AU -Marshall y Gumball- Yaoi

Ser hijo de un demonio y el rey de los vampiros no era tan fácil ¿No lo creen? Sólo pregúntenselo al joven príncipe, si, a Marshall, ese chico de piel un tanto oscura, una cabellera azabache y una sonrisa de lo más prepotente. Por supuesto ¿No era lo mejor? Obtener las cosas era de lo más sencillo. Todo cuanto deseo y deseaba lo obtuvo y lo obtenía con sólo tronar sus dedos. Pero ¿Qué más?

Sólo tenía 13 años cuando lo supo. Era feliz o eso era lo que creía. Estaba repleto de sirvientes, repleto de chicas bastante hermosas y cada una de ellas le brindaba placeres un tanto insaciables. A veces quería más y lo obtenía pero ¿Después qué? Terminaba de la misma manera: Sólo.

Cada año era amargo, más amargo y su padre jamás estaba a su lado. Viajes, mundos y más mundos los cuales había que controlar. El infierno era su casa, la noche su reino.

Una noche, su madre lo visitaba desde el inframundo y con ella, un dulce regalo. Un esclavo más. ¿Qué tenía eso de diferente? Su madre siempre llevaba uno nuevo, cada año y esta vez, cumpliendo los 15 años, un interesante espécimen llegaba a sus manos.

Su madre le explico que venía de un mundo aun más que extraño. Un lugar donde los colores chillantes eran lo más hermosos y donde el dulce era el tesoro más adorado y envidiado. Marshall entonces expreso disgusto y reclamo a su madre ¿Por qué el querría algo como eso? ¿Por qué querría para él, algo tan estúpido y de colores desagradables como el rosa o todo cuanto se le parecierda?

-Llévatelo, mamá.

-¿Rechazas mi regalo, Marshall?

-Mamá ¿Por qué querría algo tan cursi? Ese tipo de chicas no me gustan, son feas y delicadas…- Saco la lengua expresando que era desagradable.- Lo siento, declino tu tan… “especial” regalo.

Ya iba a dar media vuelta cuando su madre soltó una encantadora y sensual risa. Si, esa era su madre, una demonio de lo más encantadora.
-Yo no he traído una chica, cariño.

Eso llamo la atención de Marshall y entonces giro y justo en ese momento, su madre lanzaba a sus pies a un chico de lo más raro. Era rosa… ¡Era rosa! Que patético y… se aguanto una risa.

-¿Un chico, mamá? ¿Es enserio?- Empezó a reír a carcajadas mientras flotaba y se abrazaba a él mismo sin poder resistirlo. Ahora sí, su madre se había llevado el premio del año, si, definitivamente ella recibiría mejor regalo que su padre en su cumpleaños.

-Ríe todo lo que quieras, mi amor. He traído para ti, algo diferente. ¿No estabas enfadado de todo lo que tenías? ¿No quieres una experiencia nueva? Ahí la tienes hijo, aprovéchala porque no pretendo traer para ti un espécimen tan exótico como este.

Dicho eso, la mujer se acerco a su hijo y le dio un beso además de un fuerte abrazo mientras felicitaba a su hijo, ya era todo un hombre, apuesto, encantador y ella quería que él comenzara a ver el mundo de otra manera, basta de sólo chicas y diversión. Ese chico no era cualquier individuo, ayudaría a su hijo y esperaba que, además, le brindara más que sólo conocimiento, quizá ¿Una amistad?... no lo sabía, pero su hijo había de experimentar nuevas aventuras con algo que no fuera tan común en su reino.

Marshall suspiro y apenas su madre desapareció, vio al chico aun en el suelo. A sus pies, como todos. Que novedad. Dejo de flotar y penas sus pies tocaron tierra se agacho en cuclillas y con su mano derecha tomo el mentón del rosadito.

-Nombre…

-G-Gumball.

-Felicidades Gumball, ahora eres mi esclavo.- Le soltó con cierta agresividad y se aparto de él. Salió de aquel salón repleto de invitados y mil y un sirvientes quienes estaban pendientes de las órdenes del príncipe. Trono sus dedos y un grupo de chicas se acercaron a él.- Desinféctenlo y quítenle ese horroroso olor a dulce. Lo quiero en mi habitación dentro de 30 minutos, tiene que entender cuál es su lugar en este lugar. Adiós a su dulce vida de caramelo, hola a su infernal vida de lame huevos.- Soltó una carcajada a lo malo y salió de ahí. Bien, ya estaba interesado en saber que sucedería en apenas los primeros días, seguro que terminaría en las garras de su padre.

// 10 años después //

Las cosas no asaron como Marshalla lo hubiera imaginado. Ya habían pasado 10 años y Gumball no era sólo un sirviente más en su castillo, no, ahora era más que sólo su mejor amigo. Sus habilidades, su calma y sabiduría habían sido de gran ayuda, no sólo para su desarrollo como adulto y futuro príncipe, también para su padre y la toma de decisiones para el bien del pueblo ¿Era eso posible? Dentro de pocos días el cumpliría 25 años y Gumball apenas cumpliría 24 años ¿No le causaba molestia ese hecho? Si, en un principio incluso sintió celos de ese rosadito, porque su padre pasaba más tiempo con él. Muchas veces quiso deshacerse de él pero su padre lo cuidaba. Lo odio y por ultimas, termino por admirarle y quererle como a un amigo, después, sin saber porque, ese cariño dio un giro enorme.

Tenía 22 años cuando todo sucedió. Era noche de juegos. Si, Marshall aun tenía control sobre Gumball y cada martes era noche de juegos. Bebían y jugaban cualquier cosas, cualquier estupidez que al azabache se le ocurriera y esa noche decidió jugar verdad o reto. Todo en un principio eran retos. Si, hizo de las suyas. Cada turno era un aprenda y un trago. Otra prenda y otro trago aunque no quería ser tan obvio, por lo que él también termino sólo en bóxer. Ambos reían y nunca se había fijado en que Gumball era bastante apuesto. Si, tenía un cuerpo bastante… interesante y su olor era… como el chicle. Chicle… ¿Desde cuándo el chicle le gustaba?

-Mi turno…-Dijo un tanto mareado sentándose junto al rosadito que parecía estar tan mareado como él.- Te reto… hip…. A que..hip… me beses… hip…

Y todo se volvió oscuro. Aquella noche, Marshall y Gumball habían hecho algo más que sólo un beso. Pero eso había quedado sólo en sus recuerdos, como un sueño, no más.

Marshall entonces se estiraba mientras se sentaba a la orilla de la cama de Gumball. Si, ya tenía su propia habitación y lo miraba fijamente. Apoyaba sus manos sobre la cama y esperaba algo, lo que fuera, pero el rosadito estaba de lo más entretenido con la PC. Frunció el ceño.

-Gumball….- Lo llamo y este apenas si le hacía un aseñal o algo.- Hijo de puta, te estoy hablando… Gumball… Gumball… Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball, Gumball.- Empezó a llamarlo sin parar. Claro, quería su atención… siempre y aun más después de esa noche que no recordaba.

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Cathleen Nightroad Tenía 14 años, estaba jugando... no, en realidad estaba horneando galletas, le gustaban las galletas y más los dulces, era una tradición hacer ese tipo de comida por lo menos en su reino. El dulce reino.
Su madre, la dulce reina y él eran muy unidos, él heredaría el reino, era una responsabilidad demaciado grande por una razón. Debía estudiar mucho y debía aprender a dirigir todo con calma, precisión y honestidad.

-Cariño, es hora de clase de piano.-Gumball había salido para subir a su carruaje y fue en ese momento en el cual sintió que algo lo tomaba... algo que no era propio de su reino.

-Hola principe Gumball.-Y entonces la obscuriad. Tenía miedo, quería regresar a casa ¡joder! ¿que estaba pasando? Intentó calmarse hasta que sintió que el aire le faltaba, ¿donde estaba?

-Te tengo un increible regalo.-¿De quienes eran esas voces?

-Llévatelo, mamá.-¿Un niño? un momento... ¿él era el reaglo?

-O-Oye...-Dijo cuando lo aventaron, cuando abrió los ojos y entonces todo se veía borroso.

-Nombre...

-G-Gumball.-Eso había dicho, algo nervioso, deshubicado ¿A donde lo habían llevado?-¿Desinfectar? ¡O-Oye espera!-Gritó resistiendose hasta que se lo llevaron.

¿Cual había sido su sorpresa? Al parecer las personas con las que estaban eran civilizadas, tenían un reino, un obscuro reino pero aun así intentaban hacer las cosas bien, lo único mal al parecer que habían hecho era tener a Marshall como hijo ¿quien mierda se creía ese crio? era un don creido, prepotente, irresponsable y agresivo, su reino lo detestaría, ni siquiera queria tenerlo como amigo pero ¡oh sorpresa! Gumball era nada más y nada menos que su esclavo.

Le obligaba a hacer cosas indignas, lanzar pelotas, golpear a gente, robar, engañar, mentir, tomar, fumar.. ¡que mierda! y ahora, con algo de alcohol en sus dulces venas, Marshall le retaba.

-N-No te ... crea tanto principe e-ego...-Cabezeo y entonces sintió sus labios. Gumball abrió los ojos, estaba casi desnudo, acorralandolo y él... jamás... ¡mierda! ¡era un hombre!-M-Mar....-Jadeo y sintió sus manos en su cuerpo, estaba caliente, estaba demaciado... duro, excitado ¡J-O-D-E-R!

Despues de eso la insociencia, el olvidar todo... ¡más mierda!

-Callate, estoy intentando hacer un reporte que tu padre ha pedido, idiota.-Chasqueó la lengua y siguió escribiendo, ¿acaso no tenía nda que hacer?-¡Joder!-Cerró la laptop y se giró a verlo, con los ojos entrecerrados.-Esto es importante, se suponía que debías ser TU, quien lo hiciera.

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Frunció el ceño entonces y sonrió viperinamente por la forma en la que el rosadito le había respondido. Cada vez se volvía más atrevido y claro, seguro era la confianza que su padre le había dado pero entonces se recostó con toda la comodidad del mundo.
-Disculpa, no escuche bien ¿Cómo me llamaste?- Pregunto burlón y entonces soltó una carcajada y se revolcó en la cama hasta que termino por verlo.
-Para eso estas tu aquí, para hacer mi trabajo i-dio-ta~- dijo presumido y suspiro.- Es martes, Rosadito ¿Sabes lo que significa?- preguntó en una sonrisa mostrando sus preciosos y blanquecinos colmillos.

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Cathleen Nightroad -Significa entregar el reporte a tu mensual a tu padre.-Dijo volviendo a abrir la computadora, tecleando y acomodandose los lentes.-Y mi nombre e Gumball... GUMBALL. Te lo he dicho muchas... veces.-Entrecerró los ojos a la computadora porque recordarlo era estresante ¡y que con el rosa! era solo un puto color, un puto color. Marshall era insportable, el reino de las tinieblas estaba perdido, condenando al desastre en manos de ese vampirito mimado , presumido y arrogante.

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-...Rosadito, sera mejor que te apresures con ese reporte porque dentro de nada comenzamos nuestros juegos.- Dijo de lo más tranquilo, sin importarle lo que Gumball decía. Sabía su nombre, a la perfección ¡joder! 10 años y era el mejor regalo que le había dado su mamá.- Ah y te bañas, tu olor me da asco...-Dijo mientras flotaba y llevaba sus manos detrás de su nuca.- Beberemos hasta vomitar ¡Si!-

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Cathleen Nightroad Entrecerró los ojos y suspiró mientras continuaba, si no terminaba lo matarían, literalmente. Continuó así por unos instantes más y entonces puso punto final, guardo, creo un respaldo, envió una copia a su correo y se estrió, había terminado ¡al fin! todo estaba listo.

-¿Marshall?-Miró hacia ambos lados, sin encontrarlo. Caminó hacia su habitación y se metió a la ducha tal y como ese idiota le decía ¿porque le hacia caso? Cerró la llave de agua y se secó,todo estaba a la perfección, a Gumball lle gustaba el orden, le gustaban las reglas y la disciplina, cosa que el vampirito, no entendía.-Joder.-Se había colocado unos pantalones de mezclilla desgastados, un jersey, una cadena como adorno en sus pantalones y se peino, como siempre llevando sus gafas.

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Marshall había salido de la habitación de Gumball. Había ido a la suya para buscar algunas cosas ¿Qué cosas? Bueno, algunos juegos ridículos, como el Jenga y el uno, cosas que disfrutaba porque gustaba de humillar a los adversarios, sin embargo, con Gumball... era diferente, muy diferente.
-Oye...-Dijo apareciendo de repente frente a él, sin tocar el piso, si, así de presumido era. Le quito las gafas al chico y se las puso.- ¿Estas listo?- pregunto mientras sacaba de su espalda una guitarra roja ¡SI! su preferida y comenzaba a tocarla. Por gusto y por molestarlo.

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Cathleen Nightroad -Devuelveme...-Bufó.-Tienes un itinerario que seguir ¿entiendes lo que significa itinerario? Joder...-Gruñó mientras entornaba los ojos al escuchar esa infernal guitarra ¡siempre! a toda hora, en todo momento ese vampiro del mal tenía que tocar esa guitarra.-Estoy listo, ahora devuelveme mis gafas.-Le dijo aun respetuoso, si señor.

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Seguía tocando la guitarra mientras Gumball intentaba hablarle. Él sólo quería una respuesta y cuando la obtuvo la guitarra desapareció de sus manos.- Entonces Vamos...-Dijo mientras se quitaba las gafas y tocaba con los pies el piso ara acercarse a el contrario y ponerle las gafas lentamente para después tomarlo de la mejilla y sonreirle viperinamente.- No seas tan gruñón Gumball, diviertete un poco...-Le tomo la Nariz y después se la soltó más relajado para seguir adelante. ¡Era momento de beber!

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Cathleen Nightroad Frunció el ceño y se lo quitó de encima, joder, odiaba cuando hacia eso. Lo miró alejarse y desvió la vista, allí estaba de nuevo, esas mejillas calientes, ese palpitar en su pecho. ¡Mierda y más mierda! no quería recordar nada, de hecho pocas veces lo hacia pero... cuando Mashall estaba tan cerca de él... era complicado, olvidar el hecho de que ellos dos... ellos... ¿se habían acostado? ¡Aghhhh joder! que complicado era eso. Terminó siguiendolo, debía moderarse, era el a fin de cuentas quien siempre ponía el control en la bebida del pequeño vampirito de mamá.
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Iba flotando ¿Andar? Que va, él no tenía porque agotarse o al menos no tenía ganas de caminar en ese momento. No miro al rosadito porque de hacerlo, tan caliente... le haría de bromas. Al llegar al cuarto de juego todo estaba bien dotado, botanas por todos lados, bebidas a morir, alguno que otro juego y todo eso, sólo para los dos.- ¡Qué comience la fiesta!.- Grito y entonces la música se hizo en el lugar, una melodía terrenal, una tal Niki Minaj con una canción llamada "Anaconda". -¡Si!- tomo una de las botellas de cerveza y ¡A beber se había dicho!- Venga, Rosadito ¡A beber!-

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Cathleen Nightroad Miró todo el lugar, siempre hacia una fiesta así solo para ellos dos, que tonto era, toda la comida desperdiciada,,,-Que asquerosa canción.-Dijo mientras entraba caminando y tomaba un totopo, metiendoselo a la boca, ¿el podía beber eso? era un sacrilegio para el cuerpo, debía tener más cuidado, los vampiros y sus costumbres.-No bebas demaciado Marshall, la última vez tuve que recoger tu desastre y no fue agradable.-Comentó mientras se sentaba en uno de los sillones, mirando a Marshall beber.

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(Si Gumball e:e yo también pienso que esa canción es asquerosa)

Termino de beber su botella de alcohol y la lanzó por ahí, si, Marshall siempre era un desastre, todos lo creían, pues que siguieran creyéndolo, ni siquiera Gumball lo conocía en realidad o eso era lo que pensaba. Soltó una risa y fue hasta él para ponerlo de pie y sentarse él en ese sofá- Baila, Rosadito... venga... baila área mi.-

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Cathleen Nightroad Frunció el ceño.-Ya has tomado demasiado.-Dijo quitandole la botella.-Y no pienso bailar, ya hemos pasado por eso Marshall.-Se cruzó de brazos, imponiendose, la última vez había tenido que tomar una cerveza entera y luego comerse un pastel de chocolate y de nuevo otra cerveza... había sido, asqueroso.-¿Y desde cuando te gusta ese tipo de musica?-Frunció aun más su ceño, caminando hasta apagar la musica.

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-Oye...-Dijo mientras se ponía de pie porque le arrebataba su botella ¿Beber demasiado? Sólo llevaba dos botellas ¡Dos! Frunció el ceño y entonces, apenas le quito la música lo tomo de los brazos y lo arrincono contra una de las paredes .- Si no bailas para mi tendrás que quitarte una prenda Gumball, sabes las reglas...-Dijo mientras dejaba que una de sus manos paseara sobre el pecho del rosadito.- Aunque, pensandolo bien, quítate la camisa, es tu castigo por no obedecer.- Se dio media vuelta y él también se quitaba la camisa y tomaba otra botella, encendía la música y se sentaba de nuevo.- Venga Gumball, baila para mi o continuaran tus pantaloncillos.- y se empinaba la botella

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Sintió un ligero escalofrió cuando él colocó sus mano en su pecho, frunció más el ceño y a regañadientes se quitaba el jersey quedando solo en una polo azul marino. Bien, por lo menos no estaba desnudo del torso, joder.-Vampiro idiota.-Dijo mientras movía un pie, era humillante, pero era eso todo lo que haría.-No se bailar Marshall, es un juego injusto, hice el reporte para tu padre conformate con eso.

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-...Yo no te pregunte nada de eso ¿Sabes? Ahora, o bailas o bailas, no tienes opción Rosadito. Vamos o... bueno, no bailes.- Se puso de pie y se acerco a él con esa sonrisa guasona.- Abre la boca, beberas un poco.- Y entonces, echo a su boca un gran trago de agua, si, bebería de su alcohol. Su sonrisa no desaparecería.

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Cathleen Nightroad Frunció el ceño y jadeo, antes de poder decir nada. Jadeo mientras tomaba todo ya algo de alcohol regalaba por su garganta hasta su pecho.-mierda! - gimió alejándose de golpe.- ese no... era el... trato.-frunció el ceño.

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-pa, pa, pa.- dijo tomando lo de un brazo para jalarlo hasta él y casi pegadolo a su cuerpo.- ¿A donde crees que vas? Aquí no se desperdicia ninguna gota- la malicia de Marshall era única, es especial, dirigida hacia el rosadito. Se inclino y utilizo su larga lengua para limpiar un poco de lo que corrió por el cuello del chicloso.

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-w-que estas haciendo...- abrió los ojos de par en par y dio un paso atrás mientras se... se sonrojado por las acciones del chico.-no hagas eso Marshall....- le empujó .- tienes cientos de botellas mas..- inteno alejarse más de él pero era dificil, cielo.- estas ebrio?- por que la última veZ que loestuvo... Ellos se habian... se habían besado y...

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Giro los ojos y los puso en blanco. Dio media vuelta son olvidar una botella y se sentí sin quitarle los ojos de encima.- ¿sabias que puedo ver a travez de todo tu ser?- dijo con malicia y bebió más.- por supuesto que no ¿que? ¿Temes que intente hacerte algo si estoy algo hebrio?- soltó una risa. Si, no se acordaba de lo que había hecho con su "chicle" preferido.

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-temerte? No te temo porque me preocupa ria?- dijo limpiando se la boca.-Solo no quiero recogerte como la última vez ni tampoco tener problemas con tu extricto padre.- la música seguía y Gmail aun estaba algo sonrojado... el alcohol y ver al vampiro en esa posición era... bueno, no era bueno para él.

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Arque una ceja y una vez se empino la bebida tanto que una gita del licor corrió de la comisura de sus labios hasta su pecho. Suspiro y lo miro fijamente.- mi padre ahora no importa, ven acá.- golpeo sus poemas.- hagamos cosas diferentes... Si, quiero probarte, Gumball.- bebió mas alcohol y lanzo la botella. A divertirse.

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Proba...-lo miró, con esa ropa y ese licorreo cayendp de su boca. Eso no estaba bien, sintió algo extraño, Marshall a parecer no recorecordaba nada y... eso lo entristeció de alguna manera que.. jo de ni una mierda, se alegraba de que ese vampiro no se acordara, así todo era más facil, así el no se enteraba y no tendría que darle explicaciones ni, sentirse humillado ni avergonzado porque él, Gmail tal vez no sentía desprecio por Marshall y...-no te gustara probarme, mi olor no te gusta recurdas?

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Fruncio el ceño porque Gumball no lo obedecía ¿es que no lo entendía? ¡joder! Era su dueño y podía hacer lo que quisiera con él.-Gumball, no te estoy preguntando, ven aquí.. ¡Ya!

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Lo miró y suspiró solo un poco para avanzar lentamente hacia él, sin ganas pero obedeciendo.-listo Marshall.- estaba parado frente a él, lo miraba atentamente, estaba algo tomado y también estaba solo. Sus padres? Marshall no era feliz, lo tenia todo, todo cuando quisiera, pobre niño vampiro.

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-... Ven, sientate.- lo inbito a que se sentara a su lado, lo necesitaba mas cerca, solo quería hacer un experimento, algo que había leído mientras revisaba una de sus redes sociales,- Venga rosadito, muevete...- frunció el ceño... La forma en la que le miraba no le gusto ¿Lastima? Eso no

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Suspiró y se sentó a su lado, no le diría nada mas, otra vez... cumpliría su capricho.-no soy tu conejillo de indiindias ¿sabes?- se giro a verlo.- no coloqués nada en mi cabello, mantente alejado Marshall.- entre cerró los ojos.

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- Eres mas que mi conejillo de indias, escupido.- dijo sonriendo guasonamente y se inclinó hacia su rosadito amigo o lo que fuera.- Tu aquí eres Nadie ¿que no te has dado cuenta?- cuestionó inclinándose hacia él mirándole fijamente a los ojos.

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Has lo que tengas que hacer Marshall y terminemos con esto- fruncio el ceño mientras se giraba a verlo.-yo soy Gumball y ya soy alguien.-le miraba, no bajaba la mirada porque Marshall no.le intimidaba en absoluto.

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Entrecerró los ojos y con su sonrisa se acercó mas al chico- ¿te haces el valiente, Gumball? Te has comportado muy mal últimamente ¿Que te crees?

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-se alejó poco a poco, o por lo menos se hacia para atrás-no te tengo.miedo Marshall que te pasa?- dijo desviando la mirada y sonrojandose ligeramente.-d-date prisa con tu experimento.

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-¿Por que te alejas? - se detuvo un poco- pensé que no me tenias, lloron- expreso burlón mientras extendia la mano y le tomaba del menton- ¿Por que te sonrojas? Tu sangre, corre mucho mas rápido por tis venas- dijo mientras sus ojos se pintaban de rojo.

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Y eso que... hueles a alcohol, si no vas a hacer nada dejame irme, mañana tu padre necesita que este temprano en su oficina.- le quito la mano estaba muy cerca y el... el...

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Frunció el ceño y le tomo el mentón con mas fuerza y lo acercó a él- hablas de mas sabes? A mi no me interesa que mañana tengas que estar con mi padre, es tu problema y...- lo soltó y se puso de pie para ponerse frente al rosadito- ahora vas a desabrocharme el pantalón. Anda.

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Fruncio el ceño y entonces lo hizo.le bajo.la bragueta y lo desabrocho pero solo eso, no habia movido un solo dedo mas porque... porque no.lo haria era demasiado.

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-....- se le quedo viendo como esperando pero el rosado era lento.- de rodillas Gumball, ¿Tengo que ser mas especifico?- cuestiono con malicia. Era la primera vez que le daba esas ordenas, solo estaba jugando... O no?

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Mantenia el ceño fruncido cuando se puso de rodillas y le bajo los pantalones de golpe.-listo Marshall quieres otra cosa mas?? Señor?- ironiso a la vez que levantaba la mirada, sonrojado. Avergonzado porque el... estaba.. joder, se sentía.. caliente joder!! Seria el alcohol?

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-... Que poco romántico eres.- murmuró encantado mientras lo miraba sonrojado.- ponte de pie y cierra los ojos Gumball. Te gustara, hazlo- dijo aun con los pantalones abajo. No, no estaba borracho.

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Se levantó y lo.miró eran casi de la.misma estatura... casi, Marshall era unos centimetros mas alto, mas engreido, mas presumido, mas atractivo y
... que? - contento? Se puede saber cual es el raro experimento? Probar lo descabellado que estas?- dijo con los ojos cerrados

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-quizá..- susurro mientras sus manos tomaban las mejillas del rosadito. Poco a poco comenzaba a realizar sus manos sobre el cuerpo de Gumball. No hablo, solo continuo, bajando y bajando

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Trago al sentir sus manos, que estaba haciendo, desde cuando era tan placentero que él hiciera eso- espera.. Q-que.. Estas haciendo, Matagallos... José- tembló

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Y sus manos terminaron justo donde la cintura del rosado. Se inclino hasta su cuello y fue su nariz la que rozo con su cuello.- esto lo he hecho antes... Siento que lo conozco a la perfección...- susurro y sus manos continuaron sobre el pecho de Gumball

(Jajajaja porque pusiste lo de matagallos josé XOX jajajajaja a morí jajaja mi autocorrector en ese entonces lo corrigió y ya no supe como cambiarle porque no sabía lo que quería decir XDDD jajajajaja jajaja ahhyyyy muero XD LOL jajajaja -le quita todo el romanticismo-)


-E-Estas alucinando, idiota.-Gumball tragó lento.-¿Que se supone que estas haciendo? D-Deja de hacerlo, estas ebrio!-Lo empujó con toda su fuerza y le miró con el ceño fruncido y algo sonrojado ¿Porque se sentía tan caliente de las mejillas? -Paso de esto, deberíamos recoger todo este lugar, mañana tenemos cosas que hacer, la agenda esta llena...-empezó a murmurar un montón de cosas, siempre hacia eso cuando se ponía nervioso.

( xDDDDD Sigo riendo xDD me lo imagino y xDDDD)

No había detenido sus manos, no hasta que lo empujo. La cosa fue que mientras lo tocaba intentaba recordar algo pero ¿Qué era exactamente? ¿Por qué parecía que sus manos ya habían tocado aquello? ¿Por qué todo era tan... más que familiar?

Cayo de centón olvidando por segundos lo que pretendía recordar o ¡Joder! su cabeza era una mierda con todo ese alcohol en su sistema. Frunció el ceño y lo miro hablar y hablar.

-¡Ya cállate!- Le grito y se puso de pie, tambaleándose.- ¡Ven aquí Goma!- Grito, hablando estúpidamente, enojado porque Gumball se había atrevido a empujarlo y porque interrumpió su intento de recordar.

Gumball lo miró con el ceño fruncido, tomando una bolsa de basura y metiendo los kilos de deshechables y papas tiradas en el suelo.-Estas ebrio Marshall.-Le dijo intentando centrarse en sus ojos y no en todo el cuerpo del vampiro, no llevaba camisa y... bueno... ¡un momento! ¿Desde cuando se perdía en las formas masculinas! cielos, seguramente estar tanto tiempo lejos de casa le estaba afectando.-S-Sera mejor que te vistas-Tartamudeo-

-¡A la mierda la ropa!- Grito, había avanzado hasta quedar detrás del rosado y lo tomo por la cintura para pegarlo a él mismo. Había puesto una de sus manos sobre su abdomen bajo y con la otra había tomado su menton, levantadolo para dejar libre su cuello.- Tu.... Tu no me dar ordenes, idiota...- Susurro sobre su piel, utilizando su lengua para estilizar parte de su cuello... joder, quería morderlo, iba a morderlo, sus colmillos habían crecido y sus ojos brillaban intensos.- ¿Recuerdas... a quien le per... perteneces?- Cuestionaba aun atontado por el licor pero consciente hasta cierto punto.

Gumball sintió que se mareaba, su cuerpo le daba vueltas y sentirse pegado a Marshall le causaba un temblor curioso en su piel como si la respiración le faltara. Iba a desmayarse ¿Iba? -Q-Que...agmmh..-Apretó sus labios con fuerza para no jadear ante su lengua ¡Que puta mierda! Sentía un ligero escalofrio en su pene.-¡D-De ti no!-Dijo intentando alejar sus manos, las apartó y se giró a otra dirección, necesitaba irse de allí. Marshall estaba actuando extraño y él... también.

Gruño cuando se aparto de nuevo pero en esos movimientos Marshall termino por tropezar y caer de tal manera que golpeó su cabeza. Se quejo ¡Joder! en verdad le había dolido y no espero sentir en su mano aquel liquido carmín, se había hecho una gran herida en la cabeza. Se mareó aun más y aunque intento buscar con la mirada al objeto de su extraño deseo ya no estaba tan presente, alcohol y golpe en la cabeza no eran nada buenos. Habría consecuencias para el rosado si los padres del vampiro se enteraban ¿No era su trabajo protegerlo y cumplir sus caprichos?

-¡Marshall!-Gritó el pelirosa mientras se giraba de golpe.-¡Joder!-Gruñó mientras se acercaba a su lado, refunfuñando pero en el fondo preocupado por él.-Por la miel, deberías dejar de hacer cosas como estas, vas a salir lastimado, más de lo que estas ahora. ¿Es que no te fijas por donde caminas?-Tomó una sabana, arrangandola de golpe de la cama, toda la habitación era un chiquiero.-Llamaré a un doctor. No te muevas Marshall.-Le dijo preocupado, había sangre ¡Sangre! estaba a punto de desmayarse de nuevo, Gumball odiaba la sangre en la alfombra, odiaba la sangre de Marshalla en la alfombra, odiaba... en general odiaba todo tipo de sangre.-Ay... me manche.-Dijo mirando sus dedos y cerrando los ojos, "que asco, que asco, que asco"-M-Me manche...-le miró.-no te muevas o me molestaré.

Se agarraba con fuerza la cabeza intentando contener la sangre pero aparto manos cuando Gumball se a cerco preocupado a revisar la herida.- F-Fue t...tú culpa.- Dijo ahí en el piso dejando que el rosadito hiciera lo que tuviera que hacer, le gustaba que se preocupara así por él pero bueno, en ese momento estaba molesto porque no lo dejo beber, porque quería algo más de ese sirviente y ¡Se revelaba!

Frunció el ceño cuando menciono aquello de la sangre, su sola expresión decía lo mucho que le daba asco.- Tan... tan inútil.- Murmuro y le tomo la mano para lamer sus dedos, era su sangre, no tenía nada de especial pero los dedos de Gumball le dieron un toque un tanto dulce.

-Ma-Marshall...-Se quejó porque él le lamía, no sabía que hacer, él seguía sangrando.-Oye principe, eso no importa ahora.-Le quitó sus manos y frunció su ceño.-Tenemos que llevarte con un médico -No recordaba realmente si existía un médico en su mundo. En el dulce reino su madre era un excelente médico, le había enseñado varías cosas que...-Espera un momento.-Se levantó de nuevo y entró al baño, abrió el agua tibia, tomo varias toallas y regresó con un recipiente lleno, toallas y algunos remedios que encontró por allí. Estaba sonrojado por alguna extraña razón, Marshall Lee no actuaba así... bueno si. Eran mandón, superficial, creido, algo arrogante pero sabía en el fondo tenía un buen corazón, intentaba hacer las cosas -cuando quería- de la mejor manera, sin embargo no se había sentido tan "excitado" desde la última vez. Borró esos pensamientos mientras mojaba la toalla y empezaba a limpiar la sangre. ¡Por el dulce reino! Empezaba a sonrojarse de nuevo. Marshall era un imbecil.

Lo saboreo, no su sangre, el sabor de esos dedos. Lamió con dedicación, desde la base del dedo hasta la punta, estuvo apunto de morder nuevamente peri ¡Joder! ese rosadito cabrón se escapaba ¿Desde cuando era tan veloz?... no, no recordaba mucho, estaba algo idiota por la bebida. Bajo la mirada cuando le dijo que esperara en ese lugar. Frució un poco el ceño y lo espero hasta que llego con todos aquellos utencilios.- ¿P-Por qué... por qué diablos lo haces?- Dijo buscando su mirada... No sabía porque quería escuchar una sola respuesta.

Gumball se giró para verlo más no dijo nada, simplemente mantuvo su expresión seria, limpiando lo poco de sangre uqe ya quedaba, aun así, seguía un tanto sonrojado.-Somos amigos-Terminó por decirle, más avergonzado que nunca.-A pesar de lo irresponsable, egoísta, creído, presumido, irreverente y arrogante que eres conmigo.-Se encogió de hombros, Gumball odiaba ser sincero con Marshall, sobretodo con el Marshall ebrio que le hacia pensar en una noche que todavía no recordaba del todo.-Listo, iré por vendas, preciona esta toalla, tienes una pequeña cortada. Idiota.-Susurró lo último, levantandose al fin.

Bien, esa respuesta lo hizo sentir... diferente, fue agradable pero a la vez desagradable. A la mierda, la verdad era que no estaba nada bien y su cabeza estaba hecha pure con tanto alcohol corriendo por sus venas. Pensó sólo en esa sdos palabras, no escucho el resto porque sin darse cuenta, justo cuando el rosado le pidió que presionara la toalla sus ojos se cerraron, se rindió ante los efectos de la bebida "venenosa".

-Marshall...-Se asustó un poco al verlo cerrar sus ojos así. Corrió a sostenerlo y con cuiado lo levantó para llevarlo a la cama, no quería moverlo pero al parecer no tenía otra opción.-...-Él no sabía suturar y el vampiro necesitaba una sutura. Se alejo rapidamente despues de acostarlo, había papitas tiradas aun, la mamá de Marshall lo iba a matar ¡peor que matar! ¡degollar, destripar! ¡lo derritiría como goma y se lo daría a los esbirros que atormentaban a los pecadores! Caminó por los pasillos hasta llegar a la sala de médicos, había una chica.. o lo más parecido a una chica, era una especie de ciclope, no comprendía muy bien la denominación demoniaca del todo.

El vampiro realmente no necesitaba que cocieran su herida, más bien, necesitaba una dosis de dulce liquido carmín, después de todo era un poderoso híbrido, sanaría por su cuenta en un par de horas, no molesto a Gumball y no porque no quisiera, sólo porque estaba perdido en su locura y travesuras, así como en la mierda que había bebido. Se quejo un poco pero no dio señales de conscinecia.

-¿Qué ha pasado?- Cuestiono la de un ojo justo cuando levanto la mirada y noto a el hijo del rey y su real juguete. Se puso de pie y se acerco enseguida, algo no iba bien.