Cys y Frejya, -Cap. 2-

-...-La miro de reojo. Era tan hermosa, sus orejas le llamaban la atención, pero ya las ocultaba. Era verdad, el quería tocarlas y... tragó saliva- Esta bien.... me ha... me ha preguntado por ti.- Dijo mientras miraba al frente.- Alaric también esta bien... serio, obsesionado con el baloncesto. Nada nuevo.- Carraspeó un poco y suspiro.- ¿Cómo... cómo esta Muu y Markus?- ¿Estaba bien que preguntara por ellos? Suponía que si.

Le estaba contando ¡lo estaba haciendo! Frejya quería saltar por eso.-¿Si?-¿Enserio Lea le había preguntado por ella? -Me da gusto, ¿baloncesto?-Ladeo un poco la cabeza, ella jamás había jugado eso, ¿tu sabes jugarlo?-Preguntó y al instante sonrió.-Ella esta bien, Muu se comió la comida de Markus.-levantó la bolsa.-tengo que ir a por mas...

Asintió a las palabras de la chica. Si, Lea preguntaba por ella aunque Cys no la hubiera visto. Asintió de nuevo.- Él y Raynar lo adoran. Su sueño es ser profesionales, aunque son rivales en el buen sentido de la palabra.- No se daba cuenta que hablar de su familia le agradaba y que le era fluido. Claro, les amaba... en verdad que los quería.- Muy poco...- Respondió, sin da muchos detalles. Hablar de él no era su costumbre, ni de los demás. No hablaba mucho en realidad.- Ya veo. Así que vas en busca de comida... ¿Algún lugar en especial?

Negó.-No tengo un lugar en particular.-Sonrió, no era una mujer que le gustara tener control de todo, más bien era libre y le gustaba experimentar, curiosear.-Pero lo encontraremos.-Le dijo abiertamente, estaba feliz.-Yo no conozco el baloncesto.-Le confesó sin dejar de caminar, acomodandose uno de sus mechones que se habían salido de su trenza.-¿Que te gusta hacer a ti?

-...- Supuso que podía entender eso. Curiosa. Él no. Prefería no hacer nada, ni mucho menos gozarlo del todo. No quería tener nada que lo hiciera arrepentirse de sus motivos. No quería tener pasatiempos, ni mucho menos hobbies o algo así, aunque inconscientemente los tenía comenzaría a tener el mejor de todos: Ir a visitarla a ella.- Puedes decirle a Al que te enseñe, incluso Raynard...-Dijo mirándole de reojo, alentando sus pasos para ella. Miro aquel mechón. Sonrió un poco. Se miraba encantadora.-.. No mucho... en realidad nada. Sólo...- Cerro la boca y lo pensó un poco.- Tocar piano...

Se giró a verlo.-¿Es verdad?-Dijo un tanto emocionada por eso, sin ser demasiado obvia. Bien, debía calmarse.-Me gusta el sonido del piano.-Estiró una mano y movió sus dedos, para luego bajarla y reir.-Nunca he tocado uno...-negó.-No los conozco, seguro tocas muy bien.-Suavizó su mirada y le dedico una dulce sonrisa. Le daba gusto que tocara musica, eso llenaba el alma de alguna manera, ella tocaba el arpa, era natural en un feerico y también cantaba y bailaba, aunque prefería hacerlo en compañía.

-...-Abrió la boca ¿Invitarla? Miro al frente. No podía hacerlo. Era incorrecto, no podía involucarla más con él, pero ella si podía reunirse con Lea o Anke.- Puedes... puedes ir a casa de Lea cuando quieras y ver el piano. No es mío en realidad.- Y bueno, esa era su forma extraña de invitarla a casa.- ¿A ti, Frejya?... ¿Qué te gusta hacer a ti?- Aunque ya sabía algunas cosas, quería escucharlas con su bonita voz.

Se giró a verlo.-Gracias...-Asintió, iría.-¿P-Puedo tocarlo?-Le pidió permiso.-yo se tocar el arpa.-Le empezó a contar.- mi cultura es muy alegre, les gustan las fiestas, cuando era pequeña bailaba todo el tiempo con los ancianos que me cuidaban.-Rió un poco por ello.-p-pero no soy muy buena. Mmmm-Se quedó pensando.-Me gusta cocinar y también me gusta conocer cosas... el mundo humano tiene cosas fascinantes.-Sacó algo de su bolsa.-Se llama cachibache y sirve para medir la temperatura.-Estaba emocionada de cierta manera.-Aunque aun no se como funciona...-Miró la brujula que tenía en su mano, aunque claro, la vendedora que se lo había dado le había dicho otra cosa muy diferente.-¿Sabes como h-hacer que funcione?

-Si. Puedes tocarlo.- respondió el azabache mientras le miraba hablar sobre lo alegre que era su raza. Era perceptible a simple vista. Ella desbordaba alegría, paz, tranquilidad, energía y de más. Lo sabia muy bien, porque eso y mes le dieron no solo aquel tiempo que compartieron, tambien el haber bebido su sangre... Era más fácil entender su naturaleza. Se detuvo y se inclino para ver de lo que le hablaba ¿Cachivache? Se sorprendió un poco y negó con la cabeza.- Eso no es un cachivache, Frejya y mucho menos mide la temperatura.- dejo las rosas a un lado por mientras y tomo la mano de la ninfa, con la que sujetaba la brújula.- Se llama Brújula y su función es guiar al explorador perdido. ¿Vez estas letras?- Señalo en el aparato.- Son los cuatro puntos cardinales: Norte, sur, este y oeste. Con ella encontraras el camino o al menos el punto cardinal al que desees guiarte.- y la miro a loa ojos. Sintió que todo ser se estremeció, porque su olor era delicioso. Podía escuchar la forma en la que su corazón latia y su sangre se movía. Reprimió un gruñido. Quería beber de ella.

¿No era un cachivache? ¿Entonces que era? Frunció ligeramente su ceño y luego empezó a sonrojarse, primero era un ligero color rosado que pasó del rojo al escarlata y luego al carmín. Sintió su mano tomar la de ella y entonces él le explicaba, ¿brújula? ¿No era un termómetro?-Oh...-Su corazón latió muy rápido y cuando él le miró a los ojos, ella se cubrió la cabeza con la capucha y bajo la mirada, avergonzada por eso, ella había estado muy segura, pero al parecer la habían engañado.

Parpadeo un par de veces un tanto sorprendido por esa acción ¿Se est
Aba escondiendo de él? ¿Había dicho algo malo? Joder, maldijo por lo bajo y con ambas manos tomo las mejillas de la ninfa, aun por encima de la capa.- Lamento si te ofendí ¿Pagaste algo por este objeto?- cuestiono. Entendía que le habían tomado. Cys tenia un sentido de justicia, odiaba lo contrario y que le hicieran a ella esa mala pasada... No lo iba a perdonar.- Frejya, mírame...

Rió un poco y negó aun cuando él le tomó las mejillas.-Solo estoy muy avergonzada.-Dijo y luego recargó su rostro dulcemente en la mano de él, mirándolo aun con esa sensación de no haber entendido nada.-Y-Yo aprenderé.-Frunció su ceño con determinación y tomó sus manos.-seré m-más cuidadosa la próxima vez...-Se volvió a la brújula y la tomó-entonces ¿No hay nada que mida la temperatura?

-...-Deseo inclinarse, acercarse más a ella pero no lo hizo, complemente se quedo viéndola, unos segundos más y aparto la miada de golpe.- Esta bien....-Dijo y dejo que ella tomara sus manos.- Lo hay, los termómetros... te comprare uno...- Le hizo una promesa torpe y sin mucho sentido, pero lo haría la cosa era ¿Para qué lo quería?

Su mirada se iluminó por un momento, ¿Él le compraría uno? Frejya lo supo, no importaba si le compraba un termómetro u otra brújula u otro cachivache, lo que fuera, siempre y cuando él se lo diera, sería muy preciado para ella.-Es una promesa.-Le dijo y luego lo tomó de una mano para dirigirse a la ciudad, no se había dado cuenta de esa acción.-Mira...-Dijo entrando a aquel lugar, apenas y había podido notar el tiempo que hicieron para llegar allí, se le había ido más rápido del que ella había imaginado.-...-


(La ciudad es como la del reino de rapunzel XDD sadasd ? XDD )

Ya iba con ella de la mano. Se le quedo viendo a sus manos e iba a paso lento detrás de ella. Parecía feliz, más bonita de lo que ya era. Bajo aquella caperuza oscura y la sombra que ocultaba su rostro, se mostró una ligera curvatura, si, la comisura de los labios del chico híbrido mostraba una apenas visible sonrisa. Comenzaba a escucharlo todo. Pasos, murmuras, risas, lamentos, dolor, vida, etc. La miro a ella y apretó el agarre de sus manos.- Lo veo.- Dijo después de haberle afirmado la promesa de un regalo. Estaba de nuevo en las ciudad o bueno, entrando a ella después de un largo tiempo.

Sonrió, estaba feliz de poder enseñale esto a Cys, de alguna manera sentía que él no tenía mucho tiempo -ni entuciasmo- para salir a distraerse en la ciudad y conocer a sus cálidos habitantes -por lo menos para Frejya-. La ciudad los recibió con un enorme mercado, había puestos por doquier, había incluso payasos en sancos al fondo en una fuente, musica de gitanos, risas, gritos de una mujer que vendía quesos y que un pequeño bribón le había tirado algo del puesto. Los ojos del hada se iluminaron, todo era tan lleno de vida, tan lleno de cosas por descubrir, dio un paso y antes de poder darlo bien una carreta pasó frente a ella a toda velocidad, ¡casi le rebanaba la nariz! suspiró, no se había fijado, miraba más bien las curiosidades que vendían allí, ¿a que iban al pueblo? Frejya se había olvidado un poco de que su objetivo principal era la comida para Markus.

-¡Frejya!- alzo la voz mientras la jalaba, alejándole de lo que pudo haber sido su muerte. La abrazo con una de sus manos y se molesto. Su sangre corría rápidamente. Su naturaleza estaba flor de piel y con ella cerca... Nada podía ser bueno. La soltó con cierta brusquedad y se alejó dos pasos.- Maldita sea, ten cuidado.- bramo y camino de un lado a otro, se sentía ansioso. Necesitaba calma y no podía tenerla porque sus colmillos anhelaban la piel de esa ninfa descuidada. Gruño y camino hasta donde un callejón. Necesitaba esa oscuridad porque un gruñido lo azotaba y golpeo con cierta fuerza la pared... Solo imaginar que ella pudo salir lastimada... Joder. No debía dejarla sola.

-C-Cys...!-Pegó un gritito cuando él la tomó de esa manera, cuando la soltó con esa brusquedad.-...-Se quedo callada, apenada por su comportamiento, ella no era tan descuidada, además esa carreta podría haber frenado, nada le hubiera pasado... bien, si pudo haberle pasado algo, lastimado pero no creía que pudiera...-Cys...-Frejya lo miró caminar, lo miró desesperado y entones lo comprendió. Frejya notó por primera vez esos colmillos, esa mirada necesitada. Que descuidada había sido, solo pensando en ella, en lo mucho que le gustaba estar con él y que poco a poco se abriera a ella, no comprendía lo dificil que era ser un vampiro, lo complicado que podría ser para él contener su sed ante tantos humanos. Los pasos de Frejya se relentizaron cuando avanzaron hacia donde se había metido. Entró a la obscuridad mientras bajaba su caperuza y sacaba su cabello, lanzandolo hacia atrás para dejar libre su cuello.-Perdóname.-Le pidió sincera y avergonzada. Hubiese sido un problema ocultar su naturaleza si esa carreta la hubiera lastimado y la hubiera hecho sangrar.-No quería ponerte en un dilema Cys..-bajó su mirada y paso a paso se acercó a él, tal vez si bebía de ella podría calmarse ¿habría comido bien? ¿Habría sabido su sangre tan bien como para que él quisiera tomarla de nuevo? Esperaba que las leyendas fueran ciertas y que la sangre de hadas fuera apetecible para los vampiros.-He sido muy egoísta al traerte aquí.-Con cautela tomó esa mano con la que había golpeado la pared.-No conozco con exactitud la n-naturaleza ni sed de un mitad vampiro pero...-levantó la vista un tanto nerviosa, con su corazón latiendo rápido.-s-si tu lo deseas.... s-si ha sido buena, por favor,por favor bebé de mi.- Sonrió.

Ella se acercaba a él. Cys comenzaba a ver un tanto extraño el todo. Era increíble. Podía ver la sangre de esa ninfa correr por sus venas. Era preciosa. Aun estando en la oscuridad, sus ojos le permitían ver mucho más allá de lo que cualquiera ojo podía ver. Su precioso cabello esparció por todo el lugar su delicioso aroma y cuando me nos lo pensó, ella ya estaba frente de él, tomándole la mano. Abrió sus ojos de más. No puco controlarlo más. La cargo de tal manera que la pego contra la pared. La sujetaba de las muñecas, aprisionandola. Se inclinó hasta que sus labios apenas y rozaban por debajo del cuello, justo en la clavícula. Trago saliva y jadeo sobre ella. No se resistía, sólo esperaba el momento perfecto, pues en su desesperacion, su lengua ya la acariciaba desde ese punto hasta donde la zona que ya había mordido anteriormente.

No se sorprendio, ni siquiera hizo algún gesto de incomodad o de no haberselo esperado, todo lo contrario. Frejya sonrió con calidez y dejó que el hiciera lo que él quisiera, ladeo su cuello y entreabrió sus labios, respirando el aroma que ese hombre emanaba, dulce caramelo, intenso y delicioso, como sus ojos dorados cuando no podía con la situación. Un color tan liquido y caliente que a ella le aceleraba el corazón y a la misma vez la llenaba de ternura.-Cys...-Suspiró cerrando los ojos, esa lamida la había estremecido ligeramente.-Adelante...-le susurró.

Abrió su boca lentamente, mostrando cada vez más sus colmillos los cuales rozaban sobre la piel de la ninfa. Gruño, apretó un poco las muñecas de la linda rubia y poco a poco aflojo el agarre, deslizando sus manos por sus brazos, pasando por sus costados hasta que estas se situaron en su estrecha cintura. La pego a su cuerpo tanto como pudo. Necesitaba sentirla más, necesitaba que ella encajara perfectamente con él y... Así fue. Se impulsó un poco y mientras una de sus manos termino por su espalda baja y la otra tomando suavemente su melena dorada, penetro con sus colmillos deseosos su suave piel para comenzar a beber de la sangre que sólo él y nadie más podía beber.

Aquella forma de tomarle le hizo pararse de puntitas y colocar una de sus manos en su pecho y otra en su espalda aferrandose a la gabardina por la presión que esos colmillos ejercían en ella. De nuevo, tal como la vez anterior, sentía que su sangre fluía a su llamado, embriagandola de un remolino de sensaciones, su corazón palpitaba, su cuerpo se estremecía.-Cys...-Mordió su labio inferior y cerró los ojos, dejando que el bebiera cuanto quisiera de ella.

Sujetaba con fuerza el cuerpo de la pequeña ninfa. La pegaba a él mientras se ceñía más en ella. Bebía, succionaba y dejaba que el dulce sabor de la sangre de esa linda rubia comenzara a llenarle.

Sin embargo no había tan sensación. El necesitaba más y necesitaría más apenas dejara de beber de ella. Joder, ya no le importo, la atrajo más a él y succiono con más fuerza, frotando tanto como pudo de ser con el de ella.

Suspiró al sentir su cuerpo contra ella.-C-Cys...-¿Que estaba pasandole? Sus mejillas estaban calientes, se sentía debil pero a la misma vez sentía algo que le picaba, algo dulce, algo caliente en ella.-...-Su estomago se revoloteo y sintió como sus senos se aplastaban en el pecho duro del mitad vampiro, apretó el agarre, era extraño, tan raro, tan...-C-Cys!

La primer vez que lo llamo abrió sus ojos para verle de reojo. No vio nada en realidad, solo su cabello, solo percibía el latir de su corazón. Podía percibir la forma en la que la ninfa reaccionaba ante sus acciones. La segunda vez que le llamo, tomo con más fuerza el cabello de la hada y gruño clavando con un poco más de fuerza sus colmillos. Frunció el ceño. Quería que dijera su nombre de nuevo ¡Joder! Eso le había gustado tanto. Lo excito de sobremanera, pero aquella excitación lo hizo más salvaje y agresivo. Se percató de ella y de apoco comenzó a apartar sus colmillos. No lo deseaba. Su instinto le ordenaba que continuara, sin embargo, su razón le suplicaba que se detuviera. No quería hacerle daño, no debía hacerlo... Aflojo el agarre en su cabello pero aun asi, la mantuvo muy cerca de él.