CIARA: Lejos de todo lo que más deseo.

Ya habían  pasado un par de días después de su cumpleaños y ese mala experiencia junto a Anthony. Había hablado con él, estaba feliz por ese hecho, pero había decidido no ir con él a su casa ni tampoco quería regresar al Ragnarök. Sólo necesitaba pensar un poco, reflexionar sobre sus propias acciones y de esa manera, darse cuenta y tomar cómo propio esos sentimientos que la estaban volviendo loca además, esos días no estaba del todo bien, se sentía cansada, mareada, nada grave en realidad, pero ella sabía que era enfermiza, sólo quería descansar y adaptarse del todo a los celos del su Vanirio y a los propios porque había sido honesta con él

<<Desee hacerle daño... tanto daño a Eve>>

Si, se lo había dicho y aunque hablaron un buen rato, le pidió que la dejara en casa de Julius unos días, porque necesitaba aclarar sus ideas. No imagino que estar tan lejos de él le dolería tanto. No había salido de su habitación. Vico intento estar cerca de ella, pero Ciara prefería sólo estar con Beatrice. Comía junto a Julius y a Vico, pero sólo eso.

Esa tarde de nuevo estaba sentada sobre su cama mientras jugaba un poco con Beatrice. La chow chow lamía y mordía con suavidad las manos de la azabache y le hacía reír. Ella ladraba, movía su cola y Ciara sólo pensaba en Anthony. Suspiro y la abrazó.

-Lo extraño, Beatrice... mucho.

Ciara no sabía que hacer exactamente. Entendía una cosa, sabía que las cosas serían duras y que ella tampoco querría verlo con ninguna otra. Lo entendía, pero sentía que lo había arruinado. Si, así se sentía. Sus ojos se cristalizaron pero antes de derramar una lagrima, alguien tocaba a su puerta.

-Ciara, soy Vico. Oye, voy a salir con una amiga ¿No quieres venir con nosotras? Iremos de compras, a comer y quizá iremos al cine ¿Te ánimas? Anda, vamos

-Lo siento, Vico. No tengo muchos ánimos, quizá la próxima ¿Si?

Y Vico no insistió porque sabía que Ciara estaba pasando por algo extraño.Como tenía ganas de ver aNoah y Cath, porque ellos seguro podrían ayudarlos. Noah a Tony y Cath a Ciara pero bueno, ellos aun estaban de viaje.

-Vale... nos veremos en la noche ¿Vale? bye bye.

Y Ciara se quedo a Solas con la cachorra. Suspiro y se puso de pie para ir hasta donde el balcón de la habitación. Era enorme, Julius tenía una casa hermosa, pensó que ya era momento de salir y conocerla y quizá... Llamar a Tony pero ¿Cómo enfrentarlo? odiaba ser tan timida... tenía que enfrentar sus miedos, ahora o nunca.

Julius estaba arreglando unas cosas, tenía una hora de retraso con la medicina y más aun, tenía papeleo que documentar ahora que Cathleen no estaba. La mansión se encontraba parcialmente sola, bueno, la villa, sus trabajadores tenían ese día de descanso y solo su ama de llaves se encontraba en la cocina, era una buena mujer pero nunca podría llenar el vacio que su hermosa Maria había dejado en él. Era una pena.


-¿Ciara?-Se levantó, había escuchado un ruido y pensó que tal vez lo mejor era ir a investigar, Noah no estaba él y Emmanuel regularmente iban a hacerle chequeos, a revisar que todo estuviera bien. Suspiró, ¿había hecho lo correcto? no se habían comunicado y estaba preocupado, su querido ángel podría estar en problemas con ese lobo, aun así, Cathleen sabría como defenderse.-Mientras no use a Tanathos todo estara bien.-Julius sonrió. Ahora el único problema era Ciara y Anthony, ellos dos tendrían problemas por culpa del Vanirio que se negaba a enseñarle con calma y mimo, las maravillas de esos seres sobrenaturales.-¿Ciara? oh, cariño, me has dado un gran susto.-Se acercó a ella y a la Chow-Chow-¿Esta todo bien? ¿Porque no has ido con Vico?

Ciara giro justo cuando Julius entraba a la habitación y se acercaba a ella. Sonrió un poco y espero a que llegara a ella. Le gustaba el clima, era cálido y fresco a la vez. Era la forma en la que cuidaban los jardines, definitivamente.

-Lo siento, No era mi intensión.

Dijo con esa vocecilla tan suya, tan frágil, tan joven. Soltó a la Chow Choe para que corriera a donde quisiera ir pero supo que era un error cuando comenzó a ladrar a el hombre mayor por lo que fue detrás de ella.

-Beatrice.- Dijo para reprenderla.- Yo... no tengo muchas ganas de salir, sólo quiero... No se que es lo que quiero en realidad. Estoy preocupada, quiero verlo pero tengo miedo.

El hombre abrió los ojos y rió, intentando no perder de vista al pequeño Chow-Chow.-Esta bien Ciara, Beatrice es una perrita encantadora aunque ella no me quiera a mi.-El hombre negó.-Vamos Ciara, ¿te apetece tomar un té con este viejo?-Dijo mientras le tendía el brazo para que ella colocara su mano en él.-El mundo de los vanirios y los berseker es complicado incluso para mi. Pero no lo fue para mi esposa, ella se adaptó muy rápido a esto, querida.

-Ella te querrá Julius, es sólo una cachorrita, ya lo veras.- Si, Ciara confiaba en que la hermosa can amaría a el hombre tanto como ella lo apreciaba y ya no habría problemas en ese sentido. Ella le sonrió y asintió con la cabeza.- Me encantaría, Julius.- Dijo mientras dejaba de nuevo a la can en el suelo y se acercaba a él y le tomaba del brazo. Cuando escuchaba hablar de la esposa de Julius se sentía extraña, en su interior era... sacudió la cabeza un poco, sólo era que en esos días se sentía mareada, sólo eso.- Me gustaría saber como fue que ella lo logro... me hubiera encantado conocerle, Julius. Lo siento.

-No te disculpes-Le dijo negando con la cabeza. Su hermosa Maria ahora estaba muerta pero las enseñanzas que había tenido para él, le habían salvado la vida.-Ella era una mujer con temple, tenía un caracter muy duro, me costó mucho conquistarla pero esa es otra historia.-Rió encantado de hablar de la mujer que le había robado el corazón.-Pero ella tenía un secreto, era una sacerdotisa que usaba su poder para cuidar a los seres vivos, los alertaba, podía decirse... como una bruja.-Sonrió y negó.-Su verdadero apellido nunca me lo dijo pero yo sospechaba que el que tenía no  era verdadero. Porque Maria conocía del mundo de los vanirios y berseker más de lo que yo podría haber hecho.

Imaginaba a la mujer de el señor Julius. Seguro que era encantadora. Él hablaba de ella con tanto amor. Era hermoso, porque aun después de perderle, seguía sintiendo el mismo amor. Cuando menciono lo de la sacerdorisa, sintió algo más en su pecho, fue extraño pero... sólo sonrió, su abuela seguro tendría algo que contarle sobre ella.- ¿Ella te enseño lo que sabía?- Pregunto curiosa, porque ella quería saberlo todo.

Negó.

-No Ciara, nunca la deje explicarme nada, ella hablaba de cosas mágicas y hablaba de vida y de luz y yo era muy tonto para escucharla.-Sonrió con melancolía al recordar las veces en que había dejado a su esposa hablando sola, las veces en que no llegaba a dormir o cuando ella quería decirle algo y entonces se detenía, porque sabía que él nunca le iba a creer.-Fue 5 años antes de que muriera que entendí la magia de la que ella hablaba. Maria enfermo de una extraña enfermedad y yo en busca de una cura, conocía a Noah Wayne.-Rió.-Lo conocí gracias a un socio que odiaba con todo lo que tenía Ciara, ese hombre quería mi empresa y yo no se lo iba a permitir, pero un día, me caí en cuenta que ese hombre no parecía envejecer.-El anciano se levantó, la ama de llaves había llevado té a su estudio, panecillos, miel y otras chucherías.- Ese hombre me presentó a su mejor amigo y rival Noah Wayne y juntos me hicieron ver que lo que mi amada esposa decía no era un disparate.

-oh....-Expreso apenas con suavidad cuando él le contaba todo eso. Seguro que ahora lamentaba no haber escuchado en todos esos años a su querida esposa, pero era natural. Ella había crecido en una familia donde la magia era natural y lo más normal, pero debía esconderlo porque decirlo sólo le causaría problemas, pues seres como ella, su padre, madre y mejores amigos eran temidos por los humanos como ella... si, porque ella era una humana frágil, lejos de los fuertes seres que eran sus padres o de más familiares.

Cuando comenzó a hablar de Noah sonrió un poco. Así que el Dr. Wayne había ayudado a la mujer de Julius. Claro, luego le preguntaría al castaño la versión de su historia con Julius y su esposa. Se sorprendió un poco al escuchar sobre aquel socio al que odiaba con todo su ser. Le tomo la mano con calma, queriendo brindarle algo de su paz... ¿En serió podía tener algo de eso?

-Dos hombres maravillosos.- Dijo y se acerco a aquella mesita en la que la ama de llaves había dejado los bocadillos y el té, para sentarse junto a él y poder conversar, hacer algo que no había hecho durante algunos días.- Permite me, por favor.- Dijo meintras servía el té para ambos.

Julius sonrió, la verdad era que estab algo agotado, la medicina de Noah no hacia efecto y Julius era demasiado terco como para tomarla. Rió-Eres una chica muy linda, te pareces a mi nietecita.-Le contesto.-Bueno, mi Vico es un tantito torpe.-Le guiñó el ojo.-pero no se lo digas, o se enojara.-Tosió y volvió su vista a la morena.-Anthony Stark era mi rival, pequeña Ciara, solo los dioses saben cuanto lo aborrecía.-Negó.-aunque era más bien divertido, ese hombre le daba chispa a mi vida como negociante, era mi reto destrozarlo.

Ciara tan sólo sonrió por el cumplido del hombre.- Muchas gracias, Julius.- Soltó una risa por lo que decía de Vico, pero no se burlaba de ella, sabía que Julius lo decía con un amor que sólo podía sentir por ella.- Es encantadora. Me siento mal por no aceptar sus invitaciones pero, es sólo que no me siento muy animada y no me he sentido bien últimamente.- Si, eso era lo que sucedía. Ya terminaba de servir y llevaba la taza de Té para Jul y después se iba a su lugar para continuar escuchando la historia que le contara. Tomo la taza entre sus manos. Anthony Stark. Un empresario envidiado por muchos, deseado por muchas y odiado por muchos más.- ¿Y... qué fue lo que paso?- Escuchar sobre él le hacía sentir bien, pero también le hacía sentir vacía.

-Sucedió que no lo destroce, ellos comenzaron a relacionarse con mi esposa y ella empezó a invitarlos a comer, los negocios entre los dos mejoraron, él tiene potencial, era un maldito engreido cuando lo conocí.-Rió.-y disculpa que le diga así a tu caraid, pero Anthony Stark es el vanirio más egolatra y manipulador que he conocido, debes cuidarte de él pequeña Ciara, eres una mujer hermosa y fuerte, solo que tienes que creertelo tu, si no lo haces tu.-Negó.-Nadie creera en ti.-Tosió de nuevo y se acomodó mejor.-Por lo menos es lo que mi adorada Maria me decía, era una mujer sabia.

-Te agradezco que no le hayas "destrozado", Julius.- Dijo en verdad agradecida, porque ellos dos eran tan amigos en ese momento o bueno, Tony cuidaba mucho del Sr Julius. Bajo un segundo la mirada. Su Cáraid. Ella era tan mala pero estaba bien, sabía que ese tiempo separada de su Cáraid había servido para que ambos aclararan ideas. Negó con la cabeza.- No necesito cuidarme de Mi Cáraid. Se que puede ser todo lo que has dicho y aun más, sin embargo, no puedo imaginarlo de otra forma. Él es Anthony Stark... Mi Anthony Stark.- Se sonrojo ligeramente y asintió. Ella sabía que tenía que creer en ella misma. Intentaba hacerlo, ahora podía vivirlo de esa forma, lejos de los cuidados exagerados de sus padres.- ¿Estas bien, Julius?- Pregunto preocupada por él.

Julius tosió de nuevo, estaba agotado por alguna razón y bien, solo miraba a Ciara.
-Así es, tu caraid es un buen hombre, aunque sigo pensando que...-Tosió otra vez, inclinandose sobre sí mismo.-vaya...-intentó reir pero la tos volvió a ganarle, la respiración estaba agitada, no podía recuperarse.-...-El hombre intentó levantarse, debía caminar, tomar aire fresco, necesitaba aire fresco, necesitaba las medicinas del berseker, no podía morir aun, no mientras Cath y Noah no estuvieran juntos de verdad, no mientras Ciara y Anthony no aprendieran a vivir juntos y definitivamente no mientras su Vico, aun no era feliz.

Julius comenzaba a toser demasiado. Lo miraba fijamente.- Julius... tú... ¡Julius!- dijo preocupada mientras se ponía de pie con cierta brusquedad. Sintió que todo a su alrededor se movió pero sacudió la cabeza y se acerco al hombre.-...-No sabía que hacer. Miro a todos lados... ¡¿Qué hacer?!.- Julius ¿Qué necesitas? ¿Medicina? ¿Agua? ¿necesitas salir?...-Y entonces se acerco a él para sujetarlo del brazo y ayudarlo.

-Negó pero la tos no lo dejaba ni respirar.-Tony...-Se dejo caer un poco, estaba agotado de estar parado, necesitaba una dosis, pero solo Noah la conocía y no estaba Emmanuel y... Anthony era el único que podría tal vez, ayudarlo.


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-Señor, la señorita Dona quierer verlo.-Anthony levantó la mirada, sus ojos grises estaba fijos en unos documentos mientras se aflojaba la camisa y desabrochaba sus botoncitos azul marino, el despacho era pulcro con tonos azules y blancos, tenía negros y grises por algunas partes, todo muy sobrio, lo único que había en su escritorio a parte de su laptop, algunos papeles y su boligrafo, era un retrato de Ciara.

-Hazla pasar.-Dijo volviendo a su trabajo.

-Con permiso, señor.


-Anthony Stark.-Dona entró como una diva, dejando su bolso en uno de los pequeños sofas de cuero negro-Has despedido a Eve.-Sonrió de lado, impresionada.-Creía que nunca tendrías las agallas.

-Si la mantenía aquí, Dona, era por ti y tu interesante poder de envenenar a las personas.-El vanirio se rió un poco y se cruzó de brazos sin dejar de verla.

-Así que le debías el empleo gracias a mi, por lo visto ya no represento una amenaza.

-¿Que es lo que quieres? -Preguntó, directo al punto.

Entonces lo llevo hasta donde un pequeño sofá en ese enorme y elegante despacho. Asintió con la cabeza. No lo dudo, no era momento para dejar que sus emociones y la situación dijeran "No, no puedo verlo aun". Se apresuro para buscar un teléfono.
-Espérame sólo unos segundos, ya lo llamo.- Ciara entonces tomo el teléfono pero después cerro sus ojos con fuerza.

*¿Anthony?... Oh Tony, por favor... Julius... él... Por favor ayúdame, escúchame, por favor... por favor.*

Si, intento comunicarse con él de esa forma, porque sería más rápido ¿no? De todos modos tomo el teléfono y comenzó a buscar el número de Anthony Stark.

-Quiero enseñarle a Ciara el mundo vanir.

-No.

-¿Porque no?

-Esto lo haces por David.-El vanirio rió, esa mueca divertida y astuta que decía "No soy un imbecil"-Ese crió te tiene acaparada Dona, no me fió de él

-Es irónico, porque lo único que has demostrado con tu actitud, es que yo me diga lo mismo sobre ti. Anthony basta, es una niña, apenas esta probando el mundo y tu ya quieres meterselo a cucharadas.

El vanirio apretó la quijada, lo único que quería era protegerla.

-Lo puedo ver en tus ojos, no has probado de ella, ¿que esperas? si no haces el tercer intercambio iran a por ella, otros seres y no serás tu, ella es fuerte, lo sé, puedo verlo en sus ojos, solo necesita acostumbrarse, poco a poco, ¿Anthony?

El vanirio la había dejado de escuchar por completo ¿que estaba pasando?

-Donde estas mo dolag, ¿Ciara? dime donde estan. En la mansion? iré para allá, no te asuste mi amor, estaré allí de inmediato.

Se le hicieron ternos los segundos que el Vanirio tardo en responderle, pero en realidad habían sido milisegundos. Anthony le había respondido al instante. Escucharlo fue como... era... y... No tenía palabras para describirlo, pero no era tiempo de sentir ese placer.

*Tony... si, estamos en la mansión. Julius no ha dejado de toser, no se que hacer... ¿Qué debo hacer?* Le decía con ciertos nervios mientras se acercaba al hombre mayor dejando de lado el teléfono. Asintió con la cabeza. *Si.. por favor, Tony. Apresúrate yo... te necesito... te necesitamos.*

Dona había abierto los ojos y miraba a Anthony preocupada.

-¿Que pasa? Tony, dimelo Tony.-El vanirio miró a la mujer y aunque no le gustara, sabía que necesitaba de su ayuda.

-Es Julius, Noah no esta y mi Caraid esta sola con él.-Dijo saliendo de allí, para tomar su auto.

-Oh por Odín.-La mujer se apresuró, sabía que debía calmar a la humana y en todo caso, cedar al anciano, ese ser era sumamente importante para ambos clanes, tanto vanirios y bersekers, le debían mucho a Greenwood Julius.

Se acercó a Julius y le tomo la mano. ¿qué más podía hacer? ¡Dioses! Estaba tan asustada, porque si algo le pasaba a Julius todos se iban a poner muy tristes, y no lo quería. Julius era especial, incluso para ella en ese poco tiempo se había convertido en alguien muy, muy especial e importante. Respiraba profundamente, intentando verse tranquila, por él, para él, pero le costaba mucho.

Anthony pisaba el acelerador a fondo, con Dona a su lado, mirando con precupación la enorme villa de Julius Greenwood.

-Tengo que llamar a Noah.-Anthony la detuvo.

-No aun.-Dio una curva y se perdió en los frondosos arboles de la villa enorme.


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Julius por su parte se había intentado levantar, quería sonreirle a Ciara pero era complicado, su corazón dolía mucho.-A-Ayudame...-Dijo mientrs se ponía de pie y buscaba a Ciara, tenía que ir a su habitación.-N-No te... asus-asustes Ciara.-Se quejó de nuevo.

Asintió y lo sujeto, con todas sus fuerzas. ¡Dioses! Le suplico a Nerthus que le ayudara, que no dejara que Julius se desvaneciera. Anthony llegaría pronto, él le daría lo que necesitaba y ella lo apoyaría.-...-Asintió con la cabeza. El cuerpo le temblaba, se esforzaba para poder continuar con Julius y no romper en llanto. No, no quería dramas, sólo quería a Tony frente a ellos para que ayudara a tan importante hombre.

Anthony no estacionó bien el auto. Poco le importaba en realidad si se estacionaba o no.

-Joder, ¡Ciara!-Gritó mientras entraba de golpe a la mansión, seguido por una preocupada Dona.-¡Cia...!-El vanirio no tardó en acercarse a ella y atender a Julius, cargandolo de golpe.-Joder...-Negó y tronó su cuello.-Dona, prepara un analgesico, no llames a Noah aun hasta asegurarnos que esto no avance.-Mi amor... shhh, estoy aquí-Le dijo mientras la miraba fijamente y luego avanzaba hasta un elevador, tendría que acostarlo, sabía que su habitación estaba protegida, él la había creado despues de todo... bueno, había resivido algo de ayuda de Noah, pero com fuera, ese chucho de mierda estaba en un oasis con ese ángel del infierno... era perfecto.-Ciara localiza a Vico.

Cuando él entro, Ciara lo miro con toda la preocupación que podía sentir en ese instante.- Anthony...-Dijo copn la voz temblorosa y después la vio a ella.- Dona.- Agradeció a Tony que sujetara a Julius y ella no sabía que más hacer. Miro a ambos vanirios moverse, buscando ayudar a el hombre mayor. Asintió con la cabeza. Se apresuro para buscar el teléfono y buscar a Vico pero entonces, cuando el teléfono comenzó a sonar corto la llamada. No podía llamarla, sabía que Vico sufría de un trastorno y que noticias como estas eran en verdad perjudiciales. Lo había aprendido mientras convivía con ella. Dejo el teléfono por la paz y fue a donde Tony y Dona, quería ayudar y no quedarse sin hacer nada...