Oleg y Svetlana: La primera vez que te vi

Dio un salto y entonces, en un elegante movimiento su cuerpo humano cambio al animal que era. Una hermosa loba parda, con una mirada violeta intensa, esquivando los obstaculos del camino para salir de aquella avalancha, arrastrando consigo a varios de los seres que la seguían. Era más fácil atacar en su forma animal, pero de la misma manera era más fácil evidenciar su vulnerabilidad. Gruñó y luego aulló, necesitaba la ayuda de su líder.


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-Lo siento, solo...-se llevó una mano a su corazón y luego sonrió ligeramente.-Me pregunto, que me diría mamá en estos momentos.-Se dio unas palmaditas en sus mejillas, no valía nada pensar en lo que no pasaría.-Ya tengo a alguien en mente, gracias hermanito, le diré a Chel que me acompañe yo te mantendré informada.-Caminó y tomó su celular.-Te quiero Nicky, mucho.

Había mandado a Danya a la habitación. Oleg tenía asuntos que tratar con algunos de sus hombres, en especial con su más fiel mano derecha. Pensar en su reacción le hacía sonreír. Sabía que Vasilliy iba a tomarse esa noticia con maravilla, al igual que sus hijos pero, no tenía opción, primero hablaría con el moreno, era más que necesario. Se mantuvo en el Lobby de aquel hermoso hotel y un aullido lo hizo estremecer. Giro hacía la salida del hotel y frunció el ceño, algo no estaba bien, pero por mucho que deseara intervenir no podía hacerlo... no era el tiempo correcto.

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-...-Esas palabras fueron un tanto duras para él.. Su madre... ¿Qué hubiera dicho su madre en ese momento? Cerro los ojos. Joder, seguía afectándole como si el accidente hubiera sido horas antes.- Estoy seguro que mamá...- Suspiro, no sabía que decir exactamente pero iba a intentarlo.-... mamá te diría que pese a la situación, las cosas saldrían bien a su tiempo... el siempre fue su aliado, Nark... confía y recuerda que no estas sola.- Abrió sus ojos y dejo de hacer las cosas para tomar asiento unos segundos.-.... oh... bueno, cuando te comuniques con ella hazmelo saber ¿Si? No quiero que les pase nada a ninguna de las dos....-Si, le preocupaban ambas mujeres pero no quiso indagar más en al Vandercraft....- Y yo a ti Nark... te amo mocosa.- Sonrió.... supuso que la llamada llegaba a su fin... y no quería dejarla ir sola.

Cayó rendida cerca de un pedazo de prado nevado. Respiraba agitada, con una pata herida por el movimiento. Poco a poco regresó a su apariencia humana, quedando desnuda en aquel lugar helado.

-Svetlana.-La voz de un hombre la hizo parpadear, lenvantandose lentamente para ser cubierta por un abrigo rojo.-Te dije que buscaras ayuda.

-Pude sobrevivir.-Le dijo cubriendose y mirando su muñeca, se la había torcido. Se quejo.-¿Donde esta el auto?-Pregunto, aquel hombre la miraba entre la fascinación y el deseo.-Deja de verme así.

-Eres mia, no lo olvides.

-Jamás olvido nada. -Se encogió de hombros y se acercó a él.-Pero tu tampoco olvides el trato que hemos hecho. Soy tuya como mercenaria y como aliada... pero mi cuerpo y mi corazón, son libres Rasputin.

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Finalizó la llamada con un beso y luego miró su celular, pensando si sería buena idea o no. Al final sonrió y con su natural encanto y vitalidad marcó.

-Rachel!-Rió con ese acento ruso inconfundible-Prepara tus maletas, nos vamos a Noruega.-Cerró su maleta y luego se giro para verse en el espejo.-

Oleg llego hasta donde una oficina en la que se sintió aun más intranquila. Joder, estaba molesto y era extraño, se rió de él unos segundos porque tenía años sin sentirse de tal manera. Joder, quiso golpearlo todo pero la llegada de aquel pelirrojo (Aun no le tengo nombre D:) lo hizo no controlarse del todo.

-¿Señor?

-Guarda silencio, no es el momento.

-Señor, he localizado a Vasilliy, ahora mismo esta...

Oleg gruño y le lanzó una mirada peligrosa. El pelirrojo se mantuvo tranquilo y espero, le daría el tiempo necesario a su señor. Claro, ver a su esposa después de tanto tiempo y no poder reclamarla... seguro era de lo peor.

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Rachel Vandercraft estaba en casa de uno de sus poderosos aliados. Estaba frente a una gran ventana mirando el hermoso jardín. Suspiro unos segundos hasta que sintió detrás de ella aquel hombre que tanto pretendía protegerla.

-Pareces intranquila, Vandercraft.

La morena giro los ojos y de un codazo intento alejar al rubio, peo este parecía conocer bien sus movimientos.

-No molestes, Myer. No estoy de humor para tus bromitas.

-Bueno, bueno, bueno, que se ha despertado con las garras filosas esta pequeña leopardo.- Y el rubio bebía un poco de vino mientras se sentaba con comodidad.- ¿Qué p...

No termino la pregunta cuando el movil de la morena sono. Con una señal le pidió que guardara silenció y respondió con una hermosa sonrisa. Italia le daba un calor que de alguna manera no le daba la paz que esperaba.

-NArkissa, que gusto escucharte... Ya ha pasado tiempo.- Y era verdad. Guardo silenció y escucho lo que le pedía.- ¿Noruega?- Soltó una pequeña Risa- Muy bien, entonces nos veremos en Noruega...-Y la morena avanzo, se iría hacer su maleta.- ¿Esta todo bien, Nark?- Si, era extraño o no del todo pero, algo no iba bien y pensó que tal vez su extraño sentir era por su familia, los Yasikov.

Miraba las montañas, miraba el ambiente helado de Noruega. Todo era tan frio, tan vacio en ocasiones.

-¿Que tienes? -preguntó aquel hombre, intentando que los ojos de esa hermosa lo miraran. Habían pasado ya 15 malditos años y ella no sentian da por él... nada.-Svetlana.

-No he podido conseguir el colmillo del lobo. Los cazadores que me atacaron eran más de los que pensaba, estan aquí por algo. No puedo irme tan facilmente.

-Tu temporada aquí ha terminado, viajaremos a Alaska esta misma noche.-Le dijo tomando su mano, besandola y embriagandose del aroma que esa hermosa mujer tenía... un aroma que solo le pertenecía a él porque nadie más lo podía percibir. Tanto tiempo y nunca los habían encontrado.

-Basta.-Svetlana se alejó y frunció el ceño, el tacto en esa ocasión le había repugnado terriblemente, ¿porque? Rasputín la adoraba pero ella no podía quererlo, no podía sentir atracción por él y menos... joder, ¿porque se sentía tan desesperada? -Me quedaré por un tiempo más, tengo que resolver unas cosas.

-¿Que cosas? ¿A quien te encontraste Svetlana?-El hombre la había acorralado, abriendo su abrigo rojo, mirándola en él, mirando su hermoso cuerpo blanco en un abrigo de piel roja. Toda ella, sus senos, sus pezones, su vientre, su monte de venus, sus muslos, sus piernas ¡toda! era suya.-¿Es que hay alguien que te este reteniendo? Dimelo.-Gruñó, con sus ojos negros con ligeras ojeras negras por debajo.

-Mi jefe me prometió vacacioness.-Le dijo sin cohibirse por su mirada, pese a lo asqueroso que era.-Y yo las necesito Rasputín.-Frunció el ceño.-ademas, tu te has encargado de eliminar a cualquiera que me interese, ¿porque habría de interesarme alguien ahora?-Sonrió de lado, aun acostada en el asiento de la limusina.

-Tienes razón.-El hombre bajó su mano de su cuello hasta en medio de sus senos, su vientre... se endureció, lamió sus labios y se inclinó para olerla.-Svetlana, por ti mataría, por ti te mataría incluso para que fueras solo mia.

-Lo sé.-Le dijo sin dejar de verlo, aguantando su lujuria. Maldito, maldito fuera.-Quiero estar más tiempo en Noruega, Rasputín.

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-Lo esta.-Dijo aunque no sonrió del todo.-Solo han pasado algunas cosas que tengo qeu contarte.-Rió por eso y se tocó las pestañas, se miraba aun en el espejo ¿que le había gustado a Ashran? ¿Que era lo que él veía en ella? -¿Estas con alguien?-Preguntó curiosa.

La conversación con su fiel duro al menos unos 30 minutos. Era simple, él quería que investigaran a Svetlana. Quería saber con quién estaba, quién se había atrevido a llevársela y alejarla de él por tanto tiempo, si, Oleg no iba a tener piedad con ese hijo de puta. Apretó los puños. Sospechaba de uno, sólo uno pero no, no diría aun sus sospechas.
-Entonces ¿Necesita que avisemos a alguien más?
Oleg negó con la cabeza. Sabía que aquello correspondía a su hijo Nikolay pero no, no era el momento para decirle la verdad, sabía que sería mucho más difícil para él que para el resto.
-No, sera mejor que se apresuren.
Y con una reverencia Oleg se quedo solo. Tomo asiento en la silla presidencial y cerro los ojos. Sonrió.
-¿Qué es lo que pretendes Svetlana? Ya me volviste loco una vez ¿Lo harás de nuevo?...-Bufó una risa.- Eres la misma...

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-Muy bien, entonces saldré en el siguiente vuelo a Noruega ¿Algún lugar en especial?- Cuestiono y entones ya tenía al rubio frente a ella con el ceño fruncido. Chel se detuvo y levanto el mentón. No, Myer o iba a detenerla.

-¿A donde crees que vas sin avisarme?

-¿Has escuchado, no? Hazte a un lado.-Dijo y después escucho a NArk y sonrió.- Nadie importante en realidad, sólo un viejo amigo. Quizá después solo conozcas.- Y le guiño el ojo a Myer para irse a un lado y apresurarse pero su sorpresa fue ver sus maletas justo delante de ella. Miro a Myer.

-Mejor vete pantera(me equivoque de animal xDDD), ya todo esta listo.- LE guiño el ojo y regreso a su lugar para tomar de su copa. Chel frunció el ceño, eso no era bueno, tendría un precio peo por Nark, valía la pena.

-Lucas deja a la señorita Svetlana en su hotel y luego dirigete al areopuerto. Nos vamos esta misma noche.-El chofer había contestado con un "claro" por la bocina mientras Rasputín seguía sobre la pelinegra. La miraba con intensidad, sin perder ningun detalle.-Volveré por ti dentro de una semana Svetlana, que pases unas lindas vacaciones, mi amor.

Luego de unos instantes más, la pelinegra entraba a su habitació. Usaba aun el abrigo de piel rojo y su muñeca aun estaba lastimada. Mordió sus labios, era una princionera a pesar de todo pero le debía mucho a ese hombre. Luego de la muerte de su familia ella había sobrevivido por él.

-No muerdas la mano que te da de comer.-Susurró para ella mientras entraba a la ducha y se miraba al espejo.-Oleg Yasikov...-Sonrió un poco sin darse cuenta, ese hombre era un misterio.-Pero soy libre Oleg, ni tu ni nadie puede tener mi corazón. Nadie para no romperlo.

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-Nos veremos en el areopuerto, te llamaré cuando llegue, yo saldre en dos horas.-Sonrió-No le digas a papá que iré ¿esta bien? llegaremos de sorpresa. Nos vemos Chel~-Colgó y luego salió de la habitación, Anubis cargaba con las maletas pues había regresado un día atrás para atenderla.

-¿Esta bien señorita?

-Si, solo un poco nerviosa...yo era la ultima en esta casa, creo que dejare Japón por un buen rato.-le contesto

Suspiro mientras intentaba hacer cuentas en su cabeza. Tenía que cerrar acuerdos con algunos, con otros renovar y bueno, había mercancía la cual entregar. Eso era lo más divertido, cuando la policía pretendía atrapar algo que jamas alcanzaría. Humanos intentando mantener "la paz" en la tierra, cuando él era quien lo conseguía pero la verdad era que no podía concentrarse. Ella no lo dejaba. Cerro sus ojos y la imagino, recordó el beso que le había dado. Lo cerca que le había tenido, la forma en la que había disfrutado de toda ella en cuestión de segundos.- Svetlana.- Murmuro y su cuerpo reacciono, se calentaba. La necesitaba, quería escucharla, quería tenerla a su lado... quería sentirla de nuevo, como cuando eran marido y mujer, aunque aun lo eran pero... ella no lo recordaba.

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Chel afirmo lo que Nark le decía y terminada la llamada, salió de la casa del Benedetto si antes escuchar su advertencía, debía cuidarse de los demas apostoles, en especial de Akihiko, porque en el Vaticano, no sabían que ella estaba donde estaba, la creían en una misión.

Terminó por arreglarse. Saldría, tenía que salir antes de que Oleg Yasikov y Danya y los nombres de sus hijos la abrumaran. Era una noche joven, necesitaba sexo, relajarse, adrenalina, lo que fuera. Ese cretino no le quitaría el sueño, se dormiría agotada y se levantaría fresca para enfrentarle una vez más.

-Sigue durmiendo con tu amada amanete Oleg, yo no pensaré en ti ni en tu boca nunca más.-Dijo autosufienciente, sin pensar que se equivocaría el resto de la noche.

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Subió al avión, estaba cansada, necesitaba Ashran... un momento ¿lo necesitaba? Prendió su celular pese a las indicaciones de la aeromosa.-....-Marcó Ashran, ¿donde estaba? ¿porque la había dejado así como así? Maldito, solo necesitaba beber de ella.

Seguía recordandola pero mil y un preguntas rondaban su cabeza ¿con quien estaría? ¿Qué haría con ese alguien? ¿Sería un hombre? ¿Una mujer? Gruño, quería saber donde estaba, quería saber que hacía ¿Por qué se ocultaba en un disfraz? Trago y lanzó su cabeza hacía atrás.
-La necesito....-Gruño y se puso de pie. Iría a buscarla. Era simplemente imposible quedarse ahí pretendiendo algo imposible. NEcesitaba a su mujer... ¡Joder, la necesitaba!

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Chel ya iba en dirección al Aeropuerto. Iba en silencio, pensando un poco en la situación en la que se encontraría en cuestión de días. Cerro los ojos, tenía que encontrarse con Constantine Moncrieff. Bufó y justo en ese momento su móvil sonó. Sonrió al ver la pantalla.

-Vaya, al menos ahora se que sigues con vida.

-Vamos, Chel no estoy para bromas.

-¿Qué es lo que quieres, Nick?

La pelinegra sonrió un poco. Ya imaginaba porque le había llamado, pero lo dejo hablar, era tan predesible.

-Si, ella estará conmigo. No, no te diré a donde vamos pero te prometo que la cuidare.

Continuaron hablando un poco, hasta que llegara al aeropuerto. Él quería verla y le pidió algo así como una cita. Chel acepto, después se vería con él... sucedería algo muy interesante.

Se había colocado la peluca de cabello corto de nuevo. Se había puesto un vestido color azul rey y unos tacones altos con algunas piedrecillas en el tacón. Se veía espectacular, era una loba espues de todo, madura, sensual y poderosa. No le tenía miedo a los hombres y no tenía ni un minimo interes en coquetear con ellos, porque no tenía que hacerlo para llamar su atención.

Entró a un club privado y la musica la ensordeció por un instante, era magnifico no pensar ni desear nada más que sentir los movimientos de aquellas personas bailando, sentir el aire cargado de calor y deseo. Si, se sentía muy bien bailar de esa manera.

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-Contesta..

-Señorita no se puede hacer llamadas a celular.-Narkissa frunció el ceño y apago su movil, sintiendo que algo quería salir de sus ojos, ¿porque no le contestaba? -¿Que ha pasado Ashran?

Salió con toda la calma de aquel hotel. Oleg había aprendido a mantener la calma en la peor de las situaciones. Recordó aquella fecha en la que perdió a Svetlana. Se había contenido frente a sus hijos, se había visto fuerte frente a todos sus hombres, porque era Oleg Yasikov y se vengaría de quien se había atrevido. Había necesitado mil noches para lograr canalizar aquel sentimiento tan intenso y aun no terminaba, aun sabiendo que ella estaba con vida, aun sentía un terrible odio y unas grandes ganas de matar. Bufó y ya salía del grandisimo hotel. Caminaría y seguiría su delicioso aroma... era tan excitante, Años sin poder disfrutarlo como en ese momento.

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El teléfono del albino sonó y sonó y sonó pero jamas respondió porque el móvil del chico se quedaba en algunas de sus casas mientras que él cuidaba de cerca a su mejor amigo... quería verlo morir... era su misión.

Se inclinó y subió de nuevo, meneó sus caderas de un lado a otro para al final dar una vuelta y empujar su pecho hacia afuera, una y otra y otra vez. Empezaba a sudar, necesitaba agua.

-De frambuesa por favor.-Pidió al llegar a la barra.

-Me llamó Dian...-Ella se encogió de hombros, ese hombre había hablado muy cerca de su oreja.

-Hola Dían, ¿no es muy noche para que los niños sigan despierto?-El hombre rió y Svetlana cogió su bebida, tomandola de un solo sorbo para luego dejarla en la barra y volver a la pista. No coqueteaba cuando bailaba, punto y final, no tenía ganas de que nadie se le acercara.

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Se había quedado dormida. Llegaría en la madrugada, esperaba que Rachel también llegara a esa hora, de cualquier forma le hablaría despues.-Ashran...-Susurró, ¿que había pasado? ¿Donde estaba? Él siempre le reclamaba por no hablar, por no contestar sus llamadas y ahora que ella lo buscaba el se negaba.-....-Despertó de golpe a los pocos instantes. Tenía entre sus manos la caja de Franko, esa carta y esa lista de musica que no había podido dejar de escuchar. -Algo te esta pasando Franko... al...-Sus ojos se abrieron de par en par y entonces lo vio, vio a Franko peleando con alguien, a Violette llorando, a Franko muriendo y a alguien más intentando matarlo. Despues observo un nombre "Ragnarock", miro un camino y luego un establecimiento, como una discoteca, más grande y más acojedor ¿era ese el Ragnarock? ¿Era allí a donde habían llevado a su amigo?

El líder de los Yasikov caminaba con elegancia por las calles de aquella hermosa ciudad. Era peligroso, había decidido salir sin guardia alguna pero no temía, no había nada ni nadie que podría hacerle daño o al menos las personas que en verdad podrían hacerle daño eran parte de su familia. Arqueó una ceja y se detuvo justo delante de un elegante y gran antro o lo que fuera, prefería llamarlos discotecas.
-Что вы делаете, Светлана? [¿Qué es lo que haces, Svetlana?]- Dijo con tanta libertad y avanzó, se abriría paso entre el bullicio de personas que deseaba entrar al lugar.

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Ashran ya conocía aquel enorme lugar repleto de tecnología. Cada rincón, cada habitación y cada miembros. Todos seres interesantes, Vanirios, bersekers, humanos, ángeles, híbridos e incluso semidioses. Una poderoso grupo que no se percato de su presencia. Soltó una carcajada y se acerco al cuerpo inerte de su mejor amigo.
-Te lo advertí, Franko.... mil veces y no me escuchaste- Decía riendo, una mentira en realidad.- Pero ¿Qué podía hacer? Me he divertido bastante viendo cada día como morirías.- Si, porque Ashran lo había visto mil y un veces, moría, su mejor amigo lo abandonaba como todo lo que amaba. En ese momento pensó en Narkissa y gruño porque no la quería compartir con nadie, ni con Franko y sabía que ella se preocupaba por él... le molestaba demasiado.

¿Que era lo que hacia? Ella bailaba en la pista, adoraba bailar y más que nada amaba bailar tango, era una pena que no hubiese tango en ese momento. Su cuerpo se relajaba, liberaba endorfinas, liberaba todo el estres de ese día y pese a su muñeca lastimada, ella seguía moviendose. Era mejor que pensar en Rasputin, en su vida, en sus misiones o en el misterioso Oleg Yasikov.

Se detuvo, había sentido un escalofrio recorrerle la espina dorsal, alguien estaba allí, alguien entre las sombras que el antro no podía dejar ver a simple vista.

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Jadeó al despertar, estaba agotada. ¿Desde cuando habían llegado? Sentía que los oidos le zumbaban... esa visión había sido tan clara, tenía que encontrar a Franko ¡lo más pronto posible! Intentó marcar al número del pelinegro pero no funcionaba ¿que estaría pasando? -Ashran, soy Narkissa, no encuentro a Franko, estoy preocupada, t-tuve una visión, no me gusta como se ve Ash, porfavor contestame!-El mensaje de voz lo había mandado apenas piso el aeropuerto.

Entrar fue tan fácil como robarle una paleta a un niño. Siempre, sabían quien era él y bueno, aunque ese antro no era de su propiedad, podría serlo cuando él quisiera, pero por ahora no necesitaba de ese establecimiento, no, les dejaría disfrutar aun de su diversión tan... Desordenada. Entro, no necesito hacer circo maroma y teatro porque por su dulce olor la encontró. Tomo asiento en una de las barras y pidió su bebida preferida; Vodka. La encontró, estaba bailando. Sonrío, Disfruto de lo que veía. Ella estaba desatada, sabia que estaba estrenada y algo le estaba causando ruido ¿sería él? Esperaba que si, que su encuentro fuera tan intenso que comenzará a recordar, aunque sea de poco a poco su historia.

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Asaran miro su teléfono. Mensaje de voz, de ella. Entrecerró los ojos y frunció el ceño. Gruño y lo lanzo a un lado, donde sea, no quería escucharlo porque sabia que estaba preocupada por el azabache. Negó y golpeo la pared con la mano, grito. No podía ir a buscarla, no lo tenía permitido, aun no era el tiempo... Tenía que esperar... Ella tenía que estar bien... ¡Ella tenía que estar bien!
-No pienses en él, ¡!!maldita sea!!!

Frunció el ceño ligeramente y luego sonrió para sus adentros. Oleg Yasikov, ¿quería disfrutar de ella? Pues que lo hiciera, ese beso era lo único que tendría de Svetlana, que disfrutara el fruto prohibido, porque jamás comería de él. La pelinegra sonrió y tomó del hombro a un hombre, invitandolo con eso bailar, se pegó a él pero sin tocarlo exactamente y al ritmo de una canción remix de Lady gaga dejo que él tomara su cintura, moviendo sus caderas de un lado a otro, como una lambada más exótica y sin tantos brincos, incitando y a la vez alejando, como un baile privado y exclusivo para él.

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Narkissa bajo del avión y marcó a su amiga. Se sentía algo perdida, agitada a decir verdad, necesitaba guardar compostura y un poco de porte o si no iba a eloquecer.-¿Chel?-Sus labios temblaron un poco y con su maleta en mano se dirigió a una pequeña cafetería dentro del aeropuerto.-Ya estoy aquí.

Bebió y continuo observándola. Sonrió un tanto de lado. Su mujer pretendía hacerlo enojar, pero él lo iba a disfrutar. Noto la forma en la que invito aquel hombre a bailar. Frunció un poco el ceño. Una ligera amenaza. Ese hombre se atrevía a tocar algo de su mujer y conocería la luz que estaba a final del tunel, oh si, ella sabía, estaba muy seguro de ello, de lo peligroso que era, no sólo como su jefe, también como su hombre.. si, SU hombre. Sonrió un poco más y brindo en el nombre de la mujer que robaba por segunda vez su corazón.

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Rachel ya tenía un par de horas en aquel aeropuerto. Miraba algunos de los puestos. Bonita ropa, bonitos accesorios, deliciosas bebidas y la comida... bueno, quería esperar a Narkissa para comer con ella. Su móvil sono y no dudo en responder.- Nark...-La escucho y entonces se encamino.- ¿En donde te busco, cariño?- Cuestiono pero en realidad no necesito ubicación porque cuando menos lo espero, ya estaba frente aquella cafetería. Soltó una risa tan a su estilo... Chel era hermosa, sensual, llamaba la atención... tanto como la hermosa Nark.- Ya te veo, ahora te alcanzo.- Termino la llamad ay entro a la cafetería ¡Que gusto era verla!

Sus ojos se afilaron y soltó al hombre, más bien dejo que él siguiera intentando acariciarla pero ella empezó a caminar en dirección a Oleg. Estaba enojada, lo hacia aproposito, ¿él no entendía que ella quería alejarse de él?

-¿Estas siguiendome?-Sonrió un tanto irritada, más bien... ansiosa.-¿Tan impaciente estas por volverme a ver? -Dijo mientras se recargaba con una mano en la mesa de él, tomando el vodka que él tenía en la mano y bebiendoselo ella de un solo trago.

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Narkissa levantó su vista y sonrió, levantandose para abrazarla del gusto.-¡Chel!-Dijo con ese encantador acento ruso.-Te vez hermosa, ¿te hice esperar?-Se sentó en la silla y poco le importó si la miraban.-¿Ya has comido? -Ella tenía un hambre feroz, además estaba algo debil, había tenido visiones muy freceutnes y de larga duración, se alegraba de no haberse desamayado.

Ella iba hacía él. Victoria para el Ruso Yasikov. Se planto frente de él y ¡Que sorpresa! ella le arrebataba el vodka, tan ella.- ¿Seguirte?.- Sonrió a su estilo, como el ruso pura sangre que era.- Creo que otra persona es la impaciente.- Se relamió los labios y la tomo del mentón y le sonrió.- Pareces molesta Lana... Te vez preciosa...-Y le acarició la piel, lo poco que podía tocarle.

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Chel respondió el abrazó que la morena le daba. En verdad que le daba un gusto tenerla cerca, habían pasado algunos meses pero lo importante es que ya estaban juntas.- Gracias Nark, tu te vez aun más hermosa.- Se sentó frente a ella. Negó.- No tanto en realidad.- Aunque si lo había hecho pero todo se lo perdonaba a la morena.- No, te he esperado... ¿Qué pasa Nark? No te vez bien.- Si, Esa pequeña mujer no podía engañarla.

El que él se relamiera los labios le hizo pensar en muchas cosas. Una donde él estaba besando su vientre o acariciando su clitoris con esa lengua, besando su hombro y ella succionando la piel dura de su pecho, la punta aterciopelada de su...-Gracias.-Alejo la mano de él de su mentón y le miró por lo alto.-Entonces, supongo que no te molestara si me voy a de aquí.

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-mmm...-acomodo su cabello hacia atrás y luego colocó sus manos en su regazo.-Han pasado muchas cosas.-Rió un poco.-Vladimir esta saliendo con una chica, ¿ya la conoces? Se llama Hana.-Sonrió.-Niky ha regresado.-Miró a Rachel, sus ojos violetas sabían que entre ellos existía algo, pero no diría nada más, porque tampoco había hablado de más cuando Vladimir y ella.-Papá tiene una novia, se llama Danya, esta esperando un bebé, tendre un hermanito!-Eran sin duda muchas cosas, tanto tiempo...

Y apenas le alejo la mano del mentón, con la otra le tomaba de la cintura y la acercaba más a él... en realidad la pegó tanto como pudo a su cuerpo.- En realidad, me molestaría bastante.- Mientras la sujetaba de la cintura con una mano, con la otra tomaba de nuevo su mentón.- Dime Lana ¿En que has pensado?.- Se inclino e inhalo sobre su cuello.- Tu olor incrementa, tus pupilas se han dilatado...- Como tenía ganas de lamerla y morderla... pero no, no en ese lugar.

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Chel asintió. Sabía que habían pasado bastantes cosas con los Yasikov. Había hablado con Vlad en algunos momentos y otros con Oleg. Si, ese hombre no perdía el contacto con ella... lo quería bastante. Asintió de nuevo.- Le conocí ya hace un tiempo...-Rió un poco.- No fue en realidad el mejor de los encuentros, le debo una disculpa y espero poder comenzar de nuevo con Hana.- Porque pese a lo que pudo existir entre ella y Vlad, eso ya era pasado, él había sido y seguiría siendo un gran amigo y gran apoyo.- Lo se, me alegra que este de nuevo en casa.- Y lo que le cayo como balde con agua helada fue la noticia de oleg.- ¡¿Qué?! ¿Esta... un bebé?...- Si, la Vandercraft no se lo espero... Sabía de la relación del Yasikov pero nunca imagino que... <<Es hombre, tiene necesidades... o bueno, es un lobo>> pensó.- Dime Nark... ¿Qué esta pasando contigo?-Si, ella quería saber de ella, no de los demás.

Son reacciones del cuerpo debido a la adrenalina.-Le contesto sin moverse si quiere.-Sucede cuando alguien esta a punto de hacer algo que requiera mucha energía.-Frunció su ceño.-Pelar es un de ellas, Oleg.-Lo empujo con lentitud y firmeza a la vez para soltarse, Svetlana no estaba divertida, no cuando ese hombre parecía leer sus reacciones. Cretino.-Mejor ve a jugar al investigador con alguien más, ah...-Se giró y se detuvo.-No intentes seguirme Oleg, existen muchas otras cosas que pasan cuando me preparo para pelear.-Y eso no le convenía a ese lobo o... tal vez a la que no le convenía era a ella.

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Levantó la mirada y se sonrojo, aunque al momento carraspeo.-Bueno han pasado cosas que ni siquiera yo puedo explicarme.

-¿Gustan algo de tomar? -El hombre se acercó, esperando su pedido, miraba Rachel y luego a Narkissa.

-Capucchino con canela y ah... ¿tienen tarta de manzana? ¿Que vas a pedir tu Chel?-Intento calmarse y luego continuó con su relato.-Es una historia larga pero creo que... -negó y luego la miró fijamente- me he imprimado, Chel...

-hmmm- Expreso solamente mientras ella pretendía alejarse de él. En realidad lo hizo, tan sólo le siguió con la mirada porque por mucho que ella intentara alejarse de él no iba a lograrlo.- Si no te perdí hace más de 20 años aun cuando me rechazaste mil veces....- Bufó una risa y pidió un vodka más... iría a por ella, esa noche sería muy divertida. Se bebió todo de un trago y se puso de pie, iría a por ella.

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-....-Se mantuvo en silenció esperando la respuesta de Nark. Mesero interrumpiendo la conversación. Encantadores, en verdad, cuando se lo proponían.- Un café americano y ¿Tiene Tiramisu?... Por favor, una rebanada.- Dijo coqueta, le encantaba ese postre y siempre que tenía la oportunidad lo comía. Miro fijamente a Nark. Le estaba dando vueltas al asunto... ella no era así, eso le hizo suponer que lo que le pasaba en verdad era algo muy, muy importante y ante todo intimidante para ella y bueno... lo era.-...-Se le quedo viendo con los ojos bien abiertos, le sonrió.- Nark ¿No es eso maravilloso?... oh...-Su expresión se volvió sería ¿Es que ese chico le había hecho daño?

Ella salió a la intemperie, tomando uno de los abrigos de otra mujer, ocultaria su olor por unos instantes, Oleg la seguiría, lo sabía, era un juego y ella sin saberlo estaba jugando. La adrenalina corrió por su piel y su cabello negro salió al aire libre mientras ella quitaba su peluca, ya no tenía porque ocultarse, ese Yasikov sabía perfectamente quien era ella.

Svetlana subió unas escaleras al llegar a un callejon, entrando a lo que parecía una escuela o una enorme salón. Las luces se encendieron, había personas, lycantropos, algunos vampiros, hadas, seres mágicos reunidos en ese hermoso bar que pocos sabían que existía.

-Svetlana..-Uno de los hombres la miró, era un lagarto que se trasformaba en humano.-¿Quieres compañía?-Ella sonrió y le empujo. No, no la quería.-Bueno, tu te lo pierdes.-Le sonrió con sus afilados dientes amarillos, Svetlana tan solo caminó a una mesa, la pista de baile estaba frente a ella pero en eso momento quería relajarse. Se quitó el abrigo y dejo al descubierto sus hombros y su cuello. Se veía hermosa y elegante, tomó un poco de vodka y prendió un cigarrillo largo, de esos negros que usaban las personas finas en los tiempos de antes, ella adoraba el drama y esas cursilerías y sin embargo... saber que Oleg llegaría en cualquier momento la ponía a mil.-Joder...-Apagó el cigarro y bebido el vodka, ¿porque le intrigaba tanto ese hombre?

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-N-No!-Dijo un poco alarmada por ello, bueno, no es como si le hubiera hecho daño directamente... ¿o tal vez sí? ¿Porque ya no estaba con ella? ¿Porque se había ido así como así sin siquiera despedirse? Sin darse cuenta sus ojos lagrimaron un poco.-Es... yo no lo sé. Él, dioses ni si quiera se si puede comportarse como un adulto.-Apretó los labios.-No se que hacer.-Apretó sus dedos ligeramente sobre la mesa y rió un poco.-No contesta mis llamadas.