AU Constance y Bri -Yuri-

Iba a cumplir casi los 40 años, casi... le faltaban por lo menos 1 año y medio con 3 semanas, dos días y 2 horas y 54...53...52...51... 50... segundos...

-Jefa-La puerta de vidrio se abrió y ella miró a la chica, tenía a lo mucho 25 años, era nueva y era pelirroja, una monada con pecas, recien egresada, era a lo mucho dos años mayor que su hija, su amada Becka.

-Lina.-Dijo con calma, quitandose los lentes y sonriendole con calma-¿QUe sucede?

-Er... bueno, nuestra columnista se ha fracturado hoy.-Le dijo mientras se paraba derechita ante su jefa porque bueno, era su jefa y nadie quería estar en contra de ella, era la maxima autoridad, aveces Lina pensaba en esa mujer, era solitaria pero era tan inteligente, tan capaz, tan poderosa.

-Lina..

-¿Eh?-Lina se sonrojo, la había tomado desprevenida.-D-Disculpe, no la... escuché. -Constance sonrió ladeando su cabeza y cruzándose de brazos.

-Dije que contrataras a alguien más, alguien que pueda estar aquí para remplazarla el tiempo en que Maria dure incapacitada, la revista tiene muchos solicitantes, revisa la lista y elige a la mejor Lina, cuento contigo.

Lina asintió y salió de allí con una disculpa, dejando sola a Constance nuevamente. La pelinegra sonrió y caminó para ver por los enormes ventanales, observó los edificios, las calles y también el trabajo de su ex-esposo, hacia más de 10 años que se habían separado por cuestiones de intereses, no habían congeniado y era mejor estar solos a mantener una relación fría, desinteresada y monótona, sin amor ni pasión, ni desenfreno.

A Henrry lo había conocido en la universidad, habían congeniado, él estudiaba para leye y ella para periodismo, ambos habían adquirido una compañía y luego de mucho esfuerzo y una hija, se habían vuelto millonarios, tenían la capacidad de solventar y financiar escuelas, trabajos, nuevos talentos, sin embargo el éxito les había arrebatado el deseo y el amor, así que como dos adultos responsable habían decidido separarse por el bien de su psyque.

-Hola, ¿me comunicas con Becka?-Llamó a su casa pero al parecer Becka no estaba, ¡genial! se quedaría dos horas más en el trabajo, dos horas mas sin nada que hacer.-Lina.-Marcó aquel aparatito contestador.-Dile a Abraham que saldré en un momento, que tenga listo mi automóvil.-Suspiró y luego tomó su bolso y su abrigo, saldría a caminar por el parque, por donde fuera. Dioses, era una vieja amargada, ni siquiera podría soportar la idea de tener un amante, los hombres no... le atraían, casi 10 años con Henrry habían bastado para deshacer la idea de querer acostarse con alguien más, con alguien con un pene entre las piernas... tal vez aun no había encontrado al hombre ideal, que cosa tan curiosa, había una fila de hombres siguiéndole las faldas, ¿porque no conocía a ninguno?

El asensor se abrió y entró, no había nadie, Constance pocas veces interactuaba con el personal de su empresa, de la compañía de periodismo más grande de Nueva York, el New York Times...


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-¿Estás segura de hacerlo de esta forma, Bri?

-¿Por qué no lo estaría, Pol?

-Es Paul, Bridget.

La encantadora jovencita entonces dejo fluir desde su interior una risueña sonrisa. Si, ella apenas tenía 19 años y cursaba su segundo semestre en la licenciatura de comunicación y periodismo.

-Lo sé, Pol- Respondió y él chico no hizo más que subir a la camioneta que tenía, en grande, el logo de la universidad, La universidad de Nueva York. Bri por su parte, espero ahí a su profesora, la señora Alexandra, quien estaba a cargo del equipo de periodismo y noticiero de la escuela. Si, Bri se había esforzado demasiado en su primer semestre para obtener una de las mejores becas que la universidad y sus socios brindaban y así, un lugar en los equipos de periodismo y noticieros de la universidad. Su segundo semestre había comenzado de maravilla. No era presumida, pero no podía borrar esa sonrisa de su rostro, era la primer alumna de primer año que entraba a el equipo PYN y obtenía esa beca que le brindaba la mejor de las economías. Su padre ya no tendría que trabajar día y noche y podría dedicarse a sus tres hermanos menores.

La situación en casa había empeorado desde que su madre había fallecido. Una famosa periodista en las hermosas tierras irlandesas. Fue, quizá, muy mala suerte o el destino, todo paso en uno de sus reportajes en vivo. Su padre y ella la miraban como cada noche, nunca imaginaron que esa noche, sería la última vez que la verían por la T.V.

Una bala perdida directo a su cabeza. Una muerte inmediata. Lloro por meses, junto a su padre, con sus hermanos y completamente sola. Se aisló por 6 meses del mundo y después, se lo propuso, en memoria de su madre, sería igual o mejor que ella, la mejor reportera y periodista. Tomaría el lugar de su mamá en esa televisora. Era una promesa para ella y para su padre. Estudiaría en la misma universidad que ella y apenas termino la preparatoria, con esfuerzo, su padre logro mandarla a Nueva York con una de las hermanas de su ex-esposa. Después de todo, ahora estaba más que bien instalada en esa ciudad la cual investigo mucho antes de ir a vivir a ella. Escribió en una enorme hoja una de sus metas al vivir en NY:

“Trabajare en The New York Times”

Y lo pego sobre la cabecera de su cama. Así de simple, Haría de todo para trabajar apenas lograra la edad para entrar como practicante y cumpliría su sueño. Era un hecho. El encuentro con su maestra y asesora sólo fue de un par de segundos. Sólo tenía ese día para obtener la información necesaria, la opinión de los ciudadanos sobre lo ocurrido en México, Oyatzinapa: La desaparición de 43 normalistas. Ella había elegido el tema, era interesante además de bastante polémico ¡Si! Haría una historia increíble.

-Bien, Bridget, es tu oportunidad, impresiónalos a todos.

-Lo aré, Profesora.- La mujer le sonrió y acarició la cabellera dorada de la joven irlandesa y la despidió. Le encargo a Paul que la cuidara, pues era la más pequeña del equipo y sin más, Bri subió a la camioneta con el Paul y salieron de la universidad.

-¡A ag eisiach !- Grito en un elegante irlandés, expresión que su madre siempre gritaba al comenzar su trabajo “A por la exclusiva”. Si, su madre era su inspiración. Paul sonrió y sin más, era el momento de comenzar con su trabajo. Bri tenía que entregar no sólo el video al noticiero, también él escrito al periódico. Y sólo al de la escuela.

Tardaron apenas 20 minutos y llegaron al lugar indicado ¡El Central Park! Bri esperaba a Paul mientras él instalaba cámara y micrófono. Bri respiraba, era el momento ¿Qué le responderían? Estaba emocionada y pensaba en su madre ¿ A ella le pasaba algo
parecido?

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Constance había bajado de su auto, había salido de su oficiona hacia unos minutos y ahora estaba en Central Park, pasaría un buen
rato, siempre habían cosas interesantes en ese lugar.

La mujer caminaba con sensualidad, desde el momento en que había estacionado el auto, poniendo un pie sobre la acera, con sus tacones negros y altos, su falda pegada, su saco sastre, toda formal, toda sexy, llena de poder. Constance miró como los niños caminaban, corrían y... ¿que ere eso? Parecía que había chicos de universidad jugando al periodismo, oh si, ella recordaba esas epocas, cuando era una cría y no sabía del mundo, ahora a más de 15 años de experiencia, Constance sabía más de lo que la mayoría podía imaginar, era la directora editorial de poderoso New York TImes despues de todo.



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Bri estaba frente a la cámara con el micrófono en mano, Arreglo un poco su ropa, no iba muy formal, pero tampoco informal, más bien estaba algo neutro, muy mona, encantadora y como toda una profesional. Un pantalon oscuro, una camisa de vestier femenina, de color azul aqua de manga larga. Había dejado su cabello suelto y sus zapatos eran de piso, nada de tacones, no aun. Asintió con la cabeza y espero la señal de Paul. Inhalo y apneas se encendió la cama, sonrió y comenzó a narrar un poco.
Explico un poco así como una breve cronología de los sucesos hasta el día presente. Camino dejando que el paisaje detrás de ella le beneficiara.
-Y entonces ¿Qué pensaran los habitantes de nuestra Ciudad?- Y la escena se corto. Ella sonrió y corrió hasta donde Paul para recibir felicitaciones. Ella hacía su trabajo con amor, entregada y era el momento de acercarse a las personas y Comenzaba. Las personas le sonreían y aceptaban ser parte de su proyecto.


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Constance tenía los brazos cruzados mientras observaba todo, sonreía con algo de ternura, esa chica tenía encanto, profesionalismo pero aun estaba muy verde. Bueno no importaba, parecía disfrutar lo que hacía ¿Hacia cuanto tiempo que no pasaba a la universidad? debía ir y observar a los nuevo frtos que daba el periodismo. Los escuchó, estaba lejos pero podía oir a la perfección, magnificos dotes de alguien que se dedicaba al periodismo y prensa como ella.

Ladeo la cabeza, mirando a la cría, si, esa carisma era interesante, la gente se sentía atraida hacia ella. Sonrió y avanzó distraida, esperando que la bonita reportera se acercara a ella.


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Ya había entrevistado al menos a 5 personas quienes respondieron tanto positivo como negativo a la situación. Eso la emocionaba, escuchar las diferentes opiniones ¿Quién decía lo correcto? ¿Quién lo incorrecto? ¡Era Excitante! Sonrió y la cámara de nuevo cortaba.
-Vaya Bri, lo haces de maravilla. Bastante natural.
-Gracias.
-Venga, faltan 5 personas más y podremos regresar a la universidad. Tenemos que....
Y Bri dejo de escucharlo cuando la miro. Reconocía esa cabellera oscura y esa mirada ¡Por Dios! ¡Por Dios! ¡Por un bendito Dios! No grito de la emoción porque supo aguantarlo. LE dio de golpe el micrófono a su buen amigo Paul y corrió. Si, corrió directo a Constance Orchs Raymond. Esa mujer era ¡Impresionante! ¡Poderosa! La admiraba en pocas palabras. Llego y casi se estampaba con ella pero logro detenerse a timpo. Si, a Bri le costaba guardar sus emociones, pero desde su aislamiento se prometió que jamas se los guardaría, eso hacía daño.
-Lo siento pero.. ¡Oh por Dios, es usted! ¡Es usted!- dijo hasta sonrojada de la emoción- Constance Orchs Raymond, Directora editorial de The Nueva York Times.- Limpió su mano en su pantalón y después se la extendió.- Permitame presentarme, Bridget O Dpnjoú, soy estudiante de la Universidad de Nueva York, Lic. en comunicación y periodismo... por dios, no puedo creer que la tengo frente a mi.

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La pelinegra abrió un poco los ojos por aquella reacción. Vaya, lo estaba haciendo muy bien, sin duda aun le faltaba experiencia, un periodista debía calmar sus emociones.
-Señorita O Dpnjoú es...-miró a su alrededor por un breve instante.-un placer.-Sonrió un poco, extendiendo su mano para tomar la de ella con suavidad.-Pues crealo, aquí estoy. Observando su trabajo, lo estaba haciendo muy bien.-Constance la miraba fijamente.-¿Se ha detenido solo para saludarme?-Dijo esta vez más seria que antes, no, no estaba enojada pero... no entendía porque ella era más importante que el periodismo en sí. Una periodista jamás se distraía por un famoso, no perdía la cabeza, se centraba en la noticia.


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Créame, el placer es todo mío.- Si, estaba que se orinaba de la emoción, literal, era como cuando cualquier otra chica miraba a su artista preferido, ella tenía frente a ella a su persona, a la que le entregaba toda su admiración.- ¿eh?- ¡Dios! ¿La estaba observando? Se sonrojo y se encogió un poco de hombros y su mano libre la llevo a su boca. ¡La estaba observando, que emoción!- ¿De verdad?-Ya, definitivamente podía morir de felicidad, escuchar esas palabras.- ...-Se quedo entonces en silenció y sonrió soltando la mano de la mujer.- No, bueno si, de alguna manera. Sólo me faltan 5 entrevistas más y pensé en proponerle a mi compañero Pol que descansaramos un poco, la cámara no es muy comoda y entonces la mire, no podía perder la oportunidad de conocerla, siento si le he molestado.-


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-Entiendo que concoer a la directora actual de New York Times te emociones, pero tu deber esta alli con las personas. Tu descanso de 5 minutos ha dejado escapar a 10 personas que estaban interesadas en contarte su opinión.-Dijo señalandola.-Las dos chicas de por allá estaban mirandote fijamente, problamente una de ellas es entusiasta al periodismo, su camara y su libreta la delataban. El esposo de aquella mujer también estaba interesado, por su porte es profesor y seguramente estaba indignado. Detrás de ti hay un publico pequeño que ahora mismo se esta dispesnado.-Contó, llevaban 9 personas.-Y yo estaba dispuesta apoyar tu discurso, pero el tiempo esta corriendo y en lugar de entrevistarme como un publico, te acercas a mi para decirme lo emocionada que estas por tu trabajo. Señorita Donojú, ha perdido a 10 personas, ¿porque se conforma con solo 5 más?


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-...-De a poco se encogió de hombros. Por supuesto que ella iba a tener razón, Giro a verlos a todos y entonces, se mordió el labio inferior ¿Ahora que haría? Lo había arruinado, sus emociones le jugaron mal esta vez pero no. Levanto la frente en alto y sonrió a la mujer que tanto admiraba.- Disculpe las molestias.- Le sonrió encantada y dio media vuelta para ir donde Pol y decirle que tenían que continuar ¿Desanimarse? ¡Jamas! Ella era Bridget O Donojú, la proxima mejor reportera no sólo de NY, también de su natal Dublín.
Ella se acerco a algunas de esas 9 personas quienes le sonrieron y aceptaron su propuesta. Agradeció encantada porque no estaba perdido, no para una reportera que amaba su vocación.


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La siguió con la mirada, no se desanimaba, bien había olvidado lo del descanso, ¿cuantas personas le faltaba? ella parecía seguir haciendo con su trabajo lo que mejor le parecía. Si, sin duda tenía potencial para periodista, solo restaba ese manejo de emociones pero por todo lo demás, iba bastante bien.

Seguía mirandola, su cabello era color caramelo, entre rubio y castaño, tenía una bonita figura, sin duda alguna toda una mujer en formación, sus pechos tenían el tamaño adecuado y su ropa delataba sus curvas. Era hermosa... Constance se detuvo en sus pensamientos, era una cría, ¿porque la observaba tanto? seguro era el cansancio

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Después de 45 minutos de entrevistar a diferentes personas, junto a Paul, Bri fue de nuevo frente a esa mujer que tanto admiraba. La Cámara continuaba grabando y entonces le extendió la mano con educación profesionalidad.
-Buenas tardes Sra. Orchs, permitame presentarme, mi nombre es Bridget O Donojú, estudiante del segundo semenstre de la Univerdad de Nueva York. Ahora mismo nos encuentro preparando un reportaje para el noticiero universitario sobre lo sucedido en Ayotzinapa, Guerrero. La desaparición de los 43 estudiantes normalistas y me me gustaría invitarla a participar dándonos su opinión sobre los sucesos ¿Le gustaría ser parte de nuestro trabajo?- Listo, ahí estaba de nuevo, frente a su más grande admiración. ¡Qué emoción!


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Sonrió-Parece un buen trabajo Señorita Bringet-Contestó mientras se acomodaba las gafas.-La educación es un punto importante para cadaa sociedad en desarrollo, es uno de los 5 nichos de economía y trabajo más importantes de cada pais, lamentablemente aun existen muchos paises que no le dan la debida importacia, creo que ese es el lamentable caso del pais de México, espero que el gobierno mexicano ponga en marcha todo el ingenio y la inteligencia que tiene a su alcance para poder responder a lo que le exige el mundo y también su gente.-Dijo mientras miraba a la camara, como una profesional, sin insultar, con el porte que tenía una mujer como ella, en un mundo como el que la pequeña Brin, quería entrar


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Bri mantenía su profesionalidad, Vaya, interesantes palabras, tan diferentes a las de cada una de las personas entrevistadas anteriormente. Todas insultaban al presidente del país vecino, otros culpaban incluso a los estudiantes y ella... ella iba más allá de lo que los ojos del público en general podían ver. Admirable ¡Admirable! Entonces se quedo pensativa unos segundos.- El gobierno...-murmuro y entonces levanto la mirada y para ver los ojos de Constance.- ¿Cree que realmente sea posible cuando el pueblo Mexicano ya casi ha dejado de creer en sus gobernantes? Digo, se cree que esta situación podría dar pie a una revolución y pese a la sabiduría del pueblo, él gobierno prefiere simplemente lavarse las manos, por decirlo de alguna manera. Entonces...¿Cómo cree que él gobierno pueda ingeniárselas sin hacer más daño al pueblo?- La expresión de la jovencita fue bastante... curiosa, si, honesta, un tanto infantil pero bonita ante toda. Si, ella quería escuchar la opinión de ella. Sonrió, y no buscaba culpables, sólo opiniones.

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Sonrió a lo que ella decía.-Hablar del gobierno mexicano implica desenmarañar una serie de ideologías nucleares Bringet, creo que lo más astuto que yo puedo decirte es que existen personas que no seden a la corrupción ni al conformismo, personas justas incluso dentro del gobierno, tal vez suena utopico y entusiasta pero si no se puede confiar en el gobierno que un pais democratico eligio, ¿en que se confiaría?-Sonrió.- Esa pregunta estaría bien plantearcela al gobierno mexicano, ellos conocen más a su pueblo que yo.


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Parpadeo un par de veces y entones sonrió nerviosa por la pregunta que hizo, pero no por eso se arrepentía de lo dicho.- Tiene una razón. Aunque había muchas cosas mas que decir, prefirió dejarlo por la paz, aun le faltaba experiencia pero estaba feliz de su logro.- Le agradezco su participación. Ha sido todo un placer poder conocerla.- De nuevo le extendió la mano y Paul ya apagaba la cámara. Tenían lo que necesitaban. El final de la nota lo harían en la universidad.



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Como se encuentra señorita Bringet? ha hecho un buen trabajo. -sonrió mirándola fijamente y luego mirando al camarografo,- hacen un buen equipo.-admitio, con esa voz madura, sensual, les hablaba la voz de la experiencia después de todo.- cuando el trabajo este listo, asegúrese de mantenerme informada.-sonrió.

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Paul entonces asintio. Él ya había tenido otro encuentro con la mujer, claro, 7mo semestre a fin de cuentas. Agradeció y se disculpo pues tenia que aprovechar cada minuto para comenzar con la edición.
-Te espero en el auto, Bri. Con permiso. Un gusto verle de nuevo, Sra. Constance.- inclino un poco la cabeza y se fue.
Bri agradeció a su compañero y lo vio apartarse, dejándole sola con su casi diosa.
-Estoy muy bien, gracias.. ¿De verdad cree que lo he hecho bien?- se llevo ambas manos al rostro y lo móvil de un lado a otro. ¡Que emoción! -Y-Yo me asegurare de mantenerle informado, podría enviarle una copia del reportaje, si gusta


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Sonrió al escucharla decir eso, se miraba tan mona, tan ilusionada.-me encantaría Bringet.- contesto mientras le acomodada un mechón de cabello.-ya has comido Bringet. Ya terminaste tu trabajo, puedes relajarte un poco.

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Puede llamarme Bri, si gusta.- dijo emocionada porque ella aceptaría una copia de su reportaje. Ya sacaba tu teléfono celular par apuntar su número. O correo electrónico per sintió la mano de la mayor en su cabello y la miro-¿Comer? No, aun no he comido- rio un poco nerviosa pero feliz a fin de cuentas.- Si, ya puedo tomarme un tiempo.

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Muy bien Bri.- dijo de alguna manera conmovida.-vamos.- le dijo mientras la invitaba con la mirada a seguirla.-yo tampoco eh comido, y estoy hambrienta. De una futura colega a otra, también hay tiempo para comer.-sonrió mirándola de reojo.-y es sagrado.

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Amplio aun mas su sonrisa y asintió con la cabeza.- Solo deme un segundo.- le pidió a la mujer ybcorrip hasta la camioneta mientras comenzaba a desabotonarse la camisa.-Pol!- exclamo desvistiendose, claro, bajo llevaba una blusa de tirantes que se pegaba a si cuerpo, solo quería estar mas comida. Tomo un blusa blanca y mientras se la ponía hablaba con Paul expilando que iría a comer con Constance. Se quito el pantalón y un short de licra la cubría. Se puso unos jeans y después unas botas oscuras seguidas de una bonita chaqueta oscura, muy femenina.
-Te veo en la U ¿Vale?
Y sin mas regreso corriendo con la mujer, ya mas natural, siendo un tanto mas ella pues había terminado su trabajo.- Lo siento, estoy lista, vamos.- y camino a su lado para ir a comer.


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Observó su reloj, unos segundos y luego negó, desde cuando estaba ella tan dispuesta a invitar a jovencitas a comer? Tal vez era el instinto maternal era un mujercita encantadora, muy entusiasta y bastante optimista, tenia potencial pero parecía muy ingenua, era muy... honesta. Para el periodismo se debía tener intuición, agallas y ser un poco cruel.-..- la observó, como es topa enmarcaba sus curvas finas, jovenes, sus pechos levantados y redondos.-...- sonrió y se giró para caminar a su auto. Quitó la alarma y la invitó a subir.-cuantos años tienes Brin?


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Se sorprendió un poco al ver el auto ¿Irían en ese auto de lujo? Vaya ¡Impresionante! Agradeció y se subió con cuidado, no quería arruinarlo de ninguna manera.- Tengo 19...- dijo entusiasta sin atreverse a preguntarle a ella pues sabia que esa pregunta no se le hacia a una mujer mayor.- apenas comienzo mi vida como reportera principiante , al menos, eso fue lo que dijo mi compañero Pol.- dijo divertida.

Rió un poco, entrando y cerrando la puerta, clavando la llave para encenderlo.-¿No vas a pregunta mi edad? -Le miró de reojo, ella realmente podría ser su hija. Sonrió.- No me averguenza mi edad si es eso lo que piensas.-Encendió el auto y se amarró el cinturon.-Tengo 39 años y 19 es la edad perfecta para iniciar cualquier cosa, Bri.-Ladeo una sonrisa al salir del estacionamiento, dando paso a un free way largo.-¿Que te gustaría comer? -preguntó.

Bri miro a la morena cuando hizo esa primera pregunta y se sonrojó ligeramente- No estoy muy segura si es correcto hacerlo- Dijo con algo de nervios ¡Dios! Después de todo estaba con Constans la presidenta de New York Times.- ¡por supuesto que no! Usted es genial guapísima, seguro que está orgullosa de todo lo que tiene, pero aun así...- Si, se puso un poco más nerviosa, no quería que la mujer de su admiración se molestara o pensara mal de ella <<Vamos Bri, no seas tan torpe>>. Se amarró el cinturón y no pudo ocultar la sorpresa en su mirada cuando le dijo que tenía 39 años. Sonrió.- Usted es muy guapa.- Dijo desde lo más sincero de su corazón porque pese a esa edad, esa mujer parecía más joven y tenía una presencia superior, la de toda uña líder.- ¿verdad? Mi historia apenas comienza y no es momento de agachar la cabeza y retroceder.- Sus ojos brillaron, Bri estaba dispuesta a experimentarlo todo porque quería ser tan Valiente como su madre, e incluso, quería superarla y honrar su muerte. Sonrió ampliamente, lo lograría.- Hmmm yo creo que tengo ganas de algo bastante sencillo y con muchas, muchas calorías...- Río por eso, estaban en NY, era seguro que encontrarían cualquier puesto de comida grasoso y no muy sano.- Bueno, yo podría comer lo que sea ¿qué me dice usted? ¿Qué se le antoja comer?

La miró de reojo y rió suave al escucharla. La chica era mona, tenía una energía que reconocía encantadora, era un entusiasmo juvenil. Ella lograría muchas cosas.-Permiteme regresarte el cumplido...-Le dijo con una sonrisa, cambiando de carril y entrando a una avenida mucho más tranquila.-Eres muy hermosa también.-Y no me hables de usted. Solo Constans, Bri.-Rió un poco al verla.-¿Te gustan las hamburgesas?-Le preguntó, ella no era de comida chatarra pero Bri parecía disfrutarlas. A su hija no le gustaban esas cosas tampoco, bueno... en la vida habría que probar de todo.

Se le quedo viendo, pensó que le llamaría guapa o sólo bonita pero incluso se sonrojo ligeramente cuando la llamo "hermosa", simplemente sonrió aun más y agradeció con una ligera inclinación de cabeza, Constance era una mujer ne verdad maravillosa ¡Le agradaba! y bueno, le admiraba después de todo.- Esta bien, Cosntans.- Hasta se sintió nerviosa de poder hablar con ella con tanta confianza ¡Era una aventura increíble! Asintió con la cabeza cuando le hizo esa pregunta.- Saben bastante bien ¿A ti te gustan?- Cuestiono mirándola por unos segundos pero termino por ver a su al rededor, era un lugar bastante tranquilo, nada comparado con el centro de la ciudad.

-Las disfruto-Adimitó.-Aunque no suelo comerlas con frecuencia.-Dio vuelta a otras calles más hasta que se acercaron a un restaurant bastante agradable, tenía una hamburgesa enorme dibujada frente al puesto y la fachada era de una cabaña para parrilladas-¿A ti te gustan?-Dijo antes de girar a verla, tal vez había supuesto que hablaba de hamburguesas por la descripción de comida que había dado antes. Algo rápido y de muchas calorías era una descripción grafica de hamburguesas para Constance.

Escucho atenta ¡Era obvio! seguro que esa mujer seguía una dieta, tenía un cuerpo de envidia, si, era una mujer a la que más de u hombre quería conquistar pero ella estaba casada ¿Qué no? Miro discretamente su mano izquierda buscando algún anillo de bodas pero no logro descubrir nada.- Yo so suelo comerlas mucho.- Admitió.- A veces no tengo tiempo de prepararme nada por las mañanas por lo que termino desayunando una o comiéndola pero nunca dos en un día... no como del todo bien...- Rió divertida por eso y se quito el cinturón de seguridad para bajar del auto.- pero te aseguro que me cuido de alguna manera, después de todo, hago ejercicio por las noches, antes de dormir.

Constance apagó el motor luego de haber encontrado un lugar donde estacionarse, la escuchó y no puedo evitar sonreir, aunque debía cuidarse más.-Tienes que comer más cosas sanas Bri. Tomalo como un consejo de una periodista a otra.-Cuando abrió la puerta notó algunas miradas, era cierto que muchos la reconocerían por las revistas y los diarios pero no le tomó mucha atención a ello.-Adelante...-Dijo mientras sonreía y le abría la puerta, era raro que ella estuviera sin sus guardaespaldas pero a veces era demaciado asfixiante.-Y dime, para cuando es el proyecto que estas haciendo?-Se refería a las entrevistas que había tomado en el parque.

-Si, te lo agradezco, Cons.- Dijo con sinceridad, no era la primer persona que se lo decía, Pol era el chico que más se preocupaba por ella pero a veces era molesto, sabía , en serio lo sabía pero era imposible negarse a la comida chatarra, a ella le encantaba. Bri salió y se acerco a la mujer, no se percato de las miradas, por supuesto que iban a ver a Constance después de todo ¡Era Constance ******* (no recuerdo el apellido).- Gracias.- Entro y espero a que se uniera a ella para ir en busca de un lugar.- Dentro de una semana. Mi parte ya esta hecha, ahora le toca a Pol hacer Magia.

-Por aquí-Le dijo ella guiandola a la mesa, ese restauran no tenía meseros que los acompañaran como en otros lugares, despues de todo era de comida rápida.-Pol es ¿tu novio?-Preguntó directa, sentandos frente a ella, moviendose elegante, era como un felino, Constance se caracterizaba por eso, era como si no quisiera desperdiciar uno de sus movimientos en vano, cerca de ella el aire parecía incluso ser de otra calidad.-Me gustaría ver tu trabajo.

Bridget sigió a la morena hasta llegar donde su lugar, tomo asiento, no esperaba que lesatendieran, pero ella se encargaría de ir por los pedidos, después de todo, Constance ya la había llevado al restaurante. No espero esa pregunta.- ¡¿Eh?!- Dijo un poco sonrojada y rió.- No, Pol no es mi novio, es mi mejor amigo o al menos el mejor de los compañeros con los que he trabajado.- Ella no notaba lo mucho que Pol intentaba conquistarla, ella era algo torpe en ese aspecto, después de todo, con 19 años jamas había tenido una relación.- Cuando este terminado, le enviare el trabajo que Pol y yo realicemos sólo necesito saber a donde tengo que enviarlo. ¿Ya sabes que quieres pedir?- Cuestiono mientras intentaba ver el menu sobre las cajeras.

La canción de MAPS de Maroon five se escuchaba de fondo, Constance miró a Bri cuando le dijo lo de Pol.-Ya veo.-Sonrió y miró con especial interes la hamburguesa de pollo, Constance no comía carnes rojas pero tampoco era obsesiva con su dieta.-Si ¿tu ya sabes que comerás?-Iría a pedir en cuanto ella le dijera. -Puedes llamarme a mi número cuando lo tengas completo.-Le comentó con una sonrisa.-Lo espero que ansias Bri.

Sobre el tema de Pol no menciono más pues no hubo un interes después de todo, fue sólo una pregunta que cualquiera le hubiera hecho, y quizá no era la primer persona que lo pensaba, después de todo pasaba mucho tiempo con su compañero.- Si, estoy lista para ordenar, asi que dime que es lo que quieres, ire hacer el pedido.- Dijo mientras se ponía de pie.- Tendras que darme tu número Cons que por obvias razones, no lo tengo.- <<¡¡Por Dios!! Tendre su telefono ¡Tendre su telefono>> Se dijo a ella misma no queriendo ser tan obvia, le daba un poco de pena que Cons notara su emoción de super admiradora.

Levantó una ceja cuando ella se ofreció-No te levantes.-Le dijo parandose ella.-Iré yo... solo dime que es lo que quieres.-Porque ella pagaría por supuesto, despues de todo había invitado-Claro...-sacó de su cartera Prada color negro una tarjeta blanca elegante y pequeña-Puedes contactarme a este número-Le entregó aquello y luego la miró.-Entonces, ¿que vas a querer?

-...- Se quedo quieta cuando la mujer dio esa orden. Se le quedo viendo mientras parpadeaba con un suave sonrojon en sus mejillas.- oh no, yo ire, de verdad.- Rió un poco nerviosa y se acerco a la mujer para tomar la tarjeta.- Por favor Constance, dejame ir por la comida, así que toma asiento y dime que es lo que quieres.- Le pidió con amabilidad, no la dejaría ir por su comida ¡Por Dios! imposible, sería demasiado para ese día porque, ya era grandioso comer junto a ella.

Sonrió y ladeó su mirada para verla mejor.-Si eso esta bien para ti.-Se sentó de nuevo.-Solo quiero el número 4, sin soda, prefiero el jugo de naranja.-Le sonrió, sería especifica para no darle problemas innecesarios. Bri era una chica linda, le gustaba su entusiasmo y también la inocencia natural que desprendía. Era... diferente.

Sonrió más ampliamente.- Núm. 4 con jugo de naranja, muy bien.- Dicho eso dio media vuenta para acercarse a la caja que, por mucha suerte ni tenía a nadie esperando, le atenderían enseguida. En primer lugar pidió lo que Constance quería y después pidió lo sufo.

-Quiero la núm. 1, por favor.

-¿Papás y fefresco grandes?- Cuestiono el chico que la atendía.

-Sería grandioso, así que si.

El chico sonrió por esa respuesta y enseguida hizo la cuenta. Ella negó con la cabeza cuando le ofrecían algo más, busco en su cartera una tarjeta con la que pagó la comida. Sonrió y recibió un pequeño carnet con el número 10 así como su vaso y el juego de naranja de la mujer. Agradeció y se fue a con Constance.

-Listo, enseguida nos traeran el pedido.