Cys y Frejya, -Cap. 2-

Bebía sin parar, cada gota lo hacía querer más y más, apretó con fuerza la mordida y sus manos ya hacían sobre su cuerpo, recorriendo en un principio el desnudo de sus piernas, más, arriba, arriba. Quería tocar su piel, todo cuando podía de ella mientras esa sangre lo incitaba a más, aquel gemido por parte de ella lo hizo perderse por completo. Aparto sus colmillos de su cuello y la miro mientras la sangre corría por la comosura de sus labios. Trago lo poco que había quedado en su boca y relamió sus labios mientras que se pegaba a ella... Quería más pero... No quería dejarla débil... Estaba teniendo una discusión con él mismo, su instinto contra su razón.

Levantó la mirada, respiraba agitada con los labios abiertos. Sus mejillas estaba rojas y estaba también algo palida, sin nada que se viera preocupante.-¿Ha sido suficiente por hoy? -Preguntó recostandose de nuevo en la cama, sus manos se había colocado a los extremos de su rostro, estaba cansada pero feliz, sus piernas seguían flexionadas alrededor de él, con su cuerpo grande y duro en medio.-Me ha gustado, como has tocado el piano-Estiró una mano y limpio un poco de sangre que había allí, que él no había podido quitar del todo.-Tocas hermoso.

No quería apartarse de ella. Levanto sus manos para sujetar las manos de ella sobre su mejilla y se inclinó para lamer la herida que le había dejado, cerrarla y quedarse así, sobre de ella. Libero una de sus manos y respiraba sobre la piel de su ninfa. A ella le gustaba su piano... Eso lo hizo sentir especial, era tan extraño. Le beso el hombro y termino haciendo un camino hasta su cuello. Quería seguir, sus labios... Todo... Era ahí se quedo.

-Frejya...- Tan sólo la llamo, porque no sabia que decir ante sus palabras. Utilizo su mano libre y le acaricio una vez más un poco de su posen?- No me sueltes... No me apartes de ti... Yo....-No sabia que más, estaba asustado porque se sentía completo con ella, olvidaba sus promesas por culpa de ella...

La feerica sintió un escalofrió por toda esa hilera del beso, su pecho subía y bajaba contra la camisa negra del hibrido hasta que sus orbes azule chocaron con las obscuras de él. Estaba sonrojada, caliente de alguna manera.- ¿Porque lo haría?-Le dijo tomando sus mejillas y pegando sus frentes, oliendolo.-puedes confiar en mi.-Le dijo y también le pidió.-¿Confiarías en m-mi? -Ella jamás lo lastimaría, todo lo contrario, quería protegerlo, quería cuidarlo. Estaba enamorada de Cys Jaeger Ritter. Cys con miedos, Cys con sonrisas. Cys en su totalidad.

Entonces respondió a sus palabras con fuerte abrazo, atrayéndola a él, lo más que podía, porque la quería tan cerca, la quería sólo para él. Le gustaba que ella confiara en él, que creyera incluso en él, porque aunque toda su familia ya se lo había dicho, con ella era diferente, tenía un peso más,valía mucho más.- Frejya... Mein Frejya...- Asintio con la cabeza.- Lo hago Frejya... Confío en ti...- Porque de no hacerlo, jamás hubiera regresado a ella... Eso era lo que creía. No estaba siendo del todo consiente de lo dominante o más bien posesivo que estaba siendo con ella... Pero si, la quería sólo para él, no la quería con Will, tampoco cerca de sus primos. Eso le asustaba pero... Sabia que ellos la cuidarían, Will ni otro no.

El hada se levantó poco a poco para terminar sentada, cerca de él. Rió un poco y entonces se separó solo ligeramente.-Bien...-Le dijo mirando hacia abajo y luego volviendo su vista a él.-¿Puedo pedirte algo Cys?-Preguntó y empezó a jugar con un mechón de cabello, volviendose a él de nuevo.-¿Me enseñarías Alemán?-Le dijo levantandose para susurrarlo a su oido.

Se le puso la piel chinita cuando ella le susurro aquello. Era demasiado pero bueno, tan sólo le miro y asintio con la cabeza. No sabia como iba hacerlo pero le enseñaría. - Esta bien... - Dijo mientras se ponía de ir a regañadientes.- Es mejor que descanses, tengo que llevarle ropa a Claus y mañana... Mañana tendremos que hablar. Te quedarás aquí hasta que.... Solucionemos lo de tu hogar.- Aunque prefería tenerla ahí con él para siempre.

-mmmm vale.-Le dijo con una sonrisa lo miró y luego asintió de nuevo, quería realmente quedarse con él pero sabía que debía ir con Claus, seguramente estaría cansado.-Saluda a Claus de mi parte y... ¿llevarás mantas? Tal vez pase frio, los niños duerme bien pero.... tienen mantas justas y tal vez ocupe.-¿Que más podría ocupar Claus? Se detuvo un momento a pensar pero no se lo había ocurrido nada inmediatamente.-Cys... d-de verdad esta bien ¿que me quede aquí? En tu alcoba?

-...- Se le quedo viendo mientras le decía todo aquello. Entendía, y le gusto que le dijera todo eso, se lo diría a Claus apenas lo viera pues se encargaría de abastecerlos de lo que fuera necesario, no importaba que hubiera de sobre, de eso se trataba.- Claus no necesita mucho de eso, es un lobo...- Le recordó pues con su propio calor estaría de lo más cómodo.- Esta bien, prefiero que duermas aquí... Yo dormiré en la habitación de Claus...- Si, no quería que ella oliera a alguien más, no, no y no, sólo imaginarlo le molestaba.- Desvansa y deja de pensar en eso... Esta habitación es... También... - No dijo nada, porque esa habitación también era de ella, ella siempre dormiría ahí, así de simple.- nos vemos mañana...- Y sin más dio media vuelta para salir de la habitación...

De acuerdo- susurró acomodando un mechón de su cabello, sintiendo un extraño sabor de decepción, quería ir con el? Eso era absurdo... Cys también necesitaba su espacio, supuso. Se levantó de la cama y se metió entre las cobijas, trenzados el cabello para que no se enredara, habían pasados muchas cosas ese mismo dia, el tenía razón , debía descansar.

-Gute Nacth, Frejya- dijo antes de salir de la habitación, le deseo buenas noches en su idioma y sin más cerro la puerta con calma. Apoyo su espada en la puerta y suspiro, tenía mucho que pensar, tenía mucho que analizar pero no era el momento, tenía que llevarle su ropa a Claus y después hablar con su tía.

Camino en busca de todos y todos estaban en la sala. Se sintió observado, demasiado cuando llego con ellos.

-Cys...- Dijo Anke quien se puso de pie para acercarse a él, se abrazo con un brazo un tanto apenada y lo miro.- Lo siento... Pensé que... Querías escapar como la ultima vez...

-Esta bien... Entiendo, creo...- Dijo mientras miraba a su prima que se encogía de hombros un poco avergonzada pero él le sonrió un poco, no quería que se sintiera mal por culpa de él. Decidió buscar con la mirada la maleta que le llevaría a su primo, pero le sorprendió ver dos en las manos del mayor de todos, Raynard.

- Dijiste que me necesitas ¿no? Yo llevare la ropa a Claus y me quedare con él. Así que no te preocupes por eso.- Cys se le quedo viendo un poco confundido pero asintio siento endose aliviado, era extraño pero le gustaba que ellos estuvieran de su parte y le ayudaran de tal forma... "Eres nuestro líder, Cys" recordaba esa palabras pero no... No. Raynar se fue sin pedir indicaciones pues no las necesitaba, lo encontraría, eran hermanos, estaban conectados, los 5 eran uno y podrían encontrarse donde fuera que estuvieran.

Después, todos se fueron sin más, dejado a solas a Cys y Lea. Él la miró y vio en ella una sonrisa que le daba cariño y paz de alguna manera.

-Dijiste que querías hablar conmigo ¿verdad? Estoy aquí para escucharte, cariño- Y palmeo el sillón a su lado para que se acercara y Cys no lo dudo, quería entenderlo... ¿Qué estaba pasando con él?

Y el punto era que ella no podía descansar. Se sentía... extraña, sola, vacía era eso normal? Su mente estaba llena de recuerdos, recuerdos de Cys y ella, recuerdos de la manera en como se recriminaba cosas, como pedía estar solo, como tenía miedo de si mismo. Además él le había dicho que se apellidaba Dinter porque? Quien era tan importante en su vida como para querer portar su apellido, había cosas sin duda que ella desconocía de el. Cosas que quería saber, tenia papás? Que es tan malo en su vida como para cerrarlo de esa manera? Como para hacerlo creer que no merecía ni un rayo de esperanza, condenadose a la oscuridad.

- tengo que buscarlo.- se dijo para levantarse e ir en su busqueda, donde estaría? - tampoco he buscado a Muu y Markus. Tenía que buscarlos también y ver que era lo que esos animales habían rescatado de sus pertenencias.

La conversación de Lea y Cys tardo un poco en iniciar. El híbrido no sabia como iniciarla ¿qué debería decirle? ¿Con qué debería comenzar? Todo era demasiado extraño, sentía tantas cosas, había experimentado demasiadas cosas en tan sólo dos días. Ordenas sus ideas era muy difícil, necesitaba un poco de tiempo para él.

Lea no necesitaba leer sus pensamientos, no le gustaba hacerlo. Quería que él se lo dijera por su cuenta y, decidió darle un suave empujón. Sabia que seria el mejor inicio, después de todo, gracias a ella él se estaba permitiendo experimentar algunas cosas más.

-Parece que Frejya ha influenciado demasiado en tus ultimas desiciones ¿verdad?

Cys tensó su quijada porque pensar en Frejya le hacia perderse en ella, todo lo que lo preocupaba y lo hacía sentir terrible desaparecía. Apretó los puños con fuerza y bajo la mirada. Inhalo profundamente.

-Todo esto me asusta...- Susurro sin mirarla aún. Era... Bueno, no sabia como seria hablar con ella como alguna vez lo había hecho con su viejo.

-¿Qué es lo que te asusta, Cys?... ¿Lo qué ella te provoca?... Cuéntamelo... ¿Qué sientes cuando estas cerca de ella?

Cys levantaba una barrera a cada palabra. Alejaba aún más sus sentidos de esa mujer, porque aquellas preguntas lo hacían sentir vulnerable pero... Tenía que decírselo... Sabia que ella le ayudaría, porque nadie más tenía la experiencia. Ya no estaba Dimitri, tampoco estaba Wilhelm... Solo tenía a Lea... Su tía Lea.

Espero unos segundos e inhalo y suspiro.- Ella... Me hace sentir vivo... Quiero sentirme vivo... Quiero... Tener la oportunidad de vivir junto a ella pero... No merezco sentirlo. Si ella esta a mi lado saldrá herida... Me hace sentir... Todo lo que alguna vez sentí cuando mi viejo estuvo a mi lado, aunque... Yo la quiero para mi, quiero que sea sólo mía y eso me perturba ¿por qué?... ¿por qué quiero condenarla a estar junto a un monstruo?

Lea sonrio en sus primeras palabras. Por supuesto, él estaba descubriendo esas emociones que jamás vivió junto con aquel ho,bre, encontró lo que ella había encontrado en su amado Wilhelm.

- No Cys, tu no eres un monstruo ¿de donde...

-¡Lo soy!... Lo soy... Yo... Sólo le hago daño a todos los que intentan ayudarme. Soy un maldito..

-Cys...-Tomo a su sobrino de las mejillas.- basta. No lo eres, tu eres todo menos un monstruo, no te iguales a ellos, tu no eres parecido a ese par de...

-Lo mate... Yo los mate....

Y esas palabras la hicieron helarse ¿por qué si ya lo sabía? Si, la expresión en el rostro del híbrido la hizo sentir casi muerta, él mismo se condenaba y no había cabida para una pequeña luz de perdón para él. No se lo brindaba...

-Cys, las cosas no fueron de esa manera.

Y Cys se apartó de ella para verla... Sus ojos se cristalizaban ¿ella realmente le perdonaba el que Wilhelm hubiera muerto mientras lo protegía? Ella asintió con la cabeza y eso lo destrozo ¿por qué lo perdonaba si no valía la pena?

Caminaba por los pasills, sus ojos miraban curiosos aquel lugar. Era hermoso, de alg una manera era magico, misterioso y también bohemio. Sin duda Lea tenía un gusto muy elegante. Ella prefería las cosas más sencillas, más naturales, sin embargo no le molestaban aquellas estructuras.

Suspiró, no había encontrado la salida ni tampoco la habitación del piano, era un tanto... torpe para algunas cosas. -creo que me he perdi...- guardó silencio, había escuchado algo¿que era? Era una especie de platica... un sentimiento de pena profunda que la hizo llevarse la mano a su cuello por instinto, como si se estuviera protegiendo de algo... de algo muy cruel y turbio.

-yo los mate...- aquella frase le congeló la piel, le generó una angustia que no había sentido antes."Cys" Frejya bajo su esencia, m ocultando su presencia, dioses que estaba haciendo? Escuchar conversaciones ajenas era lo peor y aun asi... allí estaba, escuchándolo todo, como una ladrona, una intrusa.

Lea se mantuvo sentada mientras lo miraba. Cys estaba demasiado lastimado. Lo sabia, siempre lo supo desde que lo vio 7 años atrás, cuando lo encontraron llorando desgarradoramente. En ese preciso momento, él mostraba la misma expresión. Están hecho trizas.

-Lo perdiste por mi culpa, si yo no hubiera viviera con ustedes, él seguiría a tu lado y...

-¡Cys, no fue tu culpa!- Lea se puso de pie, intentó acercarse a él pero Cys retrocedió. Lea se detuvo, lo estaba presionando, pero tenía que hacerlo- No vas a perderla a ella. Cariño, ella es para ti, tú eres para ella. Es tu destino, así fue como...

-No... Yo le hice una promesa... Es lo mejor... No le haré daño a nadie más...

-¿qué estás diciendo? Tu no le harías daño a ella. La quieres, cariño. Tu quieres a Frejya...

Cys retrocedió ante aquellas palabras. Ella lo confundía, ella lo hacia sentirse vivo, ella le daba esperanzas que no debía tener, porque había destruido las de dos hombres y destruiría las de su familia... No quería destruir las de Frejya.

-Dimitri no merecía morir...

-No es justo Cys, ni tú ni él lo sabían. Hizo lo que pudo contigo cariño pero no sabia las costumbres de seres como nosotros.

-Debi haber muerto yo... No él, no mis padres, no Wilhelm...

-¡Pero ella te hace sentir vivo!

Exclamo Lea como ultima esperanza. No le gustaba a donde se dirigía esa conversación. Cys solo daba señales de desear... No, por favor, no podía ser eso realidad.

-¡Si!- gritó con cierta desesperacion, hasta que termino topándose con una de las paredes, se sentía acorralado. Todos lo miraban, ahí estaba Dimitri y solo recordaba esa ultima mirada, lo perdonaba... Dimitri Dinter le había perdonado.- Es verdad... Pero se lo prometí... Yo no seguiría viviendo... No hasta exterminar a los culpables de todo esto...

-Cys no...

-Ningún Jeger.... Ningún Ritter... Mi vida por la de él...

Lea quería acercarse a él ¿cómo es que nunca se dio cuenta de eso? ¿Por qué fue que Cys termino creyendo todo eso? 7 años intentándolo todo por hacerlo sentir parte de su familia y él se negaba rotundamente.

-Pero no puedes... Cys... Frejya...

-¡Basta!- gritó él callando de rodillas mientras cubría con ambas manos su rostro.- Ella... Ella me confunde... - Lea retrocedió un paso mientras lo escuchaba. Porque Cys se lo dijo con el miedo que lo seguía desde que mato a aquel humano.- Ella... Ilumina la oscuridad que me envuelve... Y me aleja de lo que alguna vez pensé que soy... Me hace pensar que puedo ser otra persona, que puedo ser lo que...

-Lo que eres Cys... Un Jeger y un Ritter...- Dijo Lea mientras se arrodillaba frente a su confundido sobrino y lo tomaba de las mejillas.- porque ella es tu imprimación, cariño... "tu compañera de Vida"- Le dijo en un bonito alemán, mientras le acariciaba las mejillas y lloraba porque sentía un gran dolor por ese gran chico. Recordaba a sus padres... Él necesitaba conocerse porque no sabia más que lo que aquel sacerdote le había enseñado, una vida repleta de cosas buenas y malas, pecados y redenciones, un siglo y un infierno que en su mundo no existía.

Las lágrimas de Frejya caían, su respiración se había agitado y si no hipaba era por que ambas manos tapaban su boca. Su corazón latía muy rápido, era como sentir las emociones del lycan, obscuras, llenas de pena, llenas de odio. El había matado a u hombre importante, alguien muy valioso para él y había pasado toda su vida culpandose, queriendo morir. El hada negó, no podía dejar que la obscuridad le consumiera, no quería que pensará eso.

"No voy a dejar que l aobscuridad te consuma. .. no a ti Cys"

Intentó secarse las lagrimas pero no podía, lloraba por el niño, lloraba por ese pequeño perdido que lamentaba haber perdido a sus seres queridos, ese adolescente confundido, ese hombre consumido.

"Eres luz hija mia, siempre encontrarás el camino"

"Hay seres que quieren apagarte... no debes permitirlo"

Qué pasaría cuando aquellas palabras se hicieran realidad, cu ando volvieran por ella... podría defender a Cys también.

"No puedo dejarlo, no quiero hacerlo...le quiero madre, le quiero de una forma que me está prohibida querer"

Caminó de regreso a su habitación, no podía meterse.. y sin embargo quería, correr y abrazarlo. Sus pasos le habían llevado a un cuarto, el cuarto del piano. Se limpió las lagrimas e intentó inútilmente calmar su corazón, el corazón que le hacía sentir la pena de Cys, era demasiado intenso, como si fueran propias, nunca le había pasado jamas. Descalza y con una mano apretando su corazón, la ninfa caminó hasta la ventana, mirándola fijamente, observando la luna y pensando que estaba muy sola, que la luna así como Cys, necesitaba de estrellas... y ella sería su estrella, lo sería para el, aunque muriera en el intento.

La conversación entre ambos alemanes continuo en ese idioma tan suyo. Lea explico al híbrido mientras le abrazaba como a un pequeño. Cys escuchaba sin protestar. Entendía en brevedad lo que Lea le decía.

Frejya era su destino, por eso la había elegido, por eso atravesó con facilidad las barreras que había creado durante años. Entendió porque su necesidad y porque su sangre era tan deliciosa, comparada con la de otras personas o cualquier tipo de sangre que hubo probado antes, porque sus manos temblaban deseosas de contacto y porque tenía deseos de conocerla y tenerla a su lado. Había sido demasiado egoísta, no quería que ella supiera cosas de él porque ni siquiera él las sabia. Ahora entendía el porque. De muchas cosas.

-Eres idéntico a tu padre y muy parecido a tu madre...- Dijo Lea de repente mientras se apartaba de él y buscaba entre algunos libros que había en aquella habitación para sacar de entre ellos una sola fotografía. Sonrio por la mirada de Cys y le extendió la fotografía.- No la dejes ir, Cys. No la pierdas. Él lucho por tu madre como no te imaginas. Un poderoso Jaeger, luchando contra el mundo por una sensual Ritter... ¿Tu lucharas por tu hada?.- Lea se acercó un poco más para darle un beso en la cabeza.- "Perderte nos causara un gran dolor Cys, porque te amamos. Queremos que seas parte de nosotros, tu familia..."- Lea se apartó sin esperar la respuesta de su sobrino, porque Cys miraba fijamente la fotografía de sus padres... Por fin los conocía.

Las lágrimas de ella se habían secado ya aunque no por eso sus ojos no estaban rojos. Se giró al piano, intentando calmarse.

Sus dedos rozaron las teclas del piano, se sentó y fingió que tocaba, aunque sus pensamientos no estaban en el piano del todo. Aquella conversación que había escuchado no salía de su cabeza... Su corazón latía muy rápido, sentía la necesidad de ir con Cys y abrazarlo pero él necesitaba aclara muchas cosas. Su trabajo estaba hecho. .. no? Cys se abría lentamente a su familia, a el mismo y sabia que sería un gran líder, un gran ser. Y ella? Sería su amor lo suficientemente grande para poder permanecer a su lado? Esperaba que si.

Aplastó una tecla por accidente, se sobresalto, no sabia que el piano pudiera hacer un ruido tan feo,,, claro era por ella que no sabia como tocar.

Miraba con detenimiento cada facción de sus padre. Primero la miro a ella y sontio que el aire se le escapaba de los pulmones y que su corazón latia con una fuerza diferente. Recordo la forma en la que lo abrazo cuando escapaban esa noche. Cerro sus ojos con fuerza. Podía sentirlo ¿Por qué? Se estremeció cuando pudo escucharla, ella lo llamo muchas veces, tratando de calmarlo. Estaba tan asustado como en ese momento. Su madre en verdad había sido hermosa. Suspiro y después lo miro a él. Era tan poderoso. Su mirada imponía pero su sonrisa mostraba que no era tan duro como cualquiera lo pensaría. Otro recuerdo vino a su memoria.su padre lo llamaba. Una voz poderosa y a la vez tranquilizadora... Fueron el uno para en otro.

Cys dejo caer sus brazos a sus costados y levantó la mirada. Él no podía irse así como así, estaba ahí por una razón o más bien por muchas razones y una de ellas, la principal, estaba en su habitación. Tensó la quijada... Lo haría. Iba a matarlos. Humberto Ritter y Ludwig Jaeger, los veria suplicar tanto como sus padres lo hicieron y les negaria el perdón como ellos lo hicieron.

-"Ojo por ojo..."- dijo en un brusco alemán, repleto de ira, de odio porque no había perdón en su ser para ese par de hombres y mucho menos para aquellos que les siguieran. Pretendía ir ¿A donde? No estaba seguro, sólo necesitaba tiempo ¿Estaba aceptando algo que rechazo por años? ¿Cómo iba a lograrlo? Entendió entonces que sólo no lo lograría pero ¿Quién estaria dispuesto a ir de su lado contra los suyos? ¿Cómo iba a mantenerla a su lado sin que le hicieran un daño? Abrió los ojos de golpe y recordó su casa. Gruño, todo había comenzado desde antes de darse cuenta ¿Ella querría...

Detuvo sus pensamientos cuando escucho aquella nota. Dirigió la mirada lentamente a donde el piano y frunció el ceño ¿De quien se trataba? No podía percibir una esencia exacta... Era... Abrió los ojos de golpe ¿Por qué no percibía a Frejya? Salio de aquella habitación y fue hasta donde la del piano, ella no podía estar en peligro.

Estaba agitado cuando la vio cerca del piano... Parpadeo un par de veces y dio un paso adelante, sujetando aun la fotografía en sus manos.- ¿Por qué te ocultas de mi?- cuestionó mientras se acercaba lentamente, esperando su reacción.

Se sobresaltó de nuevo, girandose para verlo. Tragó y se encogió de hombros un poco, ¿que le diría exactamente?

-Yo no...-sus ojos bajaron al teclado y luego se volvieron a él para verlo y sentir por décima ocasión, como su corazón se aceleraba dejándola sin respiración por unos segundos.-Yo escuché por accidente lo que hablabas con L-Lea.-Respiró profundo, parpadeando para que las lagrimas no salieran.-Lo siento.-Respiró de nuevo y sus dedos acariciaron las teclas otra vez.- N-No quería s-ser... ser una entrometida p-pero... solo que yo no pude...-Pestañeó mirando a otro lado, no iba a llorar frente a él. Frejya siempre aguantaba, Frejya siempre lograba ser fuerte...-Yo no sabía... y-yo no quería obligarte.-Sus labios temblaron. Ella lo había presionado demasiado. Sonrió, limpiándose los ojos.-Me cuesta mucho s-serenarme cuando se trata de ti. S-Se que no debo involucrarme más de lo que me permitas pero... es t-tan dificil cuando se trata de ti, es tan dificil.-Apoyó sus manos en su pecho apretándolo como si su corazón quisiera salir y ella no se lo permitiera.

Se detuvo de golpe justo cuando ella dijo que había escuchado la conversación con Lea. Sintió que todo en su interior se destruía por completo. Sentía el pánico correrle por cada sentí metro de su cuerpo. Fue tanto que sus pies parecían haberse pegado al piso. Se le quedo viendo, oía lo que ella hablaba pero no la estaba escuchando.


"Ella lo escucho... Ella lo escucho... Ella lo escucho"

Se repetía a él mismo una y otra vez. Miraba la expresión de Frejya, esta a sufriendo ¿le había asustado? ¿Lo odiaba? Seguro ahora pensaba que era un verdadero monstruo. Trago pesado y dio un paso más hacia ella ¿ahora que le podía decir? No estaba seguro de nada. Se sintió muy inseguro, se sentía mucho más inseguro que nunca...- Lo siento....- Dijo mientras se agachaba en cuclillas frente a ella y le tomaba las manos.- Lo siento... Yo... Yo no pretendía hacerte sentir de esta manera... Lo siento...- Dijo sin soltarle la mano ¿ahora qué? Ella seguro se iría de su lado... ¡No! No se lo iba a permitir. La tomo con fuerza de las manos.

-Tenía 15 años cuando paso... Nunca había dejado que mi instinto me guiara y esa noche... Esa noche hubo luna llena. Mate al hombre que crío de mi, al único hombre en el que mis padres confiaron para dejarme cuando apenas tenía 3. Meses de vida... Hice daño al único hombre que me acepto sin pensar que era una abominación....
Si, lo único que podía hacer era decirle la verdad.

Parpadeó mientras le decía todo aquello, ¿que estaba diciendole? ella no quería que él volviera a recordar aquello, ella no quería verlo así. Guardó silencio y lo miró atentamente, dejando que tomara sus manos, que la mirara. Su cuerpo tembló, ¿que estaba pasando entre ellos?

-Porque no lo eres.-Le dijo.-Eras solo un niño...-Sus ojos le picaron.-No l-lo sabía... y-yo no lo sabía Cys.-Bajo la mirada y negó.-No eres una abominación.-Tomó sus mejillas con ambas manos, con fuerza para verlo fijamente.-Solo has sufrido mucho..-Se inclinó a él, levantó su mirada para que la luz que entraba por las enormes ventanas les iluminara.-Mirame.-Le dijo pegando sus frentes, con algunas lagrimas marcando sus mejillas blancas.-Mirame, mirame...-Susurró.-T-Tu me llamaste... l-la primera vez que te vi tu me llamaste y yo solo tenía que estar aquí.-Tragó y su corazón le golpeaba dolorosamente el pecho.-No podía no ayudarte y ahora simplemente... no puedo dejarte. No m-me importa lo que seas.-Le dijo-P-Porque yo siempre creeré en ti-Subió sus manos a sus oidos, letamente para que no la escuchara.-Te quiero.-Le dijo sin dejar de verlo, cerca de él, del chico que se odiaba tanto.

No importaba, porque ella lo querría, lo querría siempre mucho más que él mismo.

En todo momento mantuvo la mirada sobre sus manos, no quería verla fijamente porque temía que ella le rechazara después de saber la forma tan terrible en que le había matado. Como había trabado parte de su cuerpo y como aun después de eso, le había perdonado.

Cys bufo una risa nerviosa, era obvio que no lo supiera. No quería que nadie lo supiera, quería morir con ello pero ahora ya no seria de esa forma.- Nadie debía saberlo Frejya... Eso se iba a ir conmigo a la tumba... Yo planee matarme cuando lo vi morir, era mi objetivo, sólo vengar su muerte de esa forma, muriendo en su nombre... Y...- No continuo cuando ella tomó sus mejillas y le hizo levantar el rostro. Desviaba la mirada.-....- Expresó miedo cuando ella le pidió que le mirará. Cerro unos segundos los ojos, lo hizo con fuerza. Ella le pedía que le mirara y lo hizo.

Miro la hermosura en ese par de ojos azules, la sinceridad y el dolor que vivía por él. No quería verla así, no quería que sufriera por él. Levanto sus manos para apartar sus manos de sus labios. Había entendido algo ¿ella lo quería? Con su dedo pulgar acaricio sus labios y después le tomo de las mejillas.

-¿Y si hago lo mismo? ¿Si no puedo controlarme y..- Tenso la quijada.no quería imaginarlo.- Yo también lo hago Frejya... También....- Sujeto la mano de la ninfa para ponerla sobre su corazón. Quería que lo sintiera, la forma en que golpeaba con fuerza, porque ella le había dado vida a ese corazón que día con día se había apago. Ahora no dejaba de latir con fuerza <<También te quiero...>>

-Shhh-Negó ante ese "Si no puedo controlarme"-Podrás.-Le dijo y tomó entonces la mano de él, para colocarla en su pecho de la misma manera.-Podremos.. juntos.-Sonrió y sorbió por la nariz, limpiandose una lagrima.-Confía en mi Cys... jamás dejare, que te hundas en la obscuridad de nuevo. No solo.-Sonrió pensando en todo lo que él había pasado.

"Huye de todos aquellos que puedan apagar tu luz"

Cys podría ser un peligro para ella, pero no importaba si lo era. No importaba si un día no podía controlarse porque ella estaría para detenerlo antes de que pudiera lastimarla, porque matarla no sería lo más doloroso, lo más doloroso sería morir conciente de que Cys jamás se perdonaría por ello. Que él volvería a sentir la obscuridad en su interior.

-Déjame ayudarte. Cys Jaeger Ritter, q-quiero ser tu luz.

Podía sentir en la palma de su mano la forma e. La que golpeaba el corazón de la ninfa. Sonrio un poco porque latía tan fuerte como el de él. Cerro sus ojos para escucharlo. Confiar en ella. Quería hacerlo, la cosa era que no confiaba en él mismo... Eso era lo difícil, tenía que aprender hacerlo, para que ella en verdad pudiera confiar en él. Tenía mucho que trabajar, demasiado.

-Juntos...- Repitió sintiéndose muy extraño cuando ella lo llamo por su nombre completo. Un Jaeger, un Ritter. Era lo que sus padres deseaban, seria lo que él quería ser... Y ahora... No estaba del todo seguro, pero quería... Quería estar con ella y... ¿Qué podía ser él para ella? Tendría que descubrirlo.

Entrelazo sus dedos con los de ella y se puso de pie. Aun estando frente a ella. No sabia que decir, no sabia como expresar el deseo de hacerlo todo junto a ella, convertirse en lo que realmente era, quizá no más un Dinter... Ser lo que debió ser desde siempre, tomar lo que sus padres habían dejado para él.