quería que se entrometiera, ni mucho menos que se acercara. La alarmaba su presencia, supuso que se trataba de esa rivalidad vampiro-lobo porque solo un lycan le ponía la piel chinita.

-Eso me temo, cadete.-Caminó hacia ella.-Pero para eso estoy yo aquí.-Sus ojos azules hielo se clavaron en los obscuros de ella. Rachel tenía todo el aire desafiante que debía tener, no era debil y eso le impresionaba pero no era suficiente.-Debería estar en su habitación, descansado. Partiremos al amanecer ¿no te has enterado? -Se acercó lo suficiente.-No esta permitido entrar aquí.-Ignoró lo que ella había guardado, no era tiempo de hacer más investigaciones. No aun, necesitaba sus habilidades y que le confirmaba algo que ya venía sospechando desde antes.-Vuelva a su habitación cadete.

Chel retrocedió con sigilo, no queriendo mostrar inseguridad ante él porque... bueno ¡Era el general! No le temía peri tampoco quería cometer errores, se esforzaría por mantener la boca cerrada o algo así. Frunció ligeramente el ceño y no aparto su oscuro mirar del claro de él, no dejándose intimidar, no lo permitiría de nuevo.- ¿Qué?- Cuestiono, terminando por toparse con Frida, se sintió un tanto acorralada cuando él se acerco lo suficiente.- ¿Quién lo dice? ¿Tú?- Bufo una suave risilla, Chel estaba rompiendo el intento de promesa que se hizo.- Frida esta aquí, en tal caso, tengo el mismo derecho que cualquiera para entrar y salir cuando me plazca, es mi vehículo después de todo y, si tan importante es la misión de mañana, usted también ya debería estar en su cama. Con su permiso.- Termino, intentando alejarse de él porque era el momento de apartarse de ese hombre ¡La ponía nerviosa! al menos hasta cierto punto y no le gustaba ¿Por qué ahora? Era ridículo, además, se trataba de su pequeña inseguridad al creer que por poco la descubría.

Rio por lo bajo, sin dejar de verla.-¿Quien más se necesita para dar una orden?-La sujeto del brazo antes de que ella pasara de largo.-Voy a aclarar un punto, solo por esta vez.-Sonrió de lado.-En este pelotón quien da las ordenes soy yo. Si tu fallas mañana, falló yo..-negó.-y yo nunca fallo.-La soltó.-Su rostro se volvió un tanto más serio, menos burlón.-No me has impresionado Rachel, tienes que esforzarte un poco más.-Se dio la vuelta, no había podido descubrir lo que ella estaba ocultando, pero tampoco había mucha prisa para eso. El rastreador que tenía en el bolsillo sonó, habían encontrado a Kellen, tendrían que partir mañana por la mañana.-...-Se detuvo, mirando a la morena de reojo.-Tu moto es mia ahora Benedetto, todo lo que esta aquí es mio.-Y la miró, incluso ella le pertenecía, porque estaba bajo su cuidado por supuesto.-Y no me gusta que toquen lo que me pertenece.-Tronó los dedos y como si existiera un tunel de gusano atemporal, regreso a Rachel segundos antes de entrara al hangar donde estaba Frida, la puerta estaba cerrada esta vez y el reloj se había atrasado. Era como si hubiera regresado al pasado 5 minutos atrás.-Buenas noches, cadete.

Justo en el momento en que la sujeto su piel se erizo por completo. Había hecho puño su mano, estuvo apunto de golpearlo por pura inercia pero logro detenerse al escucharlo hablar. Cuando la solto se giro para verlo de frente, tenía el ceño fruncido.- ¡Tú a mi...- Abrió los ojos de más. Como deseo darle una paliza, golpearlo hasta sentirse satisfecha pero...- ¡¿Qué?! ¡Estas muy equivocado... ¡Leone!- No tuvo tiempo de gritarle como tano deseo cuando ya estaba fuera del angar. Miro con cierta desesperación a su al rededor y tenso la quijada...- ¡Hijo de puta!- Grito golpeando la gran puerta un par de veces, hasta que la pateó muy, muy enojada.- Me las vas a pagar Leone. Ni Frida ni mucho menos yo somos tuyas ¡Nunca!- Hizo un suave berrinche y comenzó a alejarse. Malñana tendrían una misión o lo que fuera ¿Sorprenderlo? No lo necesitaba, ella sólo necesitaba la información y el... anillo... que él...- ¡Joder!- él tenía el anillo.

-Te estas divirtiendo con eso.-Sebastian apareció de la nada, caminando con normalidad al lado de Leone. El lycan llevaba una mano en el bolsillo y la otra jugando con su anillo. Rachel olía delicioso.-No es agradable que uses a tus subordinado como medio para desestresarte, joder. Eres un cabrón.

-¿Ya diste el aviso?

-Si.-Sebastian se rascó la cabeza.-Salimos al amanecer, Buck encabezara como siempre el pelotón, avisé a los demás comandantes de escuadrón que solo irá el pelotón directo al general. Estuvieron de acuerdo, servirán de contención si las cosas se ponen... ya sabes.-Leone le miró de reojo, sabía a que se refería.

-Que no vayan.-Sebastián se giró a verlo.-No es necesario que sufran tantas bajas.

-Estas loco ¡Es un puto dios enfermo! Esta matando mujeres ¡con una mierda! tiene el maldito afrodisiaco heredado ¿sabes que significa eso? Es un jodido gigolo ¡y lo disfruta! Y el Branko de este tiempo...-Tembló.-sería una catástrofe doble.


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Elena caminaba por los pasillos, necesitaba prepararse para buscar a Clarisse, en todo caso Clarisse no sería la misma de siempre. Ademas también debía ir a por Dev y eso... bueno ya no sentía el mismo rencor por ella que antes pero no por ello dejaba de ser en ocasiones, incomodo.

Chel había terminado por alejarse del hangar y dirigirse a la habitación que compartía con la rubia. Tenía con ella aun los objeto, con eso era suficiente pero no iba a perdonarle de ninguna manera a Leone el que dijera que su frida era suya. Le hervía la sangre. Sonrió mientras caminaba, iba a a dejarle muy claras las cosas porque por mucho que fuera su general no iba a dejarlo que se sobrepasara.- Esto ya es personal, Leone.- Saboreo el sólo decir su nombre pero en seguida lo ignoro, en ese momento no pondría especial atención a nadie, sólo al anillo y la información que necesitaba, sólo eso.

Al llegar a su habitación no hizo más que ponerse cómoda y meterse a la cama. Dormiría lo necesario para estar lista el día siguiente, debía aprovechar y tomar cuando le dieran.

Elena caminó por los pasillos hasta llegar a los elevadores, subió con cuidado y se dirigió a la habitación que compartía con la morena. Se detuvo antes de abrir la puerta. Rachel no tenía porque enterarse de sus preocupaciones...-que dificil es conocer a una amiga.-Susurró con burla hacia sí misma y paso de largo, iría a por Clarisse Orendain y en el camino intentaría contactarse con Devaney Jaeger. Las dos opciones eran dificiles de encontrar, pero no podía deteerse, no cuando su amado primo estaba en la mira de la Orden,.

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Estaba obscuro, los pasillos del enorme salón de baile estaba obscuro, apenas iluminado por la luz de la luna, apenas y se podía ver el contorno de su estilizada y sexy silueta. Sus ojos verdes brillaban en ese obscuridad, estaban más brillantes de lo normal, eran casi electricos porque hacia poco había comido.

"Eres como una cachorra recíen descubierta"

La voz que le susurraba no la había dejado tranquila, ella despertaba todos los días con los colmillos de loba de fuera, sus garras rompian sus sabanas, se sentía perdida, con miedo ¿quien era? Ella había creido ser una humana toda su vida pero ahora despertaba una naturaleza desconocida y la cual le asustaba.

"Te ves tan bella confundida y perdida, queriedo comer y resistiendo tu hambre"

Clarisse se dobló con maestría, intentando bailar e ignorando la voz que sonaba en su cabeza y se veía en los reflejos de los cientos de espejos que había allí. Dio un giro y otro y otro intentando borrar las imágenes, la sangre, sus victimas y el deseo, pero tal parecía que nada la hacia cambiar.

-...-Un golpe seco y ella cayó con dramatismo al suelo, estirada como bailarina en medio de la noche, ella sudaba y respiraba agitada, sus pupilas estaban dilatadas, ella se estaba perdiendo. Se convertiría en una salvaje, moriría o sería elevada al olimpo, ¿que era lo que quería Apolo? Clarisse no tenía memorias, no aun, pero avece, aveces los flechazos de memorias llegaban, parpadeando y desapareciendo.

"Mi amada Clarisse, no dejare que nadie te dañe. Porque eres mi adorada hermana"

-Ke...-Clarisse sintió un ardor en su espalda, gritó con fuerza haciéndose un ovillo, respirando apenas, el tatuaje de mariposa que se había hecho para no olvidar se activaba, quemaba como mil infiernos, como brazas ardientes contra su alechada piel blanca.-¡Ahhgg!-Gritó una vez más, sudando, retorciéndose, "Prefiero morir que matar humanos" se dijo.