Devianey/Kellen

Se giró a verla cuando ella mencionó el nombre de su padre ¿Franko? ¿ el bebe se llamaba Franko? ¿Tan segura estaba de que seria un niño? Sacudió la cabeza, esa pregunta era la de menor. Extendió las manos. Y tomo las de ella y la miro con mucha molestia cuando dijo eso ultimo. Le castro, bastante.- ¡Nunca!- Le grito para que ella pusiera atención a él.- Escucha bien Letizia Copobianco de Orendain.- Recalcó.- Nunca vuelvas a maldecir el vientre que acuno a nuestros dos hijos ¡Jamás! Porque ahor en él crece un tercero.- Y luego suspiro y la acercó para abrazarla. Le sorprendió un poco que mencionara lo que pasaba con él y Kellen... Eso no podía ser asunto de su mujer porque Branko simplemente estaba dejando ser a su hijo, Kellen encontraría la razón que lo obligaría a darle rienda a su vida.- Pude haberte hecho daño ¡Dios! - La soltó y la tomo de las mejillas.- Te deseo tanto Letizia, no pretendía detenerme, mucho menos tomar medidas. Quería amarte como un loco y...- Bajo la mirada. Él pudo haberle causado el peor de los daños por su incensates.- Amare a Franko tanto como amo a Kellen y Clarisse.sera nuestro hijo... ¿Me escuchaste?...-Si, Branko no iba a permitir que su hijo perdiera la vida. Suspiro y pego su frente a la de ella. Estaba molesto aun por el secreto.

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Kellen había caminado sigilosamente hacia su habitación, aunque se había detenido cerca de la habitación de sus padres. Había escuchado parte de la discusión. Se había sorprendido y no por lo que le pasaba a su madre, más bien, fueron otras palabras que lo dejaron en shock. Se apresuró y se encerró en su habitación. Apago la luz que iluminaba su habitación y salió al balcón, había tomado un puro y suspiro con una sonrisa. No iba a pensar en sus padres, lo haría en Devaney porque esa chica lo había retado y no deseaba escuchar en su cabeza las palabras de su padre.

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Un gruñido desde el fondo de su garganta resonó cuando estaba completamente dentro de ella. Suspiro y abrió sus ojos para disfrutar de sus movimientos y de sus pechos moviéndose de arriaba abajo. Deslizó sus manos lentamente sobre el cuerpo de su preciosa esposa para acariciar con delicadeza y dedicación los botones rozados que ya hacían erectos y seguramente muy sensibles. Su mujer estaba embarazada¡Dios! Seria padre de nuevo y quería disfrutarla, amarla más de loo quena la amaba y lo haría, los transmitiría.

-No pares Freyja... Lo haces... Ah~ se siente maravilloso... Te amo...te amo.-y apretó sus pechos, sus bolas se contraían.

Letizia no podía evitar llorar, sentía que el aire le faltaba un poco, asentía a las palabras del moreno pero aun así.-¿Querías? ¿Y-Ya no vas a... a tocarme? -Se llevó una mano a la boca, sabía que era tonto, pero estaba un tanto agobiada en ese momento.-Será un bebé fuerte.-Hipó.-T-Tenemos que protegerlo...-bajo la mirada, aunque eso significara sacrificarse, ser demaciado cuidadosos.-Se que... s-será dificil...-porque eso significaba que no podría seguir su ritmo, que se tendría que separar más.-....p-pero no quiero alejarme de ti. -Su llanto se desbordó.-Te extraño Branko... te extraño demaciado conmigo.

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Ella por su parte se había quedado de pie en la cocina. Sentía su corazón latir demaciado rápido pero intentó calmarlo apretandolo con fuerza.


-Calma Dev.-Se dijo a sí misma, tomando un vaso de agua frio para tomarselo de golpe e intentar olvidar el escalofrio plancentero que le había recorrido la piel al contacto de Kellen. Sus senos estaban erectos descaradamente y sentía un liquido caliente empezar a hervir en su vientre.

Estaba exitada.


Ella no podía negar las reacciones fisiologicas de su cuerpo, la delataban, ella sentía una perversa atracción por el principe descarado y libertino, de la casa Orendain.

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La mujer se arqueó, sus pelvis chocaban en un vaiven constante, la manera que Cys tocaba su cuerpo siempre la dejaba sin aliento, sin ningun pensamiento coherente en su cabeza.-¡Ahh~! ahh~ ahmm~ Cys... y-yo... ahh... -Empezó a mecerse en circulos, se apoyó en el pecho de él y subió y bajo, subió y bajo abriendo su boca para coger ocigeno y seguir gimiendo. Estaba a punto de correrse.

Se le quedo viendo. No le gustaba que llorara porque simplemente no le gustaba.- Letizia... Quiero tocarte ¡Siempre quiero hacerlo!- Le dejo claro, la deseaba como no podría imaginarse nadie pero en ese estado él tenía que ser bastante cuidadoso. Suspiro y despojo a su mujer de aquella suave bata para recostarse abrazándole, dejando que sus pieles se rozaran. Le beso la cabeza y le acarició la espalda.- No voy alejarme de ti, mucho menos ahora.... Mucho menos ahora.- Sabía que el titulo que le acompañaba le alejaba de ella y le molestaba. Él deseaba estar con ella, quería pasar mucho más tiempo pero... maldito reinado.

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Kellen aun fumaba el pudo. Inhalaba y soltaba el humo mientras miraba a la luna. Suspiro y cerro un segundo los ojos. Rió y negó con la cabeza. Se aparto del balcón y regreso a la habitación. Se desvistió después de apagar el puro y se metió a la cama.

Soltó una suave sonrisa y pensó de nuevo en los labios de la Jaeger ¿Cuando podría probar de nuevo la dulzura que emanaba de su boca? Esperaba que pronto y ¿Por qué no? Probar un poco más de lo que esa interesante y poco usual mujer tenía para él.

-Déjalo, Kellen. Estas pensando demasiado en ella.- Se dijo así mismo.

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Cys estaba tan excitado como su mujer. Sus movimientos lo volvían loco, su cuerpo estaba tan sensible como el de su mujer, preparado para caer junto a ella en ese espectacular abismo. Gruño y justo cuando ella se apoyo en él, extendió sus manos para atraerla, besar sus labios y moverse al compas de su esposa porque estaba a nada de estallar y quería que ella lo hiciera con él.

Y Letizia se aferró a él llorando, intentando respirar aunque era doloroso..-No quiero s-ser un obstaculo... s-se que.. el doctor dijo que yo...-"No es recomendable que tenga más hijos, podría ser peligroso para ustes, su alteza" aun las recordaba, esas palabras en ese momento le habían afectado un poco, pero poco a poco se había resignado a no tener ni un niño más.-p-pero....-Hipó y tocó su vientre.-pero él esta creciendo y-ya y...-Soltó todo lo que tenía, necesitaba eso, llorar en sus brazos, destrozarse y luego volver a surgir.- y él es tan dulce y l-lindo... s-se ha mantenido calladito to-todo este tiempo...-Respiró, intento hacerlo pero el llanto no la dejaba.-B-Branko no quiero perderlos... no a F-Franko ni Kellen...-Porque sabía de los problemas que tenía, podría ser peligroso, aunque muchos de los rumores que rondaban eran mentira, ella lo sabía porque conocía a su hijo, por más encantador que fuera, jamás haría daño a una dama, no la lastimaría con intención de hacerlo.-Y luego ese horrible consejo.... q-quiero que les corten la cabeza! y te dejen para mi...-Dijo un tanto furiosa, un tanto sensible.

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Devaney subió las escaleras, estaba sonrojada pero la obscuridad no dejaba que se notará.

-Es... imposible.-Susurró llevando su mano a su nuca, podía sentir como fuego la piel donde Kellen la había besado, la había tocado, aun podía sentir los escalofrios en su ser recorrerle, eso no era posible o por lo menos no quería que lo fuera. Cuando entró a su habitación no pudo más que acostarse o intentarlo, sus dedos siguieron el camino de su cuello a su cintura y luego a su entrepierna, que acaricio por sobre la tela pero terminó por apartar su mano, cuando supo lo que estaba haciendo.-Tengo control sobre mi cuerpo, tengo control sobre mi cuerpo.-Susurró una y otra vez, hasta quedarse dormida.

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Sus senos se aplastaron contra su pecho, su pelvis se movía en circulos, aplastando y penetrandose en su falo.-Mmmh~...-Gimio entre beso ybeso, envolviendo su lengua, sintiendo como entraba y salía y como todo lo que les rodeaba se calentaba y la apretaba más.-¡Ahh ~ CYS~!-Gimió, arqueandose y lanzando su cabello hacia trás en el momento del orgasmo, lo sintió estallar en toda su vulva, en su clitoris, su cuerpo temblo presa de espasmos que estremecían cada fibra de su piel.

Branko se mantuvo en silencio mientras ella lloraba y le decía todo aquello. Entendía su preocupación, él también la sentía, temía perderle a ella y a su pequeño Franko... vaya, sería padre de nuevo.- No digas más. Me quedare contigo...- Dijo y era un hecho, se quedaría con ella hasta que su hijo naciera. Nada ni nadie iba a separarlos, oh no. La tomo de las mejillas he hizo que le mirara a los ojos.- Nuestro hijo nacerá bien y ninguno de los dos se ira de nuestro lado. Te lo prometo.- Y se acerco para besar sus labios. No podía dejarla y deseaba hacerle el amor. Lo haría despacio, no quería lastimarla ni ponerla en peligro.

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El principe se había quedado profundamente dormido mientras intentaba planear que haría mañana por la mañana. Pensó en salir y conocer los alrededores pero también pensó que conocer cada rincón de la casa sería de gran ayuda para sus encuentros con la hermosa Jaeger. Quería conocer al personal y hacerse de aliados... si, quizá eso era lo más conveniente.

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Y el Conde no tardo en llegar al orgasmo. Fue justo cuando ella lo hizo después de esos estimulantes y sensuales movimientos además de el hermoso cántico que presentaba sólo para él. La abrazó y beso mientras se estremecía.- Te amo.- Le dijo entre beso y beso, saboreando el éxtasis que le daba el orgasmo de su mujer y el propio.

Levantó la mirada mojada y sintió la boca de él sobre la suya. Que Branko le dijera todo eso, la enternecía y la hacia sentirse segura... ella no estaba sola. Hipó.-Te amo...-Dejo que las lagrimas cayeran, mojando su beso, un beso salado que sabía a esperanza.-Te amo... B-Branko te amo tanto.-Sus manos sujetaron sus mejillas y lo abrazó con fuerza, quería fundirse en él.-Vamos a luchar juntos... j-juntos.

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Ella había caído sobre sus brazos, algo agitada y aun estremeciéndose por los espasmos que la cubrían pero no por eso dejaba de sonreir.-También te amo, mo ghrá [Mi amor]-Dijo en un encantador irlandes, pues ella era mitad irlandesa, mitad inglesa.

Asintió a sus palabras y respondió a sus brazos.- Lo se Letizia. Lo se mi amor.- dijo apartándose un poco para limpiarle las lagrimas. Le acarició el cabello y aun estando sobre ella le sonrió.- Seré suave, te lo prometo.- le susurro enamorado y con un poco de diversión. Comenzó a acariciar suave, lento, dedicando aun más a ella de lo que tanto acostumbraba.

-Juntos - y le tomo las labios, avanzando lentamente, buscando la calma que le costaba tener con ella en la cama.

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Y apenas la escucho, se giro para estar sobre ella, abrazarla y mimarla a su estilo. Le gustaba escucharla hablar en ese idioma tan natural, agradable. Le busco el vientre y se lo beso. Su pequeño crecía en el interior de su amada.- Me haces tan feliz, Frejya... En verdad, gracias por estar a mi lado. Por ser mia... Ich liebe dich.

Ella sonrió, rió un poco mientras lo miraba con amor, con una ternura y pasión intima, profunda. Ella suspiró al sentir su tacto, su piel le ardía, le revoletaban mariposas por toda su epidermis... -B-Branko... e-eres... m-me haces inmensamente feliz..-Dejo que una ultima lagrima cayera, poco a poco se estaba recuperando.-No sabes cuanto...

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La esposa sonrió, la duquesa se hincho de orgullo y la mujer que era Frejya, se llenó de ternura y amor, amaba a Cys más que otra cosa en el mundo, era su todo.-Tu también... por... luchar por esto, por no darnos por vencidos jamás...-Besó su boca con suavidad, cerrando los ojos para sentir el contacto con él. LA forma en que todo había iniciado era tan diferente a lo que siempre había imaginado, pero no se arrepentía, él le había ayudado a encontrar el sentido a sus dias, era él y su familia quienes le daban fuerzas para ser la mujer que era.

Branko no respondió más a sus palabras. Beso aquella lagrima que robaba por su mejilla y después la beso en os labios. Lo hacia con calma, repleto de amor y una gran admiración y respeto a su mujer. La amaba son ser como era. Así de simple. Joder, la deseaba tanto. No termino el peso. Lo intensificó u. Poco y de apoco fue llevando su falo al sexo de su mujer. Lo haría con calma y culminaría con el acto, porque ella debía descansar, no debía exigirle tanto en ese estado. Jadeo y soltó su boca.- Dime si te hago daño...- Beso su cuello.- Me detendré enseguida.

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Y la abrazo mientras ese beso continuaba hasta su fin. Se quedo recostado junto a ella, jadeante, exhausto de aquella intensa actividad, feliz por la noticia, la familia crecía y eso le gustaba, siempre había soñado con tener una gran familia y el destino lo alejó de casa pero le dio lo que más deseaba de pequeño, una mujer hermosa y amorosa y con ella un par de hijos simplemente increíbles y venia uno más en camino, no se arrepentía de la desicion que había tomado... Jamás lo haría.- ¿Cómo te sientes?

-B-Branko~...-Hipó ligeramente mientras él le besaba hasta que la besó, porque entonces Letizia jadeó y sintió como toda ella otra vez se preparaba para él. Su sexo se humedeció y se sintió vacío, lo quería de nuevo llenando su interior cálido y estrecho, lo deseaba aun pese a su estado, aun pese a lo sensible que se sentía.-Ah~... n-no te detengas...-le dijo mirandolo, sosteniendo uno de los brazos de él y entrelazando sus dedos.-No lo h-hagas, por favor ah~..-Mordió sus labios ahogando un gemido.

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Lo abrazó, suspirando suavemente mientras negaba.-Me siento bien, s-solo un poco ...-se sonrojo.-agotada.-Rió con suavidad, no tenía mucho de embarazo pero aun así eran los meses malos, afortunadamente no había tenido ni vómitos ni mareos, si hubiese sido así Cys se hubiera dado cuenta desde hacia mucho. El pequeño o la pequeña estaban cooperando.-Pero no me siento mal!-Corrigió levantándose un poco y dejando que su vistoso cabello cayera por su espalda.

Branko sonrió un poco. Se inclino y rozo con sus labios las mejillas de su mujer, avanzando hasta llegar a sus oídos, donde lamió lentamente mientras su falo ya hacía en la entrada de su mujer, buscando la forma de entrar sin dañar su estreches y que ambos lo disfrutaran como tanto gustaban hacerlo. Gruño por la bajo cerca de su oído. Letizia en verdad lo deseaba, sentía la forma en la que su interior prácticamente quería devorarlo. <<Contrólate Orendain>> Se dijo mientras mantenía la calma y admiraba la forma en la que el cuerpo de su mujer se arqueaba ante la estimulación, no sólo de su sexo, también de sus manos sobre sus pechos y el susurro de su voz prometiendole que no lo haría. Que la amaba con locura y por siempre sería suya. Entro por completo y se mantuvo quiero mientras la esperaba, ella le diría si continuar o simplemente detenerse.

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Le acarició la cabeza mientras mantenían ese abrazo. Le gustaba el contacto de su piel después de acto, de amarla como tanto le gustaba. Era su mujer después de todo. Se había esforzado por cortejarla, por convencerla de que él era mejor que todos aquellos que ya se habían interesado e intentaban todo por conquistarla. Había sido bastante interesante. Le gustaba recordar la forma en la que con cierta desesperación le había robado un beso y le había jurado que él sería el único. Se sorprendió un poco cuando se aparto de sus brazos pero se tranquilizo. Era hermosa. Extendió su mano y le acarició una mejilla.

-Le juro por mi vida, Lady McCloud, que yo seré su esposo y usted sera mía. No permitiré que esa bola de ruines inadaptados toque lo que me pertenece.

Repitió aquellas palabras y la atrajo lentamente con una sonrisa.- La amo Duquesa Jaeger.- Susurro sobre sobre sus labios y después la beso.