Leone y Rachel

Frunció su ceño si era posible más aun, la dejo hablar y luego se levanto, jalandola del brazo para retenerla y acercarla a él, demasiado cerca a decir verdad.-Entonces deja de pensar en mi, Rachel.-Frunció el ceño.-piensa en ti, piensa en lo que pudo haber pasado por un carro, por un puto dia...-Ella no lo comprendía, ¡que si la hubieran lastimado! Eso jamás se lo habría perdonado, no a ella. NO. A. ELLA. -Eres mi amiga...-Casi gruñó por ello, casi, odiaba esa puta palabra.- Si te pasa algo a ti...-negó y sus ojos se suavizaron ligeramente.-Entra a casa Rachel.-Le dijo soltandola.-Mañana pasaré temprano por ti.-Finalizó.-Mañana en la que el alcohol baje de mi cabeza. Solo... no te metas en problemas.

-¡Por eso, Idiota!- dijo mientras estaba cerca de él. Le gustaba que se preocupara por ella, pero esas palabras le dieron justo donde más le dolía. Era verdad,meran solo amigos... Eso la desanimaba un poco en sus planes pero no, no iba a rendirse tan fácilmente.. Bajo la mirada unos segundos y ya se apartaba de él.- No, yo iré a buscarte... Y... Maldita sea...- Le dio un suave golpe en el pecho.- No me digas que no piense en ti... Me importas Leone y haría cualquier cosa por ti, tonto... Ya no digas nada y vete, se te hará más tarde y quiero que estés cuerdo mañana. - Se acercó y le dio un beso para despedirse, era de esos besos de saludo, nada en especial.- Tu tampoco te metas en problema... Anda, no me meteré a casa hasta que te vea irte...

-Esa es mi linea gatita.-Se cruzó de brazos, su enojo seguía allí pero de alguna manera disminuía "Me importas Leone y haría cualquier cosa por ti" Esa había sido una frase que lo había complacido. Él le importaba a ella, eso aumentaba su ego, sus ganas de querer marcarla... pero también lo tensaba, Rachel jugaba con fuego, estaba jugando con su suerte al decirle todo aquello, al besarle.-Mueve tu precioso trasero allí dentro Rachel, podría acampar toda la noche en este lugar si no lo haces ahora mismo.

Rachel arque una ceja y termino siendo, me e un tanto su lindo trasero y soltó una carcajada.- Acampar no seria tan mala idea ¿sabes?- suelta otra suave so risita y niega con la cabeza.- Descansa Leoncito, te veo mañana. Te quiero...- dicho eso dio media vuelta para irse a su lindo departamento, no era ni muy grande, ni muy chico, era lo suficientemente agradable para ella. Deseaba que pasaran las horas, aunque se detuvo y se giró para regresar hacia su hombre.- Olvide mi bolso...- ahí tenía su plan maestro.

Le devolvió el bolso y la miró marcharse.-Descansa gatita.-Abrió su ferrari y entró otra vez. En la obscuridad dejo de nuevo que el deseo lo consumiera. Rachel Vandercraft (?)era tal vez el mayor riesgo que él estaba tomando. Y Leone era un hombre de riesgos, un hombre que le gustaba la adrenalina, poner a juego cosas tan importantes como la vida... y pese a eso, no estaba dispuesto a poner a esa mujer en un peligro. Era su amiga.

Punto y final.

Había reglas, la primera: No hacer el amor con tu amiga. La segunda regla: No ilusionar a tu amiga. La tercer regla: No tocar de más a tu amiga. Y la cuarta:No enamorarte de tu amiga. Esa sin duda era la más importante, la más fundamental. Leone nunca se iba a enamorar de Rachel Vandercraft. Si lo hacia no solo se condenaba a él, la condenaba a ella. Porque Leone se conocía muy bien, sabía cuanto daño podía causar, cuanto daño había causado antes y aunque no sentía nada malo contra del amor, Rachel sería intocable.

Rachel apenas abrió la puerta de su departamento bufo. LNzo sus hermosas botas a cualquier lado, su bolso donde el sofá y a ella misma junto al bolso ¿y ahora que? Ah, si, tenía que dormir porque el cabroncito de Leone quiso que ella regresara temprano a casa.mnegony sonrio. Siempre había sido así, desde que se conocieron ¿cuantos años habían pasado ya? Más de 5 años.... Tenía tan solo 18 años cuando le conoció en la Universidad, carreras distintas pero por alguna extraña razón, terminaron conociéndose y siendo muy buenos amigos.

- ¿por qué elegimos ser mejores amigos Leone?- preguntó sin esperar ninguna respuesta, claro ¿quién se la iba a dar? Leone siempre había llamado su atención, al menos desde que lo miro lo hizo, conocerlo,solo le hizo darse cuenta que le gustaba muchísimo. Negó con la cabeza y tomo la revista de su bolso.

-Ahora me pregunto si me rechazaras mañana... Será muy doloroso pero... Estoy dispuesta, se lo dije....- Río para ella y suspiro. No quería tocarse esa noche, no lo haría aunque lo deseara, no aunque su mano recordara con claridad sus músicos, su cuerpo el de él unidos por su enojo, su fuerza...

-Tengo problemas...- Djo riendo y dejo aun lado aquella revista, no lo iba a soportar y no tenía porque torturarse, al menos saciaría con fantasías un poco de todo ese deseo por ese hombre.

No tardó demasiado en encontrar a la mujer de los pircings. Estaba enojada y le gritó, lo golpeó en el pecho y él la tomó contra sí, la beso con fuerza y ansiedad antes de que ella respondiera envolviendo sus manos en su cuello. Leone la metió en su auto y no tardaron mucho tiempo más en entrar a un motel.

A decir verdad era solo un revolcon, una noche que necesitaba para sacar la frustración que sentía por Rachel.

-¡Leone~!-La mujer gimió mientras él arremetía contra ella, entraba y salía en un compas alocado, se cernía sobre ella mientras tomaba presas sus muñecas por encima de su cabeza, veía sus senos plasticos botar freneticamente con la punta erecta y un pincing morado en ella. Leone cerró los ojos y cuando los abrió miro a su amiga. Miró sus curvas y sus senos duros y exquisitos botando para él, su cabello negro se enredaba entre las sabanas blancas mientras su piel cremosa sudaba por el esfuerzo. Rachel gemía, decia su nombre una y otra vez y luego lo apretaba y se corría, se corría arqueando su perfecta espalda para pegar sus pechos contra su torso duro y caliente.

-Leone~-El rubio fijo su vista nuevamente en la mujer debajo de él y reconoció para su pesar que no era Rachel. Frunció su ceño y salió de ella tumbándose al lado de la cama. Su cuerpo estaba agitado, sus músculos sudaban y se flexionaban por el calor pero su polla seguía dura y pesada, le dolía... no podía dejar de pensarla.-Parece que no te has agotado.-Leone sonrió de lado y dejo que la mujer subiera sobre él para intentar acabar con su deseo.-¿Seguimos con el juego rey?

-Estas retandome..-Le contestó el con una sonrisa ladina y luego sus manos apretaron sus nalgas, amasandolas entre sus dedos grandes.-No vas a salir victoriosa.

-Tal vez sea la excepción.-Ella empezó a moverse, clavandose hasta el fondo.

-Jamás hay una excepción.-Contestó él dispuesto a seguirle el juego.

-Leone...- gimió con suavidad mientras sus manos ya hacia sobre su cuerpo, tocando tanto como podía, los puntos exactos, sus pechos, un tanto sus costados, sus piernas y sobre todo, su entrepierna.

Rachel reprimió un ligero grito cuando sus dedos ya hacían en su interior mientras que con otros frotaba aquel botón rozado y sensible. Se arqueaba mientras seguía estimulando. Gruñía deseosas de algo más, quizá un beso, quizá él mimándola, llamándola una y otra vez o... No sabia, detuvo sus manos después de un triste y solitario orgasmo miro el tejado de su lindo departamento. Era lamentable hacerlo de esa forma. Alejo sus manos de su cuerpo y maldijo una y otra vez a Leone, porque no era posible que por culpa de ese estupido hombre no pudiera ni siquiera disfrutar de tocarse. Nunca antes le había sucedido, claro, había tenido uno que otro novio, una que otra aventuras ninguno de esos chicos la había hecho sentir tantos deseos por él...

-¡Eres un hijo de puta, Leone Orendain(? No me acuerdo de su apellido original pero por mientras xD D: no me odies Chel ni Leone xD)- no tuvo remedio más que irse a su cama e intentar tener un sueño reparador, esperaba que mañana fuera un grandioso día.

Se levantó en todo su esplendor. La miraba, la mujer se había quedado languida entre las sabanas, estirada e intensamente dormida. El rubio se pasó una mano por el cabello y la otra descanso en su cadera masculina. La V se marcaba ferozmente, sus musculos estaban relajados, marcados en un abdomen trabajado. Odiaba sentirse exitado todabia. Tenía que hacer algo con ello y la única opción aceptable -lejos de ir al dormitorio de su amiga- era ducharse y así lo hizo.

No tardó mucho en realidad, se colocó la ropa y dejo dinero en la mesa. Sabía que esa mujer se odiaría peor no le importaba mucho en realidad, se le pasaría pronto, tal vez en cuanto viera la suma de dinero.

-No hay excepciones.-Le susurró para salir del hotel y meterse en su ferrari, arrancó directo a su apartemento en lo que tardaba por amanecer, ¿le había dicho que ella iría por él? Leone rió en cuanto aparcó, si pensaba que él iba a subirse con ella en una moto, estaba muy equivocada. Entró al edificio y se dirigió a su apartamento, tumbandose en el primer sofá que encontró. Sería un día largo.

Las horas pasaron y la noche no tardo mucho en convertirse en manaña. Apenas se hicieron las 8 ah y la alarma en su reloj comenzaba a sonar. Había olvidado desactivarla en la madrugada.

Se levanto de su cama, ni siquiera se había cambiado ni nada por el estilo. Se rió de ella y comenzó a desvestirse, tenía que darse un baño porque se sentía asquerosamente pegajosa... Si... Era triste recordar el porque, por lo que prefirió no hacer, solo encendió su iPod conectado a unas muy buenas bocinas. Tan solo presiono el botón "Aleatorio" Y Rihana le acompaño mientras se duchaba. Rachel se sentía sexy mientras bailaba bajo el agua y Rihana cantaba "S&M", era divertido hasta cierto punto, porque no quería pensar del todo en lo que haría. Había temido un sueño y... Esperaba que algo de ellos se hiciera realidad... Solo un poco.

Miraba el techo de su habitación, usaba la misma ropa que ayer, se levantó y busco algo diferente, Jeans de mezclilla y una camisa negra que enmarcaba sus músculos simple y sin decoraciones. No hacia frio por lo cual no se había preocupado demasiado por llevar su cazadora, iba más bien casual.

Aún era temprano pero no había demasiado que hacer en su departamento, todo era pulcro, ordenado, serio. Desde que se había mudado allí no realizaba cambios, siempre había sido así la mayor parte del tiempo. A sus 25 años seguía siendo el mismo vividor sin compromisos ni reglas, sin embargo había existido un tiempo, una época en la que eso no había sido importante, la época de Emma. Un año antes de conocer a Rachel.... ese año incluso había pensado que se había enamorado... incluso. Eso había sido demasiado tonto, ella lo había amado, ella había dado la vida por él y entonces... León simplen te se había artado, la había dejado, como el cabrón que había sido y seguiría siendo.

Había terminado de ducharse mientras cantaba algo muy, muy cursi y algo a lo que llamaba " Su gusto culposo". Era una canción bastante popular y era de un género que a simple vista no era parte de su estilo pero por eso lo llamaba así.

-Yo~ yo era el amor de su vida~ yo disfrute sus caricias mientras le cantaba canciones bonita~s.-Culpaba a una de sus amigas la cual estaba enamorada de ese hombre que cantaba música grupera o algo así, tuvo que aprender esa canción porque hace algunas semanas habían sido a un karaoke y ella quería que ambas cantaran esa canción, termino gustándole, pero bueno, eso ya no importaba. Era hora de buscar su ropa, algo muy sencillo o bueno, ella creía que lo era. Saco unos jeans azules rasgados de las rodillas, tomo una camisa blanca algo olgada, dejando ver un tanto su hermosos y bien cuidados pechos, después busco unos botines de punta fina ¡le encantaban! por último tomo su chaqueta y se la puso. Estaba lista, su cabello estaba suelto, fresco y sin más. Ya eran las 9:30 y se moría de hambre. Tomo su celular y escribió un mensaje a su mejor amigo.
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Para:León
Asunto: ¿Desayuno?

Buenos días lindo gatito, espero estés despierto. Llevare el desayuno así que mas te vale no haber desayunado ¿qué se te antoja?

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Después de invitarlo busco su bolso, se aseguró de llevar sus cosas y la jodida revista. Suspiro y cerró los ojos. Sabia que podía hecharle a perder todo. 5 años de amistad... 5 años de amistad... No podía hecharle para atrás en ese momento, ella no era esa clase de mujeres, no era una llorona princesita, era una pantera, salvaje, sensual... Intensa.

Se había colocado sus lentes, estaba frente a su computador personal y tecleaba algunos datos. Información irrelevante, necesitaba mandar unas cartas al extranjero y preparar el terreno para un futuro edificio cerca de Av. Park Stone. Se ingeniero le entretenía lo suficiente para no dejar su trabajo, le gustaba ser independiente y moverse a su propio ritmo, sin depender de nadie, odiaba trabajar bajo las ordenes de otra persona.

Miró su celular y no pudo evitar sonreír.

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Para: Rachel
De: Leone
Asunto: ¿Desayuno?

¿Gatito?. Nada en especial, lo que sea y sin azúcar.
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Envió el mensaje de texto y se levantó para apagar la cafetera y abrir el refrigerador, saco una jarra de agua helada y tomó un vaso. No tomaría nada hasta que Rachel llegará. Siempre desayunaba, comía y cenaba a la misma hora, faltaba media hora para su habitual desayuno, pero por esa ocasión haría una excepción. Rachel siempre era parte de sus excepciones.

Chel estaba revisando su bolsa, ,levaba su cartera, la mentada revista y algunas otras cosas de chicas, cosas que no eran necesarias mencionar. Se acercó al espejo para pintar sus labios de un rojo intenso, le encantaba ver sus labios cual carmín, era tanteador, como una exquisita manzana.

Hizo alguna supo es en el espejo, incluso pensó en tomarse algunas fotos, le gustaba, le encantaba verse bien pero no por eso llamar la atención. Simplemente la de uno... Su teléfono sonó en cuanto iba a tomarse la foto y reviso. Río un poco, no le sorprendía que él no quisiera algo dulce. Comenzó a teclear.

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Para: Leone
De:Rachel
Asunto: Si, mi gatito.

¿Algún problema con eso, mínimo? Tengo ganas de un desayuno mexicano ¿chilaquiles con huevo esta bien? ¿Los quieres verdes o rojos como mis labios? No son nada dulces, todo lo contrario... Picante ¡Ajuua!
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Y entonces adjunto una foto de ella mandándole un beso, estaba jugando con él, siempre lo hacia. Termino de enviar el mensaje y entonces reviso su agenda, sabia que ese día y el siguiente no tenía nada que hacer. Su oficio era bastante divertido, era la administradora de un grandioso taller mecánico, oh si, era su costumbre interactuar con hombres pero era lo de menos, lo mejor eran las carreras, adoraba el motocross y estaba en su descanso o más bien, se permitió descansar toda una semana, era jefa después de todo.

Termino de verse a el espejo y termino de tomar sus cosas para buscar las llaves de su adorada moto Yamaha, era tan oscura como su cabello y casi toda su ropa. Tomo el casco y ya se dirigía a la salida.

Tomó el celular de nuevo y se recargó el respaldo del asiento, cruzando uno de sus brazos y riendo por lo bajo.

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De: Leone
Para: Rachel
Asunto: ....

No tengo problema con ninguno. Los sonidos mexicanos estan sobrevalorados ¿Has visto caricaturas mexicanas en exceso?

P.D.: Recuerdame cambiar tu programación.

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No imaginaba a Rachel con sombrero de charro y un mostacho negro. Rió ante ese pensamiento y volvió a lo suyo. Lo mejor para trabajar con la ansiedad y olvidar lo de "Rojos como mis labios" era dedicarse al 100% a su computador, hasta que Rachel llegará por supuesto.

Rojos.

Labios. Rojos.

Adoraba ese color, pero le gustaba más cuando no lo tenía. Cuando no usaba labial y podía ver su boca carnosa y dulce, grande y jugosa, tentandolo y manejandolo como quisiera, hablando y haciendo pucheritos por una tontería. Si, así le gustaba.

-Aunque no estaría mal quitarte ese labia con los dientes Rachel Vandercraft. -Susurró para sí, volviendo al monitor.

Se detuvo justo delante de su moto cuando tomo su teléfono sonó. Miro el mensaje de Leone y bufo una risa. Negó con la cabeza y respondería enseguida.

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Para: Leone
De: Rachel
Asunto: Es culpa de José

¿Recuerdas a José? El nuevo mecánico en jefe, el tiene la culpa, su esposa cocina delicioso. Intentare olvidar lo que has dicho.... Tonto. Bueno, ya me subo a la moto, te veo en 30 minutos, más te vale apagar ese computador antes de que llegue.

PD: No tengo una, sólo quiero que leas más. Nos vemos en un rato.
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Envío el mensaje y antes de subir al auto llamo a María, la esposa de José, quien era la cocinera de un famoso restaurante mexicano en la ciudad. Le pidió los platillos, uno de chilaquiles en salsa verde y el otro en salsa roja, así podrían compartir. Hecho el pedido, se puso el casco, aseguró su bolso y se subió a su moto, la encendió y avanzó, tenía que ir por sus desayunos y terminar en casa de Leone.

Cerró la laptop y miró el mensaje de nuevo.
A veces Rachel eran indesifrable, aveces era un torbellino y aveces era toda ternura, nunca podía predecir del todo sus acciones, tenía que observarla de cerca para saber que era lo que haría despues.

Puso café de nuevo, miró su reloj de pulso y suspiró. Esperar nunca había sido lo suyo, jamás. En ese momento el telefono sonó, de alguna manera eso había sido una bendición. Sin embargo al ver el número, su rostro cambió por completo.

-Clarisse.

-Leone, ¿como has estado?-Preguntó la chica, dando rodeos, algo había pasado.

-Bien, ¿sucede algo, princesa?

-Si.-La voz de la rubia se ahogó un poco, sentía un pequeño piquete en su garganta.-No contacto con Kellen...-Le dijo nerviosa.-¿Sabes si ha salido a algun lado?

-Que ha pasado Clarisse.

-Bueno, es solo que... mamá. Mamá se ha desmayado en el trabajo, ha estado investigado algo para el periodico pero... bueno no se que ha pasado exactamente. Estoy en el hospital con papá, mi abuela la esta atendiendo pero no encuentro a Kellen. Si sabes donde esta...

-Tranquilizate.-Leone suspiró.-Todo saldra bien princesa, Kellen probablemente este dormido y no ha podido escucharte. Iré a buscarlo, mantente informado

-Claro, te quiero Leone.

-Yo también princesa ¿hay alguien más contigo? Para prevenir a tu hermano.-Leone sonrió luego del profundo silencio.

-Alex esta conmigo.-La voz de la hermanita de Kellen -20 de edad, rubia, sexy y algo presumida- seguía temblorina, Letizia su madre era un pilar en su familia, si ella se derrumaba, necesitarían mucha fuerza para salir adelante. Suspiró al instante en que colgó para salir de su apartamento y caminar a la puerta de Kellen. Tocó una vez, esperaba que contestara, no quería abrir de golpe.

Rachel corría a gran velocidad, iría donde el taller para recoger los desayunos, no tenía mucha prisa, se dio su tiempo pero amaba la velocidad y por esa razón siempre llegaba algunos minutos antes a las citas pero bueno, ya llegaba donde los desayunos, estacionaba su moto y baja con toda esa sensualidad. Saludo a María y tomo asiento, aun faltaba un poco para que todo estuviera listo.

-¿para quien es otro platillo, mi niña?

-para Leone, María. ¿Lo recuerdas?

María se hecho aire con la mNo y fingió morirse de calor, claro, ella siempre decía que ese werito estaba como para chuparse los dedos. Chel soltó una carcajada, era divertido escuchar a los mexicanos expresarse de esa manera.

-(-)-

La noche anterior había sido toda una locura. Kellen Orendain tenía problemas y no con cualquier chica, o no, los tenía con su chica. Habían discutido por algo meramente estupido, pero le molestaba tanto que Devaney buscará para todo una razón, fuera tan lógica y analizará todo ¡Todo! Quería sorprenderla con un viaje, llevarla a donde ella quisiera, pero como de costumbre, terminaba armando rompecabezas en los que jamás había pensado. Había regresado muy tarde a su departamento. Ya llevaban muchos años saliendo, no había sido nada fácil conquistarla y ahora que quería proponerle el vivir juntos durante el viaje le dice barbaridad y media ¿de donde cojones había sacado que él le había engañado? Fue muy complicado ¿por qué Marina se había contactado con ella? Se trataba de una ex y la hija de puta... Se habiandesconectado del mundo por toda la noche y la mañana, pretendía seguir así hasta estar más tranquilo para buscar a Marina y advertirle que no se metiera con él ni con su amada y después, buscaría a Dev apara explicarle pero... No imaginaba la noticia con la que su buen hermano Leone le despertaría esa mañana.

Escucho que llamaban ala puerta. Gruño molesto y se levanto a regañadientes. Odiaba que insistieran en la puerta, camino solo en ropa interior y Quito en seguro de la puerta.

-Esta abierto...- y fue a la cocina a servirse agua, todo estaba hecho un desastre, si, se había cabreado demasiado,

- Donde esta tu celular? - dijo de golpe, mirando el cocinero. Río por dentro, había tenido un mal día con Devaney, eso podría ser tal vez lo más probable.- busca tu celular y sientate.- sus ojos azules quisieron examinarlo, saber si estaría bien de recibir una noticia como esa, bueno, nadie estaba preparado para recibir una noticia. .. precisamente como esa.- Me ha hablado Clarisse.- León caminó a su lado y se sentó frente a u sofá, con los brazos apoyados en sus rodillas.-Kellen, Leticia esta en el hospital.-dijo de pronto, en ocasiones no había palabras dulces.-espera.. Kellen, Kellen! Mierda.- frunció su ceño. Tu padre y tu abuela están con ella, al parecer fue un desmayo. Estará bien, pero Clarisse y tu papá te necesitan...

Chel recibía en sus manos los platillos preparados, era hora de tomar nuevamente su moto e ir en busca de Leone pero apenas abrió la puerta para salir del local, termino chocando con la peor persona con la que podía encontrarse.

-¡Rachel! Que maravillosa sorpresa.

Ella frunció el ceño, era Paolo, ese hijo de puta que intento propasarse con ella. Chel le ignoro y paso de largo, detestaba verlo o siquiera tenerlo cerca. Odiaba que trabajará en el taller de su padre pero nadie sabia nada de lo que había intentado, al menos nadie a excepción de Leone... A él le contaba todo.

-(-)-

Kellen vio a su hermano, si porque para él, ese rubio cabron era su hermano, y suspiro. Bebió algo de agua y enseguida fue a donde el Leone para sentarse frente a él- ¿Para qué lo quieres? Esta muerto... ¿Que quieres tan temprano Leone?- Suspiro cuando menciono que Clarisse le había llamado. Ahora entendía porque le había ido a buscar. Bien, se puso de pie y fue en busca de su teléfono para encenderlo y después sentarse nuevamente.- ¿qué sucedió?- cuestionó con más seriedad, no esperaba escuchar aquello. Abrió los ojos de golpe y pensó lo peor ¿su madre en el hospital? A la mierda todo, se puso de pie enseguida y corrió a su habitación para cambiarse.- ¿qué le pasó?- Preguntó desde su habitación, se desespero, no, él moriría si algo malo le pasaba a su madre.- ¡mierda! ¿ por qué no me dijiste antes ¡maldicion!- Se puso lo que sea, unos jeans, una polera blanca y sus zapatos negros. Tomo su cartera y con el celular ya se ponía en contacto con su hermana.- ¿un desmayo? ¡Un carajo! Mi madre no es tan delicada...- Todo se le venia abajo, primero su novia y ahora su madre ¿qué otra cosa podía salir mal?- Me largo, anda, sal cabron que te go que buscar a mi madre. - y saco casi a empujones al rubio pues tenía prisa. Llevaba las llaves del auto en la mano y sujetaba el celular con la otra. Se apresuró a cerrar con seguro y después salía corriendo hacia su auto ¡Clarisse no contestaba!
-Con un demonio ¡contesta Clarisse! - Girto y se alejaba de Leone. Se detuvo unos segundos y lo miro.- Gracias...- y listo, se subió a su auto y arranco si. Pensárselo dos veces para frenar con fuerza, había golpeado algo... Si, una encantadora moto oscura, por poco le hacía daño a Rachel.

-¡Idiota!- Le grito la azabache y golpeo el auto con uno de sus pies. Kellen no se detuvo, simplemente se fue, no estaba para discutir con esa fierecilla, la conocía bien, después le pediría disculpas.- Estupido Kellen.... Detuvo su moto justo en el lugar y se bajo a inspeccionarla, lo materia, lo juro por su propia vida.

León frunció el ceño, más cuando lo empujó, podría haberle dicho un par de cosas pero no lo haría, conocía a letizia.. ella era como su segunda madre. Entendía a Kellen de alguna manrea. Se peinó el cabello hacia atrás y luego escuchó un ruido.

-Mierda!-gruñó al escuchar como un auto derrapaba. Bajo del edificio y entonces se encontró a la morena.- joder...- susurró avanzando a ella, miraba el auto de Kellen con el ceño fruncido, había estado a punto de latimarla.- estas bien? - pregunto mientras miraba la moto.- no le ha pasado nada... le diré que la repare.- Leone la miró un instante, sus ojos azules y fríos fijos en el preciosos cuerpo de la mujer.- es mejor que subamos.- le dijo, tomando las cosas para entrar al elevador.

Clarisse por su parte miraba a la nada. Tenía un nudo en la garganta, solo esperaban la respuesta del médico, no tardaría estaba segura.

-clarisse.- una voz familiar la hizo girar. Era Devaney, que gusto le daba de verle. Le abrazó con fuerza y luego negó.

- perdón. .. no quería interrumpirte.-susurró la rubia, sentándose de nuevo.

- no te preocupes, solo era una clase, esto es más importante.- la casi pelinegra miro a su alredecor. Donde estaba Kellen?

-No pude encontrarlo... le hable a Leone y mi celular se ha quedado sin batería, espero que le haya dado las indicaciones. Podrías marcarle para decirle la dirección del hospital?

-si, por supuesto. -No podría negarse a ello, sabia cuan importante era Letizia para él. Pero el punto era... en donde estaba "amante" tenso la quijada y entonces marco.- Estoy con Clarisse... estamos e el hospital de Havidy Park, aun no nos han dado noticias.

Rachel se había quitado el casco. Su moto tenía una abolladura. Era fea, lo positivo era que ella estaba a la perfección, pero aún así, pudo haberle hecho daño.

-Grandísimo...- Se apuntó llamarlo "hijo de puta" porque Letizia no tenía la culpa de tener un hijo tan estupido, bueno, algunas veces estupido, no siempre era así. Bufó y golpeo el casco contra su pierna sin mucha fuerza y miro a Leone acercarse.- Deja, yo le daré un golpe por esto... No se lo perdono, oh no.- Dijo con el ceño fruncido mientras el rubio tomaba las cosas. Le entrego el casco y se montó sobre la moto una vez más. Tenía que estacionarla correctamente. Lo hizo en cuestión de segundos y lo alcanzo en seguida.- Me asuste, no esperaba verlo salir tan de repente.- Dijo mientras subía con él a su apartamento. Estaba un poco enojada.- Si arruino nuestros desayunos....- Hizo puño su mano y se lo mostró a Leone, enserio iba a golpear esa linda carita.

-(-)-

Kellen conducía velozmente. El hospital del que u abuela se hacia cargo no estaba cerca de su hogar, lo había hecho a propósito pero justo en ese momento lo lamentaba. Su móvil sonó y enseguida respondió.

-¡Clarisse!- casi grito al responder la llamada, pero la voz que le daba información lo sorprendió un poco ¿cómo es que ella había llegado primero que él? No importaba, escuchar su voz le hizo bien. -Devaney... Por favor, no la dejes sola...- no supo que más decirle exactamente.- Necesitamos hablar... - Fue lo ultimo que murmuro porque en verdad quería hablar con ella sobre Marina, puesto que, nunca le hablo de ella ya que no lo creía necesario.

-(-)-

Branko estaba esperando fuera de la habitación. Su suegra no le había permitido entrar a la habitación donde su esposa... A veces creía que aún le odiaban y no le querían junto a su hija pero ¡joder! Ya habían pasado más de 20 años y aunque Kellen había ido a la cartel cierta cantidad de Años, el no se arrepentía, se lo merecía por calumniarlo. Ahora su mujer no estaba bien y... Joder, odiaba los hospitales.

--pediremos algo.- dijo con respecto a los desayunos. Entraron al elevador y Leone suspiró, pasando una mano po su cabello.-Letizia esta en el hispital.-miro los números del elevador.-es por eso que ha actuado asi, sabes como de cuando se trata de su familia..- se encogió de hombros, tal vez el uniera actuado igual, aunque claro, el jamás habría si quiiera, atropeyado a Rachel. Sonrió y las puertas se abrieron de par en lar, para salir a, pasillo.-aunque un derechazo no estaría mal.-le miró de reojo y entonces abrió la puerta, invitándole a pasar.

++

Dev, se aclaró la garganta. No quería hablar de eso en esos momentos. Si estaba allí era porque a pesar de todo Kellen y su familia le importaban, eran parte de ella tambien... ademas, ella no podía simplemente ignorar a Kellen, lo amaba.- lo más importante es tu madre ahora.- miro a Clarisse que levantaba la mirada a ellos, sospechando cualquier cosa.- Maneja co cuidado Kellen...-mordió su labio inferior y colgo, no podía evitar preocuparse por el.

Suspiro y comenzó a relajarse cuando entraron al elevador. Se apoyó en una de las paredes del ascensor h lo miro cuando le acaricio la cabeza. Ahora lo entendía. Se puso derechita, sin dejar de mirar al rubio.

-¿qué le sucedió? ¿Esta ella bien?- Si, no porque le hubiera chocado el moto significaba que le deseaba lo peor a ese chico pero termino sonriendo, iba a dejarle una bonita marca que seguro le haría encontrarse con la bonita Devaney.- Muy bien, tengo tu permiso para hacerlo.- dijo mientras entraba al departamento de el rubio y se quitaba la chaqueta, estaba bastante agradable el clima como para llevarla mientras no estaba sobre su moto.

-¿Qué tal dormiste?- Cuestionó mientras se adentraba a la cocina como si se tratara de su casa para buscar en el refrigerador un poco de jugo de mora azul, sabia que le gustaba a él y aunque no era su favorito, sabia bien.

-(-)-

-No Dev...- Le dijo con simplesa porque era cierto. No necesitaba pensarlo dos veces para saber que Dev ya era mucho más importante para él, pero no por eso le despreocupaba su madre.- Tu eres lo más importante para mi...- suspiro porque era cierto, Quería a Dev como jamás había querido a nadie, era y seguiría siendo feliz con ella a su lado. No soportaba estar peleada con ella.- Llegare completo...- Le dijo y la llamada terminaba, si, acelero, quería llegar enseguida.

-(-)-

Alex apareció justo cuando Dev cortaba la llamada. Llevaba en su mano un par de bebidas frescas para él y su querida Clarisse, no esperaba ver a Dev sola ¿por qué Kellen no la acompañaba?- Aquí tienes, Linda.- Dijo entregándole el agua y acercándose para abrazarle.- Devaney... Gracias por estar aquí.- Si, no le había gustado dejar sola a Clarisse por unos minutos, pero bueno, ya estaba de vuelta.- ¿Hay noticias?- Preguntó a la rubia mientras continuaba cerquita de ella, sabia que estaba muy preocupada por su mamá...con sólo mirarla... Era tan linda y delicada.