Cys y Frejya, -Cap. 2-

Cuando ella se despertó él ya no estaba. Ni tampoco las marcas de su cuello ¿había sido un sueño? ¿Sería que Cys solo había estado en su mente?

-Oh espera...-La lengua de su pequeña vaquita le hizo despertar por completo, levantándose de la cama y estirándose lo más que pudo. Había pasado ya casi dos días desde que había soñado con Cys. Bueno, ella no estaba segura de que fuera realidad, aunque muy dentro de su corazón esperaba que sí, porque su tobillo aun estaba delicado, bueno por lo menos ahora ya podía moverse con facilidad, tal vez no correr pero si caminar rápido y volar.-¿Tienes hambre verdad? -Sonrió y se metió a la ducha, quitándose la ropa y brincando un poco por el frió del agua recién salida. Pegó un pequeño gritito pero rió también por eso. No duro mucho tiempo, salió envolviendo en la toalla que Muu tenía arrastrando de un lado a otro.-Devuélvela Muu...-Frunció el ceño y utilizando un poco de magia, se la quito.-Entre más rápido me vista...-Se colocó su ropa interior-Más rápido saldremos por tu comida-... un vestido entre blanco y rosa palo, trenzó su cabello y se acomodó la capa que usaba para salir, se colgó una bolsa de tela color beige al hombro donde puso unas sandalias de tela blanca, acomodó sus pulseras en sus manos y una especie de pulsera en sus pies descalzos. Al ser un ser tan natural, prefería caminar entre el pasto fresco, sin nada que se pudiera interponer.-Vamos Muu...-Freyja bajo de dos en dos, cogió una manzana que le entrego a Muu y un par de zanahorias para Markus.-Markus...-Lo llamo saliendo al aire puro. Era hermoso, un día soleado que la llenaba de vida y de luz y de magia.-Vamos, cuiden de la casa.-Acaricio a Muu y la beso, luego se dirigió a Markus y lo beso también, en la punta de su nariz, levantándose ligeramente del suelo para ello.

Frejya se giró y comenzó a caminar, caminar entre el bosque y avanzar entre las flores, cortando algunas, oliéndolos y luego metiendolas a la bolsa.-...-No tardó mucho más en llegar a un enorme castillo abandonado, uno en donde hacia algún tiempo reinaba un rey humano que sus antiguos ancestros habían conocido. En ese castillo habitaba una de las historias más bonita que Frejya había escuchado.

¿Desde cuando dos días eran tan eternos para él? No lo recordaba, en realidad, jamas sintió que las horas pasaran tan lentas, que sus instintos le ordenaran ir a un lugar... era un infierno resistirse a ellos.

Aquella mañana había despertado junto a ella. Un intenso impulso lo hizo desear más y más de aquella bonita mujer. Sólo pensar en su nombre lo hacía perder toda la razón. Había escapado, le había hecho daño y no se perdonaría ese hecho. Convivir con su familia durante esos dos días fue muy difícil. Estaba muy irritable y prefirió estar encerrado... sólo por dos días porque no podía resistirlo más.

No había comido absolutamente nada. Parecía un adicto a la heroína en una etapa de desintoxicación. Quería ir a por ella, necesitaba a ir a por ella. Nada lo detenía, sólo él y sus estúpidos pensamientos.

Lea se preocupo por él e incluso por Frejya ¿Qué habría pasado entre los dos? Le preocupaba una cosa, Cys parecía diferente, aun más fuerte y cierta luz irradiaba en sus ojos. Se había emocionado pero... que se encerrará de tal manera le hizo creer que había hecho algo malo con la bonita ninfa.

Toco a la puerta e intento llamarlo. Quería hablar con él, entenderlo y sobre todo, ayudarlo con tan intensas emociones. Le emocionaba pero no, tenía que esperar. Iba a tocar una vez más y no lo logro, al contrario, la puerta se abrió de golpe y la hizo caer de senton pues el moreno salió a toda prisa, no podía resistirlo más. Necesitaba verla, tenerla cerca... Joder, eso no era parte de su plan... él no tenía porque necesitar a alguien... ¡No!

Se transformo en un hermoso can y corrió a toda velocidad hasta las propiedades de la hermosa ninfa. Se escondió entre los mil y un árboles, busco su olor, porque ella había salido... tenía que encontrarla. Avanzó, la ubico y comenzó a verle de lejos...Bajo sus orejas y aun en esa forma animal, su cuerpo reaccionaba, su corazón estallaba... le había extrañado demasiado... sólo fueron dos días... Dos días y sólo un día de conocerse... ¿Era eso normal?

Respiró el aire y sus orejitas se movieron debajo de la capucha. Había alguien allí. ¿Quien era? Su corazón dio un brinco y el hada comenzó a caminar por entre las flores de aquel lugar, las tocaba y estas crecían y su color se volvía más intenso. Sus pasos delicados hacían parecer que bailaba. Frejya tomó una rosa entre sus manos y la cortó, luego tomó otra y otra y otra... cortaba las rosas enfermas, que lastimaban el rosal entero. Generalmente iba allí a limpiar el castillo, aunque claro era enorme y nunca terminaba, por eso iba todos los días a velar por él, intentando hacerlo hermoso.

-....-Frejya empezó a tararear, su voz era femenina y suave, no chillona ni infantil. Era etérea, una canción de vida que cualquier feerico podría entonar y ella no era la excepción. Lejos de ser la elegida o la mujer que lo cambiaría todo, Frejya era solo Frejya, un ser que buscaba a su familia y que sentía que ese castillo era parte de la respuesta a todo, era el inicio de su camino, el inicio de...-oh...-Quitó su mano con rapidez, dejando que la rosa cayera al suelo, se había pinchado un dedo mientras la cortaba.-Que descuido Frejya...-Sonrió y se inclinó a recoger las demás, intentando no mover su dedo herido.

Los ojos de aquel enorme perro se perdieron el aquella bonita figura. En cuestión de segundos se convirtió en un hermoso ser humano, apuesto e irresistible ser humano. Sentía que se le secaban la boca y la garganta. Verla y escucharle. Era tan natural, como todo lo que le rodeaba. Sin darse cuenta comenzaba a avanzar hasta que ella termino por herirse su mano. No supo como ni cuando pero ya estaba delante de ella, arrodillado, mirándole lo más cerca que pudo, dejando que el aroma de las rosas y el hermoso lugar decorara aquel bonito cuadro de ambos. Un adulce y encantadora ninfa, cerca de un peligroso y necesitado lobo.

La miraba fijamente mientras una de sus manos iba a por aquella que se había herido la hermosa ninfa.- ¿Por qué no... eres más cuidadosa?- Cuestiono con cierta dureza, tragando saliva por sus impulsos y porque se preocupaba por cualquier cosa que le pasará a ella.

Se encogió un poco, haciéndose hacia atrás por la impresión pero nunca sin bajar la mirada. Sus ojos azules se quedaron fijos en los de él, tan obscuros como la noche, sonrió, él no era un sueño, era real y estaba allí, al fin.

-Me distraje un poco.-Le dijo, bajando entonces su mirada a la mano que él había tomado (?).-No fue nada, solo fue un pequeño piquete.-Le habló volviéndose de nuevo, sin separarse ni un solo momento de su cercanía. Además era verdad, la espina se había clavado en la suave yema del hada, dejando caer un par de gotas que resbalaba por sus delgado dedo anular, pero nada más. No dolía a decir verdad, solo era un pequeño ardor, así de ligero como el que sentía su cuello al sentirlo tan cerca y recordar la última vez que sus labios le habían besado allí, en esa área tan delicada y llena de su aroma. Lo extrañaba, muy dentro de ella quería volver a sentir esa expresión tan cálida y noble.

Había inclinado un poco más su cabeza hacía ella, casi rozando su nariz con la de ella. Era como una frágil linea que no se atrevía a cruzar... no aun, no era el momento o más bien no sabía que lo deseaba más que nada en ese mundo. Que ella era su esperanza y la única razón por la que desearía estar vivo.

Sus pupilas se habían dilatado con aquellas gotas que no, no habían caído al piso, más bien, cayeron sobre su propia mano. Fue como fuego quemando su mano. Trago y cerro los ojos. Si, él también la extrañaba y la necesitaba como nunca había necesitado algo o a alguien.- No... no es sólo un poco piquete...-Susurro grave, acercando la mano o bien, el dedo de la hada a su boca... aun sin lamerlo.

Sus ojos le siguieron fijamente, entreabriendo los labios por el aumento de sus latidos, estaban tan cerca que podía olerlo, sentir su calor.-...-Aguanto la respiración cuando él acercó sus labios a su dedo, mordió su boca y luego desvió la mirada, había algo vergonzoso en aquel acto que la hacia querer desviar la vista e intentar calmar el calor que sentía en las mejillas.

Y no se pudo detener. La punta de su lengua lamió el largo de su delgado de dedo. Aquella gota que se derramaba por él, era limpiada. La saboreo y sólo esa gota provoco en el híbrido un intenso latir. Cys lamió una vez más llevando al interior de su boca la punta del dedo. lo chupo y succiono deseando más... sus labios temblaron, pues justo cuando la espina salió aparto su boca sin soltar su mano, dejando a la vista la forma en la que sus colmillos habían crecido, como su mirar era intensa y color carmín. Jadeo y cerro sus ojos porque jadeaba ante su repentina necesidad... su garganta se secaba.

Sus ojos lo observaron, cada acción mientras sus labios seguían abiertos, intentando conseguir el aire que ya no tenía en sus pulmones. Cys succionaba su sangre como si fuese vida, como si no hubiese comido en mucho tiempo.-....-Parpadeo confundida, más al ver crecer sus colmillos...-ah...-Dio un suave respingo cuando él sacó la espina y sus menjillas se sonrojaron intensamente.-G-Gracias...-Susurró sin apartarse, sin saber que se había inclinado ligeramente, como si quisiera probar de esa sangre que él disfrutaba tanto.

Ces jadeo. Aún tenía cerca aquel dedo que ya había sido sanado, pero quería más. Un impulso animal anhelaba estar sobre ella y la mer todo ¡todo! Cerro unos segundos sus ojos y lo que su imaginación le mostró sólo lo hizo sufrir por su gran esfuerzo de mantenerse bajo control. Cys saboreaba el cuerpo de esa ninfa. No solo bebía su sangre ni mordía su piel. Le hacia el amor con suavidad, era salvaje pero la procuraba en todo momento. Amaba su ser como jamás amo el de nade y no se daba cuenta que sólo ver a esa ninfa aquella primera vez lo había flechado. Había encontrado a la mujer que lo haría feliz si él hacía las acciones correctas. Cerro la boca y trago para enseguida abrirla de nuevo porque necesitaba más de esa pequeñita mujer. Lo quería todo pero querer tanto lo asustaba.

-Frejya...Zu gehen. weg von mir, Frejya [Vete... Aléjate de mi, Frejya]- Le pedía por su bien, pero no se daba cuenta de una cosa. Él había ido a por ella. Trago de nuevo y abrió sus ojos para encontrarse con su proximidad. La piel se le erizo. No puedo. En un movimiento veloz y sin mucho tacto, la pego contra el césped. La miraba con intensidad y aun intentando resistirse, se inclinaba para estar más y más cerca de su cuerpo, de su rostro... De esos labios que deseaba de devorar.- Hör auf, mich Frejya .[Detenme, Frejya] Pidió sin muchas ganas de que le detuvieran, porque muy en su interior, sabia que ella no conocía mucho ese idioma, aun no.

(Otra lista para el sound track de ellos es "Venus-Camila" aisdsadsd )

Frejya lo contempló, su rostro atormentado, compungido por un deseo que ella no sabía despertaba en él.-Cys...-Susurró, miró sus ojos y escuchó su voz, era un acento que le despertaba un escalofrío desde su espina dorsal hasta su nuca, extendiéndose por sus mejillas y corazón. No le entendía en absoluto, apenas podía descifrar las palabras.-...-Se sobresaltó, pego un ligero suspiro y luego cayó sobre su capa, que terminó por caer de su cabeza, mostrando su cabello y su rostro por completo, sonrió ligeramente y sus manos subieron al rostro de él, acariciando sus mejillas y acomodando su cabello hacia atrás, bajando hasta su nariz y sus labios.-¿Te molesta que te toque?-Preguntó.-D'fhéadfadh sé a bheith aisteach . Ach is dóigh liom mé ar a dtugtar tú le fada Cys [Puede ser extraño, pero siento que te conozco desde hace mucho tiempo Cys]-La ninfa sonrió bajo sus manos lentamente, sin dejar de verlo.

Suspiro cuando sus manos le acariciaron las mejillas y los cerro cuando sus dedos terminaron sobre sus labios. Cys los beso, porque la suavidad con la que le tocaba le hacía sentir acogido. Era como salir del mundo oscuro en el que vivía pero temía hacerlo... Temía a la luz que lo invitaba a salir de aquella oscura cueva. La escucho hablar ¿le entendía? No estaba seguro, pero le gusto escucharla. Ella alejaba sus manos de él ¡No! Que no lo hiciera. Se inclinó más sobre ella para que sus manos continuarán tocándole de esa forma. Negó. No le molestaba, quería que ella continuara tocándole pero no se atrevía a decírselo con palabras.

No se esperaba que él se inclinara más, que pidiera que lo tocara porque... ¿lo pedía? Sonrió por dentro y su mano subió de nuevo a su mejilla.-Mírame.-Pidió sin alejar esa mano de él.-¿No has comido verdad?-Preguntó, no se veía agotado, pero sabía que él necesitaba sangre.-Mírame Cys...-Susurró de nuevo.-No estoy asustada de ti o de tu naturaleza.-se encogió de hombros ligeramente.-M-Me gusta.-Se sonrojó.-Es decir...-desvió la mirada otra vez.-no había conocido a...-que pena, ¿que le iba a decir? "Alguien como tu, jamás te había visto pero siento que te conozco de por vida Cys" pero no lo dijo.

-Alguien como tú...-Susurro mientras abría los ojos después de que ella se lo pidiera esas veces. Trago saliva. Clavo su mirar rubí en los azul de la ninfa.- ¿Gustar?... ¿Por qué?- Cuestiono aun con esa expresión confundida.- No entiendo... no me temes... te hice daño... y aun así...- Gruño y se inclino aun más a ella, rozando su nariz con la de ella.- N-No huyes de mi... - Porque en sus palabras quería decírselo, al menos muy en su interior "También me gustas"

Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal al escucharlo y luego más al sentirlo tan cerca. Lo podía oler, olía ligeramente a caramelo, un olor ni dulce ni fuerte. Inhaló ligeramente, inclinándose un poco para luego alejarse solo un poco también. Negó.-No...-Dijo un tanto alarmada.-No me hiciste daño, no hay... n-nada que tu hagas que me pueda herir. No voy a huir.-Sonrió y con ambas manos lo tomó de las mejillas-Es una promesa.- Le dijo y luego, sin pensarlo lo inclinó para besar su frente en una antigua promesa feerica.

Y justo cuando ella le dijo aquellas palabras y beso su frente la abrazó con fuerzas. ¿Por qué le hacía esas promesas? ¡¿Por qué?! Iba hacerle daño... seguro terminaría como su viejo. Él la haría trizas y no quería experimentar de nuevo una perdida porque Frejya... La abrazó con más fuerza. ¿Iba a aceptarla? ¿De verdad iba hacerlo?... ya lo había hecho.

-Cys...-Se quedó un momento sin saber que hacer o decir hasta que terminó por abrazarle también , mordió sus labios para no hablar y sus manos acariciaron su cabello.-¿E-Estas mejor?-Preguntó luego de un rato, con las mejillas rojas por aquello, no sabía que decir ni pensar en ese momento, su corazón latía muy fuerte, sentía una gran necesidad de no soltarlo, de ver sus ojos y besar sus...-mmm mi tobillo esta mejor.-Sonrió ligeramente, empujandolo un poco para verlo, sin embargo no quería que dejara de abrazarla, se sentía tan segura, tan protegida que ese sentimiento la hizo tambalear, quería llorar porque era algo no había sentido, ¿él la aceptaba? ¡de verdad!

No respondía a sus preguntas, no hasta que se miraban de nuevo. No la soltó del todo, no quería hacerlo.- No... No estoy seguro Frejya.- Confesó, porque a´si como ella, él estaba experimentando todo eso. Tantas emociones, tantos sentimientos. Suspiro aliviado.- No vuelvas hacerte daño ¿Sí?... -Y con una de sus manos acarició la mejilla de la ninfa, ensuciando un poco por la tierra.

Negó y rió un poco por eso.-Haré todo lo que este en mis manos por no lastimarme.-"Innecesariamente" porque claro, había ocasiones en las que ella tendría que defender, tendría que actuar y eso tal vez implicaría cierto tipo de daño. Se recargó ligeramente en sus codos, para poder incorporarse.-Oh...-Dijo mirando el cielo, era algo tarde, tenía que ir a la ciudad.-¿C-Como me encontraste?-Preguntó un tanto curiosa por saber.

Ya apartaba la mano de las mejilla de la ninfa y se levantaba, al menos para quedar sentado justo a lado de ella. Miro a su alrededor. Necesitaba distraerse un poco, porque esa sensación aun estaba, un deseo intenso de morderle, de tocarle y hacerla suya. Se reprendió en su interior. No podía seguir pensando en eso... no quería lastimarla.- Tu olor...-Dijo sin más mientras la miraba aun a lado de él. Era hermosa, cada parte de su ser, cada facción de su precioso rostro lo atontaban como nunca... era extraño ¿Por qué?

¿Su aroma? reprimió las ganas de girar su cabeza e intentar olerse, ¿A que olería? ¿Olería bien? carraspeó algo sonrojada por imaginarselo, consiguió sentarse y asentir, seguía hablando muy poco, regularmente, desde que se había conocido ella era quien hablaba o entablaba una conversación.-¿Habías venido aquí antes?-Frejya tomó la bolsa que llevaba y sacó un pañuelo en el cual, envolvió las rosas que llevaba, para no volver a picarse los dedos.-Era un antiguo monasterio.-La ninfa se levantó con cuidado y levantó su mirada hacia aquel castillo. Allí había iniciado una lucha hacia mucho tiempo, en una época en la que ella aun no existía, en la que su hermano se manchó de odio.-...-Su hermano ¿donde estaría? ¿que es lo que haría en ese momento?

Cys la observo moverse. La miro levantarse y después miro junto aquella aquel monasterio. Dio,un paso atrás, cada movimiento... Tenía los puños de sus manos apretados con fuerza, tanto que sus nudillos se miraban blancos. Negó con la cabeza. No conocía ese lugar, aunque seria muy interesante escuchar su historia pero los monasterios no eran sus lugares favoritos. Todo cuanto tuviera que ver con un Dios mentiroso no era para él.

Frejya no se había dado cuenta de la reacción de él hasta que giró a verlo. Su sonrisa disminuyo un poco pero lejos de verlo como algo malo, tomó la mano de él, suavizando la fuerza de su agarre.-Lo abandonaron mucho tiempo atrás, luego se convirtió en la casa de un conde.-Se encogió de hombros y le sonrió.-Iba de camino a la ciudad.-Apretó sus labios y soltó sus nudillos para poder tomar el ramo de rosas y luego verle.-mmm...-dudó.-yo... b-bueno...-se sonrojo.-¿quieres acompañarme? N-No tardaremos mucho...-Dijo de pronto, mirandolo y abriendo sus ojos.-te lo prometo.

Se sorprendió cuando ella le tomo de la mano pero no por eso la alejo. Se le quedo viendo e incluso aflojo el agarre para poder acaricias sus delicadas manos.- Debe... seguro tiene una gran historia.- Fue lo único que se le ocurrió y después de mirar unos segundos la ruina, la miro de nuevo a ella que le invitaba a la ciudad. La ciudad. La ciudad. Suspiro y con suavidad tomo las flores.- Te sigo....- Dijo mientras que con su mano libre se ponía la caperuza oscura. Nadie le vería ni mucho menos le reconocería de esa forma. Ella estaría a salvo.

No es necesa...-Pero él ya le había quitado las rosas. Lo miró colocarse la caperuza y luego ella, se cubrió con el cabello un poco sus orejitas. No le gustaba que las mirasen, en ocasiones le hacían preguntas y las querían tocar, era muy sensible en esas áreas. Empezó a caminar entre el pasto, todo era prado así que el no llevar zapatos le daba la libertad que necesitaba.-C-Como esta tu tía Lea? -Preguntó, ella le había caido muy bien y la última vez se había ido sin despedecir, al igual que de Anke y Alaric.-¿Y Alaric?-Sonrió, él le había ayudado cuando intentaba cargar a Cys, al parecer se querían mucho.