Leone y Rachel

La noche los acompañaba en su bar favorito “The Boston Bar”, era un lugar bastante concurrido, la música era buena y muy actual, la pista de baile siempre estaba llena y bueno, tanto chicas como chicos era tentadores prospectos, sin embargo, no todos lo eran para una chica.

Su nombre, Rachel Vandercraft, una chica de cuerpo esbelto, grandes pechos, un trasero envidiable, una melena larga y oscura y una sonrisa simplemente inigualable. Sonreía mientras bebía un poco en compañía de un grupo de amigos, aunque Chel, como era apodada, miraba con disimulo a su mejor amigo. Era un chico alto, su cabello rubio y sus ojos azules ¡Dios! Tenía un cuerpo exquisito, bien trabajado, unas manos enormes y unos labios que deseaba morder más que nada en el mundo. Suspiro y llevo el tarro de cerveza a su boca, necesitaba beber un poco y dejar de verlo bailar con aquellas chicas.

-¿Qué pasa, Chel?

-Nada ¿Por qué pasaría algo?

-¡Wow, wow! Pero si la pantera está enojada.

-¡No me llames así!

Todos comenzaron a reír al ver su reacción tan explosiva. Así era ella, una chica fuera de control, bien conocida por su poca paciencia pero también por su belleza. Llamaban valiente al que se atrevía a decirle “Hola” y Campeón al que lograba tener una cita con ella y quizá algo más.

La noche avanzaba y Chel rechazaba a todos los chicos que le invitaban a bailar, prefería conversar con sus amigas y observar de reojo a quien le había robado su corazón hacía mucho tiempo. Suspiro y no pudo disimularlo más, al menos no frente a el grupo de chicas.

-¿Cuándo vas a decírselo, Rachel?

-¡Eh!- Se sobresalto y miro a las chicas. Negó con la cabeza y sonrió por eso.- Creo que nunca, la verdad, sería feliz si sólo una vez me tratara como lo hace con esas chicas.

-¿No hablas enserio, verdad?

-Susana, se que Leone jamás se fijaría en mi. Sólo somos mejores amigos.

-Pareces muy segura, Chel ¿Es que ya se lo has preguntado?

-No y no necesito preguntárselo. Lo sé y con una sola vez con él en la cama seré feliz o eso creo. Sólo quiero sentirlo y después, resignarme para siempre.

-Eres muy fatalista amiga pero bueno, si eso es lo que crees pues sólo pídeselo.

Rachel soltó una suave y encantadora risa. Susana estaba de broma y las demás chicas. Todas juraban que él aceptaría estar con ella pero la morena juraba por cualquier jodido Dios que Leone tenía otros gustos, por eso era su mejor amiga, a quien terminaba contándole todo cuanto hacía con las otras chicas. Esa noche, hizo un plan con las chicas, una forma en la que seduciría a su mejor amigo y lograría tener un poco de placer con esas enormes manos y buen cuerpo.

-Entonces ¿Qué piensas hacer?

-No lo sé, supongo que podría improvisar.

-¡Eso nunca, Chel! Toma esto.- Dijo Rebeca, otra de las chicas que buscaba en su bolso una interesante revista. La abrió justo donde un interesante artículo sobre el vello púbico.- Según este articulo, todos estos estilos vuelven locos a los chicos.

Chel miro detenidamente el artículo mientras la música continuaba. Todos gritaban como locos, disfrutaban de esa música clásica en los bares, no sería una buena noche sin esa canción, claro que no.

-¿Qué quieres decirme con esto, Beca?

-¿No es Obvio, Chel? Dile que te ayude, es tu mejor amigo ¿Verdad? Seguro que no habrá problema alguno en darte una pequeña mano.

Una propuesta bastante interesante e intensa. Chel se sonrojo un poco al pensarlo y cerro de golpe la revista. Miro a sus amigas y les sonrió, podría ser una gran idea. Levanto su tarro y todas gritaron emocionadas. Si, todas pensaron que Rachel estaba loca, pero sería muy divertido escuchar la anécdota ¿Qué harían después de la propuesta de Chel?

-¡Vamos chicas, bailemos y esperemos que todo salga como espero!

Chocaron copas y todas bebieron para dejar sus vasos y de más en la mesa, tenían que disfrutar la noche y Rachel planear correctamente lo que haría al día siguiente porque aunque deseara hacerlo ese día, sabía que el maldito Leone saldría esa noche con una de sus chicas.

Pechos de silicona, piernas largas, bonitas, pero Leone no podía dejar de pensar en los horribles pechos de silicona. Los sentía contra su torso duro, los pechos de silicona de esas dos chicas. La primera era rubia, más rubia que él y usaba un vestido negro y unos enormes zapatos de tacón Manolo que tanto gustaban. La otra mujer era pelinegra y llevaba una falda corta con un velo largo que estaba abierto dejando descubierta toda la pierna, usaba un pircing en su labio e intentaba inutilmente mordisquear su oreja. Era deprimente y absurdo, además sus pechos de silicona recién implantados tambien se apretaban aunque en su espalda.

Aburrido.

Leone sonrió de lado y metió su mano dentro de la falda de la chica, apretó su trasero y ella gimió, bueno, el trasero era pasable.

-Ahora a mi mi amor, ahora a mi.-Le dijo la otra y entonces el rubio se giró ligeramente y mordió su cuello blanco, ahh~ sudor, que horror. Las dejo y miró de reojo al bar, su pantera estaba bebiendo de más. Odiaba que bebiera en general, le gustaba el aliento de Rachel en general, siempre olía a limpio pero el alcohol... bueno, él prefería siempre el aroma natural de su mejor amiga.

La primera vez que la había visto no se había molestado en disimular lo mucho que le atraía. Era sexy, su cuerpo tenía las curvas perfectas, el peso adecuado, todo estaba en su lugar ¡pero joder! simplemente había platicado con ella, había interactuado y no había podido evitar sentir ternura, ¡ternura! Leone jamás sentía ternura mucho menos por una mujer a la que quería follar. Al principio era fácil, eran amigos, ella estaba allí no era estupida, sabía divertirse y sabía ponerse sería, podía verla y controlar su polla pero despues... se había complicado. Despues había tenido que conseguir a mujeres para poder disminuir el picor y la ansiedad; la quería toda, desnuda, en su cama, gimiendo. Punto.

-Leone...

-Basta.-Dijo en esa ocación, cabreado, apretando sin darse cuenta su mandibula, había 5 hijos de puta mirandola desde diferentes angulos. Podría darse el lujo de quitarlos uno por uno a no ser porque ella era libre, era su amiga. ¿A quien mierda se le había ocurrido ser su amigo? Era un cabrón, siempre había querido hacerle el amor a su querida amiga...

-Quedate aquí.-Le dijo él a la mujer que tenía a lado, la de los pircings. Tenía que decirle a Rachel que no volvería con ella, que iría con alguien más, porque si regresaban juntos el la iba a clavar en su miembro hasta la mañana siguiente para parar y desayunar y luego, volver a estar dentro de ella.-Hey...-Dijo quitandole el tarro de cerveza y empinandose el resto.-Es mucho para ti pantera, es hora de regresar.-Prendió un cigarrillo y se lo metió a la boca, exhalando el humo hacia otro lado. Miró a sus amigas y sonrió de lado, inclinando la cabeza en forma de saludo.

No espero tenerlo junto a ella en ese momento ni mucho menos que le arrebatara su tan preciado tarro de cerveza. Lo miro con el ceño fruncido y arqueó una ceja.- ¿Perdón?- Expreso y sonrió mientras sus amigas les dejaban a solas después de saludar al buen Leone. Se planto frente a su rubio amigo y le quito el cigarro de la boca para llevarlo a la propia y darle una calada.

-Creo que no, tontito, aun no he bailado y no me iré de aquí sin al menos haber bailado una canción.- Le regreso el cigarro a la boca y dio un paso a él.- Así que, o bailas conmigo o me esperas.- Le pellizco la mejilla y se aparto de él para adentrarse a la multitud ¡Quería bailar y bailar! No era tan tarde según ella.

En su avance, un chico de cabellera castaña se acerco a ella y comenzó a bailar frente a ella. Rachel sonrió y bailo con el chico, pero no por eso se pegó a su cuerpo. No quería que la tocaran, claro que no, quería pasarla bien, sólo divertirse "sanamente", al menos sólo con esas personas, Leone era otro asunto.

-Tengo la fortuna de encontrarme con una chica tan hermosa ¿Cual es tu nombre, nena?- Cuestiono el chico que daba un paso más cerca de ella, aunque aun sin pegarse a ella del todo. Rachel rió, que patética forma de ligar.

-Tania, mi nombre es Tania.- Mintió, no quería que ese chico la buscara por otros medios. Dio un paso más cerca de ella Y Chel dio uno hacía atrás. No, no, no lo quería tan cerca.- Tranquilo amigo, no te acerques tanto.- Amenazo la sensual pantera. Comenzaba a mostrar las garras ante la insistencia de ese chico-.

Eso, demonios, eso era lo que más le gustaba de ella. Sonrió de lado y pidió una cerveza más, negó con la cabeza, ¿que estaba haciendo? ¿Porque tenía tantas ganas de ir tras ella y pegarse contra su cuerpo? Bebió de nuevo del tarro y luego frunció su ceño. Caminó hasta estar a una distancia en la que él podía verla perfectamente pero no ella a él.

Los escuchó, más bien a él, enarcó una ceja y rió por lo bajo.

-Leone.. ¿ya?-Susurró alguien tras sus espaldas. Era la chica del pircing, se había olvidado de ella.-Vamonos, vamonos.-Se pegó a él.-Podemos ir a casa, ya me aburría de estar aquí.-Creí haber dicho que no te movieras preciosa.-La sentó y empezó a caminar de vuelta a Chel.-Tenemos que irnos ya.-Le dijo mientras la jalaba y miraba por el rabillo al otro hombre.-Tania...-Susurró en su oido y rió por lo bajo, una risa varonil con aroma a tabaco.-Te llevaré a casa.

Chel seguía bailando, miro a sus amigas a un par de personas de ella y quiso ir con ellas pero el chico era insistente, su nombre era Ruben, no era feo pero no era su tipo. A ella le gustaban grandes, rubios y un poco engreídos y bastante confiados. Si, sólo existía un chico así y no era para ella... joder, que mal se sentía pensarlo de esa forma.

-Lo siento pero tengo que irme con mis amigas. Fue un placer conocerte Ruben.- Dijo ella queriendo apresurarse porque no quería que le pidiera nada de datos, ni teléfono, ni Facebook ni nada por el estilo.

-Baila una pieza más conmigo, nena y déjame invitarte una cerveza o lo que quieras. Quiero conocerte un poco más.

-Lo siento, creo que ya ha sido suficiente.

Ruben pretendía insistir más, acercarse más y sujetarla por la cintura para pegarla a él pero la llegada de Leone fue justo a tiempo. Chel lo miro y rió por lo que le dijo al oído. Se encogió de hombros mientras miraba al chico y con ceñas le decía que habían llegado por ella. Le dijo adiós y empujo al rubio para evitar situaciones innecesarias.

-¡Woju!- Dijo mientras alzaba las manos y caminaba danzando hacía la mesa, iría por sus cosas. Movía sus caderas, sus manos y brazos y se detuvo justo cuando llegaron a la mesa.- Seras idiota, me abandonas, dejas que baile con ese tipo pero llegas a tiempo ¿Por que no bailaste conmigo?- le reclamo mientras se inclinaba para tomar su bolso y se giraba para verlo frente a ella. -¿Qué? Ya vamonos.- Le tendió la mano.- Dame un cigarro ¿Si? Aunque sea comparte eso conmigo esa noche. Le enviare a las chicas un mensaje, entenderán que me vaya contigo ¡Mi nene consentido!- Y se lanzó a abrazarlo del cuello, claro, así era ella con él y más con algo de cerveza en su sistemas.

"Porque si bailo contigo, terminaré estampandote en una pared Rachel y te haré el amor como una bestia"

-Dijiste que querías bailar.-Se encogió de hombros.-No me gusta bailar, Rachel.-Tomó el cigarrillo y se lo dio, prendiéndolo para ella.-Como quieras.-Lo dijo por sus amigas y luego suavizó su mirada al sentir sus brazos en su cuello. Le dio unas vueltas más sosteniéndola de la cintura y la olió. Joder, era por eso, él jamás hacia eso con una mujer, solo con Rachel, no podía evitar ser así con Rachel.-Vamos o se hará tarde, tengo que volver.-Porque tenía que bajar el bulto de su pantalón, tenía que tener a una mujer debajo de él, antes de que cometiera una tontería.

Jamás dejaría a esa pantera beber de más. No si tenía que manejar solo con ella, era una tortura. Se relajo, sus hombros estaba tensos, también era uno de los problemas de salir de noche con Rachel, era el tipo de mujeres que dejaban con la boca abierta y eso le jodía, defenderla toda la noche, golpear a unos hijos de puta, era agotador y nada sano para su salud mental. Se pasó el pelo hacia atrás y miró a la chica del pircing acercarse.

-Vamos.-La tomó por la cintura y la dirigió a la salida.

"Sólo conmigo no te gusta, grandisimo idiota"

Pensó mientras tomaba el cigarro para llevarlo a sus labios. Seguía abrazándolo, bueno, no quería parecer una melosa pero le gustaba aprovechar esos momentos para tenerlo tan cerca como podía, hasta que tuviera que darla en casa y él tuviera que regresar a disfrutar la fiesta con una de sus amiguitas.

-Osea que ¿mi fiesta termina y tú aun seguirás? y ¿Sin mí? Definitivamente eres un grandisimo idiota ¡Tramposo!- Y aunque eso era verdad y le molestaba rió dándole una calada más al cigarro.- Tendrás que compensarme Leone... no se, tendrás que invitarme a comer la próxima semana.- Pretextos para salir con él. Noto que tomo prisas ¿Por qué lo hacía? Intento ver hacía atrás pero cuando menos lo pensó, ya estaban fuera del bar.

Enarcó una ceja cuando escucho eso y rió por lo bajo, una risa profunda y sexy. Pocos eran las personas que le hacían reir así. Realmente solo Rachel le hacia reir así.

-Claro, te llevaré a comer.-Dijo sin dejar de caminar.-¿A donde quieres ir?-Preguntó y luego él sacó un cigarro de su bolsillo, lo prendió y volvió a meter el encendedor en la bolsa de su cazadora negra. Usaba un pantalon levis negro igual y una camisa blanca algo pegada a su musculado torax. Salió a la calle y el frio golpeó su cabello rubio, perfecto, necesitaba refrescar sus ideas y no ver por entre el escote de su amiga. Era un hijo de puta.-Me debes gasolina Chel.-Le avisó abriendo la puerta de ella.-Te llevaré a tu casa pero me debes dinero.-Sonrió de lado y cerró para luego entrar al carro justo cuando una mujer de pircings salía del establecimiento bastante enojada. Ya volvería por ella.

-¡Ahora resulta!- Dijo molesta mientras se ponía el cinturón de seguridad y bufaba molesta por esas palabras ¿Deberle dinero? Cabronaso, en verdad que lo era. Empezó a reír a carcajadas por unos segundos y lo miro, con calma mientras él encendía el motor de su encantador pero aburrido auto.

-¿Sabes? Me gusta mucho cuando ríes de esa forma- Dijo muy sincera, sabía que no era la primera vez que se lo decía pero siempre terminaba recordándoselo. Abrió la boca pero termino negando con la cabeza.

<<No Chel, no seas tonta, no estas tan borracha como para fingir que fue culpa del alcohol>>

Se dijo a ella misma mientras dirigía la vista hacía delante.- Vivimos bastante cerca el uno del otro, además, tu me llevas a casa ¿Cuando te dije que lo hicieras? ¿Eh?... pero esta bien, hay muchas cosas que hacer ¿Trabajas mañana?...- Si, tenía que asegurarse que estaría en su casa y solo...-Ah, quiero que...-Le dio una calada al cigarro, la ultima, lo había fumado muy rápido y arrojo el humo fuera del auto, por la ventana.- ... Me lleves a Ihop y comas conmigo unos deliciosos Panqueques.

Chel se estaba esforzando por no verle como una idiota. No quería ser tan obvia y no quería incomodarlo. No quería perder su confianza, no aun... no aun.

La miró de reojo y abrió uno de sus vidrios para dejar salir el humo de tabaco.-Vale.-Le dijo y acarició su cabeza, ensendiendo el motor mientras sonreía del lado mirando al frente.-...-Siguió la linea de la carrertera y luego entró a un freeway. Aceleró y la escuchó.-¿IHOP?-Hizo una cara de asco, no le gustaban las cosas dulces a excepción de las tartas de mora y el café con leche... eso era lo suficientemente dulce.-¿Estas castigandome por lo de la gasolina? -Bufó una risa y negó.-mañana....-trago y apretó el volante.-Tal vez pueda llevarte.-Se encogió de hombros. Tendría que correr a la mujer con la que dormiría antes de ir a ver a Chel. Era un poco descortés por no decir rastrero, usar a una mujer de esa manera, sin embargo él no las obligaría, él les daría la noche de placer y ellas le ayudarían con su problema bajo el pantalón, era un muto acuerdo se dijo a sí mismo para sentirse menos cabrón. Claro, tampoco le importaba demaciado.-pero paso de los panques Rachel, café.-La miró de reojo.-y considérate afortunada.

Rió encantadora y negó con la cabeza.- Tu sabes que me encanta comer en ese lugar. Además, yo jamas te castigaría de esa forma ¿Cómo crees?- Dijo con cierto sarcasmo y continuo riendo. Negó con la cabeza.- Mañana no, te dije la próxima semana, tengo... bueno, aun estoy planeando algo para mañana, sólo necesito saber si estarás ocupado por la tarde. Y comerás de mis panqueques o tendré que castigarte de verdad leoncito.- También lo miro de reojo y le guiño el ojo.- Pon atención adelante, aun soy joven y quiero vivir al menos otros diez años- Suspiro y se quedo pensando un poco en las palabras de el rubio.- Siempre he sido afortunada por tenerte a mi lado, tonto. Aun cuando no quieres comer de mi deliciosa comida.

Suspiro y miro la oscuridad de la calle o bueno, algunos otros autos iluminaban de vez en vez.- Y... ¿Cómo se llama tu nueva conquista?- Una dolorosa pregunta pero... era algo "usual".- ¿No se molestará porque la dejaste por llevarme a casa?... pude a ver tomado un taxi o algo así.

-Me harás llorar pantera.-Le dijo y con un brazo la tomó del hombro para acercarla a él y darle un beso en su coronilla sin dejar de mirar al frente ni manejar.-Viviras mucho tiempo, para darme lata y gastarte mi gasolina Rachel.-Rió y a dejo. Era por eso, era por eso que estaba tan malditamente excitado por ella, la pelinegra le hacia sacar su lado más tierno, porque ella, ella era pura ternura y ella no merecía que la follara como a las otras, no merecía eso de él, porque él era un maldito, se artaría, le haría daño, si la tocaba sería solo para follarla y le haría daño.

Aceleró y sonrió, su conquista.

-Marina.-Ladeo su risa y negó.-No se molestará, yo haré que no se moleste Rachel.-Afiló su mirada, necesitaba a una mujer entre sus piernas antes de detener el auto y besar a la mujer que tenía al lado.

En un principio había celebrado aquellas palabras, si, ella lo molestaría hasta el día en que tuvieran que separarse por alguna razón del destino, o lo que fuera, solo esperaba que eso no llegara pronto.

Se puso un tanto nerviosa con esa muestra de afecto. Era su culpa, siempre la trataba de esa manera, era... Tierno con ella o simplemente era él. Eso le había enamorado poco a poco... Miro por la ventana mientras él hablaba de esa chica. Mordió ligeramente su labio inferior pero se forzó a sonreír.- Te escuchas tan seguro.- Río un poco y regreso la mirada a él, con calma.- Pero no me sorprende, eres Leone a fin de cuenta... Ah~ eres tan... Cabron...- Río de nuevo y se acercó un poco más a él.- no vayas tan rápido.... - Se apoyó en él siendo cuidadosa para no molestarlo mientras conducía.- ya se que quieres verte con esa Mariina, pero seguro que no querrás que vomite tu auto...- suspiro <<¿Que tiene ella, Leone? ¿Qué la hace ser la elegida para esta noche?>> cerró sus ojos y suspiro.- Ya paso mucho desde la ultima vez que salimos a tomar solos tu y yo...

"Cabrón"

-Si Rachel, soy un cabrón... lo peor de lo peor.-Sonrió y bajo la velocidad sin ser conciente realmente de hasta que punto le hacia caso a esa chica. Su amiga. Su mujersita. A la que no follaría aunque su polla estuviera a punto de explotar. Era su regla. Su maldita regla y él nunca rompía sus propias reglas.-Si vomitas de bajo Rachel.-Levantó una ceja y se desvió a una gasolineria, necesitaba cargar y también comprar algunas cosas, condones por ejemplo. Apagó el motor y rio, abriendo la puerta pero volteando a verla. Su mano se estiró para quitarle un mechón de pelo y nego.-consideralo esto como una salida a tomar, ¿que quieres que te compre? -Estaban en un Seveneleven.

-Y me encanta que seas lo peor de lo peor... Mi peor lo peor.- dijo divertida y negó con la cabeza cuando el mencionaba lo del vomito. No, no estaba en sus planes hacerlo, era dólo una razón para que él dejara de conducir tan rápidamente.- Tranquilo, seré tan fuerte como pueda.- noto que se desviaba y terminaban estacionados donde una gasolinera. Lo miro a los ojos justo cuando el quitaba ese muchos. De su rostro. Le saco la lengua y seguía sonriéndole <<Te... Maldito cariñoso>> pensó adorándolo.- aire contigo, vete que se me antoja tomar.- y entonces se quitó el cinturón para bajar del auto, se estiro un poco, llevaba puesto un hermosos pantalón oscuro, ajustado, resaltando sus lindas y largas piernas, además de esas preciosas botas oscuras con tacón de punta. Una chaqueta tan oscura como su cabello y debajo de ella una bonita blusa grisácea con la que podía presumir de su pecho con un considerable y bonito escote. Se quito la chaqueta para dejarla en el auto y sin más, cerrarlo para acercarse a su querido Leone- Te aseguro una cosa, Leoncito. No quiero cerveza, ahora tengo ganas de algo dulce quizá un chocolate, sólo por hoy, no te pediré tanto.- Le guiño un ojo y se apresuró un poco para ser ella quien le abriera la puerta de la tienda.- Adelante, caballero.

Levantó una ceja al escucharla y rió mientras negaba.

-¿Pantera? Deberían haberte llamado gatita.-Dijo para sostener la puerta él y levantando su mentón para verla.-Eres una gatita Rachel, una que come bombones y chocolate.-La empujo ligeramente por su cintura para que avanzara dentro y luego entró él. Huir no era propio de un hombre como Leone, pero Rachel actuando de esa manera, de esa manera tan dulce y sexy era demaciado para él. Porque él podía manejar la sensualidad y la rudeza, podía manejar el coqueteo y el dominio, era su mundo, era el rey. Pero en Rachel nada era seguro, todo era impredecible "Chocolate y pantalones sexys" no era algo que un hombre como él pudiera manejar y sin embargo estaba allí, aguantando su deseo que golpeaba con fuerza su pantalón, solo para llevarla a su casa e imagina qeu entraba y la follaba y la besaba. Solo para imaginarlo porque no debía. Era su amiga, era valiosa y él era un cabrón. Un puto cabrón que no cambiaría.

-¿Disculpa? Vuelve a llamarme de esa forma, y mis garras estarán sobre su cara.- Amenazó fingiendo que le mostraba las garras y después el le tomaba del mentón y se lo decía de nuevo. Entrecerró los ojos y termino entrando con ese ligero empujón. Rió un poco. Lo miro de reojo- Nya~- Maullo divertida y se apresuro a buscar el chocolate. Se sintió un poco avergonzada y no quería que él le viera sonrojada.

Llego donde el estante repleto de chocolates. <<Eres un maldito Leone... ¿Realmente no soy lo suficientemente atractiva para ti? Seguro que me ves como un chico más... que terrible situación Chel... Enamorarte del tu mejor amigo>> Negó con la cabeza y tomo cualquier chocolate. Volteó para buscarlo con la mirada. Sonrió un poco. Era tan apuesto, era... Le hormigueaba la entrepierna... mucho de sólo pensar en él sobre ella ¿Qué si era ella la que iba sobre de él? No, seguro que la rechazaría.

-¿Tus garras?-Leone rió.-Cachorra, tus garras me hacen cosquillas.-Contestó avanzando a los estantes, mirando de reojo a Rachel, su AMIGA Rachel. ¿Que sí el no la miraba como una amiga? ¿Que si él solo quería protegerla de él mismo? ¿Como la había conocido? Solo recordaba su cabello, sus ojos, lo que había sentido por Rachel -aparte de su enorme atracción- había sido muy diferente a lo que había sentido por otras mujeres. Había sido tan diferente que no había podido digerirlo hasta que la trató, hasta que supo que era eso.. única, que no podía follarla y desmadejarla como hacia con las demás. Rachel era preciada.

Además era sexy.

Demaciado sexy.

Se quedó así, mirandola fijamente por unos minutos. Miró su trasero moverse al ritmo de sus tacones y también miró sus senos balanceandose. Sus manos tomaron un redbull y luego sus ojos se pasearon por el mueble de cacahuates, cogió varios y despues volvió a verla, quería apretar sus bonitos gluteos contra sus manos... sus bonitos gluteos de amiga. Al diablo.

-¿Lista? -Colocó las cosas en el mostrador.-Una cajetilla.-Pidió, mirandola de reojo de nuevo. Maldición.

Camino hacía él, en dirección a la caja para entregarse su chocolate y esperarle a un lado. Rachel se distrajo un poco mirando por la ventana ¿Qué estaba pasando? Había alguien cerca del auto de su chico o, rayos, de Leone y ¿Qué estaba viendo? Entrecerró sus ojos y sin apartarlos empezó a mover su mano, pasándola por su duro y perfecto abdomen.

-Oye... voy a... voy a ir al auto primero...- Dijo palmeandole el cuerpo, había aprovechado un poco. Le gustaba tocarlo, tenía ese privilegio, algunas veces. - No olvides mi chocolate.- Dijo y avanzó hacía afuera, en dirección al auto.

-¡Oye!- grito al salir, llamando la atención del extraño.- ¿Se te ha perdido algo, amigo?- Dijo como toda una chica ruda. Rachel no era el tipo de chica delicada y llorona, no, era más bien, una chica que gustaba de los retos y las aventuras extremas. Él extraño la miro, se puso nervioso y se le quedo viendo a la hermosa chica. Chel levanto el mentón y dio un par de pasos más y lo que parecía un ladrón, termino por salir corriendo. Suspiro, que chico más cobarde.- Bueno, al menos te salve....-Dijo tocando un poco el auto, no le debería un auto a Leone.

Sintió que su cuerpo le palpitaba. Esos dedos, estuvo a punto agarrarlos y meterlos debajo de su camisa, los quería sentir sobre su piel y sobre otras cosas más,-Ra...-Frunció su ceño, había dejado de tocarlo y ¿que mierda estaba haciendo?

Sus ojos azules se afilaron, sus ojos azules lanzaron fuego al salir al aire libre. Miró como Rachel avanzaba a ese hombre. Su tierna y sexy Rachel. Avanzó, miró a aquel hijo de puta y su mandibula se endureció "Largate" pensó y sus puños se cerraron, aquel hombre salió corriendo. Era lo mejor o iba a matarlo.

-Especificamente Rachel ¿A quien salvaste? -Su voz era dura, estaba tensa y tambien algo obscura. Estaba pegado a ella por detrás, colocando una mano sobre el cofre del auto, acorralandola de alguna manera.-¿A quien jodidamente salvaste?

Rachel no había notado que Leone había salido mientras enfrentaba aquel extraño. No era la primera vez que enfrentaba a un extraño y tampoco seria la primera vez que Leone la regañara por ser tan poco consciente del peligro. Se tenso un poco cuando él termino por acorralarla contra en contra el auto. Trago un tanto pesado y... No se iba a permitir ponerse nerviosa. No seria obvia en ese momento. Se giro lentamente para quedar frente a frente con él, mostrándole esa sonrisa tan suya, segura.- A ti, por supuesto.- se levanto en putas, tomando sus dos mejillas con sus manos.- Ahora tu me debes una.- Sonrió encantadora. Sabia que Leone estaba muy molesto pues no le gustaba que ella peleara o se enfrentara con desconocidos.- Leone... Anda, sonríe... Hazlo para mi, estoy bien, no me paso nada, vez...- y se dejo ver completita, todo para él. Sólo a él le dejaría ver más allá de lo que otros podrían ver.- No soy tan débil y lo sabes... Ya deja de mirarme asi...- aparto sus manos y se puso de puntas para darle un beso en la mejilla.- Subamos al auto. Estamos tardando demasiado y tu Mariana te espera.- dijo con cierto recelo aquella ultima frase, la verdad ni se acordaba como se llamaba esa chica pero era mejor utilizarla para evitar el regalo de su sensual y encantador Leoncito...

Bajo sus manos, antes de que tocara nada de él.-¿Deberte una Rachel? -Frunció su ceño.-No te debo nada, ¿que pasaba si él traia un arma consigo? Rachel, podras se fuerte pero tu...- la estampo contra el capo de su deportivo y la tomó de las manos, estirandola.-...sigues siendo una chica. -La soltó y olvidó por completo su redbull y sus cigarrillos, olvido el chocolate de ella. Solo había alcanzado a pagar, pero en ese momento estaba enojado. Enojado porque ella era hermosa y porque quería castigarla a su manera, porque era un cabrón y porque deliberadamente ella se había puesto en riesgo. Colocó el auto en reversa y arrancó, piso el acelerador y entonces no tardó más de diez minutos en llegar al área residencial.

-¡Leone!- Exclamó cuando la pego contra el capo del auto. Le miro furiosa, bueno, en realidad algo excitada por la cercanos <<Mierda Rachel ¿Qué pasa contigo?>> se dijo reprochándose aquel sentir.- Lo se, pero se defenderme... Tu...- cerro los ojos unos segundos y después el la soltó. Ya, lo había hecho enojar. Subió al auto con los brazos cruzados, tambien olvidando por completo su chocolate... Suspiro y no necesito mas minutos para darse cuenta que si, fue su error pero, estaba bien, no había pasado nada grave.- Leone... Leone... Leone...- Lo llamo una y otra vez, quería pedirle disculpas.

Leone detuvo el auto. Apretó el volante una, dos, tres veces antes de voltear a verla.-Has hecho algo estúpido.-"No terminaste de tocarme, ¡joder!"- ¿Tu vida por un auto Rachel?¡Con una mierda! ¿En que estabas pensando? -Gruñó mientras sus ojos azules estaban inyectados de furia, jamás se desquitaría con una mujer -por lo menos no mientras estuviera vestida y no en una cama

Cuando detuvo el auto tan de repente lo miro. Dejo los ojos bien abiertos mientras el le "gritaba" se mordió el labio inferior mientras lo escuchaba. Fruncía el ceño poco a poco y entonces se bajo del auto, no para irse, mas bien para ir a su lado abrir la puerta y enfrentarlo de esa manera, dentro del auto se sentía aun mas pequeña. Apoyo sus manos en la cintura y levanto el menton- ¡Pensé en ti!- le grito no permitiéndole bajar del auto aun.

-Sólo quería evitarte un problema esta noche y que siguiéramos pasándolo bien, al menos hasta que llegáramos a mi casa... No habíamos tenido un rato para nosotros en todo el dia, ni siquiera bailaste conmigo o compartimos una cerveza, eso fue lo que pensé... ¡ASH!- Azoto el tacón contra el piso y le dio la espalda alejándose, había pensado en ambos.